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TRES

Yoongi se sentía patético mientras contemplaba su rostro en el espejo de su baño. Había llorado por lo que le parecieron horas, hasta que no quedaron más lágrimas, con su rostro pálido, la punta de la nariz roja, los ojos hinchados y rojos por el llanto, se sentía débil e impotente.

Y él no era así, su padre lo había enseñado a defenderse, a luchar, a demostrar que era un digno príncipe de la mafia, y llorar como un cobarde no había estado en su entrenamiento. Sabía cómo disparar un arma, cómo utilizar un cuchillo y que puntos exactos golpear para incapacitar a un oponente, le enseñó muchas cosas, y era hora de ponerlas en práctica.

Pero tenía que aguardar, dejar de llorar como un bebé y pensar con la cabeza fría, no iba a permitir que su padrastro se saliera con la suya, y mucho menos iba a permitir que el cerdo de Kang Yu le pusiera una mano encima. Abrió la llave del agua y se mojó el rostro, no más lágrimas, escaparía de esa casa y aunque aborrecía la idea, si para conseguir huir tenía que matar lo haría.

Con esa idea dando vueltas en su cabeza, mientras pensaba la mejor manera de salir de ahí, salió del baño y se acostó sobre la cama, sabía que no podría dormir, pero era mejor pensar en la comodidad de su colchón, que sentado en el suelo en medio de la habitación que ahora era su prisión.

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—Dos días, dos putos días, vamos carajo — gritó Taehyung desesperado dando un manotazo a la mesa haciendo temblar las cosas sobre esta.

Desde la noche en que descubrió lo que pensaban hacer con su gatito, había comenzado a planear su rescate, la casa no había sido opción, ahora era una maldita fortaleza, a diferencia de lo que había sido cuando entró a poner las cámaras con las que mantenía vigilado no nada más a su gatito, también al resto de la casa, el único lugar donde no había era en el despacho de Kang y se maldecía por eso, si lo hubiera hecho lo habría descubierto antes.

Había demasiados guardias, y él solo no podría burlarlos a todos. Sabía pelear, usar armas de diversos calibres y también cuchillos y demás cosas filosas, su padre había comenzado a enseñarle cuando aún era un niño y después su hermano había continuado a pesar de su negativa de usar la violencia. 

La respuesta de Namjoon siempre era la misma.

𝑁𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑠 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑣𝑎𝑠 𝑎 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑢𝑠𝑎𝑟𝑙𝑎, 𝑛𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑠𝑒 𝑠𝑜𝑙𝑢𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑛 ℎ𝑎𝑏𝑙𝑎𝑛𝑑𝑜”

Y qué razón había tenido, ahora se lo agradecía, aún así era un suicidio entrar solo, y tampoco no quería inmiscuir a su hermano, no a menos que fuera necesario.

Tampoco había querido buscar a la única persona que sabía podía ayudarlo, pero después de meditarlo no le había quedado opción, se suponía que no debía hacerlo, y se suponía que no supiera dónde estaba, pero desde que se fue, nunca le había perdido la pista, pensando que algún día, Namjoon querría esa información.

Cuando lo había contactado, usando un programa de su creación para tomar control de su computadora de manera remota, sin duda sabía que habría consecuencias, pero la vida de Yoongi estaba en peligro, así que había mandado un mensaje, el apodo que solo él solía decirle, y un número de teléfono encriptado, que tenía dos malditos días sin ser respondido.

Estaba comenzando a desesperarse, la ira acumulada en su interior estaba por desbordarse, tenía ganas de destruir todo lo que tenía a su paso, solo para aliviar la frustración, cuando el pitido en su computadora lo alertó y pudo respirar con normalidad. 

Tomó el teléfono encriptado, y marcó el único número que obtuvo por respuesta.

—Hola cuñadito, ¿cómo has estado? —dijo en cuanto la llamada se conectó.

—¿Tae, eres tú?

—Soy el único cuñado que tienes, a menos que hayas conseguido anular tu matrimonio, sin la firma de mi hermano —me burló y una maldición se escucha del otro lado.

—Debe de ser importante, ¿que necesitas—me dice cambiando el tema?

—Lo es, necesito de tu ayuda —digo directamente. Namjoon me puede matar después, primero tengo que recuperar lo que me quieren robar.

