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—¡Señor Kim, al agua ahora mismo!

Seokjin estaba al borde de la piscina, mojando apenas la punta de sus dedos, abrazando su pecho y temblando, pero no era por el frío, pues la zona y el agua tenían un clima bastante agradable, sin embargo, los recuerdos de su infancia lo tenían congelado en su lugar, sin poder entrar a su clase de natación, con el profesor gritándole y el resto de los alumnos viéndolo mientras murmuraban cosas.

| ... ࿆ྃ... |

Seokjin, dame tres vueltas de mariposa y tres de dorso con pull.

Seokjin se sumergió en el agua tras un rápido asentimiento, con solo 10 años era de los mejores de la clase avanzada, siendo el único menor de edad.

Él se sentía feliz en ese lugar, el sonido apagado por el agua a su alrededor, el movimiento de su cuerpo al nadar, sus músculos estirándose con cada brazada y el oxígeno entrando a cada bocanada definitivamente eran algo que amaba sentir. Dio las seis vueltas en tiempo record, enorgulleciendo a su entrenador y ganándose algunas frases de admiración y elogios por parte de algunas personas muy mayores, sonriendoles tímido como agradecimiento.

Muy bien chico, a este paso ganarás el concurso.

Un mes después, Seokjin se encontraba calentando, con su traje de baño puesto y una bata gruesa cubriendo el resto de su cuerpo. La competencia de su vida estaba frente a sus ojos, si ganaba ahí, podría calificar para presentarse en las olimpiadas locales e ir escalando.

¿Estaba nervioso? Sin duda, pero eso solo lo motivaba a dejar todo de sí en la piscina, a sabiendas que, en cuanto su cabeza tocara el agua, era él contra el mundo, sin nada que lo detuviera, fluyendo y dejando todos sus problemas, preocupaciones y estrés por un hermoso instante.

Con decisión y un ligero temblor de éxtasis recorriendo sus extremidades, Seokjin subió a la plataforma de salida, posicionándose con sus brazos en forma de flecha, sus bíceps presionaban sus orejas, la barbilla tocaba la unión de sus clavículas y sus manos estaban perfectamente acomodadas una sobre otra, él sabía que sus saltos eran perfectos, los había practicado cientos de veces, al igual que los tiempos del silbato para poder entrar al agua en el tiempo exacto.

Su corazón latía desbocado, pero lo ignoró, concentrándose únicamente en su respiración, apagando el bullicio del gentío, sintiendo únicamente la brisa que llegaba desde el agua frente a él. Acababa de tener una competencia de relevos, quedando en segundo lugar porque el compañero a quien habían elegido para salir con el estilo de dorso se pegó demasiado a la pared contraria, golpeando su pie con el filo de esta al dar la vuelta de campana para regresar a la salida, quitándole esos segundos que llevaba de ventaja, sin embargo no se desanimó, ahora estaba en su momento estelar, 500 metros, solo 500 metros de la más intensa y excitante competencia de natación que había tenido en su vida.

El silbato del juez de salida les hizo saber que la competencia daba comienzo. Jin reaccionó al instante, lanzándose como una flecha, sintiendo el agua golpear su cabeza y su cuerpo, tenso por el esfuerzo, comenzó a hacer lo suyo.

Jin no podía sentirse más extasiado, el estrés, la tensión y preocupación desapareciendo repentinamente de su sistema, siendo feliz por el tiempo que duró su travesía.

Tocó la almohadilla con la mano extendida, escuchando la bocina que daba por terminada la competencia al anunciar al ganador, los aplausos y vitoreos lo ensordecieron al salir del agua, siendo rodeado por su equipo y entrenador al instante, quienes lo levantaron sobre sus hombros, coreando su nombre, felices de tener al ganador representandolos.

Seokjin miraba a todos con un rostro que denotaba éxtasis, incredulidad y felicidad pura ¡Lo había logrado! ¡Había ganado la competencia de natación para la que se había preparado durante medio año.

-Hey chico lindo, felicidades, ganaste en terreno ajeno, supongo que no tienes idea de lo estúpido que eres ¿Verdad?

Seokjin se encontraba en los vestidores, se había bañado y metido un momento al sauna para calentar y relajar un poco su acalambrado cuerpo luego de dar hasta la última gota de energía en el agua. Tras él se acercaban cinco chicos, parecían más grandes que él, con espalda ancha y piernas fuertes, pero no podía ser ¿O sí? La competencia estaba dividida en rangos de edad para hacerla más justa, esos chicos no podían ser más que un par de años mayores.

No entiendo de qué me hablas, gané de manera justa.

