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47🖤

—No juegues conmigo, Taehyung.

El aludido estaba disfrutando el momento.

Quería que Hoseok se angustiase. Lo deseará. Que quisiera tanto ese beso como él lo había estado esperando y anhelado.

Sin embargo, Hoseok se quedó sin paciencia.

El mayor alzó sus manos y lo sujetó de la nuca, juntando sus labios en un movimiento brusco, desesperado y apasionado.

Taehyung soltó un ruidito de sorpresa.

Hoseok aprovechó que el menor entreabrió los labios al liberar el sonido e introdujo su lengua en él mientras lo apretaba más a él.

Por instinto, Taehyung se aferró a la ropa del mayor. Sus ojos se cristalizaron bajo sus párpados cerrados mientras le correspondía. Hoseok lo estaba besando. Se separó del mayor solo unos milímetros, sus agitadas respiraciones chocaron.

Se miraron a los ojos, y Taehyung contuvo el aliento. Los iris de Hoseok brillaban en anhelo como estrellas mientras le sostenía la mirada, sus pómulos estaban sonrojados y sus labios estaban brillantes y rojos.

Taehyung lo besó.

Pero, contrario al mayor, lo besó con cariño, suavidad y seguridad, ahora que no estaba en amenaza de muerte ni nadie les interrumpiría. Los labios de Hoseok eran más dulces y adictivos que el propio chocolate. Necesitaba más.

En la habitación solo se escuchaban sus respiraciones agitadas, con choques húmedos de labios, siendo besos fogosos.

Era el beso más placentero que habían dado los adolescentes en sus vidas.

Sus bocas iban al mismo compás como si se conocieran de toda la vida, como si llevaran toda la vida juntos. Como si nunca hubieran terminado para después distanciarse.

Querían estar así para siempre, pero se tuvieron que separar cuando sus pulmones pidieron oxígeno con regularidad. No obstante, solo se alejaron unos milímetros sin soltar al otro. Estaban sonrojados del calor que generó sus cuerpos, sus respiraciones chocaban con la contraria. Pero lo más importante era que sentían como sus corazones latían al mismo ritmo en sus pechos.

Se miraron con sus ojos brillando en lujuria, con añoro. Sus labios todavía cosquillaban por la fuerza de sus recientes besos cuando Hoseok ya extrañaba los del menor, así que lo volvió a atraer a él de un jalón por la nuca. Quería más de Taehyung en ese momento.

Más de lo que estaba dispuesto a aceptarlo, pero su cuerpo iba a demostrarlo.

Y tenía la breve fantasía de estar sobre Taehyung.

Sus manos aflojaron el agarre que ejercía y, sin pensar, lo del pecho contra el espaldar del sillón, separando sus bocas bruscamente. El menor lo miró con los ojos muy abiertos, sonrojado hasta las orejas, suponiendo que ese era el momento donde Hoseok lo iba a insultar y hechizar para después dejarlo con el corazón hecho un puño. Pero no fue así, al instante tenía al mayor sentado en su regazo, quedando, considerablemente, más alto que Kim.

Hoseok se inclinó para quedar a la misma altura y mirarlo fijo. Los cabellos de ambos se estaban pegando en sus frentes y en sus nucas por el sudor. Estaban ardiendo. Tomó el rostro del menor y lo acercó al propio. Taehyung inhalaba casi preso del aire, Hoseok se lo estaba robando con sus estrellas por ojos, fresas por labios y malvaviscos por piel.

—No tienes idea de como me tienes, Taehyung —susurró apenas—. No eres consciente de eso, ¿verdad? —siseó, mientras hacía un movimiento de caderas leve sobre la pelvis del menor.

Taehyung apretó los dientes, maldiciendo en su mente. Su entrepierna latió dolorosamente, logrando que todo su cuerpo se tensara. Gimió por el nivel de excitación que estaba viviendo. Sin previo aviso, estampó sus manos en la cadera de Hoseok y fue él que lo movió sobre sí, haciendo que el mayor también gimiera levemente por la presión que sentía en su propio pantalón.

