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𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓾𝓷𝓸ꨄ

Tienes esa sonrisa con la que recibes a todo el mundo
que hipnotiza mi mente. Amo tu inocencia al hablar,

y esa forma de moverte que me deja helado.

A primera vista.

-Valentina Pineda



---¿Quién era ese chico?--- Le preguntó YoonGi a su madre mientras la llevaba de vuelta a su casa

—-¿Quién?

-—El que llego tarde, ya sabes... Rubio, ojos claros, bajito...

—¡Oh! ¿Te refieres a Jimin?

-—Supongo.-— Respondió YoonGi encogiéndose de hombros, si ese era el nombre del chico que le había llamado la atención minutos atrás entonces era un hermoso nombre para un aún más hermoso chico

-—¿Por qué preguntas por él?-— Preguntó Minseo confundida despegando su vista de la ventana para dirigirla a su hijo con una ceja enarcada

-—No lo sé, me llamó la atención ¿Es eso tan malo?

-—No... Bueno sí, es decir, no creo que te convenga tener una relación con él.—- Dijo la pelinegra con voz insegura

-—¿Por qué?—- Preguntó YoonGi sin entender desviando su atención por un momento del camino para voltear a ver a su madre

—-Él tiene ciertos problemas en su vida YoonGi... No lo sé, no es algo que me corresponda a mí decir, pero no creo que el hecho de que ustedes tengan una relación sea muy buena idea.

-—¡Mamá, por Dios! Simplemente te pregunté quién era el chico, no es como si ahora que sé su nombre le vaya a pedir matrimonio o algo así.-— Dijo el palido un poco frustrado por lo exagerada que estaba siendo su madre.—- Y de todos modos no planeo tener algo con él, dentro de unos meses me voy a Nueva York y las relaciones a larga distancia no me parece que funcionen.
 
-—Si dices eso es porque nunca haz amado a alguien cariño

-—¿Quién te entiende? Primero me dices que no tenga una relación con él ¿Y ahora me das una charla sobre el "amor verdadero"?-— Inquirió YoonGi con ironía

-—No tergiverses mis palabras, lo único que quiero decir con todo esto es que cuando te vayas quiero que abras tu corazón al amor, pero no te estoy diciendo que lo hagas con Jimin, ahí si mantengo mi postura en que no sería correcto.-— Explicó Minseo con voz seria y al chico de palido cada vez le intrigaba más todo ese misterio que envolvía a Jimin.

YoonGi no hablo más en todo el camino y cuando llegaron frente a la casa de Minseo simplemente se despidió de ella con un ligero beso en su mejilla prometiéndole que la iría a buscar al día siguiente para que se fueran juntos al estudio de baile.

Su madre trató de disculparse por la manera en que prácticamente le había prohibido tener cualquier tipo de relación con Jimin sin darle la explicación detrás de eso, pero él simplemente hizo un movimiento de manos restándole importancia al asunto y le dijo que no había problema, que la vería mañana y luego volvió a encender su auto y empezó a manejar hasta su pequeño departamento en el centro de la ciudad.

Cuando por fin llegó a su departamento se desabrochó su camisa con parsimonia y se la quitó dejándola tirada sin cuidado encima de su cama antes de lanzarse en ella suspirando con cansancio, el haberse levantado temprano y con un poco de resaca no le había ayudado en nada a mantenerse despierto.

Se quedó pensando en lo que le había dicho su madre mientras veía fijamente el techo de su habitación y estaba cada vez más intrigado por sus palabras, es decir, él hablaba en serio cuando le había dicho que no tenía intenciones de iniciar una relación con Jimin, el chico solo le había llamado la atención físicamente, eso es todo.

Para él esa atracción significaba un revolcón de una noche y no tener sentimientos de por medio, pero aparentemente su madre había malinterpretado sus intenciones y pensaba que quería algo más serio, lo único que ella no sabía es que prohibiéndole estar con Jimin simplemente lo atraía más hacia él.