Vaya, creo que realmente eres muy estúpido, creí que solo fingías, ya veo que no.

Los amigos de aquél chico rieron burlezcos, cruzándose de brazos en una posición amenazadora. Seokjin los miró por encima de su hombro, intentando no temer y buscando con la mirada a alguien de su escuela, sin mucho éxito. Se había demorado demasiado y ahora todos debían estar comiendo, estaba solo en aquél lugar, con esos enormes chicos a su espalda, bloqueando la única salida.

No entiendo el inconveniente, ¿acaso te hice daño o te ofendí de alguna manera?

Te lo diré rápido y directo porque empiezas a cansarme, este lugar es mío, la alberca, el sauna, los profesores y jueces, todo es de mi propiedad, mi padre me lo regaló la navidad pasada y... adivina qué, tú acabas de humillarme frente a mi novia, mis profesores, mis entrenadores y mi padre... ¿Tienes idea de cómo me siento?

Eso no es mi problema, debiste entrenar mejor, tal vez a la otra ganes, dedica más tiempo a eso en lugar de etiquetar a todos con pegatinas que digan "de mi propiedad".

Seokjin se levantó, tomando su mochila colocándola sobre su hombro y caminando tranquilamente hasta la salida, intentando pasar entre el muro de los musculosos chicos.

Eres un imbécil sin vergüenza. ¿Cómo te atreves a hablarme así?

Mira "Stingy"*, no sé quién mierda sea tu padre y la verdad me importa un carajo, pero si de verdad tienes todo esto a tu disposición y ni así pudiste ganar, creo que deberías esforzarte un poco más. Ahora por favor déjame pasar, ganar esta competencia me dejó hambriento y tú me cortas el paso entre mi segundo momento más feliz del día.

Seokjin avanzó un par de pasos, siendo detenido por dos de los chicos más grandes del lugar. Aquél que le hablaba en un inicio se acercó a él, retirando de manera brusca su mochila, dejándola caer a un lado.

Yo solo quería que te disculparas conmigo y me dijeras que jamás volverías a competir aquí, pero creo que eso ya no me bastará.

Tss. Mejor ve a sentarte, porque te vas a cansar de esperar -respondió con sarcasmo, incluso si su corazón palpitaba a mil por hora en su pecho.

Seokjin sonreía con burla y molestia, sintiendo cómo sus brazos eran fuertemente sostenidos por los chicos. Un puñetazo inesperado le hizo girar la cabeza a la derecha, aturdiendole por un instante antes de sentir su boca llena de sangre, cosa que le hizo sentir arcadas, provocando que la escupiera sin mucho cuidado, salpicando los blancos zapatos deportivos del chico frente a él.

Este se cree rudo... quítenle la ropa.

Seokjin se removió, lastimando un poco su hombro al estar sujeto con tanta fuerza. Las manos de los otros dos chicos empezaron a recorrer su cuerpo, siendo despojado con violencia de sus prendas. Vio al "líder" sacarse la playera, los zapatos y el pantalón deportivo, aún tenía su traje de baño puesto.

Veamos... si tanto te gusta nadar, entonces te daré lo que quieres. -Un simple movimiento de cabeza bastó para que los fortachones lo arrastraran de vuelta a la piscina y Seokjin no supo si sentirse aliviado al ver que el lugar estaba desierto y no había quién viera su desnudez o sentirse mortificado, ya que nadie podía ayudarlo.

Sus brazos y piernas fueron sostenidos sin mucho cuidado por cuatro personas mientras el chico caprichoso le propinaba otro puñetazo en el abdomen, dejándolo sin aire para ser lanzado en ese instante al agua, provocando que tragara mucho de aquél líquido con sabor a cloro, haciendo arder sus pulmones y nariz. Aturdido, intentó nadar a la superficie para tomar aire, siendo sorprendido por una mano gigante y fuerte que lo mantuvo debajo del agua.

Podía sentir el pánico en su pecho, al igual que el dolor por la falta de oxígeno y el agua en su nariz, necesitaba aire, necesitaba ayuda, necesitaba golpear a ese imbécil, pero nada de eso fue posible y, tras unos instantes que le parecieron eternos, Seokjin perdió la conciencia, su cuerpo se relajó y dejó de luchar contra aquél que lo mantenía sumergido.

Este al notarlo lo soltó, asustado por la repentina falta de pelea. Miró a sus amigos con pánico.

Rápido, traigan a alguien del personal médico, no dejen que sus compañeros y menos su entrenador los vean.

