07
Para convivir a la par, MinHo y Chaeyoung compartían ciertas neuronas. A veces discutían por estupideces pero a las horas estaban nuevamente bien, en su quinto casi sexto mes de embarazo, la menor sentía sus pechos demasiado sensibles, según el obstetra, era el tiempo en que empezaba la secreción de leche materna. Los síntomas en el azabache habían disminuido mientras que en la rubia, aumentado.
—Me duele, MinHo.—chilla Chaeyoung.
—Lo sé, Chae-ssi—dice observando a su menor quejarse por no poder ponerse el sostén debido a la sensibilidad en sus senos—. ¿Quieres que te ayude?.—ofrece ingresando del todo a la habitación.
Chaeyoung voltea rápidamente, pues, en esos meses viviendo juntos, ni siquiera hubo insinuaciones más allá de un abrazo o beso en la mejilla. Claro que, las hormonas en ella crecían y las ganas de romper esa barrera de amigos estaba en su punto límite. Quería besarlo, quería tocarlo e incluso quería sentirlo dentro suyo.
Quizá en que, ofreciera su ayuda para ponerle el elastizado sostén, era una vil excusa para llegar a lo que Chaeyoung deseaba.
—Bueno, sí.
MinHo se acercó, Chaeyoung le señaló el sostén negro que estaba en la cama y para cuando tuvo al mayor detrás de ella, elevó sus brazos hacía arriba.
No iba a negarlo, está caliente y con ganas de ser follada por él nuevamente.
—No seas tímido, MinHo-ssi—comentó—. Hazlo despacio, saca sin miedo el que llevo puesto...
Tragando en seco, empieza a subir aquel sostén rojizo. No es como si no hubiera visto pechos antes, sólo que ahora todo era distinto. Dos meses sin tener sexo con nadie, le había pasado factura. Ver a Chaeyoung embarazada y entrada en carne, si que es un problema para su entrepierna.
—Vamos Lee, me hiciste esto antes y sin ningún tipo de vergüenza, eh...—murmura divertida.
Cerró sus ojos para cuando terminó de sacarlo completamente.
—Abre los ojos, MinHo-ssi—pidió la menor—. O de lo contrario no podrás colocarme bien el sostén.—dice juguetona.
Dios, no podía soportar tanto, era un simple hombre con muchas debilidades. Verle los senos hinchados y crecidos a Chaeyoung, causó inesperadamente que su pene despertara.
—¿Todo bien?.
No, no estaba todo bien y menos cuando pasó a rozar su erección contra el trasero de Chaeyoung.
Sintió vergüenza, sus mejillas ardieron.
—¿Estás caliente, MinHo-ssi?—ella pregunta al tocar su entrepierna totalmente dura—. ¿Qué tanto quieres follarme? ¿Me tocarías aún estando embarazada?.
Chaeyoung sosteniendo las manos de MinHo, dirigió estas a su abultado vientre para después elevarlas a sus pechos, dejándolas ahí.
Gimió sintiendo el leve apretón que el azabache le dió, lo siguió haciendo incluso cuando MinHo empezó a restregarse. Besó su cuello, mismo dónde chupó y marcó, dándole a entender que es sólo suya.
—Te follaría incluso si no lo estuvieras... Esa noche, generaste un cambio, una necesidad profunda de encontrarte. Si me he rehusado a tocarte, fue únicamente porque apenas nos estábamos conociendo y porque no quería apresurar las cosas contigo. En estos momentos, te me haces una mujer demasiado atractiva, sexy y sumamente caliente, Chaeyoung.
Esas palabras fueron suficientes para darse la vuelta, devorar la boca de MinHo y entregarse nuevamente a él.
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MinHo observó sonriente a una adormilada Chaeyoung, quién, se encontraba desnuda en su totalidad. No podía omitir que verla así, le generaba cierta emoción. Había aprendido mucho en esos dos meses juntos, ella le enseñó cosas que quizá no lo hubiese hecho antes por nadie como ser agradecido, ser amable, ser consciente de sus errores y por sobretodo, tratar de enmendar las heridas causadas.
Ambos cargaban con una responsabilidad mayor ahora, sabían que un hijo no sería fácil de conllevar pero estaban dispuestos a dar su mejor esfuerzo.
JeongIn vendría al mundo dentro de poco, aquel bebé merecía nacer en un lugar lleno de amor sincero. MinHo quería eso, quería amar de verdad.
Aún no se encontraba seguro de sus sentimientos hacía Chaeyoung pero sí podía afirmar que existía esa chispa entre ellos, pues, con tantas cosas en común y un bebé de por medio, era lógico que esa conexión creciera a medida que iba pasando el tiempo.
Por inercia, tocó el vientre de la menor. Sonrió al sentir nuevamente a JeongIn moverse, hace unas semanas había dejado de hacerlo. Chaeyoung se removió en su lugar, despertando de golpe por el dolor que las pataditas de su bebé le daba.