Decidió que lo mejor sería dejar de pensar en eso y se levantó de su cama para buscar un pantalón deportivo en su armario, se quitó sus pantalones ajustados negros y se colocó los otros para estar más cómodo, caminó por el estrecho pasillo hasta la cocina, rebuscó en su refrigerador sin encontrar nada ni remotamente comestible.

Suspiró frustrado y se limitó a agarrar una manzana que estaba en el fondo del refrigerador, no se veía en muy buen estado pero sería suficiente por ahora, ya al día siguiente se encargaría de hacer las compras.

Sintió como su celular vibraba y lo sacó de sus holgados bolsillos, era un mensaje de su amigo Hoseok preguntándole si saldrían de nuevo esa noche, apagó su celular sin responderle y lo dejó sobre la mesa del comedor antes de dirigirse de nuevo a su habitación comiéndose su desabrida "cena". Mientras estaba acostado en su cama rodeado de la frialdad de su habitación se dio cuenta de que ya estaba cansado de esa vida, de llegar y encontrar su departamento solo sin que nadie lo recibiera y despertar igualmente solo, ni siquiera se quedaba a dormir en la casa de sus conquistas de una noche porque para él eran precisamente eso, personas con la cual tenía una sesión de sexo y ya.

Pero ya no quería eso, estaba cansado de esa personalidad del chico "fiestero y sin preocupaciones" que él mismo se había forjado por tantos años, solo por miedo a salir lastimado si tenía una relación seria con alguien, su lema siempre fue que era preferible romperle el corazón a alguien a que alguien le rompiera el corazón a él. Ese lema le había funcionado hasta ahora, pero estaba empezando a considerar, aunque no le gustaba particularmente admitirlo, que su madre tenía razón, tal vez lo mejor sería que cuando se fuera a Nueva York abriera su corazón al amor.

Ya el cansancio estaba haciendo estragos en su cuerpo y no tenía ganas de pensar en más nada por ahora, ajustó la hora en su despertador y sin terminar de comerse su manzana cayó rendido en un sueño profundo soñando inconscientemente con un lindo chico rubio que había jurado que no le afectaron.

ꨄꨄꨄ

Afortunadamente, y gracias a una buena y completa noche de sueño, YoonGi estuvo listo y vestido a las 7 en punto de la mañana y ya estaba frente a la casa de su madre para llevarla a su estudio de danza

—-Buenos días YoonGi, me sorprende que hayas llegado a la hora.-— Saludó Minseo montándose en el auto y dándole un suave beso en la mejilla a su hijo.

YoonGi se limpió con un poco de desdén el brillo labial de su mejilla, su madre siempre tenía la costumbre de hacer eso desde que estaba pequeño y nunca le había gustado.—- Buenos días mamá, te dije que llegaría temprano y además ayer no salí en la noche y pude dormir más.

—-Vaya... ¿No saliste de noche? Eso sí que es impresionante ¿A qué se debió ese cambio radical?-— Preguntó la pelinegra obviamente burlándose de su hijo.

-—No lo sé.—- Se encogió de hombros.-— Simplemente tenía ganas de estar tranquilo, pero de todas maneras dime que tengo que hacer hoy.—- Dijo para cambiar el tema

-—Oh, pues... Nada fuera de lo común, es decir, hoy no debes tocar la pieza principal, solo la más sencilla porque solo haremos pasos básicos, los chicos se están preparando para las audiciones que serán la semana entrante.

-—¿Audiciones? ¿Para qué?

-—Para el baile que vamos a montar este año, todos estamos muy emocionados por armarlo y ya tenemos casi toda la coreografía lista, pero todavía falta elegir quienes serán los dos protagonistas, por eso siempre hacemos audiciones para los papeles principales, para que todos tengan oportunidad y sea equitativo.

-—Oh, eso es... Genial, supongo.-— Respondió YoonGi sin saber verdaderamente que más decir y ninguno de los dos habló más en todo el camino hasta que llegaron al estudio de danza.

