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❄ 13 - The nature of aristocrats

CAPÍTULO 13  | LA NATURALEZA DE LOS ARISTÓCRATAS

Poco a poco todos los nobles se acomodaron en sus lugares. El centro de la amplia plaza fue acomodada para simular una arena de combate y a una distancia prudente la cantidad suficiente de mesas se ubicaban alrededor para que los invitados disfrutaran las presentaciones que se llevarían a cabo.

Jungkook llegó junto a Hwayoung con sus brazos enlazados, enseguida llamando la atención, pronto los susurros y murmullos llegaron a los oídos del misterioso capitán, quien podía escuchar todo con claridad. Miró a su esposa, ella no parecía afectada incluso con la mirada de los altos nobles sobre ella, conservando su expresión suave y con una pequeña sonrisa cordial, manteniéndose en total calma.

"¿Y esa mujer?". "¿Será la prometida del capitán?". "Pero en ningún momento se escucharon rumores de un matrimonio". "¡Mira sus manos, tienen anillos de oro!". "¡¿Entonces son esposos?!".

Jungkook y Hwayoung se dirigieron al respectivo lugar en el cual un sirviente del clan los esperaba y tomaron asiento. La mesa de la primera fila era para los capitanes al tener una gran importancia para el reino, eran figuras respetadas y la presencia de estos casi equivalía a la de un príncipe, claro que eso dependía del rango del capitán. Las mesas de la segunda fila hacia atrás eran los familiares e integrantes importantes de cada clan.

Al lado de los Jeon se integraron los Cheong debido a la unión de ambos jóvenes, por lo tanto ya contaban prácticamente como una sola familia, aunque los Jeon siempre tendrían más importancia debido al cargo de Jungkook.

—Todos se ven muy animados —Comentó Hwayoung, mirando con curiosidad cómo los sirvientes atendían a sus amos y la gente se iba reuniendo en las mesas hasta llenar los puestos —, es la primera vez que asisto a las presentaciones de los altos nobles, me impresiona que sean tantos.

—Los clanes importantes como los fundadores suelen tener hasta tres ramas en sus familias, como en el caso de los Kim, por eso tienen más generaciones que otros —Explicó Jungkook mientras observaba con aburrimiento el lugar, apoyando su mejilla en la palma de la mano.

—Los nobles de bajo rango como mi familia solíamos quedarnos celebrando en la aldea principal junto a los campesinos; después de todo, los aristócratas dicen que somos iguales que los plebeyos, solo que vestimos de seda —Comentó por lo bajo, tomando entre sus manos una taza en la cual el sirviente vertió té humeante.

—¿Le molesta? —Preguntó Jungkook, mirándola de reojo.

—Hm... —Tras tomar un sorbo, meditó por un momento las palabras de su esposo antes de contestar —. Para ser sincera sí, me molesta cuando nos menosprecian a pesar de ayudarlos en lo más que podemos; los altos nobles son quienes gobiernan el reino pero también son absurdamente dependientes de los demás: desde los campesinos a los cuales desprecian, los sirvientes que son víctimas de maltrato, hasta los demás clanes que arriesgan sus vidas para protegerlos, como en su caso, mi señor.

—Ya veo. Es cierto que por ser capitán mi familia recibe algo de mérito, pero tampoco nos salvamos del todo, nos consideran tan plebeyos como los que viven fuera de la ciudadela —Jeon se encogió de hombros —. A decir verdad, celebraciones como esta sólo son apariencia, por pertenecer al grupo de capitanes no podíamos faltar, pero le aseguro que no es la gran cosa. El verdadero espectáculo es la falsedad de todos los que nos rodean y cómo cada familia intenta resaltar para ganar el favor del príncipe heredero o directamente el rey —La voz del pelinegro era rasposa y baja, Hwayoung lo miró con atención todo el tiempo, asimilando lo que el varón le contaba y pensó que tal vez ambos no eran tan diferentes en su manera de pensar. Eso le alivió y dejó un sentimiento cálido en el corazón.

A su derecha los Park hicieron presencia, los miembros de dicha familia vestían de blanco en todas las celebraciones importantes, eran un clan del que provenían los mejores sacerdotes y chamanes del reino. Aunque en esos momentos lo que más destacaba era que los Park estaban en manos de una mujer, la esposa del fallecido líder y aunque la responsabilidad del clan caía sobre el único hijo varón, Jimin, no era un secreto que quien realmente lideraba la familia era Park Woong, la madre del joven capitán. Y eso escandalizaba a toda la nobleza.

