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⊹ ָ࣪ capítulo veinticuatro.

Kai siguió besando más lento pero igual de profundo al Alfa. Ladeando su lechoso cuello para que los suaves labios le recorrieran ansiosamente la porción de piel que podía verse tras esa holgada polera.

La verdad era que estaban demasiado perdidos en el vapor del momento, uno que empezaba a ponerse interesante y ardiente. Dejando a flote el anhelante amor que Soobin le tiene a la preciosa persona sentada encima de él.

Suavemente las caderas del castaño fueron meciéndose sobre la parte íntima del tigre, pero cuando las ásperas manos fueron deslizándose hasta apretar ligeramente su trasero, algo hizo cortocircuito en la cabeza de Kai y se quedó poco a poco paralizado.

"¿Qué rayos estoy haciendo?".

Fue lo primero que intentó recriminarse.

¿Por qué su cuerpo parecía reaccionar tan bien ante los toques de Soobin?.

Ellos no estaban ahí, conviviendo y retomando su amistad, para terminar con algo tan simplón como el sexo. El Omega no podía simplemente seguir sus más bajos y profundos deseos rozando lo primitivo. No podía jugar a algo que ni siquiera estaba entendiendo, ¿Desde cuándo todo pareció dar un giro tan brusco?.

Por su lado, Soobin se recriminó una y otra vez. Sintiéndose malditamente culpable no solo por besarlo, sino también por sobrepasarse e incomodar al Omega. Creía que todo acabaría ahí, que el maravilloso sueño se estaba desvaneciendo para traer consigo la realidad. Sin embargo, jamás espero que Kai acunara suavemente su rostro mientras le susurraba:

―Lo siento, en verdad, lamento esto...

El Omega juntó sus frentes una última vez, suspirando fuerte ante el remolino de sensaciones extrañas. No obstante, se levantó rápidamente a los segundos, tal cual criminal luego de hacer una terrible fechoría.

Y posiblemente estaba hiriendo el corazón de Soobin, solo que no estaba enterado...

Cuando intentó huir, el Alfa intentó tomarlo de las manos, pero Kai fue más audaz y supo zafarse de inmediato. Encerrándose en su habitación ―la que ya no estuvo usando en esos casi cuatro meses― de un sonoro portazo.

―Kai, por favor ― Intentó insistir tocando la puerta eventualmente. Debía decirlo, era hoy o nunca.

Quería hacerlo, pero...

―Estoy demasiado cansado, ¿Si? ― Trató de todas las formas posibles que su voz no sonara tan afectada como el cambio y las emociones en su cuerpo. Solo quería llorar hasta caer dormido ―Hablaremos luego de lo que sea que se deba, p-pero ahora estoy agotado.

Se sintió mal cuando no escuchó nada al otro lado de la puerta. Hasta que finalmente el sonido de los pesados pasos le indicaron que Soobin ya se había alejado.

Soltó un entrecortado resoplido que resultó terminando en un casi silencioso sollozo. Kai no soportaba la forma en cómo todo él estaba dando inicios a lo que temía... A enamorarse otra vez.

Por que eso era, ¿Cierto?.

Y la pregunta le carcomía la mayor parte de sus pensamientos durante varios días atrás. Él no quería ceder, no quería atreverse a arruinar el único lazo especial que había construido en base a esa amistad que tanto cuidaba a pesar de ser complicado y poco afectivo a veces. No se lo iba a perdonar si terminaba alejando a Soobin de su lado... Aunque quizás ya lo estaba haciendo con sus acciones irracionales.

"¿Pero qué me segura que él sienta lo mismo?".

"Después de todo, no es como si Soobin fuera un ferviente santo muy adherido al romanticismo".

Una parte muy escondida en el rincón de su subconsciente donde predominaba la inseguridad y la actitud de su 'yo' adolescente-inmaduro, trató de cambiar su posición inicial mediante un cansino debate.

"Choi siempre fue un casanova, tal vez está jugando con lo que más le gusta... Placer".

Kai mordió su labio inferior por instinto, intentado no caer. Su mejor amigo no era así... Al menos no con él.

Soobin siempre cuidaba y velaba por su seguridad-hasta el día de hoy. Nunca se sobrepasó aunque haya tenido la oportunidad, exactamente cuando estuvieron ebrios en la época de universitarios. Soobin era un Alfa tan caballeroso, dulce y afectivo que Kai siempre pensaba que el día en el cual el pelinegro encontrara a la persona indicada, la o el Omega realmente se llevaría una gran mina de oro hecha hombre.