Hoseok lo besó mientras se seguían moviendo, cada vez más rápido y más rudo. Con frenesí, sus manos bajaron hasta el borde de la camisa de su guardián, y con movimientos ágiles se la quitó para lanzarla a un costado del sillón y seguir con lo suyo. Él saltaba sobre el miembro de Taehyung, gruñendo y gimiendo.

El menor lo repasó con la mirada, aunque estaba en la niebla de la excitación del momento. Él también quería ver el torso de Hoseok sin nada que lo cubriera, así que también le sacó su remera, aprovechando para besar toda la piel a su alcance, desde cuello y clavículas a la hendidura entre los pectorales. Lo cual a Hoseok le encantó, pues, con sus dedos enterrados en los cabellos negros del menor, lo apretaba para que no se alejara.

Taehyung acarició su cálida espalda, feliz de sentir como se erizaba con cada roce de sus manos. En un movimiento rápido y hábil cambió la posición, dejándolo bajo él, recostando la cabeza del mayor en el brazo del sillón, para seguir con su sesión de besos. Sus manos viajaron hasta el borde de los pantalones de Hoseok mientras el aludido lo acariciaba y murmuraba incoherencias entre beso y beso.

Taehyung rozó, por fin, el botón de dichos pantalones, y estaba listo para desprenderlo.

«La promesa.» La voz del señor Kim, su padre, sonó en su mente, tal como Pepe Grillo.

Soltó a Hoseok sin cuidado y se alejó de él como sí quemara, levantándose.

El mitad vampiro lo miró sorprendido y agitado.

Taehyung llevó las manos a la cabeza y jaló su cabello húmedo de la frustración. Deseaba tocar más de Hoseok y que este lo tocara a él en ese momento, pero no podía.

Tenía que cumplir y mantener la promesa que le hizo a Seokjin.

La única persona con la que tenga relaciones debería ser su pareja, con quien se casará.

Suspiró molesto y desilusionado.

La única persona a la que quiere entregarle todo es Hoseok, siempre lo ha sido y siempre lo será.

Miró su anillo de castidad como recordatorio de su promesa. Bufó y buscó su camisa con la mirada, estaba junto al petrificado Hoseok. El hombre que más podría querer y desear en todo el universo, pero sin poder hacerle el amor por una estúpida promesa.

—Yo —su voz tembló por las fuertes emociones que recorrían su ser—. Lo siento, Hoseok —dijo, dudando si acercarse o no al sillón para recoger su camisa–. Se me fue de las manos.

—¿Qué? —murmuró Hoseok con voz suave, mientras se sentaba. Aún sentía los fantasmas de las manos del menor, acariciando y besando todo su cuerpo—. ¿Cómo que se te fue de las manos? Taehyung... ¿Por qué paraste? —balbuceó rápidamente—. Yo, yo quería que siguieras.

Esa aclaración derritió al menor, se acercó al mayor que se veía tan lindo y embriagante con su cabello hecho un desastre, sus labios hinchados y ojos brillantes.

Cerró los ojos con fuerza, tomó su camisa y se dio la vuelta, dispuesto a escapar de la tentación de volver a besarlo y consumir sus deseos.

Se puso la camiseta con rapidez y camino hacia la puerta, iba a tomar el picaporte para salir corriendo de ahí, pero la mano de Hoseok se aferró a su brazo, para después rodearlo por la cintura. El mayor posó sus labios sobre el lóbulo de su oreja.

—Taehyung, acaríciame. Te necesito, Taehyung.

Taehyung tenía que encontrar la manera de escapar de sus deseos antes de caer en lo más profundo.

Taehyung debía encontrar una manera de alejar a Hoseok.

- ˏˋ 🖤 ˎˊ-

casi, casi, casi

gracias por leer~

~OurTheStars~

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