First Star
- Me gustan las estrellas.
- A ti te gusta todo lo que brilla.
Taehyung desvió la mirada en su dirección y le sonrió mientras sus ojos se cerraban; formando dos pequeñas líneas curvas por la fuerza de la sonrisa.
- Las estrellas son bonitas, pero ¿sabes porque es así?
- Brillan -responde con simpleza.
- Está ese libro, ya sabes -el castaño se levanta suavemente hasta quedar sentado en una posición cómoda-. "El principito".
Yoongi desvía la mirada de los millones de puntos luminosos en el cielo y lo mira fijamente.
- ¿Qué con eso? Es solo un libro.
- No es cualquier libro, Yonnie -reclama con un puchero-. Es mi favorito -de nuevo esa sonrisa-. Hay una parte, esa en donde el pequeño príncipe renuncia ciegamente a su vida en busca de poder regresar a su hogar. Muere, pero ¿Qué pasa con su espíritu, su esencia, todo lo que es?
- Desaparece -simple.
- Noup -Taehyung abraza sus rodillas y recarga su cabeza en las mismas, mirando en su dirección-. Él mismo lo dice, que cuando lo extrañe demasiado, puede ver a las estrellas y parecerá que todas ríen.
- ¿Eso es lo que hace que las estrellas sean bonitas?
- Desde entonces, he tenido esa fiel creencia de que cada estrella alberga el alma de una persona -su mirada regresa al cielo oscuro infestado de estrellas-. Y entonces el cielo nocturno puede convertirse en un escenario más bello de lo que ya es; porque es un paisaje que guarda una esencia única, que solo cada persona puede interpretar a su manera.
- Eres extraño, Taehyung.
- Me lo han dicho con frecuencia.
{...}
- El trabajo se estará entregando en parejas. Deben capturar en un cuadro la esencia de su compañero, sin perder su propio estilo de pintura. Son chicos muy talentosos, así que solo deben preocuparse por entregarlo a tiempo -el profesor escribe rápidamente la fecha de entrega, que les deja dos meses para completar el trabajo-. Pueden escoger con quien quieren trabajar, pero Yoongi no.
El peliazul levanta la mirada del pequeño cuaderno en dónde ha estado escribiendo los detalles del trabajo mientras mira al profesor Kim con confusión mientras trata de procesar las palabras mencionadas con anterioridad.
- Me gustaría que conocieras a alguien, y si es posible trabajar con él en este proyecto -el profesor le sonríe suavemente, viéndolo asentir un par de veces antes de que el menor finalmente dirigiera su mirada nuevamente hacia su libreta, comenzando a hacer pequeños bosquejos del paisaje que estaba del otro lado de la ventana mientras todos buscaban una pareja para el trabajo.
Al menos hasta que dos pequeños brazos se enroscaron alrededor de su cuello, abrazándolo suavemente mientras que él solo se resignaba a suspirar de nuevo.
- Jimin, te he dicho que no me gusta el contacto físico, aléjate.
- Y ambos sabemos que en realidad te encanta, así que solo cállate y disfrútalo -la voz del pequeño pelinegro lo hizo negar un par de veces con la cabeza antes de finalmente recargar suavemente su cabeza en uno de los brazos enfundados por uno de esos enormes suéteres de colores pastel que el chico solía usar.
Park Jimin, ese pequeño chico denominado ángel por todo aquel que lo conocía. Ese chico que fue la pareja de ese que había sido su mejor amigo por más de un año. Ese que tres meses atrás terminó corriendo a sus brazos por consuelo en cuanto supo que estarían iniciando juntos el nuevo periodo en la universidad. Ese que ahora se encargaba de nunca estuviera solo y se mantuviera saludable. Definitivamente, habían sido el uno para el otro.
- Voy a trabajar con Jinyoung esta vez -murmura el pelinegro mientras recarga su barbilla sobre la cabeza del peliazul-. Puede que esta vez finalmente encuentres lo que estas buscando, Yonnie.
- Imposible -murmura-. Aunque tal vez sea un poco mejor.
- Namjoon hyung se veía emocionado cuando mencionó que quería presentarte a alguien -Jimin sonrió en su dirección antes de sentarse en uno de los asientos vacíos que siempre había a su lado-. Escuche que un chico de la facultad esta regresando luego de un intercambio a Italia. Podría ser él.
- Podría, pero no lo sabemos, Jimin.
- Sería lindo verte relacionándote con gente nueva -Jimin suspira suavemente y recarga su cabeza en el hombro del peliazul, viendo como este retoma nuevamente los bosquejos de aquel árbol casi marchito con las hojas ya amarillas-. No estás dibujando a la persona bajo el árbol ¿Por qué no estás dibujando a la persona bajo el árbol?
Yoongi frunció el ceño mirándolo completamente confundido.
