⊹ ָ࣪ capítulo veintiséis.
Los chasquidos iban sonando una y otra vez, con sonrisas bobas en ambos. Kai sujetaba el rostro de Soobin mientras éste seguía marcando el suave ritmo de sus labios contra los del Omega.
Era la primera vez que se besaban sin rodeos ni excusas, iba más allá de eso, con los sentimientos expuestos y al fin siendo correspondidos.
―Binnie, es-espera ― Murmuró bajito como si fueran hacer alguna travesura, no pudo evitar soltar una risita cuando Soobin empezó a lamer y mordisquear levemente la sensible piel de su cuello.
Las cosas habían terminado bien esa noche en el evento, los futuros clientes se veían maravillados con los productos y un par de CEO's intentaron negociar para que la empresa de publicidad se hiciera cargo de sus nuevos lanzamientos. Soobin no dejó su sonrisa en ningún momento y Kai simplemente disfrutaba, contagiado del buen ánimo a comparación de horas antes. Después de todo, él siempre adoró ―en secreto― la forma en que el Alfa lo trataba desde los comienzos de su amistad.
¿Cómo pudo ser tan ciego? Kai a veces creía que todo era un mal chiste.
― Lo siento, es que tu aroma es tan... ― Ni siquiera terminó la frase cuando su pequeña nariz inhaló más de la glándula de aroma en donde la vainilla, leche y su toque a café amargo era más fuerte ―Podría estar así siempre.
―Posiblemente estaremos así todos los días y las noches. Claro, si es que tú, ah- si es que te gustaría... ― Dijo algo apenado, desde que llegaron al apartamento y se cambiaron por unas cómodas pijamas, no habían dejado de besarse y abrazarse, las manos inquietas de ambos en el cuerpo del otro como si todavía fuera un sueño.
La mente de Kai voló rápidamente, visualizando como sería tener a Soobin así, mimándolo siempre, encajando también con él. Sentía que era el Alfa correcto, pero tampoco quería apresurarse ni salir decepcionado, lo tomarían con calma. El Omega anhelaba con todo su ser que aquello que había entre ambos funcionara.
―Eso ni siquiera se cuestiona, NingNing ― Respondió Soobin de pronto, sacándolo de su maraña de pensamientos y echándose a su lado, con el brazo derecho extendido para que el Omega lo usara como una cálida y fuerte almohada ―No sabes cuánto tiempo llevaba esperando esto.
Kai se acurrucó más en su pecho, ambos hicieron contacto visual en tiempo perfecto ―Yo... Supongo que lo siento mucho.
―¿Eh?.
Soobin deslizó su mano por la cintura del castaño, dándole suma atención y preocupación cuando escuchó el tono débil de Kai.
―E-Es que fui muy tonto, tú debiste haber pasado por mucho y yo-
El Alfa negó con delicadeza, sin dejar de mirarlo.
―Tampoco es tu culpa, uh... N-No lo sabías y yo debí decírtelo antes, por que a fin de cuentas me hacía daño a mí mismo y terminaba dándome por vencido antes de siquiera intentarlo ― Besó castamente el puchero en los finos labios del Omega ―Pero fue pasado y ya no me importa, ¿Sabes? Estamos juntos después de todo, yo abrazado a ti en una noche tranquila, siendo libre de decir cuánto te amo y que no me interpretes como solo un mejor amigo.
―Eres todo incluído ― Dijo ahora sintiéndose un poquito mejor ―Pero ahora que lo pienso, pudimos habernos ahorrando muchas cosas. Conociendo a Alfas tan estúpidos cuando siempre tuve al ideal frente a mí por muchos años...
Soobin sintió sus orejas arder ante las palabras de Kai. Joder, su tigre saltaba orgulloso ante el adjetivo que le asignó su Omega.
―A veces hasta parece algo cómico, por que durante el viaje de regreso aquí, estuve recordando todas esas veces en las que lloraba por alguien y tú siempre me consolabas... ― Elevó una de sus manos y acarició con ternura la mejilla de Alfa ―Me siento mal por eso, Binnie.
El aludido le sonrió nostálgico, posando su mano vacía en la del Omega y dejarle un largo beso en el dorso para finalmente hablar.
―No encontraba otra forma, NingNing. Tal vez dolía pero yo... Yo solo quería estar ahí para ti, no me gustaba que lloraras por alguien que no valía la pena, por Alfas que no ven el increíble Omega que eres ― Le susurró más de cerca, dándole otro piquito en el los finos labios ―Pero valió toda la jodida pena del mundo.
―Gracias por haberme esperado tanto tiempo...
