𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓮𝓬𝓮
—¡No quiero comer eso YoonGi, ya estoy harto!.— Gritó Jimin por quinta vez en lo que iba de mañana mientras el chico pelinegro trataba de convencerlo de que comiera su ensalada de frutas.
YoonGi se había tomado muy en serio el cuidado de Jimin, incluyendo la dieta que tenía que seguir y hacerlo ir a sus tratamientos, aunque después de estos el menor siempre se levantaba de muy mal humor, pero él ya había aprendido a tolerar estas cosas porque la salud de Jimin era más importante que unas pocas rabietas.
—Minnie... Ya hemos hablado de esto... Sé que no te gusta comer sano constantemente pero es necesario si quieres mejorar.— Dijo YoonGi con voz calmada sorprendiéndose cuando observó como el menor lanzaba el plato lleno de frutas al suelo con una mirada enojada.
Eso le sorprendía al chico pelinegro porque a pesar de lo molesto que se ponía Jimin usualmente se le pasaba después de un momento y nunca se volvía violento, pero aparentemente el chico más bajo estaba realmente enojado ese día y ese no era un buen augurio.
—¿Mejorar?.— Bufó Jimin con una sonrisa fingida.— Nunca voy a mejorar YoonGi, así que quítate esa absurda idea de la mente porque no va a pasar, con esto solo estoy alargando un poco más mis años de vida pero no me voy a curar mágicamente, entiéndelo.
Las palabras de Jimin eran frías y su rostro se mantuvo inexpresivo incluso después de decirlas ignorando de manera olímpica la mirada de tristeza que tenía el mayor ahora. YoonGi simplemente se limitó a asentir y se levantó de su silla caminando hacia donde estaba el desastre de pedazos de plato rotos y fruta desperdigada en el suelo recogiéndolo lo mejor que pudo tratando de controlar el temblor de sus manos y las ganas de llorar mientras lo hacía.
Él sabía que en todas las relaciones había momentos como estos donde existían desacuerdos y peleas, pero hubiese preferido que no fuera con un tema tan delicado como lo era la salud de Jimin, lamentablemente no había mucho más que pudiera hacer y menos cuando el menor mantenía esa actitud distante y molesta.
Cuando terminó de recoger todo lo botó en la basura con cuidado de no cortarse con ningún pedazo y se volteó para enfrentar de nuevo a Jimin pero este ya no estaba ahí, YoonGi suspiró agotado y decidió que lo mejor era darle su espacio para que se calmara un poco así que fue hasta la pequeña sala de estar y cayó despreocupadamente sobre el sillón colocando una manta sobre su cuerpo tratando de distraerse buscando algo entretenido en la televisión.
Pero era imposible, más aún cuando las frías palabras de Jimin rondaban una y otra vez por su mente haciéndolo sentir aún peor, debía admitir que a veces se sentía un poco egoísta por obligar a Jimin a hacer algo que no quería hacer, es decir, era obvio que el menor estaba cansado de tener que ir al hospital tan seguido para recibir tratamientos constantemente, tratamientos que por cierto le dolían cada vez más.
La cuestión con todo esto era que YoonGi no podía simplemente dejar que se rindiera y verlo sentirse cada vez peor, no quería perderlo tan pronto, si es posible no quería perderlo nunca, pero al parecer Jimin estaba determinado a rendirse con absolutamente todo, siempre insistía en que no se iba a curar nunca pero el chico pelinegro trataba de ser positivo y le recordaba las palabras de su doctor, que la tasa de mortalidad de su enfermedad era muy baja, pero Jimin renegaba de eso y le decía que era cuando la detectaban a tiempo y la suya estaba muy avanzada como para pensar de manera positiva.
Pero a pesar de todo YoonGi sabía que todo lo que le decía Jimin era un simple acto para cubrir lo realmente asustado que estaba, por eso es que él solo se dedicaba a abrazarlo con fuerza y besar con cariño todo su rostro después de que el menor se dedicaba a gritarle y decir que estaba cansado de todo.
Él sabía cómo Jimin se sentía realmente porque usualmente después de toda su pequeña rabieta rompía a llorar en la curva del cuello de YoonGi devolviéndole el abrazo con la misma fuerza y le pedía disculpas por actuar como un idiota, obviamente el chico pelinegro siempre lo perdonaba pero eso no evitaba que se sintiera culpable por el resto del día.
Una noche en particular ninguno de los dos podía dormir porque Jimin se sentía ligeramente mareado por el tratamiento, así que se dedicaron a hablar de muchas cosas esperando a que la sensación pasara, en un momento dado el menor se quedó en silencio por bastante tiempo y cuando YoonGi le preguntó que le pasaba él simplemente soltó un entrecortado sollozo y admitió que tenía miedo, le asustaba no saber qué iba a pasar ni saber cuándo iba a pasar, pero por sobre todas las cosas lo que más le asustaba era el pensamiento de perderlo.
YoonGi le aseguró que a pesar de todo él seguiría a su lado y también le aseguró que nada malo pasaría y solo de esa manera fue que Jimin logró conciliar el sueño y dormir tranquilamente el resto de la noche.
Esas semanas habían estado llenas de altibajos pero siempre lograban solucionarlo, por eso es que a YoonGi le extrañaba que ya hubiese pasado una hora desde el pequeño desacuerdo con Jimin y este todavía no hubiese salido de la habitación.
