Odio las compras.

     Sé que me ofrecí a hacerlas, pero odio las compras.

     Tenía un carrito entre mis manos y, en uno de mis brazos, colgaba una canasta. Pensé en dejar la canasta dentro del carrito una vez que tuviese las cosas listas, entonces, cargaría con menos cosas.

     Dentro de la canasta, qué ahora estaba dentro del carrito, había una bolsa grande de un kilo y medio de comida para perros, shampoo, jabones ㅡpara las manos, el cuerpo e incluso para la ropaㅡ, algo de verdura, un poco de fruta, fruta seca, flores de plástico, semillas ㅡpara comer y otras para plantarㅡ, pan y velas aromáticas; con olor a lavanda y otras a limón.

     Y ésas sólo eran las cosas de Ssoso y Ring Ring, mis dos queridos vecinos.

     Dentro del carrito, habían cosas que eran simplemente mías.

     Había frutas, verduras, algo de carne y pollo, pastas, galletas ㅡdulces y saladasㅡ condimentos para comida, pan para hacer tostadas, tostadas en una bolsa, más pan, algunas botanas, quesos, y otro par de cosas para la cocina... ¿ya dije pan?

    Luego, separados por la canasta (la cuál estaba en el medio del carrito) había cosas para el baño; toallas nuevas, jabones y jabones para la ropa, perfumes y perfumes para la ropa, diferentes tipos de aerosoles de olores bonitos para cuando me voy de casa mucho tiempo; etcétera, etcétera, etcétera...

     Suspiré caminando hacia el área de animales, ¿será hora de tener algún animal en casa?; bueno, no puedo tener algo que ocupe mucho espacio, ¿podría comprarme un loro?, ¿alguna especie de pájaro?, ¿tal vez un gato?; mientras miraba las comidas de animales e intentaba hacerme una idea de algo que de verdad quisiera, mi carrito chocó con otro.

     Observé el carrito ㅡcreo que está de más decir que estaba vacío en el medio del pasillo cincoㅡ, y lo ví irse lentamente hasta chocar con una bolsa de comida para gato; de alguna forma desgarró la bolsa y todo cayó en pequeños empaques de diferentes colores y formas.

     ¿Por qué me quedé esperando a ver qué pasaba? No me había sentido tan inútil desde hace años.

     ㅡAy, no... ㅡmurmuró la mujer que lo llevaba, arrodillándose en el suelo para recoger las bolsas.

    ㅡDisculpe, me distraje y no detuve en carrito... ㅡexpliqué, mientras me arrodillaba frente a ella y le ayudaba a recoger las bolsas para meterlas todas en una bola más grande, parecida a la que se había desgarrado.

     ㅡNo tiene que disculparse... yo también estaba distraída ㅡme sonrió, levantando la cabeza.

     Mis ojos medio azulados se cruzaron con aquellos ojos negros. De repente sentí cómo si todo el mundo se detuviera en una milésima de segundo

    Sus mejillas estaban algo sonrosadas por el repentino toque de nuestras manos al intentar tomar la misma bolsa...

     Sí, muy cliché de novelas de tarde.
     Pero así había sido, así se había sentido de verdad.

     Las bolsas estuvieron en una más grande, me levanté y extendí mi brazo a ella, para que pudiera sujetarse y levantarse. Nos fuimos juntos hasta la caja, ya que ella me había preguntado si tenía algún perro y yo le había comentado que quería un animal, pero que la comida para perros no era mía.

     Aquello le atrajo a querer saber un poco mas acerca de mi, ya que no muchos salen a comprar por sus vecinos, ni siquiera aunque sean cosas pequeñas. Me comentó que los vecinos del piso en el departamento dónde ella vive no harían un pequeño esfuerzo por ella, aunque tampoco quiere pedir favores.

     Y a mi me atrajo el hecho de que sus muñecas están muy maltratadas.