x: "ᴀᴍᴀʀ ᴀʟ ᴅɪᴀʙʟᴏ ᴅᴜᴇʟᴇ"
¿Tal vez Muerte extrajo sus pocas ganas de seguir viviendo? ¿Será que solía tener ganas de vivir antes de que el dolor en su pecho surgiese, y, ahora, tan solo sentía que jamás había querido respirar?
Luego de haber salido de la iglesia, su familia fingió no notar lo extraño que lucía. Hye preguntó un par de veces si se encontraba bien, debido a que su hijo parecía tener serios problemas para caminar, pero, ya que la reunión con su familia lavó su cerebro –aunque lo que creían era cierto: Jisung tenía al Diablo consigo– no quiso acercarse demasiado. Iba a seguir todo como lo planeó junto al sacerdote William, sin arruinar las cosas...más de lo que ya lo estaban.
Fue un poco obvio el cansancio en su cuerpo, ya que apenas llegó a su casa, bajó los escalones que lo dirigían hacia su cuarto, cerró la puerta detrás de sí y, apenas su cuerpo estuvo sobre su cama, se durmió. Ni siquiera supo cuánto tiempo, o si alguien intentó llamarlo. El malestar era demasiado fuerte, y el dolor en su pecho insoportable. Se preguntó, internamente, y con honestidad, si estaba muriendo. Rogó que fuese así, para no volver a sentir jamás en su vida aquel intolerable vacío.
Cuando amaneció al siguiente día, ni siquiera supo cuánto tiempo permaneció observando el techo, respirando de manera pesada mientras su madre se adentraba a la habitación, y le tomaba la temperatura corporal. No tenía fiebre, ni tampoco nada de temperatura, por lo cual se consideraba físicamente bien, y debía de asistir a clases.
━ Pero no me siento muy bien ━ Mencionó, mientras se sentaba con lentitud en su cama, con la mirada fija en los ojos de su madre ━. ¿No importa?
Hye posicionó su mano sobre la de su hijo, dedicándole una cálida sonrisa ━. Todo es debido al trabajo que el Padre William está haciendo en ti. ¿Dios? Dios es misericordioso, hijo. Lo que sea que haya pasado, lo que sea que hayas hecho... ━ Negó lentamente con la cabeza, aún sonriendo. Jisung la observó con cansancio, como si quisiese morir allí mismo ━...él lo dejará pasar.
━ Bueno, pero, ¿Qué tiene que ver eso con ir a clases?
La mano de su progenitora sostuvo la suya con más fuerza, como si le estuviese brindando algún tipo de apoyo ━. Si permaneces encerrado aquí, no mejorarás. Tienes que salir, estar con tus amigos, que de seguro te extrañan mucho, ¿no?
El joven rio sin ganas ante aquel comentario, pero asintió lentamente, dejando pasar aquello ━. Tienes razón. De seguro...
De seguro lo extrañaban, ¿verdad? Su gran grupo de amigos...
....Félix.
🌹
El joven de mandíbula marcada y ojos claros se cruzó de piernas, sentado en un banco de las mesas de la cafetería, observando con duda a su amigo frente a sí, quien lucía como un cadáver.
━ Te ves un poco...
━ Sí ━ Jisung, quien sostenía un tenedor con comida, permaneciendo así desde que tomó el contenido del plato, sin siquiera probar el primer bocado, respondió desanimado, asintiendo lentamente.
━ Como...no sé ━ Félix ladeó su cabeza, aproximándose al castaño, tomándolo del rostro con una mano y aplastando un poco las pálidas mejillas de éste ━. Como muerto.
━ Desearía.
━ ¡No digas eso! ━ Lo regañó, observando a su alrededor, notando que no había ningún profesor o monja a su alrededor ━. ¿Quieres que te lleven a hacer un exorcismo, o qué?
━ Me llevaron ayer ━ Comentó Jisung, dejando –nuevamente– el tenedor sobre el plato, de manera algo brusca, suspirando profundamente ━. Estoy tan...cansado.
━ ¿Qué?
━ Sí...
Y, probablemente, sucedieron más cosas, pero su cabeza no fue capaz de memorizarlo. Tan sólo quería dormir, y, gracias a quién sea, llegó a su hogar, se hizo de noche, y descansó en su cama.
🌹
Una vez más, al siguiente día, asistió a clases, llevando el mismo vestuario de siempre, a excepción de un gran abrigo negro, abotonado hasta el cuello. El frío calaba sus huesos de una manera que ni siquiera era capaz de describir en su propia mente. Un día atrás estaba en pantalones cortos, y ahora estaba temblando, con sus labios morados, y piel pálida. Por suerte, Félix no asistió a clases aquel día, por lo cual evitaría cualquier tipo de interrogatorio.