Apenas llegaron Minseo se adelantó a bajarse del auto para ir al estudio mientras el palido buscaba un buen lugar para aparcar, después de hacerlo se bajó y caminó hasta la entrada, saludó a la recepcionista que era la encargada de abrir y se dirigió hasta el salón donde su madre impartía clases.

Por la hora tan temprana casi nadie se encontraba ahí, solo un par de chicas que al verlo entrar empezaron a reír y a susurrar entre ellas sin dejar de mirarlo, él rodó los ojos fastidiado y fue hasta el hermoso piano blanco para sentarse ahí y revisar la canción que debía tocar ese día, la verdad era bastante sencilla y podía tocarla en el piano sin necesidad de haberla practicado con anterioridad.
 
Colocó las partituras con cuidado frente a él y se sentó aburrido a esperar a que los demás llegaran para que él pudiera empezar, mientras esperaba sacó su celular de su bolsillo y lo encendió encontrándose con más de 10 mensajes y llamadas por parte de Hoseok pidiéndole explicaciones de porque no había salido con él.

Le contestó rápidamente que estaba muy cansado y no se había sentido con ganas de salir, estaba escribiéndole otro mensaje preguntándole como la había pasado cuando una risa estruendosa seguida de una voz chillona llamó su atención.

Levantó la vista y se encontró al chico que había llamado su atención, que ahora sabía que se llamaba Jimin, caminando y riendo junto a un castaño apuesto de ojos negros, ambos se veían muy felices charlando sobre no sabía que cosa y Jimin realmente se replanteó si ese chico tan feliz ocultaba algo tan grave como su madre le había insinuado.

Jimin seguía riendo por la historia
que le estaba contando Jungkook acerca de cómo estuvo buscando todo el día a su gato para finalmente encontrarlo debajo de su cama durmiendo profundamente, se secó las lágrimas que caían de sus ojos por la risa pero paró abruptamente cuando sintió como alguien lo miraba con insistencia, recorrió con su mirada todo el salón hasta que se topó con unos hermosos ojos felinos que lo veían intensamente.

De repente su respiración se cortó y dejó de prestarle atención a lo que estaba diciendo Jungkook porque estaba viendo fijamente y casi paralizado a ese chico que era tan atractivo, recordaba haberlo visto el día anterior pero no pensó que lo vería de nuevo, sintió como algo en su interior se removía mientras ambos seguían con sus miradas fijas en el otro pero se dijo a sí mismo que lo más probable era porque no había desayunado ese día y ya estaba empezando a alucinar por el hambre.

Sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos y desvió su mirada, no sin pesar, del apuesto chico palido y fue a dejar su mochila junto con la de su castaño amigo y se sentó a su lado en el suelo mientras esperaban a sus demás compañeros.

Después de unos minutos entraron las 5 chicas faltantes y Minseo se detuvo a mitad del salón para empezar con la clase, después de saludarlos y preguntarles como habían amanecido procedió a explicar lo que harían ese día

-—Hoy no haremos muchas cosas, solo unos cuantos movimientos básicos para refrescar la técnica y para que se preparen para las audiciones de la semana entrante.—- Jimin escuchaba todo sumamente emocionado, él se había estado preparando siempre que tenía un tiempo libre para esas audiciones, su sueño ­era obtener un papel principal y esperaba lograrlo esta vez. - —De acuerdo, hoy haremos una sucesión de fouetté en Tournant
quiero que hagan lo más que puedan
y terminen dejando los pies en coupé.-— Ordenó y todos se pusieron en sus pocisiones listos para empezar.

Minseo le hizo una seña a su hijo para que empezara a tocar el piano y este así lo hizo, el salón se inundó de esa tranquila melodía mientras todos empezaban a hacer los giros que les habían mandado y consistían en dejar el pie estirado y recogido durante las vueltas, manteniendo la cabeza mirando un punto fijo con los brazos en una perfecta posición para ayudar a que la postura y el giro fueran mejores.

