⊹ ָ࣪ capítulo veintidos.
Faltaban pocos días para que Kai cumpliera los cuatros meses y los síntomas solamente iban en aumento. Algo difícil de soportar para el Omega, pero sabía que valdría totalmente la pena cuando tenga a los trillizos, como pudiera, entre sus brazos.
Sobándose la pancita ya formada en una tierna curva, fue como tomó el bolso y salió de su estudio. Al menos había sido un día tranquilo en el trabajo. No obstante, tenía que apurarse un poco ya que había acordado encontrarse con Soobin en un centro comercial. Tenían que hacer un par de compras para rellenar la alacena y comprar antojos extras que le daban a la madrugada.
Aceleró su caminata cuando tuvo que pasar por el estudio de Hoseok quien justamente iba guardando sus respectivas cosas, pero su simple intento de seguir de frente se vino abajo cuando escuchó lo rápido que había sido éste en salir.
"¿No tiene a más personas a las que pueda molestar?".
―Hey, hola.
Kai asintió en modo de saludo, reprimiendo un bufido cuando el Alfa emparejó la distancia, estaban muy cerca, casi rozándose los brazos.
―¿Cómo va el cachorro?.
«Son tres, Alfa inútil bueno para nada.»
El castaño sonrió levemente al escuchar a su gatito, por lo que intentando pasar desapercibido, contestó.
―Muy bien, gracias.
Podía no caerle bien Hoseok, pero sus crías no tenían absolutamente nada que ver. Es más, sentía algo cálido en su pecho cuando sus colegas preguntaban o alegaban sobre el tema de su gestación.
―Me alegro pero, ah... Quería preguntarte si, no sé, quisieras salir a almorzar por ahí ― Rascó su cuello, sintiéndose extrañamente nervioso, como cuando apenas eran parej ―Digo, por lo que estamos saliendo temprano y, uhm, eso.
Kai frunció el ceño, sonriendo con incredulidad. ¿Había oído bien? Tal vez tenía que bañarse nuevamente y lavarse bien las orejas.
―¿Es broma, verdad?.
Hoseok resopló, era consciente que se esperaba algo como eso.
―De ninguna manera, yo-
―¿Qué es lo que intentas? ― Le cortó la pobre explicación que iba a darle ―¿Jugar conmigo o algo por el estilo?, Por que créeme que no te va a servir de nada. Nosotros ya cerramos nuestro ciclo como pareja, y estamos bien así. Al menos yo pienso de esa forma y quiero mantener mi espacio, lejos.
―¿Cómo puedes decirlo tan a la ligera?.
―¿Cómo puedes tú venir a fingir el papel de Alfa dulce después de lo que me hiciste?.
Silencio, ciertamente Hoseok no sabía muy bien qué argumentar para no seguir discutiendo. Se supone que así no era el plan de estar en buenos términos.
―Sé que cometí un error, pero en verdad estoy arrepentido.
―Todos fallamos por que nadie es perfecto ― El Omega ni se inmutó por las palabras ajenas ―La diferencia radica en que tuviste mucho tiempo para mejorar, para aprender de ello. ¿Pero qué hiciste? Joder, ni siquiera aceptabas las cosas y palabras que emitías. Yo nunca te pedí nada más de lo que me dabas, pero todo siempre tenía que girar alrededor de ti... ― Su voz salió frágil, recordar aquello no era buena idea porque justamente ahora se estaba sintiendo mal ―Que tenías proyectos muy importantes, que tenías que viajar, que querías comprarte otra camioneta, que estabas muy ocupado cuando estamos en el mismo trabajo y yo intentaba darte de mí, de mi tiempo. ¿Alguna vez me metiste en tus planes? Por que yo sí, yo creí que podía dar el siguiente paso contigo en un futuro. Contarte mi mayor anhelo, ni siquiera sé por qué lo aguanté, supongo que te quise mucho.
―Por favor, si tan solo-
―¡Kai!.
Una tercera voz muy conocida hizo alarde de su presencia, el castaño solo tuvo que dar media vuelta para observar a su amigo y compañero de trabajo, Yang Jeongin, un Omega radiante y el coreógrafo más importante de la agencia.
Kai sorbió fuerte por su naricita, dándole una última mirada al más alto antes de irse
―Espero que te haya quedado claro.