Areum y su esposo se acercaron a la hermosa mujer para saludarla, tras ella se hallaba una pequeña niña, su cabello oscuro estaba recogido en dos moños adorables, sus ojos eran grandes y expresivos, su rostro era muy parecido al de Jimin.

Hwayoung y Jungkook se levantaron, la mujer se acercó con una sonrisa y saludó:

—Buen día, Jungkook, me alegra verte recuperado —El nombrado hizo una reverencia. La señora Park tenía un precioso vestido tradicional blanco, el cuello y las muñecas estaban hechas de piel, proporcionándole abrigo del frío otoñal; su cabello era largo y trenzado, atrás de su cabeza llevaba un adorno floral de color anaranjado y pequeños ópalos de fuego colgantes. Sus rasgos faciales eran delicados, sus ojos grandes y labios voluminosos pintados de carmín, podía verse fácilmente de dónde salió el parecido de Jimin.

—Buen día, tía Woong, me alegra también verla en el festival —Los ojos de la mujer se dirigieron a Hwayoung, la cual se paró recta e hizo una reverencia hacia la líder de los Park —. Ella es mi... esposa —Dijo el capitán, aún no se acostumbraba a llamarla así, sin embargo la miró para permitirle presentarse.

Jeon Hwayoung, mi señora. Hija mayor de los Cheong, es un placer conocerla —La joven se sintió extraña en usar por primera vez su apellido de casada, sin embargo no le molestó en absoluto como pensó que lo haría, al contrario se sintió natural, como si siempre le hubiera pertenecido ese apellido. Tal vez era por la aceptación por parte de sus suegros y el cariño que le brindaron en tan poco tiempo, de todas formas, el sutil cosquilleo de nerviosismo que le recorrió el cuerpo, disfrazó la genuina emoción que muy en lo profundo sintió al pronunciarse como una Jeon.

—Ya veo, estoy muy agradecida con tu clan, muchacha —Admiró la señora Park —, la medicina que llegó hace poco fue de ustedes, gracias a eso mi pequeña hija se recuperó de su fiebre por un resfriado. Anda, saluda y preséntate —Le ordenó a la niña, esta se separó de su madre y alisó con sus pequeñas manos la tela de su vestido blanco.

—Buen día mi capitán, mi señora, me llamo Park Munhee —Hizo una adorable reverencia —, es un gusto conocerla —Sonrió con las mejillas sonrosadas.

—Vaya, parece que mi madre se adelantó —Una voz tersa y calmada hizo girar a todos. Los pasos se detuvieron y los murmullos comenzaron a resonar por toda la plaza, esparciéndose y dirigiendo las frívolas miradas de los nobles hacia el joven de cabello cenizo.

—¡Hermanito! —Munhee corrió y abrió los brazos, siendo recibida por su hermano que la alzó y cargó, la pequeña abrazó el cuello de Jimin, enseguida su semblante cambió a uno más animado.

Jungkook lo miró sorprendido, enseguida notando el corte nuevo de su amigo para luego soltar una risa airosa, negando con la cabeza.

—¿Qué? Te dije que lo haría —Se encogió de hombros —. Además mi madre me apoya, ¿verdad? —Miró a su progenitora, la cual suspiró.

—Lo hago porque dijiste que era una forma de redimirte y empezar de nuevo como un "verdadero capitán" según tú. Aún es extraño para mí verte así —La mujer puso la palma de su mano delicadamente sobre su propia mejilla, mirando insegura a su hijo, además de sentirse incómoda por las voces y comentarios venenosos a su alrededor, el ambiente se volvió más tenso.

—Mi hermanito se ve más guapo así —La voz de Munhee rompió la seriedad del momento —, porque se parece al corte de mi capitán —Miró a Jungkook —, así que se ve más bonito.

—¿Quién es más guapo de los dos? —Le preguntó Jimin, divertido por el comentario de su hermana.

—Mi capitán Jungkook —Dijo enseguida, con toda la seguridad del mundo, mirando con ojos brillosos al nombrado. Las risas de Hwayoung y los demás adultos no tardaron en resonar con suavidad, devolviendo la calma y olvidando por el momento las opiniones de los que los rodeaban.

—¡Traición! —Exclamó dramáticamente Jimin, fingiendo llorar y haciendo carcajear a la pequeña, quien lo abrazó como consuelo.

—Bueno, ya va siendo hora de organizarnos, la función va a comenzar —Areum comentó y todos asintieron, yendo a sus respectivas mesas, sin embargo uno de ellos no se movió.