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Yoongi comenzaba a desesperarse, tenía casi cuatro días encerrado, incomunicado completamente, había tratado de convencer a su madre que le diera su teléfono, pero se negó. No podía entender cómo es que su propia madre, estaba feliz con que lo entregarán como si fuera un objeto que regalan a cualquiera. No, se equivocaba, no lo regalaban, lo estaban vendiendo, y eso era mucho peor.

Darse cuenta que la persona que se supone debía protegerlo, lo estaba entregando a una muerte segura, solo para poder volver a tener un poco del poder que tuvo antes, no podía volver a ser la mujer del líder de la tríada, pero si de un jefe de alto rango, y eso era mejor que nada, ahora lo entendía. 

Había planeado su huida, y lo intento, con lo que no contaba era que después de tener que desmayar a su madre, se iba a encontrar con toda la casa rodeada de hombres, todos armados y con orden de no dejarlo salir. Y ahora también había un gorila apostando en su puerta las veinticuatro horas del día, y su madre ya no iba a verlo.

Y por si no fuera poco, no dejaba de pensar en su profesor, se preguntaba si se preguntaría porqué dejó de asistir, o si solo seguiría con su vida como si nada y se olvidaría de que alguna vez lo conoció. Sabía que él sí lo extrañaría, echaría de menos su aroma; roble, cuero y un toque cítrico, una mezcla que solo podía ser hecha para él, y que cada que estaba cerca suyo le provocaba ganas de subirse sobre sus piernas, besarlo y pedirle que lo follara.

Sus manos habían bajado a su centro, su polla se sentía dura debajo de la ropa, con sus ojos cerrados veía claramente el rostro y cuerpo de su profesor, imaginaba cómo se vería sin ropa, que se sentiría sentirlo dentro suyo, su respiración estaba agitada, su corazón latía acelerado, su mano subía y bajaba sobre su erección, y suaves jadeos escapaban de su boca.

Esa imagen era que la veía Taehyung a través de los monitores, se sentía como un maldito pervertido, pero no podía apartar la mirada, su cuerpo curvado suavemente hacia arriba, su rostro pálido sonrojado por la excitación, sus labios entreabiertos dejando escapar pequeños jadeos que estaban poniendo a prueba su cordura, y su mano cerrada sobre su polla. Había visto porno antes claramente, pero nunca había conseguido excitarse tanto como lo estaba en ese momento, ver masturbarse a Min Yoongi, era la mejor película erótica jamás filmada.

La necesidad de tenerlo a su lado, era cada vez más insoportable, y contaba las horas para ser él mismo quien le diera placer, que fuera su nombre el que gritara cuando se corriera, sus ojos que seguían fijos en el monitor, se endurecieron al instante en que un pensamiento se formó… ¿En quien pensabas? ¿De quién era el rostro que su mente evocaba? Y como si su gatito supiera que el monstruo de los celos, estaba creciendo en su interior, gritó su orgasmo y su corazón se detuvo y volvió a latir al instante, al escucharlo.

—¡Ahhh.. Taehyung…!

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𝐸𝑠𝑡𝑎 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒, 𝑎 𝑙𝑎𝑠 22:00 𝑝𝑢𝑒𝑟𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑌𝑜𝑛𝑔𝑆𝑎𝑛𝑔, 𝑒𝑙 𝑔𝑎𝑡𝑖𝑡𝑜 𝑠𝑒𝑟𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑠𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑏𝑎𝑟𝑐𝑜 

Leyó el mensaje que le envió su cuñado esa mañana. La hora había llegado, iría por su gatito y no dejaría que nadie lo volviera a alejar de su lado. Se iba a subir a su coche cuando un golpe en el capó lo detuvo y un quejido salió de su boca.

—Quítate de mi camino —le dijo apartandolo con  señas y el idiota frente a él solo sonrío.

—¿A dónde vas con tanta prisa?

—Que te importa, ahora quítate o te pasaré el auto por encima Hoseok —le dijo frustrado, solo a ese loco se le ocurriría visitarlo justo el día en que iría por Yoongi.

—Ok, solo venía a decir que Namjoon está como loco, algo de que alguien que no debía estar aquí volvió, no entendí muy bien, pero me mandó por tí.

