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01

MinHo despertó con un terrible dolor de cabeza, por supuesto que, reconocía perfectamente la causa de ello. No debió darle el gusto a Christopher de beber tanto, pues, el muy descarado había apostado a que, esa misma noche las cosas cambiarían.

Esta vez no se equivocó, podía notar las luces del sol reflejarse a través de la ventana. Dió cuenta de que, estaba en su departamento. Sin embargo, lo que jamás creyó percibir fue que se encontraba totalmente desnudo y sin nadie a su lado. Otra cosa que le pareció extraño, despertar precisamente en su departamento.

Él no suele llevar a sus ligues allí.

Volviéndose a recostar, tapó su rostro con la almohada. El dolor sólo causaba que se irritara aún más.

Estuvo así unos veinte minutos, no iba a solucionar nada si permanecía acostado. Buscó en su mesa de noche, una pastilla y a duras penas se levantó hacía la cocina. Sirviéndose un vaso de agua, bebió al menos cuatro de éstos y después procedió a tomarse el medicamento.

Había olvidado ponerse ropa, por ende, regresó a su habitación. Chasqueó la lengua sintiéndose patético.

Miró la cama desordenada, en esta, vió un ligero color rojo en la sábana. Inspeccionando más a fondo, supo que se trataba de sangre.

¿Qué demonios?.

¿Acaso esa chica es virgen? Bueno, era.

También olfateó un rico aroma a rosas y vainilla. Demonios, si que le gustaba.

—Al menos dejaste un par de rastros, desconocida.—dijo finalmente para irse directo al baño.

Cambió de sábanas, no obstante, dejó el cubre almohadas a un lado.

Poco después, sus mejores amigos se encontraban atónitos al oír la inevitable frustración de MinHo.

—Woah! Esto si es de no creerlo, ¿de verdad?.—preguntó Chan aún sorprendido.

—Sí, creelo Bang Chan. Eso sucedió, maldita sea.—resopló MinHo.

—¿Y siquiera recuerdas su rostro?.—intervino esta vez, Felix.

El azabache negó, sólo tenía memoria de su color de cabello.

Dato inútil.

—Es rubia, de lo demás, no sé—dijo molesto—. Existiendo miles de coreanas con cabellera rubia, y todas teñidas, sin ofender a tu novia, Lixie.—aclaró.

Felix debió sentirse ofendido pero él también lleva puesto tinte rubio, por lo que le restó importancia.

—Suerte que MinJeong no vino o te hubiera castrado.—vocifera divertido.

El trío rió. No era conveniente decir esas cosas delante de sus parejas, porque a fin de cuentas, eran ellas quiénes tenían la última palabra y ni hablar del carácter que se cargaban cuando algo no les simpatiza.

—Como sea, al menos tenemos un dato. Es rubia.—agregó Chan.

—Oh, y huele a rosas y vanilla. Tengo su perfume impregnado en el cubre almohadas.—mencionó MinHo.

Felix iba anotando aquello en una libreta.

—Entonces, si llegases a cruzarla, sentirás su hedor a distancia. Y todos tus problemas se resolverán.—comentó Felix.

—Si es que la llego a encontrar, existe un porcentaje pequeño.

—Sabes, me sorprende que estés tan interesado en hallarla. Ese no es el Lee MinHo que conocemos.—expresó Chan.

Rodando los ojos, el azabache se levantó del sillón e ignoró por completo el comentario de su hyung porque sabía que tenía razón.

—¿Crees que se enamore si llega a lidiar con esa chica?.—cuestionó Felix.

—Quizá sí o quizá no, aunque no niego que me gustaría verlo enamorado por primera vez. Tengamos fe que, será así.—sonrió Chris.

Imaginar a MinHo enamorado, eso si sería épico para ambos australianos.

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El torturado lunes vino demasiado rápido para Lee. Debía volver a clases, aún con nulos recuerdos de la fiesta y de esa chica rubia.

Otro dato que podía afirmar es que era bajita.

Hay demasiadas mujeres de baja estatura.

—Maldición...—enunció golpeando su casillero dónde suele guardar su uniforme de basketball, siendo el capitán del equipo y de los mejores lanzadores—. Como sea...

Otra sorpresa para él, no había tenido sexo en dos días.

Esto si fue inesperado para MinHo, pues, era conocido por ser un adicto al sexo y el no buscar a alguien para satisfacer su necesidad, si que le resultó increíble.

—¿Por qué esa carucha?—elevó su rostro hacía Tzuyu, capitana del grupo de porristas, ésta le sonreía a medida que iba acercándose—. ¿Te sientes bien?.

MinHo descartó por completo que su rubia misteriosa era Tzuyu, por su altura y color de cabello.