- No hay ninguna persona debajo... ¿por que hay una persona debajo del árbol?
Yoongi se quedó mirando fijamente a aquella persona que parecía haber aparecido de la nada debajo de la sombra del árbol. Llevaba pantalones de chandal negros junto a una playera delgada color gris, con esa gabardina negra que le cubría un poco más abajo de la mitad del muslo. Una parte del espeso cabello negro le cubría la nuca, mientras que el resto parecía estar atado en un moño sencillo debajo de la gorra negra que no le permitía ver mas allá de los labios y la nariz. Parecía estar hablando con alguien por el móvil, y se llevaba un cigarrillo a los labios cada tanto.
- ¿En qué momento llegó ahí? -pregunta confundido mientras regresa la mirada al pequeño dibujo, borrando suavemente la zona donde comenzaría a dibujar al misterioso chico de cabellos negros.
- Tiene una complexión bastante complicada de dibujar, y aún así lo estas haciendo como si no fuera nada -reclama el pelinegro mientras observa como los pequeños trazos del peliazul comienzan a tomar forma-. Tienes tanto talento, Yonnie.
- Solo me gusta, es tan simple como eso -murmura suavemente mientras termina de dibujar el pequeño cigarrillo entre los dedos del misterioso chico que se convirtió en el centro del pequeño bosquejo-. Mhmmm.
- ¿Qué pasa? ¿No te gustó? -pregunta el más bajo asomándose sobre el hombro del contrario-. Se ve lindo para mi.
- Sería bueno hacerlo a una escala mayor -murmura mirando fijamente al chico debajo del árbol-. Aunque no puedo ocupar solo una gama...
- ¿Deberíamos ir a conseguir nuevos materiales después? -Yoongi desvía la mirada en dirección a su acompañante mientras lo estudia con la mirada.
- Parece una buena idea ir por nuevas cosas -murmura suavemente mientras observa como una sonrisa se extiende por el rostro de su pequeño amigo-. ¿Qué sucede?
- No, no es nada, Yonnie -murmura el menor-. ¿Qué colores te gustaría usar?
- Todos los posibles.
Y entonces Jimin sonríe un poco más.
- Me lo suponía.
***
Cuatro horas más tarde, se siente cansado y su cuerpo también se siente un poco más pesado de lo normal, por lo que decide irse a casa una vez sale de la última clase impartida en la universidad. Camina los escasos veinte minutos que le toman llegar a la nada pequeña residencia donde sus padres lo estarían esperando para cenar como todas las tardes.
Ingresa el código de acceso en el pequeño teclado de la entrada, esperando a que la pequeña luz roja cambie a verde para poder ingresar a su hogar, en dónde apenas entrando cuelga el mullido gorro de lana que se ha quitado junto a la bufanda del mismo color purpura.
- ¿Yoongi? -escucha la voz suave de su madre desde el interior de la casa, aún bastante alejada, por lo que deduce que está en la cocina.
- Estoy en casa -dice con el volumen suficiente para que sus padres lo escuchen correctamente.
Camina tranquilamente hasta el salón principal, en dónde puede ver a su padre sentado en una de esas extensas salas de terciopelo negro que tanto le gustan, y le sonríe en cuanto sus miradas se cruzan. Entonces, se acerca lentamente hasta que se encuentra refugiado entre los brazos de su progenitor.
- ¿Estas aquí, pequeño? -pregunta el mayor suavemente mientras aprieta un poco más el agarre sobre su hijo.
- Estoy aquí ahora, papá -murmura suavemente mientras se permite embriagarse con el aroma del perfume de su padre y la calidez de su abrazo.
- Pero mira que niño tan pequeño tenemos aquí -exclama su madre saliendo de la pequeña habitación que ellos bien podrían llamar almacén de comida- ¿Todo ha ido bien el día de hoy, cielo?
- Hmmmhm -murmura afirmativamente mientras despega apenas un poco el rostro del pecho de su padre para poder sonreírle a su madre de manera tranquila.
- Me parece que si -dice su padre riendo mientras le sonreía de regreso a su esposa, quien los miraba a ambos con adoración contenida en la mirada-. Últimamente no has comprado material, ¿no te hace falta nada?
- Tal vez tenía planeado pedirte algo de dinero prestado para poder ir a comprarlos este fin de semana con Jimin -murmura sonriendo en dirección a su padre-. Hoy hice un pequeño dibujo y terminé enamorándome de él. Quiero hacerlo en el lienzo más grande que pueda encontrar.
- Puedo darte dinero, hijo -murmura su padre-. Sabes perfectamente que todo lo nuestro te pertenece a ti también.
Yoongi sonríe suavemente mientras niega con la cabeza.
- Ese dinero es suyo -dice-. Soy su hijo, pero eso no me hace dueño de todo lo que ustedes obtuvieron con mucho esfuerzo.
