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🍓REVENGE🍓

Jungkook.

Cuando era niño recordaba que siempre le pedía a mis padres un hermanito y siempre me respondían que conmigo era suficiente y que al ser hijo único todo su amor seria solo para mi.

Pero yo no lo entendía, siempre quise tener alguien con quién jugar, envidiaba a mis amigos que tenían más hermanos y no entendía porque mis padres nunca quisieron tener más hijos, no fue hasta que mi madre murió por una rara enfermedad degenerativa que lo entendí.

A los doce años nos quedamos solos mi padre y yo, y mis ganas de tener un hermano se esfumaron, rápidamente me acostumbré a que solo fuéramos nosotros dos, así que cuando dos años después de que mamá se fuera mi padre me anunció que se casaría nuevamente no me tomé muy bien la noticia.

Como una manera de tratar de que yo aceptará a esa intrusa me dijo que ella era madre soltera y que tenía un hijo dos años menor que yo, pero en lugar de agradarme la idea me molestó, ahora también tendría que compartir mis cosas con alguien más con ese chico.

Dos meses después y contra todas mis quejas, mi papá se casó así que obviamente su nueva esposa y su hijo se mudaron con nosotros, ahora éramos una familia de cuatro y a pesar de las esperanzas de mi padre y su esposa, mi relación con mi nuevo “hermano”  no era la mejor.

Simplemente no nos llevábamos bien, los dos éramos bastante diferentes, nuestros gustos eran dos polos opuestos y esas diferencias se hicieron cada día más claras conforme pasaron los años. Ahora con 21 años y Jimin con 19 las peleas entre ambos eran algo constante en nuestro día a día, lo único que él y yo teníamos en común es que ambos éramos bastante vengativos y siempre buscábamos la manera de responder a las acciones del otro de peor forma.

Nuestra última gran pelea terminó conmigo siendo castigado sin coche ni dinero, después de que Jimin me acusara por haber vendido la vieja chatarra que él consideraba un carro y utilizado el dinero para irme de fin de semana a la playa con mis amigos.

Forzado a tener que pedirle a mis amigos que pasarán por mi para ir a la universidad o moverme en transporte público lo cual odiaba y por si eso no fuera poco tenía que conseguir dinero para devolverle lo que me pagaron por el coche. Durante días estuve pensando como me desquitaría de él por ser un maldito chismoso, y no fue hasta está mañana mientras desayunábamos que la iluminación llegó.

Mientras yo disfrutaba de un delicioso plato de mi cereal favorito, él comía un plato lleno de fresas con leche condensada sus favoritas, mientras lo veía tomar una de las frutas cubierta en su totalidad por el dulce cremoso y meterla a su boca, una perversa y asquerosa idea cruzó por mi mente.

¿Qué pasaría si cambiara su habitual marca de crema por otra mucho más especial? Sonreí con malicia mientras un plan se formaba en mi cabeza, disfrutaría tanto de mi venganza.

Jimin.

Un escalofrío me recorrió la espina dorsal cuando ví sonreír a Jungkook con sus oscuros ojos fijos en mí, sabía que estaba enojado conmigo por qué Do Yoon le quitará el coche, pero en mi defensa el se lo busco, por su culpa había tenido que pasar la última semana llendo a la universidad con Taehyung y su novio, y tenía que aguantar las ganas de matarlos cada que comenzaban a besarse y toquetearse y decirse lo que se harían cuando estuvieran solos delante mío sin pudor alguno.

Los amaba a ambos pero odia que fueran tan expresivos en público, había cosas que en definitiva no necesitaba saber sobre su relación, y sus gustos a la hora del sexo. La última semana había estado alerta, esperando su venganza, con cada día que pasaba la ansiedad y paranoia que sentía crecía cada vez más, lo conocía a la perfección y sabía que no lo dejaría pasar.

Algo que nunca diría en voz alta es que cuando mi madre me dijo que se casaría con Do Yoon y que este tenía un hijo me emocioné, estaba bastante ilusionado por conocerlo, pero cuando ese día llegó su actitud grosera y el que me dijera gordo idiota había hecho que lo detestara al instante. 

Las bromas pesadas y los insultos eran nuestro pan de cada día, y el hecho de que fuéramos tan diferentes no ayudaba tampoco.