Sonrió ladino observando como la menor levantaba su remera, permitiéndose tocar por debajo de la prenda.

—Ahora que estás tú, sí.—susurró sosteniendo su cintura firmemente.

Tzuyu besó parte de su cuello, poco a poco sus labios iban ascendiendo hasta chocar con los suyos.

MinHo gruñó y apoyó a la castaña sobre los casilleros con el fin de elevarla y follarla ahí mismo.

No obstante, eso pareció perder sentido cuando la imagen de su rubia vino de golpe, ella debajo a la vez que gemía su nombre.

Frenó repentinamente, cosa que Tzuyu no esperaba.

—Lo siento, recordé que debo juntarme con Bang Chan y Felix. Dejémoslo para otro día, ¿sí?.—dijo sin siquiera despedirse de la taiwanesa.

—Claro, adiós.—susurró para ella misma con mucho fastidio.

Si alguien hubiese visto ese desplante, creería que MinHo perdió totalmente la cabeza. Dejar a tremenda mujer botada en medio de un acto sexual, definitivamente sí, estaba loco.

—Chan, menos mal te encuentro... Hola Mina-noona.—saludó mirando a la mayor.

—¿Qué tal, MinHo-ssi?.

—Bien, supongo—responde enfocándose otra vez en la mirada confusa de Chris—. ¿Tienes tiempo? Acabo de recapitular una escena de esa noche.

—Uh, sí. Mina, amor. ¿Me dejas conversar un momento con él?.

MinHo rodó los ojos viendo como su hyung hasta permiso debía pedir para hablar. Dios lo libre de ser un gobernado.

—Si, creo saber el motivo—sonríe dándole un beso en su mejilla—. Iré con mis amigas, nos vemos.—en modo de despedida, agita su mano a ambos chicos.

Lee le imita y ve como Chris queda completamente embobado con sólo mirarla.

—Deja de observarle el trasero, Bang. Acompañame.—se quejó llevándolo a las rastras.

En el camino, hallaron a Felix y MinHo jaló también de él, ahora con los dos australianos a solas, el azabache procedió a contarles desde su encuentro con Tzuyu hasta oír en su mente, los gemidos de esa chica rubia.

—Dejaste a la líder de las porristas caliente en los vestuarios, otra vez permítanme asombrar—exclamó Chan—. Pero volviendo al punto de la chica desconocida, al menos puedes también detectar su voz.

—No mucho, esos gemidos eran demasiado lejanos...—murmura rascando su nuca.

—Por algo se empieza, hyung—agrega Felix—. De seguro en estos días, finalmente logres saber quién es.

—Quisiera que fuera así.

—Y dime, MinHo—interrumpió Chan—. Una vez sepas de quién se trata, ¿qué harás? ¿seguirás siendo el mismo maldito adicto al sexo o intentarás otra cosa con ella?.—preguntó curioso.

Lee lo pensó unos minutos, es decir, siempre ha dejado en claro su postura de no meterse en ninguna relación seria con nadie. No le interesaba escabullirse en esos terrenos en absoluto. Si llegase a descubrir a esa rubia misteriosa, siendo sincero, no sabría qué hacer.

Follarla es su única opción viable, volver a estar entre sus piernas y oírla pedir más hasta dejarla inconsciente. Parecía un camino fácil para él, muy fácil porque ahora ese era su deseo.

—Tu silencio me respondió todo—suspiró Bang—. Avísame si vuelves a recordar otra cosa.—mencionó de pie.

Felix miró a Chris irse y a MinHo cabizbajo.

—Hyung, sabes bien lo que Chris-hyung quiere para tí. Él más que nadie desea verte feliz y que puedas enamorarte pero tampoco puede obligarte a que eso se cumpla porque seria egoísta de su parte. Te seguirá apoyando porque te quiere mucho, yo igual. Estaremos contigo en las buenas, en las malas y en las peores.—expresó colocando su mano en el hombro de MinHo.

—Lo sé, y les digo lo mismo. Siempre que me necesiten, ahí estaré para darles apoyo.—sonrió.

Sí, eso hacen los mejores amigos. Se cuidan mutuamente y por sobretodo, están ahí para tí.

MinHo de verdad apreciaba esa linda amistad con el par de australianos y aunque no compartía sus mismos pensamientos o mismos deseos, quería lo mejor para ambos.

—Dile a Bang Chan que pronto tomaré una decisión, pero eso dependerá de si logro encontrar a mi chica desconocida primero.—concluye.

Felix asintió porque él conocía a su hyung y sabía que tomaría la decisión correcta.

Rezaba internamente para pronto hallarla y ver si su persona lograba causar algo más allá del sexo en MinHo.


Primer capítulo, espero les guste mucho.<3

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