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—No realmente… solo no es mi fuerte, pero podemos probar si es lo que quieres —Seokjin abrió los ojos con sorpresa, sintiéndose excitado ante la repentina acción del menor.
El agua caía sobre ellos, provocando que el vapor llenara cada vez más la habitación, opacando ligeramente la visión de ambos.
Seokjin sonrió de manera ladina, jalando al moreno de la cintura para pegar sus pelvis de forma brusca, provocando que sus ya algo despiertos miembros se rozaran, haciéndolos respirar entrecortadamente.
—Uhm… tentador —dijo el peli purpura, pegando sus labios al cuello contrario, dejando un camino de pequeños besos y mordidas hasta llegar a sus clavículas.
Namjoon respiraba agitado, sosteniendo su peso contra el cuerpo del mayor, sintiendo el agua golpear su espalda y las gotas rodar por su pecho, haciéndole cosquillas que lo excitaban aún más.
Seokjin extendió una de sus manos hasta el miembro contrario sin dejar de mirar a los ojos del rubio, tocándolo de manera suave, pero firme, sintiéndolo endurecerse aún más bajo su toque, admirando a su novio cerrar los ojos de manera lenta y entreabrir los labios, disfrutando del firme toque sobre su cuerpo.
—Es tan grande —susurró, masturbandolo lentamente, haciendo a las rodillas de Namjoon temblar—, pero… —Continuó el mayor.
El rubio soltó un respingo al sentir la mano de Jin alejarse de su miembro. Estaba por reclamar cuando sintió al mayor girarlo de manera brusca, poniéndolo contra el empañado cristal, haciendo que su pecho y rostro limpiaran el vapor acumulado en él.
—Realmente me gusta tu interior… —Dijo Seokjin, pegando su pecho con la espalda del menor, alargando la mano de forma rápida para cerrar la llave de agua, mordiendo levemente su hombro—. Tan cálido… —Namjoon suspiró sonoramente, para luego gemir al sentir la mano del mayor sobre su miembro nuevamente, moviéndola de forma lenta—. Tan apretado…
Namjoon ahogó un gemido al sentir uno de los dedos del mayor invadir su interior, no tenía idea de dónde había sacado lubricante, pero no pudo preguntarle, pues el movimiento en su interior lo hizo morder sus labios, en un vano intento de reprimir el sonoro gemido que salió de su garganta.
Namjoon se mantuvo inmóvil, disfrutando de las caricias que el peli púrpura depositaba en su espalda, con ligeras y excitantes mordidas.
Seokjin podía sentir su miembro endurecerse cada vez más, de manera casi dolorosa al escuchar la entrecortada respiración de su novio y los suaves gemidos que dejaba escapar con cada entrada y salida de sus dedos; no quería verse como un pervertido, pero no le había parecido tan mala idea llevar consigo el bote de lubricante, agradecido por haberse hecho caso.
Seokjin continuó moviendo el par de dígitos en el interior del moreno, igual que como lo había visto hacerlo, girando la mano lentamente, curvando los dedos y tocando un punto exacto en su interior que lo hizo gemir sonoramente.
—¡Ah! Seokjin… no… —Namjoon sintió sus piernas flaquear cuando ese punto en su interior fue estimulado de manera tan deliciosa y repentina, volandole la cabeza.
—¿No? ¿Por qué no? —Preguntó burlón, repitiendo la acción, disfrutando enormemente la expresión de delicioso sufrimiento que el rubio le regalaba.
—P-porque… ah… voy a terminar… —respondió Namjoon, intentando controlar su respiración.
—¿Y no es lo que quieres? —Seokjin simulaba lentas y firmes estocadas con la mano, provocando al menor.
—S-sí.
—¿Entonces…? No veo cuál es el problema.
—Te quiero dentro, Seokjin. Quiero sentirte dentro de mí. Y no hablo de tus dedos. —Namjoon había respirado profundamente para poder decir aquello sin gemir, sonrojándose por estarlo pidiendo de aquella manera.
Se sentía sometido, expuesto y muy excitado, con el mayor presionandose contra su cuerpo; podía sentir el palpitante miembro del contrario chocar con su trasero y el propio rozar la fría superficie frente a él, sobreestimulandolo.
