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13

—¿Qué mierda quieres Wang? —Namjoon sonaba molesto, no se sentía capaz de tolerar alguna idiotez de parte de su ex pareja.

Seokjin se encontraba a su lado, mirándolo de una manera igual de amenazante que su novio, sosteniendo su brazo de manera firme al ver que este estaba por abalanzarse sobre el recién llegado.

—Que hostil… —habló Jackson, mirando de manera altiva al peli purpura—. Veo que ya te tienen más que domado. —Seokjin pudo sentir a Namjoon tensarse aún más, más que dispuesto a lanzarse a su cuello.

—Aunque… tu nueva mascota luce un poco diferente a cuando lo conocí… —Jackson no pudo continuar, Namjoon lo había golpeado de manera repentina en la cara, haciéndolo retroceder unos cuantos pasos.

Namjoon agitaba la mano izquierda, con Jin sorprendido al darse cuenta que solo había inmovilizado una de sus extremidades.

—Cuanta violencia… —Dijo, sobando su mandíbula con semblante burlón.

Seokjin miraba alrededor, pero nadie parecía tener intenciones de llamar a algún profesor, prefiriendo quedarse para ver el espectáculo.

—Namjoon, por favor, le estás dando lo que quiere. —Seokjin se interpuso entre su novio y el rostro burlón de Jackson.

—Mejor hazle caso a tu perrita guardiana, no vaya a ser que quiera morderme. —Namjoon se removió en su lugar, intentando soltarse del fuerte agarre del mayor.

No entendía cómo era que Seokjin estaba tan tranquilo, recibiendo insultos de alguien a quien ni siquiera podía ver en pintura sin querer hacerla pedacitos.

—Escucha Jackson, no tengo idea de cuál es tu maldito problema ni de por qué insistes en hacer un espectáculo justo ahora, pero te voy a pedir que te largues de aquí ahora mismo o voy a perder la paciencia —escupió Seokjin entre dientes, intentando ser diplomático, incluso respetuoso, aunque el chico tras él se lo ponía muy difícil.

—Claro, supongo que necesitas ganártelo aún ¿No es así? Créeme, no es tan difícil, te abrirá las piernas en cuanto se lo pidas… a menos que seas tú quien lo desee.

Seokjin estaba tenso, escuchando las insultantes palabras del mayor, sosteniendo a Namjoon con el único propósito de, esta vez, no ser él quien se abalanzara sobre el mayor.

—En ese caso, entiendo que debas estar de lame botas, es difícil convencerlo de cambiar roles, le encanta gritar como maldita perra en celo… —Jackson no pudo continuar cuando el fuerte puño de Seokjin se estrelló contra su boca, mandándolo al suelo con un punzante dolor en los labios y el fuerte sabor a hierro sobre su lengua.

Seokjin se sobaba la mano, que ya escurría algo de sangre por haberse cortado con uno de los dientes de a quien golpeó.

En ese momento llegaron sus amigos, de los cuales tres sostenían a Namjoon, impidiéndole meterse a la pelea, mientras que Taehyung buscaba a algún profesor en los alrededores y Yoongi intentaba alejar al peli púrpura del hombre sobre el suelo.

—No vale la pena, Jin. Vamos. —Yoongi jalaba a su amigo de manera insistente, alejandolo del lugar.

Seokjin lo siguió de cerca, intentando parar el sangrado de su mano con un pedazo de tela que alguien le había pasado, pero una fuerte tacleada desde su costado derecho lo mandó al suelo, golpeando su hombro de manera dolorosa.

Ambos chicos forcejearon, girando sobre la fríasuperficie, en donde la corona de Seokjin cayó tras recibir un fuerte golpe en el pómulo izquierdo, aturdiendolo.

Seokjin lo tomó por las solapas del traje, manchando todo de sangre con la herida de su mano, girando sobre el suelo para quedar a horcajadas del mayor, golpeando su rostro una sola vez y sometiendolo contra el suelo luego, en donde usó su antebrazo para inmovilizarlo por el cuello, pisando una de sus manos y sosteniendo su otro brazo con la mano herida.

—Escúchame bien, maldito pedazo de imbécil —masculló Seokjin, muy pegado al rostro del contrario—. No tienes el derecho de venir y hablar mierda de mi novio y mucho menos de mí, cuando fuiste tú quien lo echó a perder, así que más te vale guardarte los comentarios en el culo y te sugiero largarte de aquí de una maldita vez, porque estoy comenzando a perder la paciencia.

