• 14: Maicena •
Hoy es el cumpleaños de San.
¡Hoy es el cumpleaños de San!
Wooyoung no podía más de la felicidad, y es que amaba festejar los cumpleaños de su novio, San se la pasaba todo el día tan feliz y Woo no podía no aprovechar ese día para tomar miles de fotos de un Sanie sonriente, adorable y emocionado.
Tan contento y ansioso, Woo comenzó su día levantándose temprano para poder hacerle un desayuno a San, no se preocupó por si algo salía tan mal, claro que se esmeró y preparó algo delicioso, pero lo que importaba hoy, era la merienda...
San era amante de las meriendas.
San era una persona que amaba sentarse por la tarde a tomar algo mientras comía lo que se suponía que deberían vender en la pastelería, pero a quién le importaba, podía cocinar más.
Wooyoung pensó y pensó qué podía hacerle para merendar, entonces recordó la reserva de dulce de leche que tenían para sus postres "especiales" y recordó un par de recetas que estuvo viendo, pensó en una que hace rato quería hacer para su Sanie...
Alfajores de maicena.
Quería intentar hacerlos bonitos, ya sea cortando la galleta en forma de corazón o poniéndoles colorante, claro que podía ingeniarselas ahí.
Entonces, con la idea ya en su mente y con una enorme sonrisa, fue a despertar a su pareja, le sirvió el desayuno en la cama y lo llenó de besos y cariño deseándole un feliz cumpleaños.
- ¿Qué quieres hacer hoy, pastelito?
- ¿Podemos hacer un picnic para la merienda?, ¿por favor?
- Claro que sí, pero lo preparo yo, ¿está bien?
- Bien
Después de desayunar se bañaron y al rato llegaron un par de personas a saludar a San, la mamá de Wooyoung preparó con algo de ayuda un rico almuerzo para todos y así estuvieron un par de horas, ya en la tarde la pareja volvió a quedar sola y Wooyoung aprovechó para empezar a hacer los alfajores.
— Cariño, ¿qué estás cocinando?
— ¡NO MIRES!, es sorpresa amor, vé a otro lado, ¿sí?, te amo terroncito
— Bien...iré a ponerme algo más cómodo y bonito para el picnic, ¿te parece?, te prepararé ropa igual, así vamos parecidos
— Está bien mi sol bonito, vé, te amo
Pasó un buen rato hasta que los alfajores estuvieron hechos y Wooyoung los guardó en la canasta junto a algunas otras cosas para el picnic con su pequeño.
En cuanto fue a la habitación para llamar a su Sanie, éste lo esperaba ya cambiado y se estaba retocando un poquito el leve maquillaje que llevaba. Su ropa consistía en una camisa blanca al estilo pirata junto a un pantalón negro bastante ancho y tiro alto, el mismo marcaba su muy bonita cintura gracias a que la camisa estaba por dentro de éste.
La ropa que San le había elegido a su esposo era similar, su camisa era negra y tenía un escote en V que dejaba ver sus clavículas y parte pequeña de su pecho. Su pantalón era del mismo color que la camisa, San aseguraba que el color negro definitivamente hacia ver muy sexy a Woo.
Cuando ambos estuvieron ya vestidos, Wooyoung no perdió el tiempo y halagó la belleza de su esposo, haciendo que las mejillas del más joven tomaran un adorable rubor y, por supuesto, que fueran adornadas con los amados hoyuelos, esos que lo hacían perderse en un mundo perfecto y sonriera hasta que le doliera el rostro.
Cuando Woo sintió que su pequeño explotaría de lo rojito que estaba, fue cuando decidió que era suficiente y debían salir.
Sin perder más tiempo, ambos subieron a la camioneta y fueron a un lindo parquecito del pueblo el cual ellos amaban.
Al llegar tiraron la mantita en el césped, acomodaron las cosas.
Había un pequeño pastelito que decía "feliz cumpleaños Sanie", cortesía de Wooyoung. También llevaron los alfajores de maicena, galletas con membrillo en medio, masitas secas de diferentes formas y decoraciones, algunas frutas, un vino de fresa que a San le gustaba mucho y agua, por si se empalagaban.
Claro que tenían servilletas, las copas y cucharitas, además de cuchillos y platitos, tenían todo lo necesario.
Wooyoung le cantó el feliz cumpleaños a San y, como una bonita sorpresa, también le cantó la canción "Promise" (ateez) una canción que para ellos significaba mucho.
— Te amo mi caramelito, feliz cumpleaños.
— Te amo Woonie
Compartieron un dulce beso y el resto de la tarde estuvo llena de esos.
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Llegaron a casa agotados, volvieron en la noche así que rápidamente decidieron irse a dormir.
Woo dejó que San vaya primero y se encargó de acomodar y limpiar todo para mañana ponerse a trabajar sin muchas cosas que hacer, así simplemente se encargaban tranquilos de la pastelería.
Cuando por fin pudo acostarse y dormir junto a su esposo, no pensó que Sanie se levantaría a mitad de la noche a comer ya que habían estado comiendo todo el día.
Que equivocado estaba.
Porque ahí por las tres de la madrugada, San estaba acostándose nuevamente con migas de alfajorcitos en la boquita.
Amaba su Sanie glotón, claro que sí.
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Han pasado 84 años.
Estaba escribiendo ésto desde el cumpleaños de San e iba a ser publicado ese día pero perdí la inspiración, así que acá está JAJAJJA.
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