Jungkook a sus 21 años era mucho más alto que yo, su cuerpo también era mucho más grande, sus músculos estaban bastante bien definidos gracias a las muchas horas que pasaba en el gimnasio, mantenía su cabello negro un poco más largo de lo normal dándole una apariencia desaliñada pero sexi al mismo tiempo, su rostro era de facciones marcadas, sus ojos igual de negros que su cabello parecían brillar en mayor o menor medida dependiendo de su estado de ánimo, lo que los hacia algo digno de ver, su nariz era un poco mas grande, sus labios eran delgados, en pocas palabras eran un espécimen de hombre perfecto, digno de las más pervertidas fantasías, por supuesto el lo sabía y le sacaba bastante provecho, era bastante extrovertido aunque tenía un temperamento bastante fuerte.

Por el contrario yo era de facciones más delicadas, gracias al baile que practicaba desde que podía moverme en mis dos pies, mi figura era delicada y aunque tenía músculos no eran tan grandes y marcados como los suyos, muchas veces más de alguna chica me había dicho que envidiaba mi pequeña cintura y lo fantástico que lucía mi trasero en pantalones ajustados, mis rasgos aunque masculinos eran un poco más finos lo que me daba una apariencia andrógina, por lo que resultaba atractivo tanto a hombres como a mujeres, mi carácter era más tranquilo y aunque podía bailar frente a cientos de personas sin problema era bastante más tímido a la hora de interactuar con los demás, así que mis amigos eran pocos, prácticamente nunca me enojaba o molestaba, a menos que mi “hermano” estuviera involucrado.

Sabía que si a estás alturas el y yo nos pelearamos a golpes fácilmente Jungkook me patearía el trasero, y aunque fuera un verdadero imbécil jamás había cruzado esa línea, su pasatiempo favorito en la vida era molestarme, y burlarse de mí, pero según sus propias palabras, eso era algo que solo él podía tenía el privilegio de hacer y aunque afirmaba que me odiaba nunca había dudado en defenderlo cuando se metían con él.

Si se lo preguntarán lo negaría rotundamente, pero en secreto disfrutaba sus peleas con él, era como su forma de quererse. Pero había ido demasiado lejos al vender su viejo Volkswagen, había sido un regalo de su padre por su cumpleaños 17, era viejo y no estaba en las mejores condiciones pero el amaba ese coche, y le molestó no haber podido recuperarlo lo habían convertido en chatarra inservible y por eso mismo lo acuso. 

Tratando de ignorar el temor por las represalias del pelinegro termino de comer, había dejado limpio el tazón con fresas que su madre le sirvió, si por el fuera podría comer fresas con leche condensada a todas horas. 

—Hijos —saludo Do Yoon entrando en la cocina.

—Buenos días Do —lo saludé, Jungkook solo movió su cabeza como forma de saludo.

—Chicos, Nayeon y yo nos iremos de vacaciones este fin de semana, festejaremos nuestro aniversario en Japón, se quedaran solos durante una semana, por favor se los suplico, por una vez traten de llevar la fiesta en paz, no quiero que a nuestro regreso la casa esté destruida y los dos se hayan matado. 

Ninguno de los dos respondimos, pero ambos asentímos, al ver que no iba a conseguir mucho más, Do Yoon continuó.

—Jungkook hijo por favor compórtate, ya no eres un niño y eres el mayor de los dos, debes de cuidar de tu hermano mientras no estamos, te voy a devolver tu coche, pero debes prometerme que llevarás a Jimin a la universidad sin quejarte, después de todo eres el culpable de que no tenga coche, también les dejaremos el dinero suficiente para que no mueran de hambre.

—Si está bien —la ronca voz de Jungkook se escuchó aceptando las palabras de su padre.

Fruncí el ceño mientras lo miraba con sospecha, ser tan dócil no era propio de él, en definitiva algo planeaba y tendría que estar alerta.

Jungkook.

Jimin no era tonto, me conocía y sabía que me vengaría, lo que no se imaginaba era como lo haría. Si, era algo retorcido y bastante enfermo por mi parte quizá, pero por algún motivo pensar en que mi hermanito “me pruebe” despertaba algo en mí, no sabía distinguir qué era exactamente pero no me molestaba en lo absoluto.

Además de que disfrutaría ver su reacción cuando le dijera que lo que se había comido mezclado con las fresas no era su dulce favorito sino mi semen. Tuve que reprimir una cargada al pensar en su cara y que seguramente vomitaria, en definitiva tenía que grabar eso. 

El fin de semana llegó y después de despedir a mi padre y a Nayeon en la puerta, los dos se fueron no sin antes recordarnos que no nos mataramos. Una vez solos Jimin se dió la vuelta con la intención de volver a su habitación.