Lo extraño seguía siendo que jamás le había presentado oficialmente a alguien como su pareja.

"Entonces ni siquiera les toma en serio."

Y Kai se sintió peor ante esa hipótesis. Era demasiado probable. Pero, ¿Sinceramente le hubiera gustado que los ojos de Soobin brillaran al mirar a alguien más, a alguien que ya no sería él?.

«¿Puedes dejar de escuchar esa parte tuya tan tonta? No puedo creer que necesites más pruebas de las que hasta ahora Soobin ha demostrado.»

La voz de su Omega hizo acto de presencia por primera vez en ese día, con un regaño más duro de lo que pensó.

«Soy tu parte animal, pero tal parece que estoy analizando esta situación mejor que tú...»

Entonces el cuerpo de Kai sintió un pequeño temblor, su vientre pareció removerse y algo parecido a lo que sería los primeros movimientos se sintieron levemente con suavidad, golpeando probablemente una parte dentro de él.

Su pequeña boca gesticuló una perfecta 'o' cuando hizo puños las sábanas, apretándolas con fuerza, sintiéndose repentinamente adolorido por unos segundos.

«No solo eres tú o yo, también hay tres cachorros de por medio. No olvidemos tampoco a quien desea ser nuestro Alfa.»

Imposible...

Diciendo eso, su Omega se negó a contactarse con él otra vez y acabó dejándole un sabor amargo en la garganta, su estabilidad podía caer con mucha más facilidad ahora.

Se sentía egoísta, tan imbécil.

Pero la debilidad era mucho más chocante en su cuerpo que terminó por dormir en medio de sus lágrimas, mojando la almohada y esperando recuperarse del lío que él mismo había cansado.

Mañana se sentiría mejor, Kai lo sabía. Prefería mil veces sonreír diciendo que todo estaba bien a seguir dando vueltas a ese asunto, estaba aterrado y no sabía precisamente por qué. Mas de lo que sí estaba seguro era que no quería encarar lo que seguramente le pasaba, menos sacar a flote lo que estaba reteniendo.

Casi a las cuatro de la madrugada, Kai despertó producto de un par de antojos. Lloriqueando todavía débil y sin tener las ganas necesarias para levantarse, miró el lado vacío de su cama, olvidando por instantes que JiMin no estaba ahí y que él tampoco estaba en la habitación del Alfa, rodeado de sus feromonas de tranquilidad y el denso aroma a café.

Con un simple puchero, el omega sabía que Soobin no dudaría en levantarse a cumplir con los gustos de sus crías. Después de todo, el Alfa siempre estuvo haciendo eso desde que aquel síntoma había tomado un lugar hace dos meses y medio.

Es el padre, después de todo...

"No debería necesitar tanto de él como lo hago." Pensó más para sí mismo, poniéndose lentamente de pie.

Al salir al pequeño pasillo, una picor de preocupación y angustia se apoderó de él. La habitación de Soobin tenía la puerta semiabierta, igual e intacta a como estuvo antes de que las cosas se pusieran difíciles.

Sigilosamente se acercó, tratando de pensar positivamente y creer que el alfa yacía dormido por completo. Realmente prefería eso a que la recámara estara totalmente vacía, sin algún registro de que Soobin estuviera descansando.

Era un hecho, el Alfa no había llegado al apartamento y Kai no pudo seguir durmiendo debido a que quería esperarlo. No le contestaba las llamadas y eso ayudó a sentirse mucho peor.

Soobin sintió que la luz que lograba colarse de aquella ventana era demasiado para sus ojos, por lo que con pereza, empezó a despertarse lentamente.

Su mirada recorrió todo el lugar, recordando después de que había rentado una habitación de hotel a medianoche, luego de salir de un concurrido bar.

Emitió un pequeño jadeo cuando pudo sentarse, sus sienes le punzaban fuertemente y ni qué decir de su garganta toda seca y raspada.

Aunque claro, eso no podía compararse a la causa inicial por la que bebió casi sin control y por varias horas. Había quebrado una de las reglas sobre su mal hábito, pero realmente pensaba que la ocasión lo merecía. Solo quería ir a olvidar todo por un momento, dejar de lado lo racional y ocuparse en el fresco sabor del alcohol.

Quería ver la hora, todo había se encontraba medio desorientado.

Esperando a que el celular se prendiera por completo, suspiró pesadamente.

