Trece.

Ese es el número exacto de metros que lo separan de la sala de trauma en donde hasta hace poco podía escucharse un gran número de movimiento. El silencio es casi abrumador, y posiblemente la pequeña herida al costado de su dedo pulgar es lo único que lo mantiene cuerdo en el momento en el que los padres de Taehyung son llamados por el doctor con el uniforme estampado con manchas de sangre que ha comenzado a secarse. Lo sabe porque han perdido el bonito color carmín para comenzar a verse de un sucio café, posiblemente endureciendo la suave tela de algodón en el proceso también.

No está poniendo atención, pero al mismo tiempo logra escuchar palabras sueltas dentro de la conversación que se lleva a cabo cerca de tres metros más adelante de donde él se encuentra.

Traumatismo torácico, traumatismo craneoencefálico, insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria.

Paro respiratorio, hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos.

Él no sabía nada de medicina, porque por muy lejos el siempre prefirió las artes, pero a pesar de eso, no era estúpido. A sus 20 años sabía todo lo que había pasado dentro de esa pequeña sala de apenas 16 metros cuadrados.

Casi podía ver al mismo doctor que ahora hablaba con los señores Kim sentado a horcajadas sobre el cuerpo de su amigo, su único amigo; mientras presionaba desesperadamente su pecho de manera rítmica buscando que su corazón volviera a bombear sangre y oxígeno a su cuerpo.

Posiblemente no lo había logrado, es decir, estaba diciéndole a sus padres que su hijo estaba muerto, claro que no lo había logrado.

Mejor amigo muerto.

Genial, otro motivo más por el cual odiar los hospitales, aún cuando él mismo pasaba mucho más tiempo ahí del que le gustaría, irónico.

- Yoongi.

Su mirada se alza lentamente hasta toparse de lleno con el rostro de Kim Yeong, el padre de Taehyung. Estaba bastante tranquilo para saber que su hijo jamás volvería a abrir los ojos de nuevo.

- Estoy bien, señor Kim -sonrió suavemente para tratar de respaldar sus palabras-. Es solo... la ansiedad.

- Tu pulgar está sangrando, Yoongi -Kim Yeong luce preocupado-. Eso no luce 'bien' para mi.

- ¿Eh? -Yoongi dirige su mirada lentamente en dirección a sus manos unidas, y efectivamente, un pequeño rastro de sangre ha comenzado a descender hasta manchar el suelo con el constante goteo. La pequeña herida ahora se ha convertido en una herida de por lo menos un centímetro de largo; es hasta entonces que deja de rascar la zona de manera insistente y aleja su dedo medio del pulgar-. Se curará, siempre se cura.

- Esto es repentino, pero Jinseo quiere saber si quieres ir a ver a Taehyung antes de... ya sabes.

Yoongi levantó lentamente la mirada, fijándola nuevamente en el rostro de Kim Yeong, buscando cualquier atisbo de duda.

- Sabe si... ¿Ya limpiaron todo allí dentro?

El rostro del señor Kim se convirtió en uno confundido por unos segundos, antes de que le regalara una mirada cargada de comprensión que lo abrumo completamente.

- Si prefieres esperar a que limpien todo....

- No, no, no, no -Yoongi negó de manera efusiva-. En realidad... quería pedirles hacer eso, por él.

- ¿Estas seguro?

- Es... es algo que necesito hacer, señor Kim.

Media hora más tarde, se encontraba parado frente a las puertas dobles de la sala de trauma, en donde un par de médicos internos estaban tratando de explicarle los lugares donde podía encontrar guantes, mascarillas y algún tipo de ropa de papel para no ensuciar su cara ropa de marca.

- Es mi mejor amigo, no voy a tratarlo como un fenómeno. Él valía mucho más que esta estúpida ropa de marca.

- No queríamos ofenderte, es solo que esto no es muy frecuente, y nuestro jefe nos pidió que te diéramos opciones suficientes para escoger -la chica que le sonreía le pareció simpática por un momento, aunque odiaba ese atisbo de lastima que brillaba en su mirada cuando lo veía.

Asintió vagamente un par de veces antes de suspirar y decir finalmente dar un suave asentimiento mientras repetía una y otra vez que estaba listo. Aún ahora se pregunta si lo hacía para que los dos internos que lo acompañaran lo escucharan, o si lo hacía meramente por la sensación de su corazón desbocado dentro de su pecho que estaba comenzando a dificultarle la respiración.

La pequeña habitación de 4x4 parece un poco más grande cuando entra en ella, sin despegar la mirada de la camilla frente a él, en donde claramente se encuentra Taehyung, aún si apenas puede reconocerlo debajo de esa inmensa cantidad de sangre seca y hematomas que recubren la piel morena del que fue su mejor amigo. Su cabello castaño claro también se ha tornado de un café oscuro gracias a la sangre.

No dice nada, pero puede sentir de nuevo el ardor constante que le recorre el dedo pulgar cuando la uña de su dedo medio comienza a rascar la herida de manera insistente una vez más. Sus ojos se han llenado de aquellas gotas saladas nuevamente, con ese nudo sofocante presionando base de la garganta mientras caminaba a pasos lentos hasta posicionarse a escasos centímetros de material acolchado azul marino de la camilla, justo donde la mano de Taehyung descansaba completamente relajada, casi como si estuviera durmiendo. Casi.

Entonces decide que los internos que lo vigilan discretamente desde la esquina de la habitación no importan en realidad. Y rompe en llanto.

- Maldito hijo de puta, realmente te fuiste y me dejaste aquí.