"EN CADA MOMENTO
TE NECESITO MÁS CERCA."

Jungkook miró su teléfono por quinta vez. NamJoon lo había citado a las 3:00 p.m., pero ya casi eran las cuatro. ¿Acaso lo había dejado plantado? La posibilidad era alta. Suspirando, guardó el teléfono y se puso de pie, listo para marcharse. Justo entonces, el sonido de la campanilla en la puerta anunció la llegada de un nuevo cliente, y Jungkook miró hacia la entrada. Era NamJoon.

— Lamento llegar tarde —dijo NamJoon, deteniéndose frente a él—. Tuve un pequeño inconveniente.

— No te preocupes —respondió Jungkook, extendiéndole una silla para que se sentara.

Al estar tan cerca de NamJoon, Jungkook percibió su aroma a cerezas... y algo de menta. El lobo en su interior se removió, tratando de contener un gruñido. Ahora, sentados uno frente al otro, evitaban cruzar miradas.

— Buenas tardes, ¿les puedo tomar su orden? —preguntó una mesera beta, acercándose con su libreta.

— ¿Te apetece algo? —le preguntó Jungkook a NamJoon.

— Sí, creo que tomaré leche con chocolate —respondió NamJoon a la mesera.

— Muy bien —la mesera anotó el pedido y se volvió hacia Jungkook—. ¿Y usted?

— Solo agua mineral, por favor.

— Perfecto, en un momento les traigo su orden —dijo la mesera antes de marcharse, dejándolos nuevamente en silencio.

El incómodo silencio se hizo palpable entre ambos.

— Vamos, di algo, no te quedes como idiota —gruñó el lobo de Jungkook en su mente.

Finalmente, Jungkook habló con cautela—. ¿Por qué nunca me dijiste que estabas embarazado?

NamJoon bajó la vista y acarició su abultado vientre antes de mirarlo directamente a los ojos—. Lo descubrí después de que nos divorciamos.

— ¿Por qué no me buscaste? —insistió Jungkook.

— Disculpen, aquí está su orden —interrumpió la mesera, dejándoles las bebidas.

NamJoon suspiró, tomando un sorbo de su leche de chocolate—. Te busqué. Fui a verte, pero te veías tan feliz con JiMin que no quise interrumpir.

— ¿Entonces, si no te hubiera encontrado en la florería, nunca me habrías contado de nuestro hijo? —preguntó Jungkook, con la voz cargada de resentimiento.

— ¿Y qué querías que hiciera? Me dejaste de la peor manera. Me engañaste, fuiste un idiota —respondió NamJoon, con una mezcla de dolor y frustración.

Mientras tanto, los lobos en su interior también mantenían una silenciosa conversación.

— Vamos, omega, dale una oportunidad a mi humano —insistió el lobo de Jungkook.

— No lo merece, fue cruel con NamJoonie —replicó el lobo de NamJoon, dándole la espalda.

— Una última oportunidad, ¿sí? Jungkook no es malo; solo es... muy torpe —rogó el lobo de Jungkook—. Además, yo tampoco quería alejarme; fue él quien me obligó.

— Hablaré con NamJoonie —respondió, finalmente, el lobo de NamJoon.

Mientras tanto, Jungkook notó el silencio de su propio lobo y lo interrumpió—. ¿Qué está pasando?

— Cállate, intento arreglar las tonterías que has hecho —gruñó su lobo.

— Hablé con NamJoon —anunció el lobo de NamJoon, finalmente.

— ¿Y? —preguntó el lobo de Jungkook, lleno de ansiedad.

— No quiere a Jungkook cerca de él, pero sabe que su hija necesita a su padre. Lo aceptamos, pero con una condición: JiMin no debe acercarse a NamJoon ni a la bebé —advirtió el lobo de NamJoon.

— Está bien —accedió el lobo de Jungkook, aliviado.

Ambos volvieron a ceder el control de los cuerpos a sus humanos. Jungkook tomó un trago de agua para aclararse la garganta—. ¿Es una... niña? —preguntó con un destello de esperanza en los ojos.

— Sí, Hobi y yo decidimos llamarla Moonbyul —respondió NamJoon con una sonrisa.

— Ni se te ocurra reclamarle algo, no tienes derecho —advirtió su lobo.

— ¿Puedo… tocarla? —pidió Jungkook, con un brillo en la mirada.

NamJoon asintió, algo nervioso, y Jungkook se inclinó hacia él, llevando una mano a su vientre. Al sentir los suaves movimientos de la bebé, una profunda emoción lo recorrió, y se separó para volver a su asiento.

— Quiero preguntarte algo —dijo NamJoon, algo nervioso.

— Claro.

— ¿Cómo conociste a HoSeok?

Jungkook se atragantó, sorprendido por la pregunta—. Vaya, es complicado… Él era el novio de JiMin. ¿No te lo había mencionado?

— No, él no me dijo nada —respondió NamJoon, intrigado.

— Y tú y él... —dijo Jungkook, incómodo.

— Sí —afirmó NamJoon.

Jungkook sintió una punzada de tristeza—. Ah.

Ambos tomaron un sorbo de sus bebidas y se observaron en silencio durante unos momentos.

— En unos días tengo mi última cita médica. Si quieres acompañarme... —sugirió NamJoon, algo inseguro.

— ¡Sí! —respondió Jungkook con entusiasmo.

— Te enviaré los detalles de la cita, con la dirección y la hora —dijo NamJoon, levantándose.

— De acuerdo —Jungkook se levantó también.

— Nos vemos entonces —se despidió NamJoon.

— Puedo llevarte a casa, si quieres —se ofreció Jungkook.

— No, está bien… tomaré un taxi —respondió NamJoon rápidamente antes de salir del local.

Jungkook se dejó caer en la silla, observando cómo NamJoon se alejaba. Sus ojos seguían la hermosa sonrisa del omega y el adorable vientre que lo hacía lucir radiante.

— Es hermoso —murmuró su lobo.

— Lo sé.

— ¿Por qué lo dejaste?

— Por tonto —respondió Jungkook, sin pensarlo.

— ¿Amor? —insistió su lobo, con esperanza.

— Sí —respondió él, con sinceridad, dejando escapar un suspiro.

Editado: 06/11/2024