Regresó a su casa en el auto de su padre, con su madre al volante –lo cual rara vez sucedía– una vez la hora de salida del establecimiento llegó. No había probado bocado en todo el día, debido a que la primer cosa que había bebido –una caja de jugo de naranja, debido a que no se sentía con ánimos de desayunar– estaba ahora en el retrete de su baño. Lo había vomitado de manera inmediata, y lo comprendió aún mejor: al parecer, su cuerpo rechazaba cualquier cosa que lo hiciese sentir bien.
Entonces, ¿Cuál era el propósito de que Minho se haya ido? Seguía devastado.
Una vez entró, ni siquiera saludó a sus tíos, quienes tomaban el té en la sala. Pudo notar que su padre, quien aún no le dirigía palabra, estaba a punto de regañarlo por ser maleducado, pero se retractó al instante cuando Jisung le dirigió una mirada de reojo, debido a que recordó las palabras del Diablo. Debía ser muy precavido.
Finalmente, bajó los escalones con cuidado, sosteniéndose del barandal, abriendo la puerta de su cuarto, encendiendo la luz, y girándose para cerrar la puerta con pestillo. No quería ver a nadie, ni siquiera a su madre. Podrían golpear, y golpear, pero jamás abriría.
Por un momento, permaneció viendo fijamente la madera frente a sí, pensando algo que siempre había estado rondando por su mente, pero jamás se lo preguntó hasta ahora:
"¿Qué tal si me suicido?"
"Sí... ¿por qué no?" No estaba del todo vacío, por lo cual podía sentir éste. ¿Tal vez era un plan de Minho? ¿Por qué, repentinamente, desconfiaba de él?
Sus ojos se abrieron de más cuando, repentinamente, reconoció aquel malestar instalándose en su estómago, y la presencia en su cuarto se volvió más oscura de lo que ya era. ¿Lo habría adivinado? Ya habían pasado dos días.
Ni siquiera pensó en ello.
Suspiró profundamente, con cansancio, antes de girar sobre sus propios talones. Desde el momento en que Muerte había hecho aquella "cosa" en él, apenas había pensado en Minho menos de tres veces en dos días.
Una fuerte pero cálida brisa lo hizo balancearse sobre sus propios pies, dejando su espalda pegada a la puerta de su cuarto mientras sentía como, muy delicadamente, el dedo índice y medio de Minho tomaba su mentón. Repentinamente, ambos se encontraban viéndose a los ojos fijamente, pero esta vez...era diferente.
El Diablo lucía diferente.
Sus ojos estaban más abiertos, color bordó, con sus pupilas dilatadas, y mandíbula muy tensa. Luego de estar mirando a los ojos al mundano por un momento, comenzó a rebajarlo con la mirada, mientras alzaba el mentón con superioridad.
Jisung se paralizó al verlo de aquella manera, porque –claramente– fue muy torpe de su parte no haber pensado en cómo sería el Diablo enojado. ¿Creyó que sería su precioso Minho de mirada neutra e inocente? ¿Ese que lo había estrechado en sus brazos mientras le hacía el amor? ¿El que alivió su angustia con preciosas palabras?
No.
El silencio reinó en la habitación por unos largos segundos. El joven no hablaría, sería demasiado irrespetuoso de su parte...o eso creía, incluso si Minho jamás se lo había prohibido.
━... ¿Qué has hecho? ━ Fue lo primero que susurró el arcángel.
¿Alguien le creería si confirmase que jamás le tuvo el miedo que todo mundo le tenía a Minho? ¿Si jurase que, a pesar de ser el mismísimo Diablo, nunca vio lo horrible, terrorífico y cruel en él? ¿Tal vez se debía a lo enamorado que estaba? La voz de Minho había sonado tan ronca, tranquila, pero sus palabras lo estaban acusando, y aquello le pareció algo demasiado escalofriante. Por un momento quiso llorar, pero, incluso si tratase de imitar un sollozo, la angustia entrelazada con el vacío no desapareció de su pecho, al igual que sus lágrimas, las cuales provocaban que sus preciosos y enormes ojos cafés brillaran.
Ya no podía llorar. No podía hacer lo único que lo mantuvo cuerdo durante tanto tiempo.
Intentó tragar saliva con fuerza y, en un acto de desesperación, quiso huir. Necesitaba refrescarse. Una rápida ducha, si.