—¿Beomhwa? —Jungkook miró a su compañero capitán, el cual tenía una mirada algo problemática e incómoda, a lo que el joven de ojos bicolores dejó un espacio para que éste se sentara —. ¿Pasó algo? —Beomhwa suspiró y se sentó, cabizbajo.

—¿No quiero incomodarlos pero... podrías por esta vez permitir que me quede en esta mesa? Es algo infantil mi razón, pero...

—¿Discutiste con tu padre? —Completó Jungkook al ver que el joven de los Jung se quedó en silencio. Beomhwa asintió avergonzado, después de todo era mayor que Jeon —. Ya veo. No pasa nada, puedes quedarte por mi parte —Se giró a mirar a Hwayoung —. ¿Está de acuerdo? —Le preguntó, teniendo en cuenta la opinión de quien era su esposa.

Hwayoung lo miró algo aturdida, procesando la pregunta. ¿Por qué le pedía su opinión? Se suponía que los varones nunca tenían en cuenta el pensamiento de sus esposas.

—Si le incomodo puedo irme... —Dijo algo nervioso Beomhwa, pues no quería causar tensiones en la pareja.

—¡No!... no es eso —Hwayoung se aclaró la garganta —. No tengo ningún inconveniente, mi señor, puede quedarse junto a nosotros —Sonrió respetuosamente, haciendo una pequeña reverencia con su cabeza hacia el capitán Jung.

—Oh... gracias —Beomhwa se rascó la cabeza, aliviado.

Se enderezó en su puesto y miró hacia la arena, donde ya estaba todo preparado y los hombres eran presentados uno a uno, mientras los nobles emocionados apoyaban a sus guerreros favoritos, e incluso desde ya los trabajadores de las casas de apuestas comenzaban su labor.

—Hoy veo más guerreros participando que el año pasado —Comentó Jungkook, a lo que Beomhwa asintió. Hwayoung por su parte miraba con curiosidad todo, atenta a cómo cada hombre se presentaba ante la multitud de nobles, unos recibían más aplausos que otros, pero no cabía duda de que cada uno de ellos destacaba como guerrero.

—Sí, esta vez se unieron los mejores de los dos escuadrones principales, por parte de la guardia real del príncipe heredero, en la cabeza está Byungho, el mejor con la espada según el ranking actual.

—Es una pena que sólo sea sub-capitán, tiene potencial para más —Dijo Jungkook, mirando al nombrado desde la distancia. Beomhwa le dio una mirada cansada, escuchando las ridiculeces de su amigo, aunque por la sonrisita burlona del pelinegro, el menor de los Jung soltó un suspiro de alivio al confirmar que era puro sarcasmo.

—Ya iba a pedirle a Jimin que te hiciera exorcismo. En fin, es cierto que Byungho no es mal combatiente, pero no es como que destaque tanto; su personalidad es horrible, su egocentrismo no tiene límite y su único logro es ser alabado por su familia. Desde que lo conozco no he sabido de una vez que se gane algo por mérito propio, sino por ser el hijo del consejero del rey.

Jungkook asintió, estando de acuerdo. Hwayoung escuchó con atención la conversación, sorbiendo su té con disimulo, pues estaba disfrutando bastante conocer los chismes de los altos nobles. Siempre había sentido incomodidad hacia la perfección que demostraban a cada momento, pero era más que evidente que todo era un teatro, tal como su esposo le dijo; eran sólo víboras venenosas que se mordían incluso entre ellas.

—Ahora que recuerdo, Byungho iba a ser el capitán del séptimo escuadrón, ¿verdad? —Beomhwa miró a Jungkook, el cual asintió nuevamente.

—Sí. El séptimo escuadrón fue el último en crearse, debido a la falta de atención que tenía el pueblo y a la gran necesidad de expediciones peligrosas, no querían arriesgar a los escuadrones de los clanes superiores. Como por ley todos los hombres del reino debemos hacer un servicio militar para así descubrir potenciales reclutas y buenos guerreros, yo pasé todas las pruebas —Hwayoung miró a su esposo, la expresión del pelinegro era serena y no mostraba signos de superioridad u orgullo por lo que contaba, era sólo un rostro en blanco, con la mirada fija en la arena.

—Cierto, además que los que seamos de familia noble siempre aseguramos un puesto en uno de los escuadrones. Sin embargo admito que fue una sorpresa para todos que tú le ganaras en combate a Byungho, de quien prácticamente nadie dudaba que iba a ser el siguiente capitán —Beomhwa agradeció al siervo que le dio una taza de té verde.