Jackson se removió debajo del peli púrpura, haciendo que este ejerciera más presión sobre su cuello y mano, sacando un quejido entrecortado de los labios del mayor.

—Señores Kim, señor Wang, señor Choi, acompañenme por favor —una voz firme y autoritaria les habló a sus espaldas.

El director se encontraba parado junto a los chicos que seguían en el suelo, a su alrededor todos comenzaban a dispersarse, a excepción de los amigos del peli púrpura, que atentos, se aseguraban que nadie más se metiera en la pelea.

Namjoon se sobaba la mano derecha y fue ahí donde Seokjin se dio cuenta que, tras él, otro chico que suponía era el tal Choi, se encontraba sentado en el suelo, sangrando de la nariz.

Jin salió de encima de su contrincante, aprovechando para empujarlo de manera imperceptible contra el suelo y pisando discretamente su mano, sonriendo burlón tras la queja que eso le arrancó de los labios.

Los cuatro caminaron tras el director hasta un salón privado, la tensión podía sentirse en el ambiente, en donde, quien fuera que pasara por ahí, juraría que los cuatro chicos estaban a punto de saltarse encima y reanudar la pelea.

—No sé si sentirme sorprendido o decepcionado de ustedes —comenzó a hablar el hombre de manera calmada, pero seria, dirigiendo la atención de los jóvenes hacia él—. Mis alumnos más reconocidos, peleando como perros y gatos en su fiesta de graduación. ¿Qué fue lo que pasó?

Un silencio sepulcral inundó el lugar, podían ser enemigos, odiarse y desear partirse la cara unos a otros, pero no eran unos soplones.

—Lo sentimos, director —dijo Seokjin, tomando valor de algún lado para hablar primero.

—Las cosas se salieron de control —secundó Namjoon, acercándose un poco más a su novio en un gesto de apoyo.

—No volverá a pasar, señor —habló Jackson, sorprendiendo a la pareja.

—Nos comportaremos a partir de ahora —terminó el chico al que habían llamado Choi.

—Veo que a pesar de todo, ninguno piensa delatar a nadie. ¿Qué clase de comportamiento es este? Señores Kim, podía esperarlo de quien fuera, menos de ustedes. —El director los miró de forma reprobatoria, intentando intimidados, pero la adrenalina aún recorría las venas de los mencionados, provocando que solo levantaran la mandíbula, negándose a dejarse atemorizar por el mayor.

—Lo sabemos, señor. Y le pedimos nuestras más sinceras disculpas —defendió el rubio, mirando de reojo a su ex pareja y al chico a quien solo conocía de vista y sabía que se llamaba Choi Youngjae.

—No intenten encubrirse, todos recibirán su merecido castigo. Sólo quiero saber qué fue lo que pasó. ¿Seokjin? —El peli purpura miró al hombre frente a él, manteniendo el rostro serio, sin expresión alguna que lo delatara—. Bien, en ese caso, los cuatro tendrán una sanción; se quedarán después de clases lo que resta del ciclo escolar para limpiar aulas, pintar los baños y podar los jardines, aunado a eso, retiraré su carta de buena conducta de sus expedientes. A partir de ahora, nadie puede hablar conmigo para acusar o defender al resto. Los cuatro estarán castigados y, si llego a enterarme que esta pelea continuó allá afuera y créanme, me enteraré, yo en persona me encargaré de ver que no reciban su título este año. Pueden retirarse.

El hombre se veía tenso, una vena resaltaba en su sien y se había puesto colorado, pero ni eso pudo menguar la temple de los chicos, que aceptaron sus palabras sin chistar, haciendo una reverencia para comenzar a salir por la puerta.

—Por cierto, joven Seokjin. —El aludido volteó antes de salir—. Vaya a que le revisen esa mano, si se golpeó con el diente de su compañero, podría ser muy peligroso que no se atienda pronto.

Seokjin asintió y tras hacer una reverencia, caminó fuera del lugar, siendo recibido por Namjoon y sus amigos, que ya tenían un trapo húmedo en las manos y un botiquín de primeros auxilios, llevándose a los protagonistas de la pelea hasta el baño.

Más allá, Wang y Choi los miraban de manera hostil, pero sin intenciones de seguir la pelea.