—Lamento si molesté a mamá y te desperté, Innie—habló MinHo—. Vuelve a dormir, ya cuando sea hora de levantarse, te aviso. Es una promesa.—susurró sobre el vientre de Chae, quién, rió enternecida al verlo conversar con su hijo.
Minutos bastaron para que JeongIn dejara de moverse. Chaeyoung miró sorprendida a MinHo.
—Si te hizo caso, yo lo tengo que sobornar con pasteles de chocolate—se quejó—. No es justo, Lee JeongIn.—dice tocando su vientre.
—No es mi culpa que prefiera a su papá...
—No, no. Tu preferida debe ser mamá, no papá.—volvió a regañarlo.
MinHo suspira sonriente, acariciando el cabello de Chaeyoung, baja sus dedos hacía el mentón de ella, provocando que lo viese.
—¿Cómo estás?... Ya sabes, luego de lo que hicimos...
—Bien, se sintió genial hacerlo de nuevo... Gracias.—sonríe sonrojada.
—Me alegra escuchar eso, temí por unos momentos que había sido brusco.
—He de admitir que me encantó esa manera—susurra—. Y... q-quiero... bueno, quiero que me folles de nuevo en este instante—dijo empujando el cuerpo de MinHo sobre la cama, Chaeyoung rápidamente se colocó a horcajadas sobre él—. Déjame llevar el ritmo, en verdad te deseo mucho...—confesó.
Lee gimió ronco apenas sintió como su rubia alineaba su erección dentro suyo a la vez que comenzó un vaivén lento y sensual. MinHo posiciona sus manos en sus caderas, ayudándole a moverse. Chaeyoung no necesitó acostumbrarse al tamaño y grosor para empezar a saltar de manera rápida y dura. Cerrando sus ojos, gozaba del cómo el pene de su mayor entraba y salía de ella, llegando a tocar aquel punto dulce.
MinHo con su pelvis elevada, hizo que los movimientos se intensificaran el doble. Chaeyoung no podía estar más complacida, gemía demasiado alto que no le importaba ser escuchada por los vecinos. El azabache jaló su cuello y chocó sus labios a los de ella, quería tanto tocarla que sus manos estaban recorriendo todo su cuerpo, su boca viajó directo a los senos de la menor, estimuló uno y succionó el otro, parecía un maníaco de primera pero saborear un poco de la secreción de leche expulsada, definitivamente se convirtió en su fetiche favorito.
Chaeyoung no hacía otra cosa que deshacerse en gemidos y gritos, mordía su labio por sólo segundos. MinHo se impulsó más en su interior, a este punto, estaba a nada perder la noción por la sobre estimulación que su cuerpo experimentaba. Embestida tras embestida, una mejor que la otra.
—D-Dios n-no c-creo r-resistir otro segundo... ¡MinHo!.
—No lo hagas, cariño. No lo hagas...—susurró aún dejando marca en ella, gruñó en el instante que las paredes de Chaeyoung lo apretaron tan exquisitamente que de un momento a otro, se vino dentro de ella.
Ambos jadearon por el orgasmo alcanzado, Chaeyoung absorbió todo el semen, quedando sumamente satisfecha.
—F-fue espectacular...—mencionó completamente agotada pero con una enorme sonrisa.
—Sí, a mí también me fascinó...
MinHo ayudó a que saliera de él con cuidado, Chaeyoung se recostó boca arriba, regulando su respiración.
—Te quiero, MinHo-ssi.—susurra a medida que sus ojos iban cerrándose.
—También te quiero, Chae-ssi.—dijo viéndola dormir.
Tapó el cuerpo de la menor, besó su mejilla y él se acomodó a su lado. Abrazandola, también cerró sus ojos, dejándose vencer por el cansancio del momento.
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—¿Adónde vamos, MinHo-ssi?.
—Iremos a mi casa, papá y Jennie quieren conocerte.—confesó.
Chaeyoung soltó un chillido, ahora entendía la razón del porqué le pidió que se vistiera cómodamente.
—¿Cómo así? Dios, ni siquiera estoy bien maquillada—bufó buscando en su bolso, su labial y kit de sombras—. Debiste avisarme...
—Tranquila, ellos no se fijan en eso—alude—. Son muy modernos, bueno, Jennie logró que mi padre se adaptara a la modernidad. Descuida, te ves hermosa así.—sonrió.
Ese hermosa hizo a la menor ponerse nerviosa y a la vez sonrojarse.
—Bueno, si lo dices así, entonces me quedo como estoy—enuncia guardando sus cosas—. Pero eso sí, déjame peinarme un poco y prepararme mentalmente, voy a conocer a tu padre y a su esposa, es normal que los nervios estén en mí.—agrega viéndose en el espejo retrovisor.
MinHo rió de lado, se veía muy tierna tratando de acomodarse su arreglado peinado. No dijo nada más, sólo se dedicó a conducir tranquilamente.
Vió de reojo a Chaeyoung y no evitó colocar su mano sobre la de ella, transmitiendo paz y relajación.
Un "estaremos bien, pequeña", fue todo lo que necesitó Chaeyoung para que toda ansiedad cesara.
Espero les guste mucho el capítulo<3
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