⊹ ָ࣪ capítulo diecinueve.
Soobin estaba angustiado y ansioso, sumando el hecho de que el Omega del que estaba enamorado lo hubiera visto de esa forma con alguien que nada serio tenía que ver con él, las cosas empeoraban. Por mucho, la había cagado y en grande.
Necesitaba darle explicaciones, decirle que esa mujer no había sido nada más que una saliente para un par de ciclos de calor en los que, claro, no hacía otra cosa más que desear a Kai a su lado, y que por más que quisiera, eso era imposible porque éste ya tenía un Alfa.
Para Soobin, el haber coincidido con Chaerin en aquella fiesta fue con un gran golpe de suerte. ¿La razón?, tal vez que estaba siendo demasiado penoso por querer desahogarse en alguien que pudiera hacerle recordar a Kai. En sus ojos, en el color de su piel, en un cuerpo cálido y casi con el mismo aroma.
El Alfa había llegado hasta tal punto, que lo mejor que podía hacer fue perderse durante fines de semana, tratando de olvidar aunque sea por un par de horas el amargo sabor de un amor unilateral con el alcohol y la sensación ardiendo en su garganta.
Fueron meses oscuros, pero entonces, cuando la monotonía y la pérdida de interés en conocer más personas que no sea Chaerin y su gran similitud física por Kai. Creyó que el destino le dio otra oportunidad más cuando aquella tarde el omega volvió al apartamento que tantos recuerdos tenía de ambos.
Su conmoción fue tanta que su tigre salió de su letargo sueño y se animó a intentarlo. Pero obviamente era un humano, y ahora mismo sabía que cometió un error en no cortar en definitiva lo que sea que hubo entre él y la pelirroja.
―Kai, por favor. Abre la puerta, ¿Si?.
―En serio no quise arruinarte el momento, p-perdón.
Entonces sus sentidos se alarmaron más cuando escuchó que la voz del castaño parecía acongojada. Rápidamente corrió a la vacía sala de estar y sacó el conjunto de llaves que conservaban por emergencia. Agradeció internamente que Chaerin pudo entender su actual situación y los verdaderos sentimientos que tenía por alguien más. Después de todo, ellos se juntaron únicamente por una razón que iba muy lejos del amor.
Retirando esos pensamientos de su mente y enfocándose en lo importante, forcejeo un poco y al fin pudo adentrarse a la habitación de Kai. Soltó un largo suspiro al percibir el olor a tristeza y la imagen tan conocida del omega hecho bolita.
Cuando Kai se percató de que el Alfa invadió su territorio, intentó incorporarse para no verse de una forma tan tonta. Ni siquiera él entendía por qué rayos la melancolía quería albergarse en su pecho.
―So-Soobin... ― Hizo puñitos con sus manos y restregó sus ojos, tratando de borrar cualquier indicio de haber llorado ―Entenderé si estás enojado, pero yo-
―¿Por qué estaría enojado? ― Replicó, acercándose hasta sentarse en la orilla de la cama ―Estoy preocupado por ti. Yo no quise...
―Estoy bien, Soobinnie.
―Al menos déjame explicarte.
"¿Explicar?, ¿Explicar qué?."
Ciertamente a Kai ya no le estaba agradando el rumbo de la conversación. ¿Tan deplorable se veía?.
No quería que Soobin se echara la culpa de su repentina tristeza. No quería verse ridículo, no quería lucir como un tonto adolescente que por haber tenido sexo con su mejor amigo ya estaba planeando el matrimonio y la mudanza.
Por supuesto que no.
Él sabía muy bien a lo que ambos se estaban metiendo y no quería hacer sentir mal a Soobin con sus fastidiosos cambios de humor. Su mejor amigo tenía todo el puto derecho de hacer lo que se venga en gana y no tenía ninguna razón para interceder.
Por lo que, con la idea grabada en su mente, carraspeó suavemente, sabiendo ya lo que tenía que hacer. Tal vez la molestia en su Omega y su corazón se desvanecería cuando todo vuelva a la normalidad. Kai no quería cambiar nada de lo que habían construido en base de su amistad.
―Todo está bien, Soobin-ah.
¿Entonces por qué no podía sonreírle bien?, La imagen de aquella Omega junto al Alfa venía a su mente.
"No, no, no."
La situación estaba resultando cada vez más difícil de abarcar para Soobin. ¿Debería hacerlo cuando Kai parecía menos afectado de lo que estaba media hora antes?.
―Uhm, si no te importa, solo quería decir que estoy algo cansado.
El suave tono de su voz fue suficiente para que el Alfa supiera que la charla había concluido.
―¿Es muy pesado el trabajo? ― Intentó que, al menos, no terminaran de hablar ese día de forma tan cortante.
―No tanto, considerando que estoy sentado la mayoría del tiempo ― Esta vez su sonrisa fue más genuina, Soobin lo apreció ―Es más por el cachorro y los síntomas, hoy tuve muchos antojos de cosas empalagosas.
―Sabes que podías llamarme...
―Sí, pero no quería ser tan desconsiderado. Estabas trabajando también y pues... Alguien logró hacerme el pequeño recado de comprar todo lo que quería.
El Alfa se acercó más a él, embobado por el dulce aroma de vainilla y los brillosos ojitos de Kai.
―¿Debería darle las gracias de mi parte a tan bondadoso ser? ― Bromeó, dejando un largo y casto beso en su frente, para seguir con besos más cortos en sus mejillas; mimándolo por completo.
Si antes el Omega tenía los ojos cerrados, complacido sus los labios. Los abrió en un récord incalculable y evitó no sentirse nervioso. Tampoco sabía la razón de ello, simplemente algo en su instinto le decía que Soobin no debería saber nada sobre Hoseok, considerando que se llevan pésimo y no había arreglo. Era un bien común.
―No es necesario, él lo hizo con todo el gusto posible.
Y sumó un punto a su favor el hecho de que el odioso aroma de su ex ya no estuviera impregnado ni en su chaqueta.
"Agradecido con el de arriba."
―De acuerdo. Pero, ¿Fue un Alfa?.
«¡Aborta misión, humano tonto!, ¡Te dije que era una mala idea!.»
"¿Qué?, ¡Pero si fue tu idea de mandarlo a comprar todas esas chucherías!."
«¡Tic toc, piensa rápido si no quieres que nuestro Alfa se enoje con nosotros!.»
"¡Pero ni siquiera...!"
― NingNing, ¿Seguro que estás bien?.
―¿Ah? Sí, claro. ¿Podemos dormir ya?.
―Pero no son ni las ocho de la noche. ¿No quieres cenar algo primero?, tenemos que alimentar al cachorrito ― Comentó tiernamente, poniendo su palma en el vientre aún plano del Omega.
Kai accedió sin rechistar, lo de dormir era más que una excusa para escapar de cualquier posible enrollo.
Todo pareció extrañamente normal después de lo acontecido en la tarde. Kai se dedicó a darle instrucciones al alfa mientras éste intentaba preparar algo decente para ambos. Dijo algo como querer consentirlo a pesar de ser pésimo en temas referidos a la cocina y gastronomía.
Dos horas después, ya aseados y con sus respectivas pijamas. Soobin lo abrazó cariñosamente en forma de cucharita para dormitar, en espera que al cachorro se le ocurriera un antojo más o empezara a fastidiar con los vómitos a medianoche a su papi Omega.
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