Hoseok fue a su cuarto, se cambió por ropa más cómoda para el entrenamiento. Se lavó la cara, se maquilló suavemente y se peinó. Se miró al espejo y guiño un ojo.

—Perfecto.

Salió de su cuarto a paso firme y seguro. Su autoestima estaba en lo más alto.

Sabía que sería difícil hacer que Taehyung lo perdone por lo de la mañana, pero no lo creía que sería imposible. Se tenía fe.

Al llegar al campo de entrenamiento pudo ver a Taehyung y Yasu practicando. Eso lo molestó al punto que su párpado comenzó a tiritar, pero eso no detuvo su plan.

Taehyung miraba como Yasu hacía el movimiento de varita, que, por cierto, fingía hacerlo mal. Levantó su vista y vio a Hoseok caminar hacia ellos. Su cabello esponjoso, su paso firme y el sol del atardecer iluminado a Hoseok dándole una aureola irreal. Taehyung abrió la boca, mientras lo miraba estático.

—Taehyung, ¿lo hago bien? —dijo Yasu, pero nadie lo escuchó. Frunció el ceño al verse ignorado, siguió la mirada perdida de Taehyung y miró a Hoseok con enojo.

Hoseok se detuvo frente a Taehyung, le sonrió y, aunque el menor no quería, correspondió la sonrisa.

—Moonbyul me dijo que viniera a practicar —dijo mirando fijamente a Taehyung, ignorando al Japonés.

—Imposible —bramó Yasu—, él me está ayudando a mi-

—Sí, ven —dijo Taehyung, interrumpiendo a Yasu en el proceso. Caminó a una esquina del campo y Hoseok lo siguió sin dudar.

Pasaron la tarde entrenando. En ciertas ocasiones las miradas de Hoseok y Yasu se encontraron a lo que se miraban con odio y asco. Con la intención de enojar más a Yasu, Hoseok usó la misma táctica que el japonés. Se hizo el desentendido, torpe y que nada le salía bien para que Taehyung lo ayude más de lo que realmente necesitaba.

En un momento, Taehyung se posicionó detrás de Hoseok colocando una de sus manos en su cadera para indicar la pose correcta para lanzar el hechizo que le estaba enseñando, pose que Hoseok ya sabía. Hoseok se inclinó un poco, solo lo suficiente para que su trasero chocará con la parte delantera del pantalón de Taehyung, quien por su parte se sobresaltó y alejó al instante, todo avergonzado. Hoseok sonrió para sí mismo. En varias ocasiones hizo lo mismo, acercándose de más y provocando.

Yasu estaba que echaba humo por las orejas de la rabia que tenía.

Cuando terminaron con la práctica, Yasu estaba frustrado de que Hoseok hubiera arruinado su plan. Así que se fue sin despedirse, pisando fuerte y con furia hacia su cuarto. Hoseok iba detrás de él para ir a su propia habitación y de último iba Taehyung consternado.

Una vez Yasu entró a su cuarto y tiró la puerta para cerrarla, Taehyung tiró del brazo del mayor, provocando que quedaran frente a frente. Hoseok se sorprendió, y más al ver la cara fruncida, molesta y exaltada del menor.

—¿Qué pretendes?

—¿Yo? —dijo Hoseok sin inmutarse por el tono brusco que usó el contrario—. No sé a qué te refieres.

—Vamos —exclamó—, no te creas que no me di cuenta como te comportaste hoy en el entrenamiento. ¿Acaso estás loco? ¿Eres bipolar? Hoy mismo me dijiste toda esa mierda y ahora estás como si no hubiera pasado nada, como si tú no hubieras hecho nada —dijo enojado.

- ˏˋ ❤️ ˎˊ-