—Enano espera —le dije hablándole por primera vez en semanas.

—Enano tu miembro, ¿qué quieres? —me respondió molesto por el apodo que nunca me cansaba de decirle, deje pasar el insulto por esta vez.

Camine hasta estar más cerca de él sin despegar la mirada de su rostro, y un escalofrío me recorrió cuando pasó la lengua por sus gruesos labios como acto reflejo por nervios, aparte la desconcertante sensación y comencé con mi plan.

—Jimin no tengo ganas de que mi padre me vuelva a castigar, y aunque no me he cobrado lo de mi coche, la verdad es que en estos momentos no tengo ni tiempo ni ganas de jugar, la parte final de mi tesis me tiene ocupado y agotado, así que te propongo una tregua, dejaré pasar lo que le dijiste a mi padre y tú promete que no me molestaras y me dejaras tranquilo estos días.

Una de sus perfectas cejas se levantó con suspicacia, no se tragaba mi supuesta tregua, pero si quería que bajara la guardia debía de hacerle creer que no tenía intenciones de vengarme.

—Como mi padre dijo ya no somos niños y nos guste o no somos familia y no podemos seguir jugando a molestarnos, llevemos la fiesta en paz —continue usando mi tono de voz más convincente posible.

—Esta bien —dijo por fin —yo solo me defiendo de lo que tú me haces, y mientras tú no te metas conmigo yo no lo haré. Y ahora sí me disculpas voy a salir y me tengo que ir a arreglar.

Perfecto, pensé mientras subía las escaleras y entraba a su habitación, nunca cerraba con llave y podía aprovechar para poner un par las micro cámaras de seguridad que había tomado el verano de la empresa de seguridad residencial que mi padre dirigía. Estaban diseñadas para pasar inadvertidas y eran perfectas para lo que tenía planeado hacer.

Una hora después lo vio salir vestido como si fuera a una cita, y no pudo evitar sentirse molesto como cada que lo veía pasearse con alguno de los imbéciles que los pretendían, sabía que Jimin era bisexual, pero siempre se inclinaba más por los hombres que por las chicas.

—¿Ya te vas? ¿Con quién vas a salir? —le preguntó sin detenerse a pensar en porque necesitaba saber adónde y con quién iría.

—Voy a salir con Eun Woo me invitó a una exposición y cata de vinos, ya me está esperando afuera —respondió mientras abría la puerta.

—Es un imbécil pretencioso, ¿Quién te lleva a una cata de vinos en la primera cita? ¿Que tiene 50 años? —me burlé con molestia al pensar que ese idiota podía gustarle a Jimin como su novio.

—¿Y según tú adónde me debe de invitar? ¿A un hotel?  Eso mejor lo dejo para la segunda —contraataco quise responder pero salió y cerró la puerta tras de sí.

Aún me sentía enojado con Jimin por sugerir que se acostaría con ese  idiota cuando entre en su habitación, me di el lujo de explorar cada rincon mientras buscaba el mejor lugar para colocar las camaras y sobretodo que no fueran fáciles de encontrar. Un rato después estaba sentado en la suave cama de mi hermanastro mientras observaba la transmisión de las cámaras directamente en mi teléfono, asegurándome que grabarán a la perfección toda la habitación.

Al final había terminado por colocar tres cámaras en lugar de dos, una la puse en la esquina del lado derecho de su armario oculta en una ranura que había en la madera, apuntaba hacia la cama directamente, y si Jimin se paraba en ese lugar no me perderia ningun detalle, aunque solamente de su perfil, la segunda estaba sobre una repisa que sostenía varios de los premios que había ganado en competiciones de baile y la había ocultado gracias a los apliques en color negro que tenía permitiendo que se camuflajeara, esta alcanzaba a grabar la mayor parte de la habitación y era la que mejor vista me daría de todo lo que pasará.

Por último la tercera la puse en el rellano de la ventana, está daba directamente a su baño, no estaba seguro de que fuera de mucha utilidad porque según la disposición de la habitación, Jimin estaría de espaldas, pero aún así la dejé por si las dudas, no quería perderme ningún detalle.

Di un último vistazo al cuarto, mientras me ponía de pie y me aseguraba de no dejar rastro de mi presencia en ese lugar, cerré la puerta, y baje a la cocina ansioso por que el momento llegará.

🍓🍓🍓

Hola bellezas aquí les dejo está pequeña historia creada por culpa de neko_azucarado espero que les guste.

Besitos 😘😘😘

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