Hoseok iba a retenerlo, pero se abstuvo cuando otro Alfa apareció en el campo visual de la recepción. Y que para su mala suerte, también era una persona especial para su ex pareja.
"En otra oportunidad será" Pensó antes de irse en otra dirección.
La sonrisa de Jeongin se fue desvaneciendo cuando notó el pequeño amargor a tristeza en el aroma de Kai, y el rostro de Minho se frunció en preocupación y molestia, ya tenía marcado a Jung ni bien llegó a la empresa hace dos días.
―¿Te encuentras bien?.
―¿Te hizo algo, Hoseok te lastimó?.
Más preguntas lo abrumaron un poco, pero Kai simplemente negó. Él sabía que tenía que ser fuerte ante esa deteriorada relación que nunca prosperó. No le dolía la ruptura, solo se sintió un poco herido al saber que el alfa no lo tomó en serio a pesar de la convivencia. Tal vez se había apresurado demasiado con él.
―No, no se preocupen ― Movió las manos, negando suavemente ―He avanzado más de lo que pensé con respecto a la ruptura.
―Está bien ― Aceptó Minho no tan convencido ―Pero si se sobrepasa o algo por el estilo, puedes contar conmigo.
―Igual yo, no me agrada lo que intenta hacer.
―Solo olvídenlo, no lo vale ― Dio una sonrisa ladina, tratando de ignorar ya el tema ―¿Para qué me llamabas, Jeongin?.
El castaño dio un pequeño brinco de alegría, sacudiendo al más alto de los tres.
―¿Como que para qué?, ¡Debemos celebrar que Minho volvió a Corea!, debe contarnos que tal le fue trabajando bajo esa gran disquera en USA.
―¡Pero lo más importante! ― Intervino Kai más radiante ―¿Has conocido a un Omega por ahí?.
Minho se sonrojó, algo sorprendido por la pregunta.
―Bueno... ― Sonrió tímidamente, dispuesto a ser sincero porque estaba orgulloso de su relación ―Tal vez sea un alfa, un muy guapo Alfa.
―¡¿Qué?!.
Era de esperarse que el grito fuera chirriante, ambos Omegas por poco y pierden el equilibrio ante tal noticia. Era impactante, pero estaban alegres de ver el brillo en los ojitos del más alto.
Explotando en un pequeño cuestionamiento curioso y tratando de acordar una fecha para pasar toda la tarde, los minutos fueron pasando. Tenían que retomar el tiempo perdido, después de todo su amistad seguía siendo intacta y muy fuerte.
Había pasado casi media hora, eso fue lo que concluyó Soobin cuando revisó su celular. Más que molestarse, estaba preocupándose. No es como si fuera fácil que el omega anduviera solo, y que para variar, llevara a sus tres bebés en el vientre. Todo el asunto le ponía más paranoico y sobre-protector de lo normal.
Eran instintos de tigre Alfa enamorado.
Dio una última mirada a todo el panorama, hasta que por fin pudo divisar el cuerpo de Kai no muy lejos de la entrada principal.
Soltó un suspiro de alivio cuando el omega llegó hasta él y pudo abrazarlo, dejándose embriagar por el dulzón aroma a vainilla y leche.
―Pensé que no vendrías, Ning ― Dijo una vez se separó ―Estaba a nada de ir a la agencia a preguntar por ti.
Kai rodó los ojos con diversión. Si antes el alfa era dramático, esto había aumentado en creces durante el transcurso.
―Ya, lo lamento mucho. Pero es que me encontré con Minho y Jeongin al salir, tenemos una salida pendiente ― Comentó lo último con emoción, Kai quería besarlo por lucir tan adorable ante sus ojos.
―Puedes ir contándome más mientras vemos lo de la lista ― Opinó, tomándole de la mano para empezar a caminar.
Kai aceptó gustoso, asomándose más hacia el cuerpo del Alfa y su agradable olor.
―Debemos empezar por las Fresas.
―Pero, ¿No crees que está bien con las que hay?.
―Nop, nunca se es suficiente cuando se tratan de Fresas ― Respondió firmemente, sin borrar su sonrisita.
―De acuerdo, pero entonces los mangos no entran a la lista.