Taehyung cerró los ojos y suspiro pesado, hubiera querido decírselo él, pero no había tiempo, ya lidiaria con eso después.

—Ahora estoy ocupado,  cuando termine lo que tengo que hacer voy a verlo, solo no dejes que salga de la casa y mucho menos que haga una estupidez —le dijo y arrancó en cuanto el asesino se hizo aún lado.

Hoseok lo vio alejarse, sabiendo que iba a meterse en problemas, reconocía esa mirada, era la misma que tenía él cuando fue por su ángel.

Faltaban diez minutos cuando llegó al puerto, y de inmediato fue interceptado por su cuñado, habían pasado casi diez años y seguía viéndose exactamente igual, aunque en sus ojos ya no había ese brillo juguetón que recordaba.

—Jin —lo saludo y su cuñado lo jaló para abrazarlo.

Se sintió como si tuviera dieciséis años de nuevo, y se estuvieran despidiendo de nuevo. 

—Me alegro tanto de verte, te he echado de menos —le dijo y por su tono sabía que estaba llorando aunque lo ocultó bien cuando rompió el abrazo, seguía siendo el mismo, pero al mismo tiempo era diferente, así como Namjoon. 

—No deben de tardar en llegar y no me pueden encontrar aquí, ten tienes una ventana de veinte minutos, si no sales de aquí antes de ese tiempo, corres el riesgo de ser visto por los shìbing.

—Bien, entiendo —le agradece, y el apuesto castaño se da la vuelta y se marcha, mientras lo ve alejarse, Tae tiene la sensación de que se volverán a ver y muy pronto.

A las diez con dos minutos exactos dos autos negros entran al puerto, se suponía que ahí, ya debían de estar los soldados de la Triada esperándolos,  pero Jin interceptó los horarios y los cambio, solo por unos minutos para que no levantar sospechas. En cuanto la primera puerta se abre Taehyung se prepara, ve salir tres hombres, que enseguida se encaminan al segundo auto.

Un gruñido ahogado resuena en el pecho de Taehyung cuando ve a  Jackson Wang salir del vehículo, comprendiendo que su presencia en la universidad debía de ser para vigilar a Yoongi por órdenes seguramente de Kang y se maldice por no haberlo investigado antes.

Sostiene la pistola con fuerza, conteniendose para no matarlo, primero tiene que asegurarse de que Yoongi está en interior de coche, Jackson rodea el vehículo y abre la puerta trasera, se inclina al interior y cuando sale, la sangre de Taehyung hierve de rabia.

Yoongi inconsciente, amarrado de manos y pies como si de un animal se tratase y una mordaza en la boca, no lo piensa y corre hacia ellos apuntando hacia el parabrisas del auto, el estallido de su arma explota en su oído, y sonríe complacido cuando ve la bala atravesar el cristal e impactarse en el rostro del conductor, los cuatro hombres se ponen en alerta, y sacan sus armas, pero es más rápido.

Antes de que se den cuenta ya se deshizo de dos sin contar al chófer, Jackson corre aún con Yoongi en brazos tratando de resguardarse, mientras los otros dos guardias disparan en su dirección, saca el cartucho vacío del arma y pone un nuevo antes de volver a disparar, no ve donde cae la bala, pero sabe que acertó por el gruñido de dolor y el golpe de uno de los guardias al caer, mientras se resguarda detrás de un contenedor.

Vuelve a asomarse y dispara, falla y maldice, cuenta hasta tres en su mente y vuelve a asomarse, suelta dos tiros seguidos antes de que el último guardia caiga. Sale de su escondite y camina hacia donde vio esconderse al imbécil que se atrevió a ponerle las malditas manos encima a su gatito.

—¡Sal Jackson, no tienes a donde ir! —grita sin dejar de caminar.

—No sabes con quién te metes imbécil, te vas a arrepentir de haber nacido —bufa Jackson y asoma la cabeza un poco solo para verlo apuntar al guardia que solo había sido herido y rematarlo con un tiro directo en la frente, sin una sola gota de culpa o arrepentimiento,.

Jackson trató de moverse, pero estar cargando con un bulto sobre los hombros sólo lo retrasa, pensando en salir vivo, tumba a Yoongi sobre el suelo y lo apoya sobre la pared de uno de los contenedores, antes de sacar su arma y salir de ahí hacia el otro lado.