—Vaya, hyung… recuerdame jamás hacerte enojar. —Bromeó Jungkook, mojando un algodón en alcohol, pasándoselo a Jimin, quien ya había lavado la herida con abundante agua, haciendo presión en la herida que se negaba a dejar de sangrar.

—Esto va a dolerte, hyung. —Avisó al tiempo que colocaba el algodón empapado sobre la herida, haciéndola escocer, sacando un grito ahogado de la garganta del mayor.

—Ese maldito… espero que no tenga rabia —masculló Jin entre dientes, intentando distraerse del agudo dolor.

Namjoon frunció el ceño, sintiéndose culpable.

—Lo siento mucho, Jin —dijo con voz seria, llamando la atención de todos, menos de Jimin, que aprovechó para seguir revisando las heridas del mayor.

—¿Por? No fuiste tú quien me golpeó. —Seokjin sonreía, intentando verse relajado y en paz, casi lográndolo de no ser por las muecas de dolor mal disimulado que hacía.

—Pero por mi culpa lo hicieron.

—No es culpa tuya que tengas un ex tan violento y con solo media neurona en el cerebro. —Seokjin no estaba dispuesto a dejar que su novio se torturara por lo ocurrido—. Aún no te supera, es normal que se vea desesperado, yo también lo estaría si viera que pierdo a semejante partidazo —continuó, guiñandole un ojo al moreno, provocando que soltara una carcajada, sintiéndose triunfante.

—Listo hyung. No tienes golpes graves aparte del de tu mano, pero el alcohol paró el sangrado, así que estarás bien.

—Waaa, Jiminie, eres todo un experto.

—Gracias hyung, espero convertirme en un gran enfermero pronto. —Dijo orgulloso, sonrojándose levemente.

—Lo serás, estoy seguro de eso. —Lo animó Namjoon, recibiendo apoyo del resto con sonidos de afirmación, haciendo que Jimin se sonrojara aún más.

—Namjoon hyung, veo que tus golpes no son graves, así que solo debes limpiarte la sangre y listo. No puedo hacer nada más por ustedes, los moretones serán inevitables.

—Ah… mi hermoso rostro. —Todos comenzaron a reír al escuchar la misma frase salir al mismo tiempo de los labios de la pareja.

Ambos se miraron, sonriendo ampliamente.

—Bien, esto era una fiesta. ¿O me equivoco? —Hoseok se veía alegre y relajado, incitando al resto a imitarlo—. Sigamos bailando, no sabemos cuándo habrá otra ocasión como ésta.

Los chicos asintieron, saliendo lentamente del lugar.

—Nam… tú estabas por decirme algo. —Seokjin y Namjoon atravesaban la pista de baile tomados de la mano, ignorando olímpicamente las miradas de aquellos indiscretas que los apuntaban y cuchicheaban a su paso.

—Sí… Vamos afuera ¿Quieres? —Seokjin asintió, siguiendo a su novio sin emitir una palabra más.

—Bien, aquí nadie nos molestará —dijo Namjoon al llegar a un pequeño y acogedor jardín, adornado con diversos focos que emitían una muy tenue luz ambarina, apenas iluminando el lugar, generando un ambiente sumamente romántico.

—Seokjin, hace un rato te dije lo importante que te habías vuelto para mí, pero ahora me di cuenta que… sin duda eres un ser humano maravilloso, digno de mi confianza y a quien le daría mi corazón en una bandeja si me lo pidiera. Te acabas de ganar no solo mi corazón, si no también mi admiración. —Namjoon movía las manos de manera nerviosa a sus costados, jugando con un hilo suelto de su traje.

—Lo que quiero decir es… quiero que sepas que… —Seokjin se encontraba enternecido, casi chillando de la emoción al ver a su siempre seguro novio perder el control y sonrojarse violentamente, trabándose con las palabras y negándose a mirarlo a los ojos.

—¿Sí? —El mayor hacía un esfuerzo por no reírse, disfrutando un poco del torturar a su novio.

—Yo… es que yo… —Seokjin se rió ligeramente, callando el tartamudeo del rubio con un fugaz beso en los labios.

—También te amo, Kim Namjoon. Y no importa si vienen miles de exes más a golpearme, jamás te dejaré ir. Porque me has enseñado mucho, me has sacado de mi zona de confort y has logrado lo que nadie más. Contigo me siento cómodo, emocionado y en paz.

