ÚNICO
Ser hijo único de una de las parejas de doctores más reconocidos en su país era una carga enorme, tener que ser el hijo perfecto, el alumno más destacado y un próximo médico de la talla de sus padres, era la presión a la que se sometía Jung Wooyoung todos los días.
Sus padres no le sobre exigían, pero tampoco lo dejaban relajarse, sabía bien lo que esperaban de él, por eso no le sorprendió que cuando le dijeron que para su examen de ingreso a la universidad no lo dejarían prepararse por si mismo. Habían conseguido que recibiera tutorías de uno de los neurocirujanos más prestigiosos y amigo y compañero de su padre en el hospital que él dirigía.
Wooyoung no objeto, en realidad le gustaba ya que la neurología era la rama que más le interesaba y sería bueno conocer a alguien que se especializara en ella. Lo que no se imaginaba era que dicho doctor fuera tan joven e increíblemente atractivo y jodidamente sexi.
De puro milagro su boca no se abrió ante el asombro por semejante hombre que tenía en esos momentos frente a él.
Alto, de brazos grandes, hombros anchos y abdomen de infarto, junto con un rostro tallado en piedra, mirada sería y una boca demasiado besable, iba a ser una tentación demasiado grande para resistirla.
—Hijo te presento al doctor Choi, él será quien te ayude a estudiar para tu examen de ingreso a la universidad —lo presentó su padre.
—Mucho gusto doctor Choi, soy Wooyoung, espero que sea bueno conmigo —le dijo mientras le estrechaba la mano y sentir su toque duro y firme lo hizo imaginar que se sentiría ese mismo toque sobre su cuello mientras lo follaba con rudeza.
—Mientras sea obediente y preste atención a lo que le digo no tendremos problemas —le respondió y su voz ronca y grave lo excitó aún más.
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Dos semanas después de ese primer encuentro Choi San se preguntaba porque carajos seguía siendo el tutor de Wooyoung, el joven no dejaba de coquetearle y hacerle insinuaciones sexuales, y carajo el no era de palo, verlo llegar a su casa contoneando las caderas dejándole ver su fabuloso trasero o esas piernas largas cubiertas por pantalones que le quedaban como una segunda piel, o con esas camisas holgadas que le permitan ver parte de su pecho y sus clavículas sobre esa piel blanca y lechosa que parecía un lienzo donde las marcas de sus besos se dibujarían a la perfección.
Con cada frase en doble sentido que el chico le decía lo hacía perder la composta y en más de una ocasión había caído en su juego al responderle de la misma manera, los toques nada sutiles que le daba cuando se acercaba a él, lo hacían tener una erección perpetua durante las dos horas que lo veía a diario, el deseo y la necesidad de enterarse profundo y duro en su culo eran cada día más fuertes.
Lo único que lo detenía era el respeto que le tenía a su padre, no quería buscarse problemas con él director del hospital, pero Wooyoung no le ponía las cosas fáciles, esa misma mañana se había despertado con una dolorosa erección después de haber soñado con el chico y se había masturbado imaginando su polla ser devorada por su boca.
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Eran las cuatro de la tarde, Wooyoung no tardaba en llegar, tenía los materiales de la clase de esa tarde listos, cuando el timbre de su casa sonó, suspiro y se levantó para abrirle, dispuesto a resistir un día más, pero en cuanto abrió trago saliva al verlo.
Wooyoung llevaba un pantalón tipo cuero por demás entallado, y una camisa blanca semitransparente, abierta casi a la mitad, mostrando demasiada piel, todo él olía a perfume, un aroma dulce y delicioso que llenó sus fosas nasales al pasar a su lado.
—San —hablo Wooyoung llamando su atención.
—Señor o doctor, ya te dije que no te doy permiso de tutearme —lo reprendió como siempre hacía cada que el chico lo llamaba por su nombre.
—Sí, perdón. Cómo sea, ¿quería saber si hoy la clase solo puede durar una hora?
—¿Por qué?
Wooyoung se quedó callado un instante antes de fijar su vista en su rostro antes de sonreír.
—Voy a tener una cita, mi amigo vendrá por mí en una hora, pensé en cancelar pero tampoco quería perder la clase —dijo en tono serio mientras le sonreía.
Una rabia inusitada se desató en San al escuchar las palabras del chico. Una cita, tendría una cita y pensar en él besando a otro, le causó malestar, y luego vestido así, el que saliera con él sería un imbécil si no intentaba algo, de pronto las imágenes de su sueño volvieron a su mente.
Wooyoung gimiendo en éxtasis, su cuerpo desnudo inclinado en cuatro puntos recibiendo su polla con gusto, pero ya no era él quien lo follaba, era otro hombre, alguien sin rostro, ya no era su nombre el gemía, era el de alguien más.
—No —dijo rotundamente y Wooyoung arqueó una ceja.
—¿No que? —preguntó confundido.
—No voy a terminar la clase una hora antes, así que llama y cancelale a tu amigo, no irás —lo último lo dijo no como una sugerencia, sino como una orden.
Una leve sonrisa apareció en la delicada boca de Wooyoung, pero se forzó a borrarla, y adoptó una expresión triste.
—Está bien —dijo y San sonrió complacido, pero su sonrisa se borró al instante en que el joven continuó—. Ahora le llamo a Mingi, para que venga más tarde y… —continuó diciendo mientras sacaba su teléfono, pero sus palabras fueron interrumpidas cuando San le arrebató el teléfono.
—No lo harás —casi gruño.
—Pero dijiste que no carcelarias la clase, entonces debe de venir más tarde —dijo inocentemente el joven.
—No irás a ninguna parte con nadie.