―Aún si mi mente me dijera que debería rendirme, estoy seguro que no hubiera descansado hasta decirlo ― Suspiró mirando esta vez el techo, recordando el momento ―Me esperé de todo; pero jamás creí que me correspondieras, Kai ― Soltó una risita algo apenada, ahora escondiéndose en el cálido cuello del castaño ―Todavía pienso que estoy soñando.
Kai sintió una sensación de paz recorrerlo lentamente, por primera vez y luego de tanto tiempo con el cuerpo de un Alfa al lado. Y es primera vez para él por que nunca antes sintió a Soobin más que como su mejor amigo, el que supuestamente solo estaría para contarle sus decepciones amorosas, quejas del trabajo y hasta su más grande anhelo... Pero que apartir de esa noche, Soobin podría ser para él mucho más que eso. Y lo mejor de todo es que era el único alfa en quien confiaba, y si tenía algo de temor por abrir nuevamente sus sentimientos, sabía en totalidad que Soobin no lo defraudaría. Jamás lo hizo, ni lo haría ahora.
―Si alguien me hubiera dicho antes que acabaría de esta forma con mi mejor amigo, estaría aterrado pensando que esa persona había escapado del manicomio; pero a los segundos me reiría como si fuera el mejor chiste del mundo ― Comentó Kai, haciendo que Soobin dejara su escondite y lo viera otra vez ―Y justo ahora solo quiero que esto funcione yendo lentamente, al menos para terminar de procesar que todo lo que siente por ti fue mucho más que simple amor amical... Y suena demasiado estúpido cuando estoy encinta a la espera de tres cachorros tuyos.
La voz media apenada y suave hizo sonreír una vez más a Soobin, soltando un par de feromonas para que se sintiera en más confianza con él y su tigre.
―No te preocupes, cariño. Iremos al ritmo que tú desees. El simple hecho de que estés siendo consciente con lo que sientes por mí es demasiado para esta noche, podría seguir esperando todo lo necesario.
Kai se tapó por unos momentos el rostro, algo abochornado ante la respuesta.
―¡Mierda, deberías dejar de ser tan dulce conmigo, Soobinnie!.
―A que soy el Alfa perfecto para ti, ¿Verdad? ― Bromeó, su mano se deslizó por la delgada pierna de Kai mientras escuchaba el resoplido que éste hizo.
―Sí, pero tampoco se te quita el intento de playboy barato.
―¡Hey! Yo puedo tener a cualquiera con un chasquido de mis dedos ― Fingió estar indignado ―Es una lástima para esos Omegas que mi corazón solo quiera retumbar con fuerza por ti.
―¡Agh, lo estás haciendo otra vez!.
―¡Vamos, NingNing, no cubras tu carita! ― Dijo Animado, intentando tomar las manos del castaño ―Quiero ver qué tan bonito te vez como un dumpling rosado.
―¡Soobin!.
Cuando al fin el Alfa logró su cometido, alzó su cuerpo lo suficiente para admirar lo adorable en el rostro de Kai, ruborizándolo más ante el intenso contacto visual que terminó con un Soobin besando lentamente la boca del Omega.
―Lo único que sé es que los amo ― Susurró sobre los delgados belfos, terminando por agacharse y alzar mínimamente la remera de Kai para darle un casto beso a su pancita abultada.
Con lo que no contaba Soobin es que cuando sus gruesos labios estuvieron en contacto con la tersa piel desnuda, estos sintieran un ligero alzamiento, haciendo que su tigre y él quedaran totalmente sorprendidos. Sus ojos se expandieron ante el estado de escepticismo mientras volvía a ver al Omega.
―¡NingNing, creo que se movieron!.
―¡¿Qué?! ― Por poco y se levanta abruptamente, pero las manos del Alfa sobre sus hombros lo calmaron ―¿Eso ya es posible?.
Soobin negó varias veces, luciendo totalmente descolocado pero feliz.
―N-No lo sé, pero por la Diosa, fue maravilloso.
Kai sonrió con la más grande sinceridad de su corazón, sintiendo que todo al fin estaba formando un camino, de que podía tener la familia que tanto había deseado por mucho tiempo atrás.
―¡Y-Y lo sentí totalmente, doctor!, ¡Ellos se movieron cuando los besé! ― Comentó un muy eufórico Soobin, su mano seguía entrelazada a la de Kai mientras alzaba la otra como si estuviera narrando algo increíble, aunque bueno, para Soobin era mucho más que eso. ¿Tener bebés con las persona que ama? Pues se sentía el hombre más afortunado del mundo ―Es algo que quisiera sentir otra vez. ¡Es maravilloso!.
Namjoon sonrió ante la pareja que al fin se sentaba frente a ellos. Anotando rápidamente el desarrollo en el historial médico del Omega gestante.
