📒 07 📒
❝Los días transcurrieron con normalidad en la escuela; mi relación contigo aún no ha llegado a nada concreto, pero sí puedo decir que ahora somos más cercanos que antes y que ya ambos tratamos de nuestros sentimientos con libertad.
¿Sabes qué? Lo que la escuela dice respecto a nuestra relación me resbala por completo, porque lo único que quiero es estar a tu lado, y lo único que me es importante son tus sentimientos y lo que piensas respecto a todo esto. Me alegra saber que eres incluso más maduro que yo y que solo te llega a importar el nosotros y no el qué dirán.
Contigo me gané la felicidad y estoy sumamente agradecida con eso. Que chica afortunada soy❞
―Lalala lala lalala... ―tarareo mientras pongo pegatinas en el rostro de Gyu.
Estábamos como de costumbre sentados en una de las mesas más aisladas de la biblioteca mientras MinGyu leía ese libro que todos los días tiene en mano.
―Si me duele al quitármelos te mataré.
―Yo creo que te ves muy tierno y bonito ―reposo mi rostro sobre mis manos para admirarlo de una mejor manera.
Sus labios formaron una ligera línea siendo así como una sonrisa poco visible ―Ya deja de tratarme así, niña. Me quitaré los stickers de la cara, ¿está bien?
Asentí con la cabeza como símbolo de respuesta, sin más, este se retiró del lugar y lo perdí de vista. Ya que estaba sola decidí abrir mi diario y empecé a escribir un poco de lo que tenía aguantado.
―¡Mi corazón me explota con verte, Kim MinGyu! ―hablo para mí misma.
❝Cuando estamos juntos y tu frialdad se va desvaneciendo a mi lado, siento que mi corazón salta de emoción. Tus intentos de romance me llenan de felicidad, y cada momento siento que la vida es mejor si tú estás a mi lad...❞
―Kim MinGyu ¡devuélveme mi cuaderno!
―Es tu diario ―ríe.
―Shh... ―la bibliotecaria se hace presente con su extraño sonido en la boca.
―¡No es cierto!
―Sí lo es.
―¡Dame mi diario!
―¡Shhh! ―esta vez todos me callaron.
¿Por qué siempre me pasa esto?
―Te dije que era tu diario ―burla ―¿escribes cosas de mí ahí?
―Por favor, dámelo ―suplico con un tono de voz más calmado.
Tenía vergüenza que él viera todo lo que escribo ahí. Oculté mi cara entre mis brazos que estaban apoyados en la mesa.
―Te lo devuelvo con una condición ―se sienta a mi lado, en su sitio inicial, antes que todo esto pasara.
―¿Cuál? ―alzo mi mirada hacia él ignorando mi bajo ánimo.
―Sé mi novia.
―¡¿Qué?!
―Shh...
―Me estás bromeando, ¿verdad?
―No estoy jugando. Por favor sé mi novia.
No sabía qué decir, qué pensar, o qué hacer. Había escrito en mi diario mil sucesos parecidos a estos, y ahora que ya llegó el momento estoy actuando como una completa tonta.
―Al menos que no quieras tu diario ―se encoge de hombros con simpleza.
―¡Sí quiero! ¡Sí quiero! ―me tiré sobre él para abrazarlo con fuerzas.
―Jóvenes, por favor retírense. Este es un sitio para leer, no para hablar y gritar.
―Ya nos vamos ―Gyu le respondió de mala gana. Giró hacia mí y con una amplia sonrisa de oreja a oreja me dijo: ―. Salgamos de aquí.
Guardamos rápido nuestras cosas y salimos de la biblioteca con prisa.
Una vez afuera. Este volteó con brusquedad hacia mí, y sin importar el qué dirán, me sujetó de la cintura apegándome más a su cuerpo para luego abrazarme con mucha fuerza.
―Gracias ―susurra ―gracias por nunca haberte dejado llevar por los comentarios de todos, gracias por haber hecho mis días más bonitos estando a mi lado. Me gusta todo de ti.
―Gracias a ti ―respondo con poca intensidad en mi voz, aunque creo que por la cercanía me está oyendo ―. Eres muy importante para mí, Kim MinGyu ―oculto mi cara en su pecho y me quedé así en el eterno y placentero abrazo.
Si el timbre no sonaba para que volviéramos a clases habría olvidado de que estamos en los pasillos de la escuela, habría olvidado que algunos estudiantes nos miraban, habría olvidado que ciertas palabras como "no combinan" se hacían presentes, creo que habría olvidado mi mundo entero sólo por seguir un rato más abrazada a Gyu.
No quería hacerlo pero tenía que separarme de su agarre para volver a clases, ¡lo logré! MinGyu es realmente fuerte...
―Hey ―me sostiene del brazo ―nos vemos en el segundo recreo ―me da un beso casto, hace un ademán con sus manos como símbolo de despedida y se va corriendo en dirección contraria para su salón.
Que tierno se ve...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro