a very pretty boy
Una de las cosas que más le fascina a Wonwoo de su pareja es su forma de vestir, su estilo, el cómo se arregla, como su forma de vestir es justo como su personalidad.
Mingyu es un niño bonito, se comporta como tal e incluso con su andar tiene un aura que recalca esa realidad.
Mingyu es un chico muy bonito y Wonwoo solo tiene ojos para él.
Es un día de noviembre, en el que el frío se te metía hasta en los huesos, cuando Wonwoo lleva a su chico a su centro comercial favorito pero eso que lo hace tan hermoso es lo que los tiene temblando, para suerte de ambos las tiendas están calentitas y vaya que pasan por varias ya que Mingyu quiere encontrar algo en especial.
—Tiene que ser negro y con cuello de tortuga —explica mientras Wonwoo asiente lentamente. Su bonito es específico, no lo piensa sólo porque dijo ese par de detalles, lo dice porque realmente es específico y las vueltas que dan por el centro comercial lo demuestran.
Van de aquí para allá entre varias tiendas, sintiendo el frío contra sus mejillas al salir de cada una de ellas y dejando que por su cuerpo pasee todo el calor cuando entran en una distinta. Y el mismo Wonwoo no puede creer lo encantado que está de andar de aquí para allá, tomando la mano de Mingyu.
—Tienes frío —le dice el mayor, no es una pregunta y aun así Wonwoo niega aunque es obvio que está tiritando.
A pesar de Mingyu estar concentrado en su búsqueda de chico bonito, se dio cuenta de ese frío que el terco de Wonwoo se negaba a admitir, ¡y se negaba a cerrarse la chaqueta! pero es que eso arruina su outfit. Wonwoo recuerda lo bonito de la cara de Mingyu mientras le colocaba una bufanda que él no pidió pero claro que necesitaba. Una que llaman "nuestra bufanda".
(Y que le da un poco de calor al entrar en las tiendas, pero no se la va quitar porque se la puso su niño bonito)
Entran en otra tienda luego de que la bufanda gris ya está bien puesta alrededor del cuello de Wonwoo y mientras este se mira no muy disimuladamente en los espejos para saber si sigue viéndose bien, Mingyu busca, encuentra y se está ahora probando ahí entre la multitud un suéter pero no le convence como le queda. Ay, es que eso de ser niño bonito y decidido es difícil pero tan encantador que a Wonwoo le derrite de a poco a poco.
Mingyu diría que es que todo lo que hace parece derritirle (y es verdad).
Salen de ahí y van a otra tienda, la cantidad de personas en esa es un poco más de la que le gusta a Wonwoo pero está bien, nada como aquella monstruosa tienda a la que entraron primero, uff sí que había gente ahí.
En esta tienda, el bonito de Mingyu consigue dos opciones y deja a Wonwoo fuera del probador pero con ganas de ir, no con dobles intenciones, solo para ver a su bonito siendo eso, bonito, para ver sus expresiones, incluso las de disgusto se le hacen tiernas.
Al final cuando sale del probador, Mingyu dice que ninguna de las opciones le sienta bien y terminan yéndose de la tienda sin nada. Fue una búsqueda que terminó en fracaso pero el ir de allá para acá y dejarse llevar de la mano por Mingyu, es un recuerdo valioso, un recuerdo que Wonwoo quiere se repita y es que se ve tan así, tan repetible eso de él esperando por su bonito fuera de probadores y su mano siendo recogida automáticamente por la de él para ir a una nueva tienda.
Solo algún dios sabe que su chico precioso, Mingyu, su niño bonito, le puede tanto, hace que su corazón vaya de aquí para allá, escogiendo siempre el calor de su mano y todo lo hermoso de su personalidad de niño muy muy bonito.
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