Se dirigió apresuradamente hacia la puerta del baño, con sus temblorosas piernas provocando que se tambalease un poco, y no evitó dar un salto en su lugar cuando la puerta se cerró con total brusquedad. Dio media vuelta para buscar la mirada del Diablo, la cual encontró frente a sí, a tan solo unos pocos centímetros de su rostro. Aquello lo hizo echarse hacia atrás, asustado por la repentina cercanía y golpeando levemente su espalda contra la madera de la puerta detrás de sí.
Una ligera risa silenciosa en medio de una exhalación escapó de los labios de Minho, claramente falsa ━. ¿Estás intentando huir de mi? ━ Y, a pesar de su tono de voz, Jisung supo descifrar dolor en los ajenos ojos color bordó.
Y el Diablo lo notó.
Inhaló tan bruscamente que un par de libros cayeron desde el escritorio del castaño, donde, usualmente –o, al menos, cuando quería escapar de la realidad– leía.
━ ¿De mí? ━ Repitió Minho, caminando lentamente hacia el mundano, quien permanecía paralizado ante la manera en la que el amor de su vida intentaba ocultar sus sentimientos: siendo el estereotipo de Diablo que todos conocían ━. Yo fui el único que te protegió.
━ No estoy intentando huir de ti ━ Respondió, sintiendo sus piernas temblar ante lo débil que se sentía.
Las cejas de Minho se alzaron, fingiendo sorpresa entre obvio sarcasmo. A Jisung no le agradaba la manera en la que el rey del inframundo se estaba comportando con él, pero, aunque su mente le repetía “debiste notar que no todo sería flores y corazones”, también, se encontraba este pequeño fragmento que creía fielmente que el Diablo se estaba ocultando de algo.
Que le dolía haber regresado, encontrarlo en aquel estado y creer que huía de su presencia. Al joven no le importaba si el malestar se había intensificado con la oscura presencia del arcángel caído, porque, aún así, lo quería a su lado.
Siempre lo querría a su lado.
Lo amaba.
━ Min ━ ¿Sería el momento de confesarselo? ¿Incluso si, supuestamente, éste ya lo sabía?
¿Sería el momento apropiado de soltar aquellas dos palabras tan intensas, pero, pensando a futuro, posiblemente dolorosas?
━ Luces diferente ━ Minho retrocedió un paso, con notable rechazo ━. ¿A quién escoria le obsequiaste parte de tu alma?
━ ¿Qué? Yo no hi-
━ Tú y yo teníamos un trato ━ Interrumpió el rey del inframundo, alzando su rostro con superioridad.
<< Oh. >>
La manera en que lo dijo, tan...
"Tú y yo teníamos un trato." Solo un trato.
Repentinamente, aquel pequeño fragmento de esperanza en la mente de Jisung se desvaneció por completo.
No había amor de por medio, ni nada que llenase su pecho con un ligero bienestar.
Nada que cumpliese su deseo.
A lo largo de su vida, había sentido que su corazón, enorme y humilde, se volvía más pequeño, débil, con cada acción que notaba dentro de su situación familiar, dentro de su pueblo, o en la sociedad.
Sin embargo, ahora había un insoportable dolor en su pecho, el cual le hizo saber que era un completo idiota por haber creído en las palabras ajenas de aquel ser supuestamente maligno. ¿Ahora? Ahora su corazón estaba destrozado, porque jamás había sentido sus manos tan frías, sus esperanzas haciéndose añicos y la desorientación de no saber exactamente qué decir.
No creía que Minho fuese un ser maligno, alguien desgraciado, desalmado y cruel. Simplemente...sintió que aquel día, cuando bailaron bajo la luna sangrienta aquella melodía tan preciosa para, luego, confesar haberse sentido el ser más amado en la tierra, y desnudarse frente a alguien que amaba, no sólo con prendas, si no con palabras...
...se volvió lejano, como el día anterior a cuando descubrió que su padre golpeaba a su madre. Su último día viviendo en una burbuja inundada en pura inocencia.
Era algo similar a un deja vú, porque no sentía el suficiente aire, ni tampoco podía hacer nada al respecto para detener aquella situación, o arreglarla.
Jamás había sido capaz de solucionar nada. ¿Por qué lo haría ahora? Seguía siendo el mismo de siempre, y se odiaba por ello.
Una leve, vergonzosa risa, brotó de sus pálidos labios, con su mirada en el suelo. ¿Cómo pudo ser tan torpe de creer que Minho realmente lo amaba? El mismísimo Diablo le había confesado ser mentiroso.