YoonGi observaba de vez en cuando a todos sin dejar de tocar y no pudo evitar reconocer que todos lo hacían asombrosamente bien, pero para él solo destacaban dos personas: una linda chica pelirroja y Jimin, no era por favoritismo ni nada, de verdad el chico bailaba asombrosamente bien, mantenía una postura perfecta y hacía los giros sin esfuerzo mientras a los demás todavía les costaba un poco.

Cuando Minseo indicó que parara de tocar todos se detuvieron con los pies como ella les había mandado, apoyando la punta del pie sobre la otra pierna un poco más arriba del tobillo, la pelinegra pasó observándolos minuciosamente a todos mientras anotaba cosas en su pequeña libreta, YoonGi vio como algunos chicos temblaban ante su escrutinio y él empezó a reír internamente porque su madre era imponente cuando se lo proponía.

Cuando terminó la pequeña evaluación mandó a todos a que practicaran otros giros más y estiraran en la barra mientras ella completaba sus anotaciones observando el desempeño de cada uno, YoonGi, en cambio se dedicó toda esa hora a perseguir a Jimin con la mirada, deleitándose de cómo se veían sus piernas cada vez que se estiraba por lo ajustado de sus mallas y la manera en que el sudor bajaba por su rostro por el esfuerzo que estaba haciendo, definitivamente era un espectáculo digno de ver y casi lamentó cuando la hora de clases llegó a su fin.

Uno a uno todos los chicos empezaron a irse, Minseo le preguntó a su hijo si él también se iría pero este simplemente negó y dijo que quería quedarse para practicar la canción principal que debía tocar para las audiciones, ella asintió emocionada y le dio la llave del estudio para que cerrara en cuanto terminara.

YoonGi la observó partir y sacó de la carpeta marrón las partituras para la dichosa canción, la estudió un poco por encima y tronó sus dedos para comenzar a tocar cuando una voz lo interrumpió.

-—No se supone que los empleados deban quedarse después de que terminen las clases. —-Dijo Jimin mirando al chico palido con una de sus cejas arqueadas y sus dos manos apoyadas en sus estrechas caderas.

El mayor no podía creer como la suerte estaba de su lado ese día y ahora tenía la oportunidad de entablar una conversación con ese chico tan hermoso y testarudo.

-—Ventajas de ser el hijo de la directora supongo.-— Respondió YoonGi con una sonrisa al ver como el rubio empalidecía y abría los ojos como platos.

-—¿Eres el hijo de Minseo? ¡Oh Dios mío, soy un idiota! Y yo hablándote de esta manera, de verdad lo siento.

El mayor en serio quería reír por lo tierno que se veía Jimin completamente aterrado y avergonzado pero decidió que lo mejor sería no hacerlo para que no se sintiera peor. -—No tienes por qué disculparte, pienso que es bueno que sepas las normas del estudio de mi madre, pero de todas maneras ¿Por qué sigues aquí si la clase ya se terminó?-— Inquirió observando como Jimin jugueteaba con sus manos de manera nerviosa

-—Oh... Pues, yo tengo algo así como un acuerdo con la secretaria y ella me deja quedarme hasta tarde para practicar cuando todos se van si yo le traigo al día siguiente sus galletas favoritas.-— Explicó encogiéndose de hombros. —-Pero supongo que ya no lo haré más si tú necesitas quedarte.

-—Los dos podemos quedarnos a practicar, tú bailas y yo toco el piano, este salón es lo suficientemente amplio para los dos y así ambos salimos ganando ¿No te parece?-— Propuso YoonGi con una sonrisa amistosa que le inspiró confianza al otro chico.

-—De acuerdo, me parece una buena idea.—- Aceptó Jimin devolviéndole la sonrisa y el mayor supo que esa tarde y las que venían serían perfectas para poner en marcha su plan de conquistar al rubio y llevarlo a la cama.

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