Kim Namjoon estaba por servirse un trago de su mejor whisky cuando su teléfono sonó, le extrañó ver el número de su hermano en la pantalla, por lo general este lo contactaba a través de medios menos rastreables.

Pero tampoco lo cuestionó, necesitaba hablar con él, el infiltrado que tenía dentro de la Tríada de Kang le avisó que su segundo al mando estaba en Corea, a espaldas de su jefe y necesitaba que su hermano lo confirmara, y si era así, el mundo iba a arder.

—¿Qué pasa Taehyung? —preguntó nada más aceptar la llamada.

—Nam, necesito tu ayuda, estoy huyendo de un grupo de shìbing —la voz siempre serena de su hermano menor se oía agitada, pero la sola mención de los soldados de la tríada activo todas sus alarmas.

—¿En dónde estás? —preguntó mientras se ponía en contacto con Hoseok.

—Voy manejando en el camino de Gingko-Gil con rumbo a la mansión.

—Tae, ¿porque la tríada te persigue? ¿en qué carajos estás metido? ¿tú sabes el porque…? —se interrumpió y resopló, no era el momento—. ¿Qué carajos está pasando?

—Por ahora solo puedo decirte que quiso llevarse a mi chico y no lo pensaba permitir.

—Maldita sea Taehyung, dices que odias la violencia, juegas a ser un maldito nerd como profesor, para negarte a tomar el lugar que te corresponde a mi lado y terminas revolviendo la mierda con las triadas por culpa de un culo, más te vale que valga la pena.

—Lo vale, ya casi llego y traigo cola.

—Bien, me encargo —dijo y colgó.

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El Mercedes MG-360 de Taehyung, nunca había corrido tan rápido como en ese momento, estaba a menos de cinco minutos de llegar a la mansión de su familia, por el retrovisor podía ver los coches que lo seguían bastante cerca, volteaba constantemente para ver qué Yoongi estuviera bien, mentalmente agradecía que siguiera inconsciente.

Cuando vio las luces del camino de terracería que se desviaba hacia la propiedad comenzó a relajarse, sobre todo cuando vio al fondo a su hermano y un maldito ejército de sus hombres, todos con armas apuntando al frente, estaba por estacionar cuando el infierno se desató.

Las balas resonaban a su alrededor, mientras conseguía detener el coche permitiendo que sirviera de escudo entre su hermano y los shìbing, bajó por el costado y ayudó a deshacerse de los soldados, en menos de dos horas había matado a más hombres de los que jamás pensó, pero bien valía la pena si con eso mantenía a salvó a su gatito.

Por suerte para ellos, superaban en número a los chinos y no fue difícil hacerlos retroceder, varios fueron los cuerpos que quedaron tendidos en el suelo, otros más inteligentes huyeron, y todo terminó, por el momento.

Guardando su arma en su espalda se enfrentó a la mirada furiosa de su hermano, iba a hablar pero un movimiento a su costado lo distrajo.

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Yoongi sentía que la cabeza le iba a explotar, no sabía dónde estaba, cuando abrió los ojos, el ruido de disparos lo alertó y permaneció en su sitio hasta que todo se quedó en silencio, esperó un minuto y cuando nadie se acercó con él, se levantó, estaba tirado en el suelo de un vehículo en medio de los asientos, y agradeció a quién lo hubiera puesto ahí.

Se puso de pie y se sentó correctamente antes de abrir la puerta, una enorme mansión se erguía frente a él, vio hombres armados rodeado el coche, vio sus armas, pero ninguna apuntando en su dirección, lo que lo tranquilizó. Aún se sentía mareado, por lo que fuera que le habían inyectado cuando, sé resistió a ir con su padrastro y Jackson Wang que resultó ser un hombre del jefe Kang, por lo que sus movimientos se sentían torpes, y su vista no era del todo clara.

Dió un paso torpe girando su cuerpo, y se encontró de frente con dos hombres, uno que le pareció demasiado alto para su gusto, de cuerpo grande, en cuanto a músculos se refería, y malditamente apuesto, que lo miraba de forma aterradora. Y el otro… el otro se parecía demasiado a su profesor, solo que sin lentes, y su ropa no era ni siquiera parecida.

Pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada, después de tantos días encerrado y negándose a comer, sumado a que seguía drogado, pero cuando el doble de su profesor se acercó a él, y siguió viéndolo tan parecido o mejor dicho idéntico a él, no supo cómo reaccionar.

No fue hasta que hablo que comprendió que no era alguien que se parecía, era él, ¿pero porque se veía tan distinto? ¿Y cómo demonios había llegado hasta él? Pensó.

—¿Gatito, te encuentras bien? —le preguntó y frunció el ceño ante el ridículo apodo.

—¿Pro… profesor? —pregunto arrastrando las palabras—. ¿Que… que está pasando? ¿Cómo llegué aquí? 

—Tranquilo gatito, todo está bien ahora, estás a salvo, déjame llevarte adentro, creo que sigues drogado, llamaré al médico —le dijo pasando uno de sus fuertes brazos por su cintura rodeándola y pegándolo a su cuerpo.

Yoongi seguía sin entender qué pasaba, pero el calor del cuerpo de su profesor, y su aroma envolviendolo, lo hacían sentir seguro y protegido, así que no siguió preguntando, oculto su rostro sin pudor en ese pecho en que tantas veces soñó apoyarse y se dejó guiar por él.

Ver a Yoongi tan débil, tan frágil hacía que la furia que sentía Taehyung creciera cada vez más, verlo a través de las cámaras no era igual, sabía que se negaba a comer, pero después de tres días sin probar alimentos, su rostro se veía demacrado, las ojeras alrededor de sus ojos lo habían lucir aún más pálido de lo normal.