—Ah… creí que nunca lo pedirías —susurró Seokjin, sacando sus dedos de manera lenta, torturando a su novio un poco más antes de hundirse de una dura estocada que hizo a Namjoon gemir contra el vidrio, apretando los puños ante la deliciosa intromisión.
—Ah… Seokjin …
—Namjoon…
El cuarto de baño fue inundado por los sonoros gemidos y la respiración entrecortada de ambos, en donde sus calientes cuerpos continuaban llenando el espacio con vapor.
El morboso sonido de sus húmedas pieles entrechocando sólo volvía la atmósfera mucho más excitante, en donde Seokjin apretaba las manos de Namjoon contra el cristal, moviendo la cadera a un ritmo firme y constante, con Namjoon presionandose contra él para hacer la embestida mucho más profunda.
—Ah… Jin… ya no puedo… —Seokjin agradeció silenciosamente aquello, pues podía sentir su orgasmo alojarse en su vientre bajo, amenazando con salir en cualquier momento.
—Hazlo, mi amor… termina para mí —Seokjin tomó el palpitante miembro del moreno con sus manos aún entrelazadas, haciendo que se masturbara y al mismo tiempo, guiando sus movimientos, excitandolo a un punto delirante.
Namjoon no pudo contenerse mucho más, derramando semen sobre su mano, la contraria y el vidrio frente a él, sintiendo su orgasmo explotar de forma violenta y deliciosa, arrebatándole la fuerza de las piernas casi por completo.
Seokjin gimió sonoramente al sentir el interior del moreno apretarlo de forma deliciosa, despojandolo del poco control que le quedaba, corriendose en su interior con violencia.
Ambos se quedaron parados un momento sin moverse un centímetro, temerosos de desplomarse si lo hacían.
Poco a poco recuperaron el aliento, mientras Seokjin besaba esporádicamente la piel canela frente a él y Namjoon suspiraba tras cada roce.
Cuando se separaron solo pudieron besarse de manera lenta, disfrutando del lento roce de sus lenguas y la suave presión de sus dientes.
Seokjin volvió a abrir el grifo de agua, dejando que el agua tibia empapara sus cuerpos en nueva cuenta, comenzando a vaciar un poco de shampoo sobre la palma de su mano para tallar el rubio cabello de manera lenta y delicada, depositando toda su atención en aquél acto de íntimo y profundo amor, recibiendo lo mismo de parte el moreno, que le sonreía de manera preciosa, arrancándole suspiros enamorados.
Lentamente, terminaron de bañarse el uno al otro, en donde el jabón asemejaba el amor que se tenían y el agua todas las palabras cursis que no se decían, pero se demostraban.
Cuando terminaron de ducharse, el sonrojo suave de sus mejillas era la muestra de lo cálidos, enamorados y felices que se sentían, envueltos en mullidas toallas color crema.
Se vistieron en silencio, poniéndose la pijama entre pequeños y cursis besos, suaves suspiros y una romántica atmósfera que ni el sonido de alguien llamando a la puerta pudo romper.
El doctor los revisó concienzudamente, aplicando medicinas en crema y unos vendoletes sobre el nudillo abierto de Seokjin, recetando un par de antibióticos suaves para evitar alguna complicación.
Ambos agradecieron con una profunda reverencia que fue correspondida, bajando tras el hombre y metiéndose a la cocina, en donde sus amigos los esperaban, felices y animados.
El resto de la madrugada transcurrió entre risas, halagos, comentarios respecto a la maravillosa noche que habían pasado y felicitaciones hacia los próximamente graduados.
Todos se quedaron dormidos en la sala, con Seokjin refugiado en el pecho de su novio, que ni dormido soltaba su mano, ambos semi recostados en un extremo del amplio sofá.
Hoseok tenía la cabeza de Yoongi sobre su regazo, en donde había quedado perdido tras recibir suaves y placenteros mimos sobre su estómago, al otro extremo del mueble.
Los hermanos y Jimin estaban en una posición extraña sobre la alfombra del suelo, donde la cabeza de Jungkook quedaba sobre el abdomen del menor de todos, siendo Jimin el que se recargaba en Taehyung y este, sobre su hermano.
Para cuando los empleados de la casa llegaron para comenzar sus labores, quedaron enternecidos con la imagen frente a ellos, en donde Patrick se tomó el atrevimiento de inmortalizar la escena con su teléfono, enviando la fotografía al chat privado de Seokjin.
