Era un día soleado y tranquilo en la escuela de entretenimiento donde estudiaban Kana y Aqua. La popularidad de Kana estaba en su apogeo, mientras que Aqua mantenía su misteriosa y tranquila presencia que siempre llamaba la atención. Ambos caminaban juntos hacia la grabación de su programa de variedades en la azotea.

Kana quien iba caminando por delante del rubio volteo a verle.

───¡Aqua, date prisa! No quiero llegar tarde de nuevo. ─── dijo, haciendo un leve puchero.

El rubio solo sonrio levemente.

─── No te preocupes, Kana. Llegaremos a tiempo. ─── respondió con calma. Aunque siempre parecía reservado, Aqua sentía una conexión especial con la pelirroja, una chispa que era difícil de ignorar.

Cuando llegaron a la azotea, la vista era impresionante. El cielo azul se extendía sin fin, y la ciudad a sus pies parecía un mosaico vibrante. Los camarógrafos ajustaban sus equipos mientras el director daba las últimas instrucciones.

Kana se acomodó en su lugar, lista para desplegar su deslumbrante carisma ante las cámaras. Aqua, por otro lado, adoptó su postura relajada, preparado para acompañarla en cualquier cosa. Antes de que empezara la grabación, Kana se volvió hacia él.

─── Oye, Aqua, ¿alguna vez piensas en lo lejos que hemos llegado?

El observo el horizonte, pensativo.

─── A veces. Pero creo que lo más importante es dónde estamos y hacia dónde vamos. ─── Dijo alzando levemente sus hombros.

La contraria asintió, entendiendo su mensaje.

─── Tienes razón, pero no puedo evitar sentirme agradecida de tenerte a mi lado. No lo haría tan bien sin ti. ─── Confesó ella mirando al horizonte.

El la miró con ternura, una emoción rara vez mostrada en su rostro.

─── Y yo sin ti, Kana. ─── respondió, mostrándole una rara vulnerabilidad.

La grabación comenzó, y ambos se sumergieron en sus papeles, sus interacciones naturales y genuinas robándose el espectáculo. La química entre ellos era palpable, una mezcla de amistad profunda y un vínculo que parecía más fuerte con cada momento que pasaban juntos.

Cuando finalmente terminó la filmación, la luz del atardecer bañó la azotea. Arima estaba agotada pero feliz.

─── ¿Vamos a comer algo? Solo como amigos, por supuesto. ─── añadió rápidamente, con una sonrisa traviesa.

─── Por supuesto, conozco un lugar excelente. ─── Soltó una risita suave para luego tomarle la mano a la pelirroja.