Namjoon se quedó en silencio un momento, contemplando los hermosos y destellantes ojos del mayor, que reflejaban sinceridad y algo de diversión, haciéndolo sentir expuesto.

—Seokjin… yo iba a decirte que tenías sucia la nariz no que te amaba… —Una fuerte carcajada salió de sus labios al ver el rostro estupefacto del mayor, que cubrió la mitad de su cara con sus manos y se alejó de él de manera violenta, enrojeciendo hasta las orejas. —¡Perdón! Era broma, lo siento. Debiste ver tu rostro.

Seokjin lo miró con los ojos entrecerrados, acercándose rápidamente hacia él para golpearlo en el pecho, quejándose al instante al sentir su herida reciente re abrirse.

—Oh mi amor… —Namjoon tomó aquella mano herida entre las suyas, revisando que la cortada no comenzara a sangrar de nuevo. —Claro que te amo, Kim Seokjin, eres maravilloso.

El rubio tomó el mentón del mayor de forma delicada, acariciando su pómulo herido con sumo cuidado, apenas rozando la piel, cual brisa de verano.

La distancia entre los chicos se acortó lentamente, los sentimientos fluían rápidamente entre ellos, volviendo a generar esa bella burbuja de lo que ahora ambos sabían era amor, en donde las palabras sobraban, siendo sus ojos y corazones quienes hablaban por sus labios, permitiendo que estos se tocaran libremente y sin interrupción.

Cuando ambos se separaron, su aliento estaba entrecortado y sus pulmones faltos de oxígeno, pero sus corazones estaban tranquilos, latiendo al unísono. No supieron cuánto tiempo pasaron en aquel lugar, tampoco cuántas veces más se besaron, sólo sabían que la luna los cobijaba, con las estrellas como únicos testigos de su amor.

Para cuando volvieron dentro, sus amigos los recibieron con grandes sonrisas, Yoongi y Hoseok se tomaban de las manos y lucían felices.

—Hyung… —Habló Taehyung, llamando la atención del mayor.

—¿Sí Tae?

—¿Podemos hablar? —Seokjin apretó los dedos de su novio entre los suyos, indicándole que soltaría su mano para ir con el castaño.

—Dime, Tae. Te escucho. —Dijo cuando el menor se detuvo a una distancia prudente de los demás.

—Es solo que… quería disculparme contigo. No tenía derecho de hablarte así. Hablé con Jungkook y tenías razón, no es asunto mío, él decidió que estaba bien con esto y yo debo respetarlo. Eres un gran amigo y al parecer un excelente novio, gracias por aceptarme a pesar de ser algo hostil. —Seokjin escuchó atentamente las palabras del chico, sonriéndole en respuesta, haciéndo saber que no tenía rencor alguno hacía él.

—Estoy seguro que eso puede cambiar, pero vayamos poco a poco ¿Quieres? No prometo que te caeré bien de un momento para otro, pero aprecio tus disculpas y las acepto. Eres un gran hermano, Tae. —Ambos chicos se miraron, volviendo junto a sus amigos de manera lenta.

—Creo que es hora de ir a casa. —Anunció Yoongi, mirando su mano entrelazada con la de su novio.

—Claro ¿Pijamada en mi casa? —Sugirió Jin, recibiendo una estruendosa aclamación afirmativa. —Llamaré a Patrick para que pase a recogernos.

—Yo hablaré con él. —Namjoon interrumpió el andar de Seokjin, desconcertandolo con su tono serio y hostil.

—¿Ocurre algo? —Preguntó el mayor, ladeando la cabeza con genuina intriga.

—Es solo que me siento celoso de las miradas que te echa, no quiero que siga pensando que no me doy cuenta. —Seokjin soltó una enorme carcajada, sorprendido ante la tierna sinceridad de su novio.

—Patrick me ha visto crecer solo, él está feliz de verme feliz… contigo. —Dijo, besando rápidamente la mejilla del moreno.

—Bien, pero no está de más aclararlo. —Continuó Namjoon, indispuesto a ceder en su propósito.

Varios minutos más tarde, todos se hallaban montados y apretujados en la camioneta del mayor, pero el viaje duró poco, lo cual agradecieron enormemente al bajar.