Estaba dispuesto a ir hasta ahí y hablar con él pero el timbre del apartamento llamó su atención y lo obligó a abrir la puerta encontrándose con Jungkook al otro lado, eso no le sorprendió en lo más mínimo porque el castaño había estado visitándolos con regularidad para ver cómo seguía Jimin.
—Hola YoonGi.— Saludó Jungkook alegremente dándole un pequeño abrazo al chico pelinegro antes de entrar al apartamento recorriéndolo con su mirada en busca de su mejor amigo.— ¿Dónde está Jimin?
—Está en la habitación, no estaba sintiéndose muy bien, iré a avisarle que llegaste.— Respondió YoonGi sonriendo lo mejor que podía pero supuso que el castaño se dio cuenta por la mirada de simpatía que le dirigió.
El mayor caminó hacia a la habitación y tocó la puerta un par de veces antes de avisarle que Jungkook había llegado, escuchó un pequeño "ok" y él se retiró de ahí para ir hacia la sala de estar donde se encontraba el castaño sentado en un sillón individual que había ahí, YoonGi se sentó frente a él en el sillón más grande y pocos minutos después sintió el peso de Jimin sentándose junto a él vestido todavía con su pijama y su cabello igual de desordenado.
—Hola Kookie.— Saludó el chico más bajo con una cálida sonrisa, la primera que había esbozado en todo el día y a YoonGi le dolía que no la había provocado él.
—Hola Jimin ¿Cómo te sientes?.— Preguntó Jungkook genuinamente preocupado.
Jimin se encogió de hombros sin borrar la sonrisa de sus labios.— Igual que siempre supongo, pero no hablemos de mí, cuéntame cómo están las cosas en la academia.— Pidió con ganas de cambiar el tema.
—Oh, pues las cosas van bien, hemos estado practicando mucho más que antes, lo bueno es que ya casi no hay errores y estoy seguro de que el baile saldrá sin problemas el día del recital.— Relató Jungkook con su usual tono alegre.
—¿Y qué pasó con los papeles protagónicos? ¿Aún tengo el mío?— Preguntó Jimin con la voz ligeramente temblorosa por el miedo que le provocaba la respuesta.
El castaño se removió de manera incómoda en el sillón debatiéndose entre si debería decirle o no la verdad a Jimin, pero terminó decidiendo que lo mejor sería no ocultarle nada a su mejor amigo.—Pues... Técnicamente lo sigue siendo, Minseo no ha dicho nada acerca de reemplazarte, lo único que hizo es poner al segundo chico que tenía como opción para el papel protagónico como una especie de suplente para que Nancy pudiera practicar bien su coreografía, pero no te preocupes Jimin cuando vuelvas seguirás siendo el protagonista y...
—Iré hoy.— Dijo Jimin con firmeza interrumpiendo al castaño que lo vio con ojos abiertos por la impresión.
—Espera... ¿Qué? ¿Por qué?
—No puedo dejar que otra persona esté haciendo las cosas que me tocan hacer a mí, no puedo permitir que se cansen de esperarme y me reemplacen, he luchado mucho tiempo por este papel y no voy a dejar que nada me impida lograrlo.—Respondió el menor levantándose del sillón de manera decidida para ir hasta su habitación para cambiarse a su ropa de ballet.
Pudo escuchar unos pasos detrás de él y no le costó mucho adivinar a quién le pertenecían
—YoonGi... Digas lo que digas igual iré a la academia así que por favor no hagas todo más difícil.— Pidió mientras buscaba las cosas en su armario.
El mayor suspiró de manera audible viéndose completamente derrotado.— De acuerdo... Solo quiero saber si eso te hará realmente feliz, si es así puedes ir libremente, yo no te detendré, incluso te llevaré... Lo único que quiero que entiendas es que quiero que seas feliz Jimin, no pretendo ser un dolor en el trasero y hacerte molestar por ser sobre protector contigo, es solo que te amo demasiado y quiero seguir amándote por mucho tiempo más... Lo siento si he sido muy insistente con toda esta cosa de tu salud.
Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas que rápidamente rodaron de manera traicionera por sus mejillas, las secó como pudo y abrazó con fuerza a YoonGi enterrando su rostro en la curva de su cuello como siempre solía hacerlo susurrando miles de "lo siento" contra su cálida piel.
—No tienes que disculparte por nada, sé que ha sido difícil lidiar conmigo y mis cambios de humor últimamente y soy yo el que lo siente por eso, yo también quiero seguir amándote por mucho tiempo más y haré lo posible porque así sea ¿De acuerdo? Solo quiero hacer otra de las cosas que amo mientras trabajo en recuperarme, ya lo he hecho antes y no me ha pasado nada grave, puedo manejarlo, en serio.— Dijo Jimin con convicción y un brillo en su mirada que YoonGi no había visto en días y al cual no podía negarle nada, así que asintió rindiéndose ante la mirada suplicante de su novio recibiendo un emocionado beso en los labios de parte de él antes de que desapareciera en el baño para empezar a arreglarse.
Y YoonGi supo que el estaría dispuesto a ceder en cosas como esa solo para que Jimin se mantuviera feliz.
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