―Sin duda una experiencia hermosa, Soobin-ssi ― Le dio otro incentivo para seguir alegre ―Y es algo que empezarán a sentir mucho a partir de este mes.
Alfa y Omega asintieron ante las palabras. Soobin no había dejado de hablar sobre ese momento desde que Kai cumplió su cuarto mes de embarazo y actualmente ya iba para los cinco y medio.
―B-Bueno, ellos solo lo hicieron esa noche ― Agregó el pelinegro ―Quise intentarlo nuevamente cada que volvía del trabajo, pero ya no funcionó ― Dijo ahora con un puchero inconsciente en su rostro.
―Es muy probable que entre los tres, haya un cachorro mucho más inquieto que los demás. Tal vez lo hizo o lo hicieron porque el papá Omega estaba pasando por un cambio repentino de sensaciones o sentimientos, en este caso supongo muy bien que fueron agradables. Esto es algo que puede transmitirle a los bebés de forma directa, después de todo, existe un lazo padres-hijos... Y ya que se están desarrollando cada vez más, los cachorros están comenzando a responder por esas emociones.
Kai se sintió complacido. Sin duda sus bebés estaban sintiendo la plenitud y tranquilidad después de esa noche, tal vez por eso ahora estaban bien acomodados en su vientre y no les daba más molestias que los antojos y cambios de humor. El peso que estaba ganando ya no entraba en discusión y no es como si quisiera pensarlo mucho por que llegaba a sentirse como una bola de discoteca, y eso que recién cruzaba las veinte semanas de gestación.
A veces sus pies se hinchaban con demasiada facilidad y el olor de aderezos muy condimentados le motivaban a regresar todo lo que había ingerido anteriormente. Sin embargo, para su fortuna siempre estaba Soobin corriendo para ayudarlo como el buen padre que es y sería en un futuro muy cercano cuando sus crías nacieran.
Realmente no quería imaginar su imagen a los nueve meses. Y al menos esperaba que el Alfa no se desmayara a la hora de las famosas contracciones.
―Bien, ya en esta etapa podemos saber el sexo de los bebés ― Comentó mientras se levantaba e indicaba que el único Omega de la habitación se recostara en la camilla.
Namjoon hizo el protocolo de siempre hasta que la pantalla se prendió y el transductor fue moviéndose por el vientre, el Alfa mayor intentaba dar con las zonas específicas de los cuerpecitos ya bien formados para dar la noticia que tenía a los padres muy ansiosos.
―Esto no suele ser tan rápido ― Comentó, intentando hacer que el Omega se distrajera y soltara los nervios ―Y es por que no se dejan ver bien. No obstante, esto podría arreglarse con algo simple.
Nami se levantó solo para sacar del cajón más pequeño un barrita delgada de chocolate y volver a su asiento justo al lado del cuerpo de Kai.
―Ya que los bebés están teniendo un buen crecimiento y desarrollo más rápido que en otros que anteriormente he visto, puede ya el azúcar aminorar el trabajo y hacer que se muevan un poco.
Soobin un poco sorprendido por la información, abrió el empaque y le dio un pequeño pedazo de la golosina según la indicación del mayor. Kai realmente no recordaba lo bien que se sentía el chocolate en sus papilas gustativas e hizo nota mental de comprar unos cuantos antes de regresar al apartamento.
―Listo, ellos reaccionan bien.
Y tras unos minutos que parecieron eternos, Namjoon sonrió, al fin pudo estar totalmente seguro de sus respuestas.
―Felicitaciones otra vez, son dos inquietos varoncitos y una pequeña nena.
Soobin sintió a su tigre siberiano rugir en júbilo mientras que Kai sentía como sus ojitos se cristalizaban, totalmente sensible como su gato montés.
Fue un momento más que emotivo, tenían la combinación perfecta entre sus cachorros. Serían una bonita y pequeña manada que Soobin y Kai recibirían con todo el amor posible.
El médico Kim les dio un par de consejos más y resolvió las dudas en la pareja antes de que se despidieran y salieran totalmente agradecidos. Con una gran sonrisa en ambos y sin soltarse de las manos, justamente como habían ingresado.
―Gracias por todo esto ― Dijo Kai mientras reposaba su cabeza en el firme hombro de Soobin y seguían con su camino hacia algún centro comercial.
―Gracias a ti por dejarme amarte ― Contestó risueño, posando su mano libre en el vientre para dejarle una efímera caricia, tal y como el beso que le propinó a los brillantes labios de Kai.
Sí, ellos eran el complemento perfecto, todo lo que necesitaban para formar solidamente una familia con el pasar del tiempo, la madurez y el amor que adquirieran cada vez más.
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