—El problema de Byungho es su arrogancia, pensaba que por ser hijo de la mano derecha del rey tenía todo asegurado. No es mal guerrero, pero le falta experiencia; saber qué es estar en un campo de batalla y jugarse la vida junto a sus hombres, no usarlos como fichas de ajedrez.

—De todas formas luego su padre pegó el grito en el cielo e hizo que lo nombraran sub-capitán del primer escuadrón —Beomhwa soltó una risita —. Sin importar cuántos años una persona entrene, se dedique y sea superior en habilidad y experiencia, el dinero lo compra todo.

—Por mi parte no siento molestia de que Byungho tenga un cargo tan importante, incluso es superior a mí en importancia aunque él sea sólo un sub-capitán: cuidar de la vida del rey y su heredero no es algo fácil, y es un puesto que no se lo desearía a nadie. Además que el capitán de ese mismo escuadrón es un dolor de cabeza, se cree tan superior que nunca sale del castillo porque piensa que los demás somos seres inferiores a él y que los únicos que merecen respeto son los Kim —Jungkook soltó un suspiro aburrido. La voz del hombre que presentaba el espectáculo resonaba lejana para él, pues no le prestaba atención, incluso para el joven de ojos exóticos, los latidos del corazón de su esposa eran más audibles.

—La vez pasada me crucé con él y sólo me dio una mirada de total desprecio —Beomhwa soltó una risa airosa —. Da más miedo que mi padre enojado, y eso ya es algo. Tiene un aura asesina que me hace pensar que en cualquier momento nos matará en medio de una reunión de capitanes.

—Por fin van a comenzar —Avisó Jungkook, prestando más atención al igual que Beowhwa y Hwayoung, quien observaba todo en silencio. No es como si a ella le llamara la atención los combates en general, pero era un poco entretenido ver cómo los mejores del reino exhibían sus habilidades; sobre todo porque su hermano menor, Hyunjin, deseaba convertirse en un hombre fuerte como los que estaban en la arena.

Un par de hombres se pararon en cada extremo de la arena, uno de ellos llevaba una espada enorme, un mandoble para ser precisos, y pertenecía al clan Kim por el símbolo en su uniforme; el otro una de estilo katana y era parte del clan Min. El combate inició y ambos guerreros empezaron a correr a la vez, alistando sus armas.

El Kim empezó con una cortada recta y pesada, el arma chocó contra el suelo con fuerza bruta, levantando una nube de polvo alrededor de la espada de hoja ancha. El Min era mucho más ágil y en pocos segundos se posicionó tras el guerrero más grande, cortando con precisión y rapidez la armadura de su rival, aunque no duró mucho tiempo pues el Kim tomó con sus dos manos el cabo de su espada y dio un giro sobre sí mismo, alcanzando al espadachín más liviano y empujándolo lejos al chocar los filos, los cuales resonaron en un ruido seco.

El Min mantuvo el equilibrio, dejando una pequeña carretera en la arena al ser empujado hacia atrás, en sus talones se acumuló un ligero montón de tierra amarilla, demostrando cuánta fuerza poseía el rival.

—Los Min tienen una manera peculiar de pelear —Comentó Beomhwa —, siempre que los observo es como si en medio de la batalla se convirtieran en sombras. Son absurdamente ágiles y silenciosos, usan armas delgadas y livianas...

Tal y como comentaba el capitán, el guerrero de los Min en medio de las cortinas de polvo que se levantaban por los movimientos bruscos, desaparecía de la vista de todos para luego mostrarse a las espaldas de su rival, quitándole el casco que lo protegía y atontándolo con golpes físicos rápidos, para luego alejarse y tirar con precisión unas pequeñas cuchillas que se clavaron en zonas importantes como el centro de la columna, la nuca, detrás de las rodillas o incluso los talones.

—Siempre ha existido el rumor que el capitán de los Min entrena a sus hombres para ser asesinos sigilosos —Jungkook observó con atención los movimientos del más delgado, quien por más que corría de lado a lado y usaba diferentes trucos para desorientar al rival, no se veía tan cansado como el pesado guerrero de los Kim, el cual estaba ya sin aire, lanzando estocadas y cortadas torpes.

—¿Lanzó todas esas cuchillas para inmovilizarlo? —La voz tersa de Hwayoung llamó la atención de ambos jóvenes que la acompañaban —. El guerrero de los Kim parece tener problemas para mover sus codos, pero creo que usa algo más que cuchillas.

—¿Qué otra cosa usaría? —Jungkook la miró con curiosidad.