—¿Por qué? —preguntó Wooyoung de forma sugerente.
San mandó al diablo todo, no dejaría que otro que no fuera él se follara al chico. Tomando a Wooyoung por sorpresa lo pego a la pared acorralandolo.
—Porque no voy a dejar que ningún imbécil te ponga una mano encima, me has estado provocando desde que nos conocimos, así que ya es hora de que aprendas algo más de mí. No me gusta compartir y tú ya eres mío pequeño descarado —le dijo antes de atrapar su boca en un beso salvaje y desesperado.
Wooyoung se derritió ante su intensidad, y un gemido necesitado se escapó de su boca, cuando San mordió su labio inferior antes de que esté atacada su cuello dejando mordidas que sabía se notarían más tarde. El sonido de su camisa al rasgarse lo sobresaltó.
—¿Qué haces?
—La pagaré —fue lo único que dijo antes de lamer sus pezones haciendo que su espalda se arqueara.
—Ahhh…
—Espero que guste duro, porque no tengo tiempo para sutilezas —volvió a decirle mientras lo volteaba.
Sus pantalones sufrieron el mismo destino que su camisa, pero no le importo, ver al serio y remilgado doctor perder el control y la compostura de esa forma, tenía más que ardiendo al chico que soltó un pequeño grito cuando sintió la palma de la mano de San golpear su trasero con fuerza.
—Eso fue por provocarme, y por pensar en dejar que otro te follé.
Con los pantalones en sus rodillas y el culo levantado hacia San, jadeo cuando su ropa interior fue bajada con fuerza haciendo que el elástico raspara su sensible piel, su miembro ya duro goteaba presenten, nunca los precios lo habían excitado tanto. Pero quería más, necesitaba sentir al mayor dentro suyo.
—San, por favor —suplico frotando sus nalgas contra la dura erección del médico.
—Aún no, primero voy a probarte.
Un nuevo gemido de sorpresa escapó de la boca de Wooyoung al sentir sus nalgas ser abiertas y la tersa lengua de San recorrerlo, mientras su mano se aventuraba al frente para tomar su erección y comenzar a marturbarlo mientras lo lamía, dardo pequeña mordidas a sus nalgas de vez en cuando, no fue hasta que el primer dedo entró en el que su orgasmo se precipitó, manchando la pared y la mano de San.
—Mhm delicioso, tu culo es exquisito —le dijo San mientras se ponía de pie—. No tengo lubricante, no tenía planeado tener sexo hoy, y no pienso usar condón.
—No importa, quiero sentirte sin barreras, y confío en que estás limpio.
—Lo estoy —solo dijo eso antes de escupir sobre su polla y comenzar a frotarla entre sus nalgas.
—San por favor… aaahh —Wooyoung comenzó a pedir cuando el mayor entró de golpe en el.
—Tan apretado, tu culo se traga tan bien mi verga.
Las embestidas eran duras, San sostenía al jóven de la cintura con tanta fuerza que sabía que dejaría las marcas de sus dedos, mientras besaba su espalda, Wooyoung se sostenía como podía de la pared. Sin salir de él, el mayor levantó una de sus piernas apoyándola sobre su brazo profundizando las penetraciones.
El sonido de piel contra piel y sus gemidos era una combinación perfecta y placentera para ambos, no pasó mucho antes de Wooyoung sintiera su segundo orgasmo formarse en su vientre.
—Aahhh… San así… ya casi… voy aahhh… —no terminó de hablar cuando se liberó por segunda vez.
San sonrió complacido antes de salir de él y voltearlo para dejarlo frente suyo y ponerlo de rodillas.
—Chupa —ordenó poniendo la enrojecida cabeza de su polla entre sus labios.
Wooyoung no dudo en obedecer, y abrió su boca lo mas que pudo para recibirlo, el miembro era grande y grueso, tanto que sintió sus labios estirarse al máximo y no logro tomarlo por completo, con ayuda de sus manos frotó lo que su boca no podía, mientras que San empujaba sus caderas follando su boca, con rapidez hasta que se corrió llenándolo con su simiente, y parte de su pecho cuando saco su miembro y dejó que su corrida escurriera por su pecho.
—Te vez precioso con mi semen en ti —lo alabo, antes de ayudarlo a ponerse de pie.
Después lo llevó a su habitación donde volvió a follarlo en el baño y en su cama durante toda la noche. A partir de ese día, siguieron haciéndolo hasta que el día de su examen llegó y tuvieron que despedirse, ninguno de los dos quería nada serio, ambos estarían ocupados y no tendrían tiempo para una relación, sobre todo San que ahora tendría un nuevo trabajo aparte de el del hospital.
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Seis meses después…
Wooyoung entró a su salón de clases, era su primer día en la universidad, estaba emocionado, aunque muchos podrían pensar que su carrera la eligieron sus padres, lo cierto es que le entusiasmaba convertirse en médico, se sentó en la primera fila, y de inmediato se presentó con sus compañeros cerca suyo, estaba charlando cuando la puerta se abrió y todos se giraron para ver al recién llegado.
—Buenos días a todos, soy el doctor Choi San y apartir del día de hoy seré uno de sus profesores en la carrera de medicina, espero que todos lleguen hasta el final del año —salido con esa voz fuerte, ronca y sería que lo caracterizaba.
Mientras Wooyoung sonreía ampliamente, al parecer sus próximos cinco años de carrera serían mucho más placenteros de lo que pensaba.
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Hola bellezas, pues aquí les dejo mi primera historia del SanWoo (San y Wooyoung de Ateez) espero que les guste.
Nos leemos en la próxima...
Besitos 😘😘😘
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