―¡Imposible! No puedes quitar algo tan dulce y fresco como los mangos.
―No me harás cambiar de opinión.
Kai hizo un leve puchero, de igual manera él iba a meter unos cuantos kilos de esa fruta.
―Por las mañanas siempre quiero uvas y fresas con crema, después fresas en el receso del trabajo ― Iba contando, el pelinegro solo lo escuchaba con atención mientras empujaba el carrito todavía algo vacío ―A la tarde, melón con brócoli y piña, aunque no siempre se me antoja lo mismo.
Kai calló, sus ojos apreciaron la gran variedad de su fruta favorita en aquella esquina. Era como sentirse en el cielo. Ignorando por completo al alfa que había llegado ya a su lado derecho, observando las mejores manzanas para llevar.
―Disculpa, amigo. ¿Se le ofrece algo? ― La voz de aquella Omega, se interpuso entre ambos.
Soobin supuso que era una de las encargadas, puesto que llevaba el uniforme con el logo del supermercado.
―Tenemos una exigente y selectiva elección con nuestros productos. ¿Se le antoja algo?.
Kai podría fácilmente responderle con cortesía, pero la otra chica era de su misma casta. Y él sabía muy bien cómo es que solían coquetear. Claro que sí, con esa sonrisa pícara, bajando la blusa para que el escote se notara, potenciando el aroma para atraerlo y cruzando el espacio personal.
Algo dentro de él se removió, dejándole inquieto. La sensación era peor a que su conversación de horas antes con Sehun. Incluso peor cuando Soobin le sonrió.
¿Pero qué de malo había en eso? Ni siquiera debía importarle.
―Ah, gracias por la ayuda ― Dijo algo incómodo el Alfa, pero sonriendo por amabilidad y afán de no hacer sentir mal a la chica.
Kai relamió sus labios, ansioso de saber qué rayos sucedía consigo mismo. No quería ser otra vez el mal tercio, por lo que trató de resoplar con ligereza y salir de aquel espacio en el que, claramente, era solo el florero de decoración.
Debía darse un largo tiempo para respirar y pensar. Ese sentimiento de sentirse fastidiado le estaba consumiendo, iba creciendo con el pasar de las semanas. Kai no lo entendía, jamás había sido celoso con su mejor amigo.
No pasó ni dos segundos cuando Soobin se percató de inmediato del camino que el más pequeño estaba emprendiendo, por lo que tuvo que pedir disculpas a la chica y seguir al rubio, dejándola indignada.
El pelinegro frunció el ceño, Kai ni siquiera había metido las mandarinas al carrito, ¿Qué le había pasado para llegar a ese punto?.
―NingNing, Tte encuentras mal?, ¿Tienes algún mareo?, ¿Náuseas?, ¿Te duele la cabeza?.
El Omega realmente deseaba a que fuera cualquiera de esas cosas mencionadas, lo prefería más a cualquier otra tonta respuesta a su actitud.
"Es el embarazo, el embarazo."
Sus pensamientos lo hacían sentir asfixiado, Kai no quería arruinar nada. No quería cambiar lo más bonito que había construido con Soobin. No quería recibir lo mismo de siempre, no deseaba fracasar en querer intentarlo para solo salir lastimado y decepcionado, como siempre.
Soobin se interpuso en su camino cuando menos se dio cuenta, intentaba controlar su respiración que empezaba a agitarse.
―¿Qué pasa?, ¿Por qué lloras? ― El tono aterciopelado y dulce en la voz del alfa solo agregaba más cosas, más ideas.
Y se asombró cuando las manos de éste pasaron por sus mejillas para limpiarlas, no había notado en qué momento las lágrimas se deslizaban.
―Ya, esperaré. Sea lo que sea, lo solucionaremos. ¿De acuerdo? ― Lo acercó a su firme cuerpo para abrazarlo fuertemente, dirigiendo el rostro chiquito a la glándula de su aroma para poder calmarlo con sus feromonas ―Todo va a estar bien, NingNing.
Y el castaño esperaba que fuera así, que esas palabras fueran mágicas para dejar de lado ese sentimiento de duda, inseguridad y miedo.
Pero ciertamente no sabía cómo lidiar cuando se sentía tan bien estar entre los brazos de Soobin, tan correcto entre la calidez y protección.
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