"━ Yo podría hacer que nadie vuelva a hacerte daño...jamás."
El Diablo es mentiroso. Tan, tan mentiroso.
"━ Minho, creo que me estoy volviendo malo.
━ Imposible, sigo oliendo pureza en ti.
━ ¿Incluso habiendo invocado al diablo?
━ Eso no fue un acto de maldad. Fue un acto de desesperación ante la maldad de los demás. Muchos no lo entenderían.
━ Nadie lo entendía.
━ Yo lo entiendo."
No lo comprendió jamás.
“Una parte de mí adora sentir tu tristeza, pero otra parte de mí hace lo posible, incluso ser gracioso, para que sigas sonriendo. Jamás me había sucedido.”
Dolía tanto, que no dudó en girar sobre sus talones y abrir la puerta del baño, dirigiéndose hacia la bañera. Abrió el grifo de la ducha, observando la lluvia artificial caer a unos centímetros suyos mientras se quitaba los zapatos, tambaleándose en su sitio.
Cuando estuvo por tropezar, un escalofrío recorrió su columna vertebral, y las firmes manos repletas de anillos de oro del arcángel sostuvieron su cintura con delicadeza.
━ No cumpliste el trato ━ Minho fue el primero en hablar luego de un breve silencio.
Jisung, sin voltearse, negó lentamente, apartando con suavidad las manos del Diablo de su cintura y parpadeando con lentitud ante los pequeños puntos negros que se hacían presentes en su visión.
━ Tú tampoco ━ Susurró, sofocado.
Ni siquiera midió la temperatura del agua, que se encontraba helada, y también olvidó quitarse la ropa mientras se adentraba debajo de la lluvia artificial, buscando algo que aliviase el potente malestar ━. Me... ━ Cerró sus ojos, tomando una bocanada de aire ━. Tú dijiste que yo quería a alguien que me ame con honestidad.
Minho, quien permanecía alerta a los movimientos del mundano, asintió lentamente con la cabeza mientras, poco a poco, sus ojos regresaban a un color normal ━. Lo tienes.
━ Mentiroso ━ Jisung se apoyó contra los azulejos de su lado, sintiendo como, repentinamente, lo sostenían con firmeza de la cintura. Sus piernas no funcionaban del todo, pero, ¿por qué Minho intentaba salvarlo de un terrible golpe? Sus ojos permanecieron cerrados, con la temperatura del agua –que mojó su cuerpo y vestimenta por completo– haciéndolo temblar mientras el cálido aliento de la respiración ajena a tan sólo centímetros de su rostro lo sofocaba de una manera agradable ━. Dijiste eso sobre ti, y que no tenías sentimientos. Tienes razón, teníamos un trato, p-porque...tu jamás me amaste con honestidad, y no pedí alguien que fingiese.
━ ¿Te atreves a juzgar lo que pienso o siento? ━ A pesar de que la pregunta podría sonar algo brusca, el suave tono de voz del Diablo no lo permitía.
━ Juzgo el que hayas hecho un mal trabajo como rey del inframundo ━ Estaba malditamente seguro que, si no se sintiese tan vacío, jamás le hablaría de aquella forma a Minho ━. T-Todo lo que he...
No pudo soportar el propio peso de su cuerpo, incluso si la fuerza del Diablo era sobrenatural. Éste último los dejó a ambos sentados en la bañera, donde el agua corría gracias a la lluvia artificial encima de ambos.
━ Jisung.
━ Desde que supe que eras real, he querido tenerte cerca, y tú crees... ¿que yo escaparía de ti? ━ El arcángel, con sus ojos abiertos de más, alzó el rostro de su niño favorito, tomándolo desde el mentón e intentando que, de alguna forma, abriese sus ojos ━. Estoy vacío, pero aún lo siento.
━ ¿Qué sientes? Mírame...ey, niño.
━ Lo que siento por ti, aún sigue allí ━ Abrió sus ojos como pudo, manteniéndolos entrecerrados mientras, poco a poco, su respiración se tornó algo pesada ━. J-Jamás me alejaría de ti. Te amo.
¿Cómo fue que su dulce niño favorito había tenido tal destino? ¿Cómo sucedió que un verdadero ángel como Jisung quisiese a alguien como él? El mismísimo Diablo, quien no sabía hacer otra cosa que tocar y destruir...o, al menos, eso creía.
Y, por supuesto, ser un completo idiota porque, ¿cómo había sido capaz de enamorarse del mundano? No sabía decirlo, ni demostrarlo, porque era alguien no digno de amar, y aunque su supuesto trabajo se basaba en arruinar vidas, sabía lo que era el bien y el mal.