El resto del ciclo escolar transcurrió tranquilo y sin percances, Jackson no volvió a molestar a la pareja, manteniéndose tan alejado de ellos como el castigo se lo permitía.
La ceremonia de graduación estuvo llena de lágrimas y promesas por parte de los siete chicos, en donde se juraban no dejar de hablarse ni permitir que la distancia los alejara.
Seokjin entendía perfectamente el discurso de su novio, la escuela lo había preparado intelectualmente, pero sus nuevas amistades ahora le enseñaban cosas útiles para la vida social; ya no se sentía solo, tampoco temía no estar al cien por ciento para sí o sus amigos, pues sabía que podía contar con el resto para aportar aquello que en ocasiones él no podía dar.
De vez en cuando y de forma inesperada, Seokjin se reunía con todos, recibiendolos y despidiéndose con un enorme y apretado abrazo grupal que arrancaba carcajadas a todos y los hacía sentir cálidos hasta su siguiente reunión.
| ... ࿆ྃ... |
—Gracias Namjoon.
Seokjin se encontraba con la cabeza recostada sobre el hombro del menor, admirando el hermoso atardecer desde una tienda de campaña en lo alto de una enorme montaña.
Era su primer aniversario como pareja y el mayor había decidido regalarle un viaje a su amado novio.
La naturaleza los rodeaba y los rastros de la tenue luz anaranjada que el atardecer proporcionaba los envolvía de manera cálida.
—¿Por qué? —Contestó el menor sin dejar de ver el sol ocultarse tras las lejanas montañas.
—Por este año lleno de nuevas experiencias y tantas enseñanzas. Te convertiste en mi maestro, y mi tesoro, me mostraste el otro lado de la moneda y mil formas más de ver la vida. Gracias a ti... ahora puedo apreciar el mundo con otros ojos, tengo amigos maravillosos y un novio al que no cambiaría por nada en el mundo.
—Bueno, te acepto lo del novio, pero el resto es crédito completamente tuyo, Jinnie. Yo solo te acompañé, pero fuiste tú quien se permitió cambiar y salir adelante.
—En ese caso, gracias por sostener mi mano todo este tiempo, gracias por acompañarme, levantarme y sentarte conmigo en los momentos en donde creía que jamás podría volver a levantarme.
Namjoon separó su cabeza de la contraria un momento, solo para depositar un cariñoso beso en la coronilla del mayor.
—Ha sido todo un placer para mí, es la mejor forma que tengo para demostrarte cuánto te amo, porque no hay nada más que me haga sentir que te lo muestro como lo es estar a tu lado en tus malos y peores momentos. En todo caso, soy yo quien debería agradecer.
Esta vez fue turno del mayor para mirar con duda a su novio.
—Por permitirme estar en esos momentos —aclaró—. Por permitirme convertirme en tu "profesor" y sostener tu mano mientras atravesabas situaciones difíciles, confiando y apoyándote en mí.
Seokjin sonrió, sintiendo su pecho llenarse de ese hermoso calor que solo Namjoon lograba provocarle.
—Te amo, Kim Namjoon.
—Te amo, Kim Seokjin.
Dijeron al unísono mientras se miraban a los ojos y el sol destellaba por última vez en el día sobre el orizonte, dando paso a ese momento especial en donde no había sol que iluminara el cielo, pero sí la tenue luz dorada que tardaba en desaparecer de la atmósfera, dejando a su paso el suave resplandor del último rayo de luz solar.
"La hora mágica" la llamaban algunos.
Los ojos de ambos chicos destellaron, haciendo a las estrellas que comenzaban a aparecer sobre sus cabezas sentirse celosas por el gran brillo que estos despedían, opacándolas por completo, con la luna llena como único testigo del profundo y sincero amor que los astros que llevaban por ojos se profesaban silenciosamente.
Tras unos instantes de admiración mutua, sus labios se unieron en un profundo y mágico beso que selló la muda promesa que sus corazones se dedicaban en ese momento, latiendo a la misma velocidad, en una frecuencia que ni ellos mismos imaginaban tener: nunca, jamás permitir que volvieran a sentirse solos, enseñándose y aprendiendo uno del otro, acompañandose, incluyendo a la nueva familia que habían formado junto a sus amigos.
Fin
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