—Bienvenidos de nuevo —saludó el chofer, viendo entrar a todos los chicos, sonriendo ampliamente, contagiado por las hermosas sonrisas de aquellas personas que parecían verdaderos príncipes salidos de un cuento de hadas.

—Jóvenes Kim ¿Está todo bien? Llamaré al médico familiar de inmediato —Patrick se veía angustiado, tomando su teléfono rápidamente, tecleando un mensaje y presionando enviar antes que cualquiera pudiera replicar—. Está hecho. Por favor tomen una ducha rápida, el doctor estará aquí en media hora. —Ordenó el hombre, luciendo autoritario por primera vez ante su jefe.

Seokjin y Namjoon se miraron, extrañados, únicamente asintiendo en respuesta, entrando lentamente y subiendo a la habitación del mayor.

—Hyungs ¿A dónde van? —Preguntó Taehyung con una enorme sonrisa, saliendo de la cocina e interrumpiendo el camino de los mayores.

—Uh… Patrick acaba de llamar al médico de la familia para que nos revise las heridas, así que iremos a ducharnos. Pueden hacer lo mismo si quieren, ya saben en dónde están las cosas. —Dijo Seokjin rascando su cuello de manera nerviosa.

—Comeremos algo antes si no te importa. Son las tres de la mañana y tenemos algo de hambre —respondió Taehyung mostrando una hermosa e infantil sonrisa cuadrada, contagiando al mayor.

—Claro, tomen lo que quieran. ¿Vamos Nam? —Taehyung volvió a la cocina, anunciando las buenas nuevas mientras la pareja seguía subiendo las escaleras.

—Jinie…

—¿Mmh? —Seokjin comenzaba a desvestirse, teniendo cuidado de no rozar sus heridas con la ya de por sí sucia prenda.

—¿Vamos a… ducharnos juntos? —Preguntó Namjoon de manera tímida, sintiéndose cohibido al observar los lentos movimientos del mayor mientras se sacaba las prendas superiores con movimientos lentos.

—¿No quieres? —Seokjin se sintió culpable por haber asumido que aquello estaba bien.

—No, no, no. No es eso… solo quería confirmar —Namjoon sonrió de manera sumamente linda, cerrando los ojos y marcando sus hoyuelos, enterneciendo al mayor.

Ambos se desvistieron, quedando únicamente en ropa interior y entrando a la ducha en silencio, silencio que solo era interrumpido por el agua cayendo de la regadera, comenzando a llenar el lugar de un espeso y cálido vapor que poco a poco comenzó empañando el hermoso cancel de cristal.

Seokjin terminó de desvestirse, entrando bajo el agua caliente, sintiendo sus heridas escocer, pero disfrutando la sensación del agua caer sobre su dolorido cuerpo.

Namjoon lo siguió de cerca, admirando el hermoso cuerpo que su novio poseía.

—Seokjin… —Habló Namjoon, abrazando al mayor por la espalda, entrelazando sus manos sobre el plano vientre de Seokjin—. ¿Cómo es que eres tan guapo?

—No lo sé, lo mismo me pregunto yo. —Respondió, girando entre sus brazos, quedando de frente al rubio y pasando sus brazos tras la nuca del contrario para quedar a escasos y peligrosos centímetros de él.

Seokjin atrapó los labios del menor entre los suyos, comenzando a besarlos de manera lenta y sugerente, metiendo de a poco su lengua, lamiendo los labios del contrario para luego mordisquearlos suavemente.

Namjoon correspondió gustoso el contacto, abriendo la boca para succionar aquella traviesa lengua que tanto le gustaba, arrancando un suave gemido del mayor.

—¿Es cierto lo que ese idiota de Wang dijo? —Susurró Seokjin, empujando levemente al moreno para separarlo un poco de su cuerpo.

—¿Qué cosa? —Namjoon ladeó la cabeza, intrigado ante la repentina mención de su ex pareja.

—Ya sabes… que es difícil convencerte de cambiar roles. —Seokjin dirigió una lasciva mirada al moreno, pegándolo al ya más que empañado cancel de cristal, provocando que el menor arqueara la espalda al sentir el frío del vidrio contra su piel, rozando su pelvis con la del contrario.

Una ladina sonrisa cruzó el rostro del rubio, que reaccionó de forma rápida, acorralando al mayor contra la pared de atrás, aprisionandolo ahí.

—No realmente… solo no es mi fuerte, pero podemos probar si es lo que quieres.

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