Bajó las escaleras con notoria rapidez, era su primer día en la universidad y no quería ser impuntual.

Tomó un pan tostado con mermelada del plato de su hermano y se dirigió a la entrada de su casa, no sin antes despedirse de su madre con un beso en la mejilla.

—¿Solo eso vas a comer?.—preguntó al ver a su hijo tomando ya la perilla de la puerta.

—Sí, quisiera comer más pero voy a llegar tarde.—su madre negó mirándolo de mala manera desde la cocina.—Lo siento.—se disculpó cabizbajo.

—No te preocupes, lo entiendo.—dijo.—Solo asegúrate de comer algo allá.

Yoongi asintió con una sonrisa para después salir de la casa.

Después de correr por varios minutos, había llegado; la facultad de arte de Seúl. El lugar con el que había soñado desde que era un niño.

Se adentró en sus pasillos, todo era realmente bello y no podía dejar de admirar tan bonito lugar.

Miró su celular, tardó menos de lo que había imaginado en llegar, pues aún faltaban diez minutos para que empezara su primer clase.

Caminó con calma por los corredores, tenía tiempo de sobra para buscar su aula.

Cuando la encontró, no dudó en entrar sentándose en la segunda fila frente a la gran pizarra del salón.

Miró a su alrededor notando que había sido el primero en llegar, le agradaba eso, ya que no tendría que pasar por la incomodidad de sentarse junto a alguien que no conocía solo por haber llegado tarde.

El timbre retumbó en sus oídos, indicando el inicio de clases.

Se acomodó en su lugar para quedar sentado de manera apropiada , mirando hacia la pizarra.

Sintió a alguien sentarse a su lado, haciendo que gire para mirar de quién se trataba.

El chico le regaló una bella sonrisa, mostrando un par de hoyuelos igual de bellos.

—Hola, mi nombre es Kim Namjoon.—se presentó a sí mismo extendiendo su mano.

—Min Yoongi.—sonrió de igual manera, correspondiendo el saludo.

Unas pisadas y un saludo cordial se escuchó en el lugar, su profesor había entrado para dar por comenzada la clase.

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-Realmente me sorprendí.-comentó Yoongi divertido.-Es la primera vez que una persona coreana me saluda de la mano como un americano.

El moreno se encogió de hombros con una sonrisa en sus labios.-Creo que estás exagerando por completo.

—Tal vez, pero eso no quita lo divertido de la situación.—dijo ganándose un ligero empujón por parte de su compañero.

Permanecieron en silencio por unos momentos, mirando hacia el cielo, hasta que el moreno decidió hablar de nuevo.

—Oye Yoongi, tengo que ir por mi hermano a la preparatoria ¿Te gustaría venir conmigo?.—dijo.—Si no tienes nada que hacer, claro, así me puedes ayudar a convencer a mi madre de que me compre una nueva laptop para la clase.

—Tu mamá ni siquiera me conoce ¿Por qué crees que la convenceré?.

El más alto se encogió de hombros.-Supongo que si un compañero le dice que la necesitaremos, lo entenderá y la comprará de inmediato.

El pálido chico negó divertido.-Está bien, vamos.

Ambos chicos emprendieron camino hacia la preparatoria, hablando de cosas triviales, riendo de vez en cuando.

Al encontrarse frente a la entrada de la escuela, Yoongi se detuvo.

—¿Qué sucede?.—preguntó al ver que no avanzaba.

—¿Seguro que podemos entrar? A lo que sé solo los estudiantes pueden entrar aquí.

—Tú tranquilo, siempre vengo por él, ya me conocen.

—¿Y no crees que está un poco grande para que vengas por él? Quiero decir, ya está en preparatoria.

—Bueno, el decir que siempre vengo por él, fue una exageración.—dijo.—Solo vengo los días lunes y viernes, él es parte del taller de arte, y esos días son los que carga más materiales.

—Oh ya veo.-asintió en comprensión.—¿Y cómo es él?.—preguntó al entrar al plantel.—Digo, para encontrarlo más rápido.

—Bueno, él es...¡Oh! Ahí está.—dijo sonriendo y saludando hacia un chico alto.—¡Taehyung!.

El chico giró para quedar mirándolos a ellos, al mirar a su hermano les sonrió con una peculiar sonrisa. Se acercó corriendo a ellos.

—¡Hyung! Gracias por venir.—abrazó al más alto con cariño.—Pero es nuevo ciclo escolar, aún no sé qué días son los que cargaré mis pinturas.

El más alto golpeó su frente al darse cuenta.

—¡Cierto! Hoy es tú primer día, igual que yo.

El chico lo miró divertido.-De cualquier manera te agradezco el que vinieras.-dijo.-Hyung, ¿Quién es tu amigo?.

—Oh cierto, él es Yoongi, estamos juntos en clase.

—Mucho gusto, Yoongi hyung.—extendió su mano en un saludo el cual fue correspondido.—Yo soy Taehyung, el hermano menor de Namjoon.

El pálido chico asintió con una sonrisa para después soltar sus manos para terminar con el saludo.

—Por cierto hyung, ¿Crees que podamos acompañar a Jimin a su casa? Sabes que no me gusta que se vaya solo.

—Claro, ¿Estás bien con eso, Yoongi?.

—Claro, no tienen porqué preguntarme.—respondió con una sonrisa.

Al cabo de unos minutos, los dos menores se encontraron con ellos en la entrada de la escuela, después de presentar al pálido con el recién llegado, partieron hacia sus casas.

En todo el camino, Yoongi no podía dejar de pensar en que Jimin le parecía conocido. Pero desecho esa idea ya que eso no era posible.

—Yoongi hyung.-le llamó el menor llamando su atención. Yoongi hizo un sonido en señal de estarlo escuchando.—Hyung ¿Usted estudia junto a Namjoon hyung?.

—Oh, sí.—dijo simple.—Recién nos conocimos en nuestra primer clase.

—Eso es genial, eso significa que va a venir por Taehyung junto con Namjoon hyung, ¿Cierto?.

-Puede ser, es obvio que habrán veces en las que no venga, pero supongo que sí vendré con él de vez en cuando.

El chico sonrió agrandando su sonrisa y achinando sus ojos.

—Eso me alegra muchísimo.

—¿En serio?...¿Y eso por qué?.—preguntó con curiosidad.

—Porque así podré verte más seguido, Yoonie hyung.

El pálido se estremeció en su lugar, no sabía por qué ese apodo lo hacía sentirse de aquella manera.

Finalmente llegaron a la casa de Jimin, despidiéndose de él en la entrada de su casa.

Jimin agradeció con un abrazo a cada uno de ellos, tardando un poco más de tiempo acunando al pálido chico.

Al llegar a su casa Yoongi se tiró de espaldas en su cama, ese día no había salido como se lo esperaba, además de que aquél chico era un tanto extraño.

Se quitó su chaqueta arrojándola a la silla de su escritorio, pero al hacerlo un papel resbaló de ella.

No recordaba haber arrancado alguna hoja o algo por el estilo, así que decidió levantarla para ver de qué se trataba.

Al desdoblar la hoja leyó el mensaje que estaba escrito en ella.

"Yo no me he olvidado de ti, pero parece que tú sí".

"No me olvides".

Y Yoongi no pudo dejar de pensar en ello toda la noche.