¿Era así como todo tenía que terminar? Tal vez solo debía rendirse... Ponerse a un lado del camino de Kai por más que eso le doliera el triple. Se sentía un triste y pobre fracasado, él realmente no había logrado nada... Ni siquiera declararse en ese caótico punto de su vida y con tres bebés de por medio.

¿Y si... Y si Kai solamente lo quería como su mejor amigo?.

"Hoseok tuvo razón..."

"Nunca debí aceptar ayudarlo."

Y sabía que aquello era cierto, que fue muy tonto de su parte ceder. Pero no podía engañarse tampoco, él en verdad quería hacer feliz a Kai... Restándole importancia a sus sentimientos por alguien que tal vez no lo miraba como anhelaba.

Era realmente jodido.

Su celular de pronto vibró, dándole una inmensa cantidad de notificaciones sobre llamadas, todas bajo el registro del Omega castaño.

Su pecho se sintió mínimamente cálido. Era inútil conformarse con tan pocas migajas... Tal vez ese amor que le tenía no era sano... Tal vez debía detenerse...

Los ojos de Soobin se aguaron ante el simple pensamiento, hasta que el ringtone le indicó una nueva llamada. Era Woosung por suerte, todavía no sé sentía preparado para enfrentar a Kai.

―¿Aló, Soobin-ah?.

―Hola, Woo... ― Carraspeó leve, para que su voz sonara más entendible.

―¿Qué haces que no llegas?.

El Alfa arrugó su entrecejo.

―¿Disculpa? Pero... ― Alejó el aparato de su oreja para observar la hora ―Hoy mi turno era más tarde.

―¿Acaso lo olvidaste? ― Ante el silencio, el Omega jadeó sorprendido ―¡Hoy es el lanzamiento de los nuevos productos cosméticos!.

―¡¿Qué?!.

―¡Tenemos una presentación importante con nuestro anuncios y la nueva revista, Soobin!.

"Mierda, mierda, mierda."

Lo había olvidado por completo, de eso dependía su posible ascenso.

―Más vale que te apures y vengas ya, es una suerte que el coordinador del evento éste demasiado ocupado con los arreglos florales. Pero no pasará mucho cuando necesite nuestras diapositivas.

―Yo, ah... Sí, sí ― Balbuceó, colocándose la camisa mientras buscaba sus zapatos ―Estoy en camino.

―Eso espero, tú tienes la parte y portada principal. Y ah, ven con cuidado pero sin tardar tanto, por favor ― Su voz se suavizó ―Nos vemos luego, Soo.

Cuando la llamada se cortó, el Alfa salió como si su vida dependiera de ello. Bueno, tal vez sí era así. El jefe del departamento de Edición podía despedirlo sin pensarlo tanto.

Tal y como decepcionantemente lo esperó, Kai no estaba por ningún lado cuando ingresó al apartamento. El pelinegro supuso que era por su empleo, el Omega seguía asistiendo normalmente y no habían problemas con eso.

Todo estaría... Normal. Si es que Soobin tenía suerte y Kai no lo esté evitando.

Rápidamente se dio una ducha y se vistió con lo primero que encontró en su armario. Tomó las llaves, el celular y la maleta en donde estaba el proyecto por que con tanta dedicación había creado, y salió despavorido, rumbo a la empresa.

Esa mañana y casi mitad de la tarde, Soobin, Woosung y el resto del equipo se las pasaron dando los últimos detalles y retoques. Ayudando en la planificación y el orden del próximo evento en donde distintos y famosos modelos entrarían por la pasarela usando los cosméticos en sus rostros, con temáticas de maquillajes increíbles que ―esperaban― diera una gran impresión a los socios, gerentes y cierta cantidad de público y clientela selectiva.

Era un trabajo en conjunto donde el Alfa necesitaba de toda su concentración. Sin embargo, se le fue difícil no pensar en Kai y la idea que tuvo de llevarlo ahí con antelación. Con el motivo de que conociera parte importante de su vida, en lo que le apasionaba hacer y resaltaba casi siempre. Se los imaginaba a ambos, sonrientes mientras se ganaban miradas tiernas por la pancita abultada de Kai y lo bien que podían lucir juntos.

Quizás en esa fecha importante podía decirle de una vez por todas...

Y si no tenía la respuesta que esperaba, daría todo por perdido. Tal vez muy lejos para hacer que su corazón sanara y olvidara ese amor de años.

Nada era seguro.

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