Lo llevo en brazos hasta el que solía ser su dormitorio y lo dejo con cuidado sobre la cama, sentía la presencia de su hermano detrás de él, sabía que tenía preguntas y sospechaba que una de esas incluía a su cuñado, pero ahora sí prioridad era Yoongi, y no se despegaría de su lado hasta que comprobará que estaba bien.

—El médico ya viene en camino, déjalo descansar, además tenemos que hablar —le dijo Namjoon y de inmediato negó.

—Ahora no Nam, primero déjame asegurarme que está bien —le pidió sin apartar la vista del chico que había vuelto a quedar inconsciente.

Escuchó el suspiro y asentimiento de su hermano y enseguida la puerta cerrarse. No supo cuánto tiempo pasó en la misma posición mirándolo, mientras esperaba que el médico llegara, pasó las puntas de sus dedos por la frente de Yoongi, apartado un par de mechones de cabello, mientras le hablaba.

—Vas a estar bien gatito, siento haber tardado en ir por ti.

—¿Por qué gatito?

La voz siempre enérgica de Yoongi,  se escuchó demasiado suave y entrecortada, cuando le preguntó, mientras sus bellos ojos lo miraban con curiosidad.

—Porque tienes los ojos de un felino, por eso —le respondió sin dejar de mirarlo.

Yoongi seguía confuso, no entendía que había pasado durante el tiempo que estuvo inconsciente, no sabía cómo todo eso involucraba a su profesor, lo normal era que tuviera miedo, no era lógico que Taehyung estuviera ahí con él, mucho menos que dijera que tardó en rescatarlo, pero su instinto le decía que podía confiar en él, solo tenía que averiguar que pasaba.

—¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Por qué estoy con usted? —volvió a preguntar y frunció el ceño cuando lo vio desviar la mirada de su rostro y suspirar como resignado.

—Yoongi yo… se que te va a sonar raro todo esto, pero te juro que nunca fue mi intención hacerte daño y mucho menos que te enterarás así —comenzó diciendo y con cada palabra, la desconfianza de Yoongi se hacía mayor.

—¿Eres gente de Kang? —pregunto comenzando a ponerse alerta.

—No, maldita sea no. Jamás podría ser como esa escoria, nunca he mentido en lo que soy y soy maestro, tu maestro. Pero también soy parte de la mafia —soltó y los ojos de Yoongi se abrieron con sorpresa.

—¿Qué tú eres qué…? —pregunto olvidándose de formalismos.

—Mi hermano es Kim Namjoon —le dijo sabiendo que solo así sabría bien quién era.

—Kim Namjoon, Kim Taehyung… La mafia Kim, la maldita mafia más peligrosa y letal de  Corea, los mismos que estaban en guerra con su padre. Estaba obsesionado o quizá enamorado del enemigo, estaba muerto y lo sabía.

Taehyung vio el miedo brillar en los ojos de Yoongi, y su cuerpo tensarse bajo las sábanas, mientras se apartaba discretamente de su lado, y se sintió frustrado al instante, sabía que eso pasaría.

—Yoongi no temas por favor, jamás te haría daño, te quiero demasiado para pensar siquiera en hacerlo, solo te rescate de ser vendido a Kang, no podía permitirlo.

Yoongi no podía creerle, tenía que salir de ahí, ¿pero cómo? Estaba demasiado débil, y no sabía dónde carajos estaba. Taehyung iba a volver a hablar, pero la puerta se abrió y un hombre mayor entró, llevaba un maletín médico en sus manos.

—Perdón la tardanza señor Kim, ¿Este es el paciente? —pregunto y Taehyung asintió haciéndose a un lado permitiendo que el que suponía era doctor lo revisara.

Yoongi permaneció en silencio, atento a cada cosa que hacía el viejo médico, pero sin dejar de vigilar a Taehyung, veía la preocupación en su rostro, y eso lo hacía dudar de sus pensamientos anteriores, ¿era verdad lo que dijo que no le haría daño? Cuando el médico terminó se dirigió hacia su profesor.

—El joven está bien, solo un poco débil, y tiene claros rastro de anemia por falta de alimentación, pero estará bien, con los cuidados correctos — dijo y le entregó un papel donde anotó los cuidados y medicamentos que debía de tomar y después se fue.

—Te voy a dejar descansar, cualquier cosa que necesites toca ese botón y alguien vendrá, más tarde vendré a verte —le dijo, señalando el interruptor aún costado de la cama, con notable aprehensión por dejarlo.

—Espera —le pidió, Taehyung se detuvo y volteó a verlo—. ¿Me juras que no me harás daño? 

—Jamas podría dañarte gatito, me gustas demasiado para hacerlo, se que ahora mismo no entiendes nada, pero te aseguro que solo quiero que estés bien.

Yoongi asintió sin dejar de verlo.

—Gracias —dijo honestamente.

Taehyung asintió y le sonrió por primera vez desde que lo conoció, y esa sonrisa lo golpeó directo en su corazón, más le valía que todo eso fuera cierto, porque jodidamente estaba enamorado de ese hombre y le dolería si todo resultaba un engaño.

—Descansa, más tarde podremos hablar mejor —le dijo nuevamente y asintió.

Taehyung salió del cuarto un poco más tranquilo, ahora debía enfrentar a su hermano y responder a todas sus malditas preguntas.

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Cuando les dije que está historia iba a ser más tranquila y menos intensa que Killer no menti jejeje, pero ya se viene lo mejor lo prometo.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