—No alcanzo a ver bien por la lejanía, pero creo que usó algo que está lastimando continuamente al de la espada grande —Continuó Hwayoung —. Aunque puede que las cuchillas lo hayan herido en los codos para que así le cueste más alzar una espada de ese peso, ralentizándolo. Bueno, no entiendo mucho de manejo de espadas o esas cosas, así que puede que lo esté imaginando —Soltó una risita, sintiéndose tímida al ver cómo su esposo y el capitán Beomhwa la observaban con genuina atención.

—Heh —Jungkook soltó una pequeña sonrisa ladeada, fijando sus ojos nuevamente en la arena, donde ya se daba por ganador al representante de los Min. Todos los nobles soltaron exclamaciones emocionadas por el ganador, mientras otros sólo gruñían al perder la apuesta.

—Lo que es muy cierto es que el capitán Min también tiene una interesante manera de pelear, según mi hermano, el corte de su espada es sumamente peligroso, tanto que sus enemigos ni siquiera notan cuando son heridos hasta que es demasiado tarde —Confirmó Beomhwa.

—¡Oh, va a comenzar otro! —Hwayoung se sentó bien derecha para así centrarse en el siguiente combate, el cual la sorprendió al igual que a muchos de los nobles allí presentes —. Esperen... quién va a combatir... ¿Es una chica?

Una oleada de murmullos y cuchicheos se alzó tras ellos. Una joven de cabello oscuro, recogido en una coleta, con una armadura de láminas de cuero en su torso y una espada delgada, cuya hoja era de un color negro puro, se hallaba parada en medio de la arena, con un semblante fuerte y decidido sin importar los susurros y comentarios hirientes que recibía de los nobles, sólo por ser mujer.

—No sé qué está pasando, pero esa chica pertenece a los Kim —Dijo Beomhwa, sorprendido y tomando un largo trago de su té, procesando lo que veía. Hasta ahora era prohibido para las mujeres tomar siquiera una espada, pero allí se hallaba esa joven.

—Esa jovencita se llama Kim Heirin —La voz cantarina de Jimin hizo girar a las tres personas de la mesa, el rubio cenizo rodeaba con cada uno de sus brazos los cuellos de Jungkook y Beomhwa, sonriendo emocionado.

—¿La conoces? —El mayor alzó una ceja, confundido y pidió respuestas a Jimin, quien con una sonrisa de superioridad, se aclaró la garganta.

—Pertenece a la tercera rama de los Kim, es hija del dueño del hospital de la ciudadela y mi mejor amiga —declaró con orgullo —. Hoy me dijo que le habían permitido por primera vez demostrar sus habilidades al público de nobles, aunque sólo pudo lograrlo porque venció en varios duelos a los mejores hombres del clan.

—De por sí estar allí parada ya es algo admirable —Afirmó Jungkook, quien no se notaba escandalizado como la mayoría de varones, sobre todo los más viejos, quienes tenían una manera de pensar bastante retrógrada. Aunque eran bastante hipócritas, pues mientras iba a expediciones y se demoraba semanas en volver a casa, recorriendo el reino, en varias de las aldeas se encontró espectáculos clandestinos donde apostaban mucho dinero en peleas a muerte entre mujeres.

—Si tuviera que apoyar a alguien, iría por la chica —Confesó Hwayoung, sonriendo con cierta emoción. Había algo en ver a una mujer fuerte yendo en contra de los estereotipos y reglas impuestas, que le hacía latir con rapidez el corazón. Porque aunque ella era muy obediente y sabía llevar las apariencias, comportándose como "debía", su alma era la de un ser que deseaba libertad en muchos aspectos, así que no le quedaba más que fantasear de vez en cuando ser una mujer sin preocupaciones ni ataduras.

—Yo también, después de todo, es mi querida amiga de la infancia —Dijo Jimin.

—Parece que poco a poco, a los nobles se les están saliendo de las manos las mujeres —Expresó Jungkook —. Incluso desde ya puedo ver la desesperación y molestia en muchos —Se cruzó de brazos, mirando fijamente a quien sería el rival de la mujer.

Con el semblante sombrío, la mandíbula apretada y una expresión de frustración y molestia, Choi Byungho se paró frente a Heirin. Aunque era más alto y más robusto, la pelinegra no pareció siquiera intimidada o nerviosa, simplemente lo miró con determinación. Sin embargo para el sub-capitán, tener que luchar contra una mujer era ya en sí una falta de respeto hacia su persona y su cargo militar.

Y entre las habladurías de los nobles, las incontables miradas de desaprobación hacia Heirin y la furia del ego herido de Byungho, inició el combate.

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Capítulo dedicado a:

Universe_ARMY16 Bts_PowerGirl & Sweet_Cherry1920


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