El chico cargó el laxo cuerpo de Jin, llevándolo hasta la orilla y sacándolo del agua con dificultad. Al instante escuchó pasos que se acercaban, viendo de reojo al doctor y el enfermero se retiró lentamente, alejándose mientras veía al personal hacer maniobras de resucitación y a uno de sus amigos llamar a alguien. En ese momento supo que estaba jodido, así que corrió a los vestidores, calzándose todas las prendas iportándole poco si las mojaba.

Salió precipitado hacia su casa, pero no contaba con que la entrada del lugar estaría llena por el resto de competidores y sus entrenadores, quienes lo miraron en silencio, extrañados por su repentina aparición.

Hyosang... ¿Qué pasa? Te ves muy mal. -Su entrenador se acercó a él lentamente, mirándolo con preocupación.

¿Por qué hay sangre en tus zapatos? ¿Te hiciste daño? ¿Has visto a Seokjin? Su entrenador lo está buscando.

Y-yo... yo no... no quería, fue accidente, él no...

El pánico le subía por la garganta, saliendo a borbotones en forma de frases inconclusas y desesperadas, tratando de eximirse.

¿Hyosang? No te entiendo ¿En dónde está Jin?

Pero el chico no respondió, mirando con pánico la entrada del lugar al escuchar las sirenas de una ambulancia y ver a los paramédicos entrar corriendo con una camilla.

Después de eso todo fue caos, Seokjin fue trasladado al hospital y él a la estación de policía, donde por supuesto salió luego de que su padre pagara muchísimo dinero para evitar que lo encerraran y un poco más para que nadie publicara ningún artículo al respecto.

Seokjin despertó unas horas después, con la garganta ardiendo en fuego a causa de haber tragado tanta agua, su abdomen igual de adolorido y magullado, el labio roto y una venda inmovilizando su brazo derecho.

Intentó hablar, casi llorando al sentir cómo el esfuerzo de producir algún sonido le raspaba la tráquea. Su entrenador, a quien no había notado hasta ese momento, le puso una mano en el hombro, tranquilizándolo, poniendo una libreta y bolígrafo sobre su regazo.

—No intentes hablar aún, tus cuerdas bucales están inflamadas. —Seokjin miró su hombro y luego al entrenador en una muda pregunta, con los ojos empezando a enrojecer a causa de las lágrimas que querían salir de frustración y enojo-. Se dislocó, pero ya está en su lugar, ahora solo debes descansar. Llamé a tus padres... dijeron que enviarán a alguien para firmar tu alta.

Seokjin desvió la mirada de los ojos de aquél que lo veía con pesar, sintiendo sus lágrimas rodar desde sus ojos hasta empaparle la mano que reposaba sobre su abdomen.

El señor Bang Sihyuk lo miró un instante para luego levantarse, dejándolo solo un momento. Era su mejor alumno, había tantas esperanzas... y ahora no tenían nada. Y ese pobre chico, tan solitario y falto de una familia, una vez más estaba solo y sin lo único que lo mantenía feliz.

| ... ࿆ྃ... |

—¡Seokjin, dije que al agua! —Jin volvió a la realidad de golpe, no sabía cuánto llevaba recordando el incidente, pero definitivamente no quería entrar a la piscina. Su hombro estaba perfectamente, pero el trauma de recordar aquella mano sobre su cabeza y la sensación del agua entrando en sus pulmones lo tenían paralizado.

—Ya no más excusas, debes entrar o no vas a graduarte.

Eso lo sabía, pero no quería, no podía hacerlo. Empezó a retroceder lentamente, intentando alejarse de la orilla, pero unas manos lo empujaron bruscamente, haciéndolo caer estrepitosamente al agua, donde el pánico lo dejó inmovil, aún si quería nadar a la superficie y salir corriendo de ahí.

Cerró los ojos, resignado a morir ahogado, cuando sintió a alguien tomarlo de las axilas, sacándolo rápidamente del agua.

—No seas imbécil Seokjin, no quiero nadar en una piscina con un cadáver.

Namjoon lo miraba entre molesto y preocupado, recorriendo su rostro en busca de una señal que le dijera si el chico frente a él estaba herido.

Seokjin se permitió sentir alivio, incluso gratitud, recargando unos instantes su frente en el hombro del contrario, quien se encontraba con una playera negra de manga larga especial para nadar. Namjoon lo dejó ahí, esperando que se tranquilizara mientras lo cargaba en pose nupcial para llevarlo de vuelta a la orilla.

Seokjin se sostuvo de la barda, dando un pequeño brinco para salir de la piscina.

—Gracias Namjoon.

