Cuando Taehyung dio un paso atrás, Hoseok no dudo en cerrar la puerta.

Se dio vuelta y sus ojos se abrieron a más no poder al ver a Taemi recargada en el marco de la puerta de balcón.

—¿¡Que haces aquí!? —quería evitar a toda costa que ella y Kim se vieran.

—¿Qué fue eso? —estaba seria, más seria de lo que acostumbra a ver Hoseok.

—¿Qué cosa? —preguntó mientras se acercaba a ella.

—Él —dijo poniéndose derecha—. La forma en la que te miró, se te acercó, ¿qué quería? ¿Quién es y qué es eso de que quiere que le hagas un lugar en la cama?

—Primero, te dije que no vinieras; segundo, él es Kim Taehyung, es un idiota que luego me encargaré de él y ni se le ocurra pensar que le voy a hacer un lugar en mi cama. —Taemi lanzó una corta carcajada.

—Ese es mi chico —murmuró pasando sus brazos el cuello del chico.

—Taemi —musitó—, por favor, tienes que irte —Hoseok la estaba empujando hacia el balcón—. Corres peligro aquí.

—¿Peligro? —exclamó incrédula—. Vamos amor, ¿en serio crees que le tengo miedo a eso? —se quejó refiriéndose a Taehyung—. Es pan comido para mí.

Hoseok notó un tinte como malicioso en su voz, odio quizás al hablar de Taehyung.

—Te dejé bien en claro que no vinieras... No quiero que nada te pase —confesó tomando el rostro de ella entre sus manos, logrando que esta le sonría con ternura.

—Amor, nada me pasará, el que se tiene que cuidar es él.

—No entiendes...

Hoseok suspiró. No le podía contar el plan de Moonbyul, pero tampoco quería dejarla tan desprotegida.

—Hoseok, yo sé que algo me estás ocultando, pero no te voy a obligar a que me lo digas, pero, no te quiero dejar, no con él... Quiero que vengas conmigo.

¿Era verdad lo que estaba escuchando? ¿Lo quería llevar a la guarida? Jamás en su vida lo había querido llevar y ¿ahora lo hacía por algo tan banal como celos?

«¿Acaso Taemi tiene celos de Taehyung?»

—Ven conmigo a la guarida, te traeré al amanecer, nadie se dará cuenta.

—Es imposible, a Kim lo mandaron a vigilarme, no me dejará ni a sol ni a sombra, se dará cuenta de que me fui... Hoy me siguió hasta el bosque cuando fui a buscarte, casi lo matan...

—Que estúpido, podían haber muerto.

—Lo mismo le dije, pero es terco, y dice que es por su misión.

—Su misión, si claro... —se burló sarcásticamente.

—¿A qué te refieres?

—¿Qué no es obvio? —dijo incrédulo—. Hoseok, él está interesado en ti, te quiere, por eso no quiere que estés conmigo.

—No digas estupideces...

—No son estupideces. Anda, vámonos, no te quiero dejar, y menos ahora que sé que te tendré que ver menos —dijo haciendo un puchero.

«Linda».

—Taemi —alargó—. Por favor no-

Las palabras de Hoseok murieron en la boca de Taemi cuando esta lo acerco con fuerza para dar inicio a un beso intenso, apasionado. De esos besos que hacen que el hechicero pierda la cordura.

Cuando la chica se separó, la miró fijamente, quería una respuesta.

—No puedo —se lamentó. No quería que Taehyung lo siguiera y que esta vez no pudiera protegerlo.

Taemi suspiro con frustración.

—Yo te llevaré igual...

De un momento a otro lo sujetó fuerte de la muñeca izquierda, jalándolo hacia el balcón, pero al no medir su fuerza colosal, chocaron. Quedaron muy cerca. Por sus cuerpos no podía pasar ni una molécula de aire.

Ella se mordió el labio inferior, sus ojos brillaban ansiosos.

«¿Es muy raro que me sienta un poco como una presa que sabe que va a ser devorará?»

Ese pensamiento no estaba muy lejos de la realidad, pues Taemi lo miraba como un tigre a un ciervo. Como si estuviera viendo a su presa.

En vez de desconfiar por esa mirada, Hoseok se sentía extasiado. Taemi inclinó su cabeza y subió su mano sobrante para atraer el chico de la nuca, comenzando un nuevo beso, más profundo que el anterior, doblegando la voluntad de Hoseok, quien la abrazó por la cintura con fuerza.

Tomó una decisión. Sí ella quería que fuera con ella, él se dejaría. No se opondría.

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