San y Wooyoung habían tenido su primera pelea.

Wooyoung notó que San le estaba cancelando todas las salidas por pasar tiempo con aquel visitante del pueblo, se iría pronto pero no le agradaba para nada, no solo eran los celos por la falta de tiempo con su novio, sino también porque el descarado se atrevía a usar apodos dulces como los que él usaba para San, no le caía bien.

Le habló a San de ésto y San se enojó diciendo que tenía derecho a tener amigos, por supuesto que era así, el problema llegó cuando San tuvo un día libre (es decir, sin aquel otro chico) y Wooyoung canceló porque se reunió a merendar con una amiga del curso de repostería.

Wooyoung solo dijo que se empezó a juntar con otras personas porque le aburría estar solo y San lo acusaba de hacerlo por despecho y blabla, ambos se gritaron.

Es por eso que ahora ambos, en sus respectivas casas, estaban llorando.

Habían pasado dos días desde la pelea y ninguno sabía cómo iniciar una conversación de reconciliación, se extrañaban muchísimo.

Por un lado, San sabía que había dicho cosas sin sentido y que debía disculparse, por otro lado, Wooyoung entendió que debía dejar de ser tan dependiente de la compañía de San, todos necesitamos nuestro espacio, no siempre es estar con tu pareja y ya, todos tenemos una vida.

Así que San se decidió, cocinaría para Woo aquella receta que a él tan difícil se le hacía.

Macarons.

Era para él una receta muy complicada pero sabía que Woonie la amaba, de vez en cuando compraba alguno para darse aquel gustito, ahora él quería ser el que le regale aquello.

Wooyoung por su parte simplemente se limitó a pensar en qué podía hacer para pedir disculpas, invitaría a San a comer a casa, le prepararía algo rico y recuperarían el tiempo perdido, ya se habían extrañado demasiado.

Más tarde, San recibía un mensaje de Wooyoung invitándolo y algunas horitas después, San estaba frente a la casa de su novio con una bonita ropita y una cajita bien decorada con macarons de disculpa.

Cenaron, hablaron, lloraron, se abrazaron, se besaron y miraron películas mientras tomaban un cafecito acompañado de la delicia que San preparó, el anterior nombrado estaba casi saltando de felicidad porque le había salido aquella receta, y su novio, por supuesto, le dijo lo orgulloso que estaba y lo premió con dulces besos.

San fue invitado a quedarse para dormir ahí, con gusto aceptó y no durmieron hasta la madrugada porque se quedaron viendo algunas películas más o hablando de cosas sin sentido alguno.

No muchas horas después, San despertó con su conocido apetito de madrugada.
Se levantó y en silencio caminó hacia la cocina, en donde se tomó la libertad de tomar un macaron y comerlo gustoso, tomándose su tiempo.
Al terminarlo, lavó sus manitas y volvió a la cama, acostándose y con una hermosa y gran sonrisa, le deseó las buenas noches a su muy lindo novio.

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PERDÓN POR TARDAR TANTO AAAAA

Me cuesta muchísimo escribir últimamente, perdón por eso </3

y amor, si estás viendo ésto, salí askjsja me da pena que leas lo que escribo