"Some people smoke,
others drink, and others fall in love,
each one dies in a different way"

Una de las cosas acerca de estar enamorado es que pasas tanto tiempo pensando en esa persona especial que prácticamente todo lo demás pierde importancia para ti, por eso es que cuando YoonGi recibió una carta de Juilliard pidiéndole que les confirmara si iba a estudiar ahí el próximo mes se quedó casi en shock.

Había olvidado por completo que en menos de un mes se supone que debía irse a Nueva York, antes estaba muy entusiasmado con la idea pero ahora no podría parecerle peor, irse significaba estar lejos de Jimin y él simplemente no creía que podría soportarlo, ese chico de verdad le gustaba mucho y no quería dejarlo tan pronto.

Guardó la carta en uno de los cajones de su mesita de noche y salió de su departamento sintiéndose sumamente triste y sin ánimos, trató de pensar en otra cosa mientras manejaba hacia el estudio de danza pero simplemente no podía, el hecho de que pronto debía irse rondaba de manera molesta por su cabeza.

Aparcó su auto, se bajó y empezó a caminar hacia el estudio de danza tratando de fingir su mejor sonrisa antes de abrir la puerta y entrar.

En el salón ya estaban casi todos incluso JiMin que apenas lo vio le sonrió con felicidad, YoonGi se la devolvió lo mejor que pudo pero le salió más bien como una mueca y el menor frunció el ceño porque se dio cuenta inmediatamente que algo andaba mal, solo esperaba que no fuera algo que él había hecho.

Después de un rato el ensayo empezó y ambos chicos no podían estar más distraídos, YoonGi varias veces se confundía y tocaba las teclas equivocadas causando que tuviesen que detener el baile y volver a empezar y Jimin se equivocaba en los giros más simples recibiendo numerosas reprimendas por parte de Minseo.

Podría sonar absurdo e incluso ridículo para muchos pero si alguno de los dos estaba mal el otro automáticamente dejaba de funcionar bien, era inevitable.

Minseo terminó el ensayo por ese día un poco más temprano de lo habitual y le dirigió una mirada molesta a YoonGi indicándole silenciosamente que era por su culpa y que más le valía arreglarlo antes de salir de ahí.

Cuando ambos chicos al fin se quedaron solos Jimin no lo dudó ni un minuto y fue hasta donde estaba el chico pelinegro sentándose encima del piano moviendo las piernas de manera nerviosa en el aire.— ¿Me vas a decir que te sucede el día de hoy? ¿Acaso hice algo mal?— Preguntó sin despegar su mirada del suelo.

YoonGi se sintió completamente culpable porque por su estúpida actitud ahora el menor estaba triste, suspiró con pesar y se acercó a Jimin hasta quedar entre sus piernas, con una de sus manos levantó su mentón y lo obligó a mirarlo a los ojos antes de depositar un pequeño beso en sus suaves labios.

—No hiciste nada mal, es solo que hoy no tuve una mañana precisamente buena.— Respondió YoonGi mientras acariciaba con cariño el cabello del chico más bajo.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?— Preguntó Jimin con la preocupación brillando en sus ojos.

—Recibí una carta de Juilliard pidiéndome que les confirmara si iba a estudiar ahí el próximo mes.
 
—Oh.

—Sí...
 
—¿Qué les vas a contestar?

YoonGi pasó una de sus manos por su cabello y se encogió de hombros.—No lo sé, antes ir ahí era todo lo que quería pero ahora que te conocí lo único que quiero es estar contigo.

El chico pelinegro se esperaba cualquier reacción por parte de Jimin menos que este lo apartara de su cuerpo y negara con su cabeza.—No puedes renunciar a todo lo que siempre quisiste solo por estar conmigo YoonGi, después te vas a arrepentir créeme.

—¿Por qué habría de arrepentirme? Yo sé que quiero estar contigo.

—No sabes lo que dices, ni si quiera me conoces por completo, si lo hicieras estoy más que seguro que me abandonarías.— Dijo Jimin y su voz se quebró un poco.

—Nunca te abandonaría, estoy seguro de eso, así que por favor deja de decir esas cosas.— Pidió YoonGi mirando al menor con tristeza.

—Yo solo quiero que no abandones tus sueños por mí, nunca me lo perdonaría.

—Entonces vente conmigo Jimin, estoy seguro de que si aplicas para la academia Joffrey te aceptaran de inmediato.

Jimin rio de manera irónica y negó.—YoonGi, apenas puedo pagar por el alquiler de mi departamento y por las mensualidades de aquí, no tengo dinero para mudarme a Nueva York y pagar por esa academia que es mucho más costosa.

—No tendrías que pagar nada, si pides una beca sabes que te la darían, eres excelente bailando JiMinie y ya yo compre un departamento ahí así que podrías mudarte conmigo.— Dijo el chico pelinegro con ilusión y felicidad ante la idea de irse a Nueva York con Jimin y vivir con él.

—Yo... Simplemente no puedo ¿Ok? Realmente no puedo, lo siento.— Respondió el menor con tristeza.

—¡Demonios Jimin! ¡Quiero entenderte pero no puedo porque nunca me explicas nada! ¡Eres un maldito misterio y es frustrante no saber que pasa!— Gritó YoonGi sintiéndose sumamente desilusionado y frustrado.

El chico más bajo se encogió ante sus gritos y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.— Lamento ser un problema para ti, pero de verdad me gustas y no quiero que al enterarte de todo te alejes de mí.— Dijo sorbiendo por su nariz con la voz rota.

El mayor suspiró derrotado doliéndole mucho el ver a Jimin de esa manera y con sus pulgares retiró todo rastro de lágrimas de su delicado rostro.— No hablemos más de esto, al menos no hoy, pero sabes que en algún momento tendrás que explicarme todo ¿Verdad?— Preguntó y el menor asintió levemente con la cabeza.— Perfecto, ahora vamos te llevaré a tu casa.

Jimin se bajó del piano y siguió a YoonGi hasta la salida entrelazando su mano con la de él, en todo el camino ninguno de los dos tocó el tema y se dedicaron a hablar sobre cosas banales, cuando llegaron frente al edificio del menor ambos chicos se despidieron con un largo beso en los labios antes de que Jimin se bajara dejando a YoonGi con una estúpida sonrisa en su rostro.

Y esa es otra de las cosas acerca de estar enamorado, que estás tan perdido en la otra persona que ignoras todas las señales de advertencia que te indican que hay algo mal.