Sus pasos apresurados se detienen cuando al dar la vuelta, se encuentra de frente con el cañón del arma que empuja Hoseok, y sus ojos se abren con asombro al darse cuenta de quién es.

—No sabes cómo voy a disfrutar esto —gruñe Taehyung y sin dar tiempo a que Jackson diga o haga algo dispara, el cuerpo cae de rodillas antes de inclinarse hacia un lado y caer al suelo, de inmediato corre hacia Yoongi y trata de reanimarlo, pero es inútil, está sedado, lo desata y quita la mordaza con cuidado de no lastimarlo.

El ruido de motores se escucha y maldice, se le acabó el tiempo. Toma el cuerpo de Yoongi y lo carga con cuidado, acomoda a Yoongi de modo que quede tumbado boca abajo sobre su hombro, para que pierda apuntar, antes de salir corriendo hacia el otro lado, los soldados que ya habían descubierto los cuerpos, estaba pendiente cuando lo vieron pasar, las balas comenzaron a volar sobre él y a fuerza de pura voluntad alcanzó a llegar su todo terreno.

De pronto siente un ardor lacerante en su pierna izquierda, casi perdiendo el equilibrio, logra estabilizarse y consigue llegar a su vehículo, mete a Yoongi en la parte trasera y mientras dispara, entra al auto y arranca acelerando a fondo, el chirrido de las llantas resuena en el vacío muelle, tenía un máximo de ventaja y lo aprovecha.

Cómo puede logra escapar de los shìbing que habían conseguido seguirlo y se pierde entre las calles, con su gatito dormido en el asiento de atrás, y sabe que ahora necesita que su hermano lo ayude, odiaba depender de alguien más, pero lo habían visto, y pronto Kang sabría quien se había llevado a Yoongi.

Olvidándose de sus habituales medidas de seguridad marca el número directo de su hermano…



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ᴇʟ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛᴇʀᴍɪɴᴀ ᴄᴏɴ ᴛᴀᴇ ʟʟᴀᴍᴀɴᴅᴏ ᴀ ɴᴀᴍ ǫᴜᴇ ᴇs ʟᴏ ǫᴜᴇ sᴜᴄᴇᴅɪᴏ́ ᴀʟ ғɪɴᴀʟ ᴅᴇ ᴋɪʟʟᴇʀ, ᴄᴏᴍᴏ ʟᴇs ᴅɪᴄᴇɴ ʟᴀs ʜɪsᴛᴏʀɪᴀs sᴏɴ ɪɴᴅᴇᴘᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇs, ᴘᴇʀᴏ ᴇsᴛᴀ́ɴ ʀᴇʟᴀᴄɪᴏɴᴀᴅᴀs ᴅᴇ ᴀʟɢᴜɴᴀ ᴍᴀɴᴇʀᴀ.

ᴀʜᴏʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ʟᴀs ǫᴜᴇ sᴇ ᴘʀᴇɢᴜɴᴛᴀɴ ǫᴜᴇ ᴏɴᴅᴀ ᴄᴏɴ ɴᴀᴍ ʏ ᴊɪɴ ᴇsᴏ ʟᴏ sᴀʙʀᴀ́ɴ ᴇɴ sᴜ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ ᴊᴇᴊᴇᴊᴇ.

ᴇʟ ɢᴀᴛɪᴛᴏ ғᴜᴇ ʀᴇsᴄᴀᴛᴀᴅᴏ, ᴀʜᴏʀᴀ ǫᴜᴇ ᴅᴇsᴘɪᴇʀᴛᴇ ʏ ᴠᴇᴀ ᴄᴏɴɴ ǫᴜɪᴇɴ ᴇsᴛᴀ́... ¿ᴄᴜᴀʟ ᴄʀᴇᴇɴ ǫᴜᴇ sᴇᴀ sᴜ ʀᴇᴀᴄᴄɪᴏ́ɴ? ʟᴀs. ʟᴇᴏ.

ɴᴏs ʟᴇᴇᴍᴏs ʙᴇʟʟᴇᴢᴀs...
                  ʙᴇsɪᴛᴏs 😘😘😘

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