Formas parte
de mi.
Aun que no
vuelva a verte
nunca.

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Su cabello se movía con gracia, todo él tenía una elegante presencia, quien lo viera podía asombrarse de su belleza natural que desprendía, sus rasgos delicados, finos y marcados le daban ese toque femenino, a pesar de no ser una mujer, fácilmente podría pasar por una. Su caminata era tranquila por aquel parque de la ciudad, no tenía un destino fijo o un compromiso por realizar, por lo tanto, disfrutaba de aquella mañana, la hora perfecta en la que el sol aun no daba todo su resplandor y el calor se sembraba en la ciudad, era ese momento perfecto en el que se podía salir sin sentirse abrumado o cansando. 

Se detuvo en un árbol del parque, un buen lugar donde se podía sentar a disfrutar la vista, no estaba rodeado de mucha gente, tampoco estaba tan oculto y la sombra que emanaba las hojas era refrescante, se podía estar en total paz. El chico se sentó en el verde pasto para relajarse sin problemas.

A lo lejos, un joven de cabello castaño caminaba acompañado de su discípulo, estaba muy tranquilo y se le mostraba algo feliz, lo que era muy curioso para el contrario, quien termino por preguntar el motivo de la felicidad que tenía ese día.

—Dazai-san... Esta mañana se levanto muy temprano, incluso fue a trabajar a la agencia y ahora, que es su momento de descanso, me ha pedido que le acompañe al parque ¿Hay alguna razón de todo esto? 

—Atsushi-kun, ¿Tú harías lo que sea por las personas que te importan? 

El albino mantuvo un corto silencio, no por pensar en una respuesta a la pregunta, él haría cualquier cosa por las personas que aprecia, sin embargo, guardo silencio por que no entendía que quería decir con eso el mayor.

—Has salvado a muchas personas Atsushi-kun, tú respuesta debería ser un simple "si", por que lo demuestras con tus acciones y a pesar de que a veces dudas de ti mismo, logras juntar coraje para cambiar la balanza del juego

Asintió a lo dicho algo apenado, pues esa clase de elogios, si así se le podía llamar a las palabras del castaño, no las recibía a diario y era extraño de cierta forma, pero aun así las apreciaba y tomaba como una buena crítica para progresar.

—las personas que perdiste en el pasado, deben quedar en su momento y no aferrarte a ello, así no puedes avanzar a nuevos momentos, como dicen, el pasado ya es historia, sino puedes dejarlos ir, no mejoraras como persona... —murmura para si mismo— y tampoco podrás cumplir con las promesas...

Ambos continuaron su camino por el parque, el albino se detuvo un momento, pues a lo lejos, había divisado a cierta persona que reconocería muy bien por ese característico sombrero y cabellera naranja. El más alto, volteo a ver al menor, quien tenía una expresión de sorpresa.

—¿Pasa algo? Atsushi-kun

—Ese es.... ¿Nakahara-san? Dazai-san, ¿Es él en realidad?

El mayor soltó una ligera risa, él sabía que no todos en la agencia estaban enterados de lo que paso con Nakahara y la enfermedad de las flores, ya habría momento para explicarlo, ahora tenía que atender otros asuntos.

—Atsushi-kun, creo que aquí nos separamos... Te veo despues

Dijo mientras avanzaba hasta donde estaba el pelinaranja y se despedía con un ligero movimiento de mano del albino. 

Al llegar hasta donde estaba el chico de sombrero, se colocó a su lado, el más bajo que se encontraba sentado viendo al frente, alzó la mirada en dirección al castaño.

—¿Se le ofrece algo?

—volver a verte ya es suficiente... Me presento, mi nombre es Dazai, Osamu Dazai...

—Nakahara Chuuya

—¿Puedo?

El contrario asintió con la cabeza y volvía a ver al frente, el castaño que se había sentado a su lado, recargo su cabeza sobre el hombro contrario, soltando un suspiro de tranquilidad.

—solo el amor puede doler así—pensó para si mismo el de ojos café— ¿Sabes una cosa? Creo que te quiero bastante más de lo que creía 

—¿Es eso posible? Solo se tu nombre

—¿Y si te digo que solo fue una mirada tuya la que me enamoro por primera vez?

—¿Por primera vez?

—asiente— por que tú eres mi primer y único amor... Perdón por no haberme dado cuenta antes

—¿Antes? No puedes pedir perdón por un pasado en el que no hemos estado juntos 

El castaño sonrió nostálgico, era obvio que el ojiazul no recordaría nada de su pasado y Yosano se lo había advertido muy bien. Hace un mes que había perdido a su compañero, por así decirlo, ¿Cómo estaba vivo? Tal vez un beso no es tan cliché como parece en los cuentos de hadas, pues mientras moría internamente el pelinaranja, él comprendía lo mucho que lo necesitaba a su lado, Hanahaki, una enfermedad que ocurre por un amor no correspondido, pero ¿Y si ese amor se corresponde? Aceptando el error de no hacer caso a su compañero de vida, a la salvación que el universo te envió para volver a ser feliz. Una vida por un futuro sin poder estar juntos, un futuro donde la persona salvada no te puede recordar.

—no te aferres al pasado Chuuya... Puedes perder mucho si cometes ese error...—mira al suelo— yo estuve a punto de perder a alguien que me importaba, pero que a su vez también la dañe....

El pelinaranja lo vio preocupado, pues el contrario derramaba lágrimas, no lo entendía, ¿Cómo puede preocuparse por alguien que recién conoció? ¿Y por qué se le hacía tan familiar esa persona? Él lo llamó por su nombre y no se molesto, al contrario, se sentía en confianza.

—Dazai...

El castaño volteo a verlo con algunas lágrimas, a pesar de que se había limpiado con las mangas de su abrigo, el contrario al ver todavía rastro de llanto, le limpio las mejillas con los pulgares y le dedico una sonrisa. 

—yo también te quiero Dazai....