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.𝐹𝑖𝑟𝑒𝑝𝑟𝑜𝑜𝑓.

"Tengo muchas ganas de terminar con esto"

Bien, iban a terminar con eso. Ambos penes lo agradecerían.

—A la mierda.

YoonGi soltó su arma para abalanzarse sobre los labios de JiMin, este soltando su cuchillo para deshacerse de la molesta peluca y entrelazar sus piernas por las caderas de YoonGi.
El mayor comenzó a acariciar los suaves y deseosos muslos de JiMin, subiendo poco a poco su delicada falda, enviando una corriente eléctrica desde la piel contraria hasta su endurecida entrepierna.

Tomó los bordes de las bragas con encaje que el menor traía puestas, pensando en cuan caliente era, no podía esperar para apoderarse fuertemente de ese delicado cuerpo.

JiMin jadeo al mismo tiempo en que YoonGi acariciaba su despierto y palpitante pene. Sacó por su cuenta el vestido, ya que comenzaba a estorbar, quedando completamente desnudo para YoonGi.

El pelinegro, quitó por completo sus prendas inferiores al igual que su húmeda camisa. Comenzó a dejar suaves besos en los huesos sobresalientes de la cadera del menor, bajando lentamente hasta llegar a su entrada, esa rosada entrada que esperaba por él. Subió su cuerpo para besar a su acompañante, esta vez siendo el beso mucho más lento y profundo.

Comenzando a hacer una deliciosa fricción entre sus miembros hinchados, YoonGi acercó dos de sus dedos hacía la caliente boca de JiMin, este humedeciéndolos como si de una paleta de caramelo de tratase. El pelinegro descendió hasta el cuello del menor, chupando, lamiendo y raspando, dejando violáceas marcas a su paso. Jugeteó con los pequeños y erectos pezones de JiMin, haciendo que se su espalda se arqueara y gimiera palabras incomprensibles.

YoonGi, al ver que sus dedos perdieron la lubricación por el tiempo, volvió él mismo a mojarlos. Separó las rodillas de JiMin, dejando solo para él una vista bastante apetitosa. Presionó su dedo índice en la rosada entrada, el más menudo arqueando su delicada espalda y retorciendo los dedos de sus pies, YoonGi presionó hasta que su dedo se hundió entre ese par de nalgas, su frío anillo haciendo contacto con la ardiente piel de JiMin, enviando espasmos por todo su cuerpo. Dos, dos dedos el menor tenía en su interior, dos dedos que se abrían y cerraban, se doblaban y embestían.
YoonGi se aplaudió mentalmente al encontrar el nudo de nervios dentro de su amante, empujando, logrando que JiMin soltara un largo gemido diciendo su nombre, rogando por más.

Sin esperar más, YoonGi se posicionó en al entrada del contrario, frotando su pene de arriba a abajo, humedeciendo con su pre-semen.

JiMin, mientras tanto, sentía como cada parte de su cuerpo ardía, como sus ojos se humedecían de placer, y como los gemidos se filtraban de sus labios como agua, agua ardiente y burbujeante.

YoonGi empujó, adentrándose a medias en la estrechez del chico bajo su cuerpo. JiMin sintió sus piernas temblar, el pelinegro era bastante grande, sin embargo no bajó sus piernas entrelazadas de las caderas del menor.
—Terminaremos con esto, ambos.

JiMin no le iba a pedir que se detuviera, no cuando YoonGi se hundió completamente dentro suyo. La garganta de JiMin se cerró, sus pulmones se secaron y sus labios se abrieron, siendo incapaz de siquiera soltar un gemido, se sentía tan jodidamente lleno, que las palabras simplemente no salían.
Mientras tanto, YoonGi daba sutiles pero húmedos besos en las deliciosas clavículas del chico que se amoldaba alrededor de su pene. JiMin entelazó sus dedos en las finas y largas hebras de cabello en la nuca del mayor, jalando hasta que sus bocas se unieron nuevamente en un beso perdido, desesperado y ruidoso.

El menor empezó a empujar sus piernas, haciendo que YoonGi embistiera lenta y profundamente.

Las estocadas se fueron haciendo más rudas con cada minuto que pasaba, los jadeos que compartían ambas bocas era la única sinfonía que se escuchaba en la habitación, los gemidos de JiMin era el único instrumento que YoonGi quería escuchar, y el rasgar de las uñas del menor en su amplia espalda el único dolor placentero que quería sentir. El calor los envolvía a ambos de una forma especial, el ruido pegajoso de sus cuerpos chocando no hacía más que aumentar, arrancando gemidos roncos, agudos y largos.
JiMin no pudo soportar la presión de su entrepierna mucho más.

— Y-YoonGi, yo voy a...

No alcanzó a decir mucho cuando su semen salió a tiras, manchando sus torsos juntos, soltando un gemido largo y ruidoso, los espasmos se apoderaban del cuerpo de JiMin.

Tras unas fuertes y rudas estocadas más dentro del sensible cuerpo del menor, YoonGi se corrió con un ronco, rasposo y profundo gemido, cayendo sobre el cuerpo de su amante, con cuidado de no hacerle daño con su peso. Salió de la anatomía del contrario con cuidado, recostando a este sobre su pecho.

—Creo que sí me has matado, JiMin.— YoonGi acariciaba los lacios cabellos del menor, apartándolos de su perlada y húmeda frente.

—Mi culo dice lo mismo.— Los dígitos de JiMin recorrían los relieves del cuerpo de YoonGi.

Ambos chocaron sus lujuriosas miradas, sabiendo que para ambos fue la mejor experiencia de sus vidas, se sonrieron como jamás le habían sonreído a alguien, y se abrazaron confirmando sin palabras, que habían caído muertos a los pies del otro.

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