«¡No, no, no! ¡Díganme que no dije eso!»

Hoseok necesitaba que le afirmaran que no dijo eso.

Se separó al instante de Taehyung y hundió su cabeza en la almohada.

—Dime, por favor, que no dije lo que creo que dije —pidió con su voz ahogada por la suave textura de la almohada.

—No dijiste lo que crees que dijiste.

—Gracias —suspiró—. Ahora, dime la verdad.

—Lo dijiste —dijo el menor, con una gran sonrisa, que, aunque Hoseok no podía verlo, podía sentirlo—. Repítelo —susurró sensualmente en el oído del contrario.

Hoseok levantó su mirada y se encontró con los ojos penetrantes de Taehyung, quien lo veía fijamente y de muy cerca.

Demasiado cerca.

—No —susurró a milímetro de los labios de Taehyung.

—Repítelo, Hoseok —murmuró, rozando sus labios con los del mayor, pero sin formar un beso—. Hazlo.

El roce de sus labios, tenía a Hoseok en una nube. Se dejó llevar y cerró sus ojos cuando el menor hizo lo mismo.

Eran solo sus labios tocándose superficialmente, pero Hoseok disfrutaba maravillado de las cosquillas que le generaba el inocente tacto. Era demasiado satisfactorio. No obstante, no era suficiente para él.

Quería tomar a Taehyung del cuello y besarlo con salvajismo.

Subió sus manos y rozó el cabello negro del menor, seguro de ese sería el mejor beso de sus vidas.

Cuando la puerta se abrió.

—¡Hoseok! —entró Hyunjin lanzado la puerta del aludido, pero paró en seco al ver la situación en la que estaban los jóvenes, quienes se alejaron del contrario como si tuvieran una enfermedad contagiosa—. Yo... Lo siento si interrumpo.

—Sí, sí interrumpes —reclamó Taehyung.

—No, no interrumpes —contrarió Hoseok rápidamente, levantándose de la cama y yendo hacia Hyunjin, para tomarlo del brazo y jalarlo—. Hablemos afuera —y, sin darle opciones a su primo, salieron de su cuarto.

Suspiró, necesitaba aire, o espacio lejos de Kim. Siempre que está con él, las cosas pierden sentido, no piensa.

Mientras tanto, Taehyung se quejaba por la imprudencia de su amigo. Cuando estaba mejor con Hoseok, le aclaraba lo de Jimin e iban a besarse, ¡Zaz! Hyunjin abre la puerta sin tocar ¿Pero cómo se le ocurre entrar sin tocar antes?

—¿Seguro que no interrumpí nada? —Hoseok volteó a ver a Hyunjin, quien lo veía con duda—. Podemos hablar después.

—NO... No. Ya estamos aquí ¿Qué querías decirme?

—Oh, sí —murmuró recordando—. ¿Qué descubriste con Taemi?

—Mmm... Nada. Sé que sabe algo, pero no quiso decirme nada.

—O sea que fuimos al bosque por nada —dijo con una mueca de fastidio, al borde de un berrinche.

—¿Qué fueron a donde?

Los primos dieron un briquito por la sorpresa.

—No son hora de andar espiando conversaciones ajenas —dijo Hoseok, cambiando de tema.

—Soy un lobo ¿Qué esperabas? ¿Qué inverné como los osos? —contesto Yoongi sarcástico, para luego cambiar a un tono de advertencia—. Y no me cambies de tema.

—Yoongi, sí salimos, fue por una buena causa —dijo Hyunjin con cautela.

—Nada de buena causa. Lo que hicieron estuvo mal. ¿Y si les pasaba algo?

Yoongi los observaba algo molesto, ¿cómo se les ocurría salir así sabiendo que las cosas estaban densas?, pero cuando escaneó sus cuerpos con la mirada y su vista cayó en la muñeca de Hoseok, frunció el ceño.

Hoseok escondió su brazo atrás de él, pero ya era muy tarde, Min lo tomó con fuerza para ver la marca a detalle.

—No es nada grave —se anticipó a decir, Hoseok.

—Ahora que recuerdo. ¡No me dijiste que te paso! —le regaño Hyunjin.

—Me dirás ya mismo quien te hizo esto, Hoseok —gruñó Yoongi.

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