Desgraciadamente, Jisung no merecía un ser como él a su lado. Alguien que toca, destruye, lastima y permanece donde no debe.
━...Jisung ━ Llamó, moviéndolo un poco en sus brazos, pero éste no respondió. Minho supuso que ya se había desmayado y, con total desesperación, cargó mejor en sus brazos al castaño. Se sentó mejor sobre la bañera, apoyando su espalda contra el borde de ésta mientras intentaba emanar su cálida temperatura corporal hasta que llegase al cuerpo del mundano, quien permanecía inconsciente sobre su pecho.
Sostuvo con un brazo la cintura del joven, tomando con su mano libre el mentón de éste, alzándolo con delicadeza y poniéndolo a la medida de sus labios. Apartó el agua que fluía por el pálido rostro de su niño favorito, dando unas suaves palmadas en la ajena mejilla izquierda.
━ Abre los ojos, ey ━ Dio unas palmadas un poco más fuertes, y los ojos de Jisung se abrieron, tan solo un poco, aún sin lograr respirar del todo bien ━. Mírame. Mírame, niño.
Lo observó fijamente, susurrando unas palabras indescifrables para el mundano, quien se sentía desesperado por cerrar sus ojos y, simplemente, dormir. Todo acabó gracias a una cálida, lenta exhalación que Minho le brindó, exactamente a la medida de sus labios. El color en sus mejillas volvió, al igual que la leve calidez en su pecho, el cual desvaneció el vacío en éste, aumentando los latidos de su corazón.
Ya podía mantener sus ojos abiertos, sin forzarlos, pero, aún así, el malestar no se había ido del todo, y aquello era gracias a la presencia del arcángel, quien había intentado brindarle algo bueno entre todos sus augurios.
No sabía si se debía a lo abrumado que se encontraba por, en aquel momento, notar cómo verdaderamente había estado anteriormente, pero –para su alivio–, las lágrimas no tardaron en brotar desde sus ojos, fluyendo por su rostro.
━ ¿Q-Qué has hecho?
━ No vas a morir hoy ━ Respondió el Diablo con simpleza, y decisión.
Jisung sintió ganas de sollozar, y no se lo prohibió, siendo silencioso a pesar de los bruscos movimientos en sus hombros, provocados por el temblor en su cuerpo. ¿Así se sentiría cuando Minho, poco a poco, se llevase su alma? ¿De aquella manera moriría cuando el rey del inframundo llevase su alma al infierno? No sabía si lloraba por lo tranquilo que se había sentido, o porque el arcángel no dudó en abrazarlo aún más contra su pecho en cuanto inhaló con fuerza en medio del llanto.
Cada sollozo de su niño favorito era como un puñal en su pecho, debido a que podía ser capaz de sentir el dolor del alma tan pura que cargaba éste consigo.
Sin embargo, era capaz de soportarlo con total cordura, al punto en el cual debía de prestar atención para notar que sentía algo más que lo que alguna vez le ordenaron sentir.
━ Dijiste que me amas ━ Fue lo único que dijo, sin soltar a Jisung mientras movía su dedo pulgar y anular hacia la derecha para detener el agua que caía del grifo sobre sus cuerpos.
Jisung hipó, sorbiendo su nariz y asintiendo lentamente ━ S-si ━ Confesó, apenas audible, y los sollozos se volvieron aún más fuertes. Necesitaba desahogarse, dejar de sentirse tan rechazado, y vulnerable.
Minho no respondió a la afirmación, con su mirada perdida en un punto de aquel baño, dejando suaves e inconscientes besos sobre los cabellos mojados de su niño favorito. Buscaba calmarlo, hacerlo sentir mejor de cualquier manera, pero ni siquiera él lo sabía.
Tan sólo creía saber la respuesta, pero, simplemente... no podía.
Porque si respondía lo que Jisung esperaba...todo iba a complicarse tanto, al punto en que siquiera era capaz de imaginarlo.
Jisung finalizó aquel día creyendo que amar al Diablo dolía de una manera insoportable, más aún al buscar algo que no obtendría a cambio.
Por otro lado, Minho permaneció abrazando al joven, en la cama de éste, hasta notar que estaba dormido para, luego, regresar a su despacho y permitirle despertar de buena manera.
Sin embargo, cuando fue capaz de comenzar a asumir, nuevamente, su cargo, intentando despejar su cabeza con trabajos que debía de realizar alguno de sus sirvientes, ni siquiera fue capaz de evitar aquel pensamiento.
Amarlo dolía.
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