Killua no había dejado de pensar en Yasūi en todo el día. 

No era su culpa que no le hubiera respondido anoche. Simplemente... no sabía exactamente qué responder. 

¿Qué se supone que dices cuando tu crush secreto te dice que también quería hablar contigo? ¿"Oh, genial, hablemos de inmediato"?, ¿"Te gusto, verdad?"? 

No. Eso sería demasiado directo. 

Así que hizo lo más maduro posible: ignorarlo completamente en la escuela. 

Ahora estaba en la azotea con Gon y Kurapika, tirado en el suelo, imaginándose una y mil maneras de morir en ese instante.

— Así que lo dejaste en visto. — Kurapika lo miró con desaprobación. 

— ¡No fue intencional! — Killua se quejó — ¡No sé qué responderle! 

Gon, quién estaba sentado a su lado, sonrió de oreja a oreja. 

— Fácil, coquetéale. 

Killua lo miró como si hubiera dicho que se lanzara de la azotea. 

— Qué. 

— Sí, sí. — Gon se acomodó en el suelo, emocionado — Si no sabes qué responderle, entonces cambia el juego. En lugar de actuar como si no supieras qué hacer, haz que él sea el que no sepa cómo reaccionar. 

— ...¿Cómo dices que dijiste?

— ¡Coquetea! 

Kurapika suspiró. 

— No creo que sea buena idea

— ¡Es una excelente idea! — Gon interrumpió. — Mira, Killua. Tú eres carismático. Si lo pones nervioso ¡bam!, ya no tienes que preocuparte por qué decir, porque él estará demasiado ocupado procesando lo que le dijiste. 

Killua lo pensó por un momento. No sonaba tan estúpido. 

— ¿Y qué le digo? 

— Déjamelo a mí. 

Kurapika rodó los ojos y negó con la cabeza.

— Esto va a salir mal. 

Killua ignoró su comentario y sacó su teléfono, abriendo la conversación con Yasūi. 

El último mensaje seguía ahí, esperándolo. 

-

Yasūi

Yo también quería hablar contigo.

-

Tomó aire y le entregó el celular a Gon, dejando que hablara por él

-
Tú

En serio?
Sobre qué?
¿O solo querías una excusa para escribirme?

-

Gon presionó enviar antes de arrepentirse.  Los tres se quedaron mirando la pantalla. 

Silencio. Yasūi vió el mensaje.

...

Mucho silencio. A Killua le empezaron a sudar las manos.

...

Vibración.

-

Yasūi

¿Siempre eres así de directo?

-

Gon soltó una carcajada. 

— ¡Funcionó!  ¿Ves? Se tardó en procesar lo que leyó.

Killua sintió que su corazón latía con fuerza y Kurapika cruzó los brazos. 

— Ahora veamos si puedes seguir el ritmo. 

Killua tragó saliva y comenzó a escribir. 

-
T

ú

Depende. ¿Te molesta?

-

Cinco segundos después;

-

Yasūi

No

-

Killua abrió los ojos de par en par y sus mejillas pálidas se volvieron rojas.

— A la mierda. 

Gon sonrió aún más. 

— Ahora sí empezó el plan — comentó Gon con emoción. Los dos otros chicos lo miraron extrañados.

— ¿Cuál plan? — se atrevió a preguntar Kurapika.

Gon le sonrío maquiavélicamente. Oh-oh. Conocían esa sonrisa... algo tramaba.

— ¡El plan de conquistar a Yasūi!