—Te lo dije hace un rato, nadar con cadáveres no es mi pasatiempo favorito—. Una sonrisa amable y de hermosos hoyuelos adornó el rostro del chico, quitándole lo hostil a su comentario. Seokjin asintió, caminando de vuelta a los vestidores, ignorando los gritos del profesor a su espalda.

»‡«

—Seokjin ¿Estás bien? Escuché que un idiota te empujó a la piscina.

—Sí Yoongi, estoy bien. Tu no novio me sacó antes de que muriera ahí.

—Espera ¿Él toma natación contigo? —Seokjin asintió. -Woow, de haberlo sabido me habría inscrito ahí en vez del baloncesto, daría lo que fuera por verle los abdominales, seguro puedo lavar mis calzoncillos ahí.

Seokjin rió bajito, sintiendo un poco de tranquilidad al estar con su mejor amigo.

—No se puede, él siempre trae una playera.

—Que mal... Te invito ramen ¿Quieres? Para que se te quite un poco esa cara de susto que traes—. Seokjin asintió con una pequeña sonrisa en el rostro, caminando lentamente hasta la salida.

Iban camino a la estación del autobús que los dejaba en la plaza más cercana, pero el sonido de alguien quejándose de dolor y alguien más gritando groserías llamó su atención, desviando su camino de la acera para entrar a una zona con muchos árboles.

—Está bien que seas don comedias niñito, nadie te lo impide, pero hacer la mierda que hiciste no está nada bien, pudiste lastimarlo, incluso matarlo. ¿Tienes idea de lo imbécil que fuiste? —Namjoon jalaba el cabello color rojo de un chico varios centímetros más bajo que él, dejando su rostro expuesto, de donde chorreaba sangre de su nariz, entrando a su boca.

—Ya lo entendí, perdón, seré más consciente de mis acciones, pero por favor suéltame, vas a a arrancarme el cuero cabelludo.

—Es lo mínimo que mereces. -Dijo con rabia el más alto, soltándolo con brusquedad, haciéndolo caer de espaldas sobre el pasto.

—Namjoon -interrumpió con prisa y asombro Seokjin. No entendía nada ¿Por qué aquél chico que lucía tan tranquilo en la escuela estaba golpeando a alguien menor?

—Y hablando del rey de roma... cambio de planes niño, no te vas hasta que él te perdone o te de un buen golpe -. Namjoon volvió a agarrar de la nuca a aquél chico de cabello color cereza, llevándolo casi de rodillas ante el aludido -. Vamos, discúlpate.

—Hyung... mi nombre es Jeon Jungkook, fui yo quien lo empujó a la piscina, en serio pido perdón por mis actos inconscientes-. La presión sobre su cuello le provocaba muecas de dolor, pero su voz salía firme.

—¿Tienes idea de lo horrible que fue? Aún me duele la espalda Jeon.

—¿Oíste eso? -Namjoon afianzó el agarre, sacándole un quejido al menor.

—De verdad lo lamento Hyung, no volverá a pasar, fui un idiota. Por favor dígale que me suelte.

—Está bien Namjoon, dejalo, creo que ya entendió.

—Ups, creo que alg... ¿Qué? —Namjoon miró con extrañeza al de cabello púrpura, él había creído que sería más difícil de convencer.

—Está bien, dijo que no volvería a hacerlo, suéltalo o vas a dejarle el cuello morado y serás tú quien tendrá problemas.

Namjoon aflojó el agarre de su mano y Jungkook se sobó la adolorida zona, dando varias reverencias mientras se alejaba para acto seguido correr en dirección a la escuela.

—Eso no era necesario Namjoon, pero gracias.

—Vaya, al parecer sí que puedes ser amable ¿No? De nada, Seokjin, por favor cambia de deporte, te lo repito por última vez, no me gusta nadar con cadáveres.

Namjoon no dijo nada más, metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón y empezó a caminar en sentido opuesto al que había tomado aquél chico.

Seokjin se sintió cálido, sonriendo tímidamente mientras lo veía alejarse.

—Vaya, ni a mí me hablas tan bonito Seokjin. ¿Qué mosca te picó?

—Tú nunca has golpeado a nadie por mí.

—Nunca había sido necesario.

—Bien, te ganaron la primera vez.

—Y espero que sea la última, incluso ese niño está más alto que yo.

Seokjin negó divertido, retomando el camino con una sensación desconocida en el pecho, pero que le agradaba demasiado, se sentía cálido, como si una pequeña llama de pronto estuviera titilando dentro de su pecho al sentirse protegido por alguien.

_____________

*Stingyn es el nombre de un personaje que salía en una serie llamada "Lazy town". Ese niño siempre decía que todo era suyo.

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