Ambos padres se miran entre ellos antes de finamente suspirar. Yoongi siempre había sido una persona bastante reservada del resto, y a pesar de que eso en algún punto también hubiese llegado a causarle problemas para adaptarse a su entorno, ellos nunca se habían quejado de como era su hijo. Y con el pasar de los años eso seguiría del mismo modo.
- Bien, puedo prestarte algo de dinero -contesta su padre, sonriendo al verlo sonreír.
- Prometo pagarlo lo más pronto posible -murmura, aún sonriendo.
- Bien, bien -dice ahora su madre-. Vayamos al comedor, la cena hace un rato debe haber estado lista.
Una hora más tarde, los tres se encuentran sentados alrededor de la pequeña mesa de seis plazas. Yoongi esta sirviéndose su segunda rebanada de pie de manzana cuando finalmente sus padres deciden que ha habido silencio por mucho tiempo.
- ¿Qué has hecho hoy, cielo? ¿Algo interesante? -pregunta su madre mientras le sonríe suavemente.
- Namjoon hyung quiere presentarme a alguien -murmura inseguro-. Tenemos que entregar un cuadro en dos meses. Vamos a pintar a nuestra pareja, y Jimin cree que Namjoon hyung quiere que trabaje con un chico que ha regresado recién de un intercambio cultural a Italia.
- Suena interesante, cariño -dice esta vez, sonriéndole de nuevo. Y Yoongi no puede dejar de pensar que esas sonrisas innecesarias guardan algo.
- Creo que solo puedes decirme lo que tengas que decirme, mamá -murmura partiendo un pedazo de pie de su plato antes de llevárselo a la boca-. No tienes que distraerme, lo sabes.
- ¿Estas bien? -la pregunta lo toma completamente por sorpresa.
Lejos de querer hablar sobre su estado mental y emocional en ese momento, sabía cual sería su propia respuesta y la incómoda platica que eso conllevaría.
- ¿Puedo preguntar? -dice bajito, casi con miedo de que lo escuchen realmente-. Ya sabes, por que estás preguntando.
Pudo ver la mirada que sus padres compartieron un momento antes de que su madre se sentara mucho más recta de lo que solía hacer, mirándolo fijamente, casi como si tratara de leer su expresión y adivinar su reacción.
- Yeong llamó por la tarde -comentó suavemente, tanteando el terreno-. Mencionaron que mañana irían a visitar a...
- Taehyung -murmura suavemente-. Lo sé.
Sus padres compartieron otra mirada antes de dirigirlas de nuevo en su dirección, haciendo que comenzara a sentirse un poco asfixiado por el exceso de atención que sus padres comenzaban a tener. Otra vez.
- Dijo que llamaba solo para saber a que hora te gustaría que los recogieran de la universidad -dice su madre, cortando el silencio-. Ya sabes, a ti y a Jimin. Mencionó también algo de que no estabas contestando sus llamadas en tu móvil.
- Recordaré no olvidar cargarlo de nuevo -murmura-, gracias.
- A lo que tu madre quiere llegar es -alzó un poco la mirada para que conectara con la de su padre- ¿por que no nos dijiste que irían?
- Sabes que desde el accidente nunca hemos podido ver a Yeongy a Jinsoo -la voz de su madre irrumpe por sus oídos una vez más-. Nos gustaría, ya sabes. Ir.
Yoongi se mantiene completamente callado, quieto, casi como si algo lo hubiera congelado en su lugar y no le permitiera moverse a su gusto.
Él mismo también se había planteado esa pregunta durante -ahora- cinco meses. Se la había planteado desde el momento en el que había atravesado el pequeño portón de madera con la ropa completamente manchada de sangre seca, con ese bonito suéter de colores -que a Taehyung le gustaba verle usar- ahora de una tonalidad oscura, casi negro y roto por diversos lugares también. Sus padres lo habían visto de una manera tan extraña, estaban asustados también, él podía decirlo. El peor día en la vida de Min Jihoon y Min Hyerin, había sido el mismo día en el que Kim Yeong y Kim Jinsoo habían perdido a su hijo; porque Min Jihoon y Min Hyerin también habían perdido a su hijo, aunque de una manera diferente a la de Kim Yeong y Kim Jinsoo.
Min Yoongi había sufrido también, un dolor de esos que son inexplicables y difíciles de soportar si no hay nadie, pero de alguna manera se las había arreglado para soportarlo sin la necesidad de nadie a su lado. No había llorado ni una sola vez frente a los padres de Taehyung, y mucho menos frente a sus padres; aunque nunca aceptaría ese pequeño episodio de llanto incontrolable que tuvo cuando él y Jimin habían escapado de la pequeña sala atiborrada de gente en la funeraria para estar solos. Ese día Yoongi descubrió lo reconfortante que podía llegar a ser la compañía de Jimin.
Eso era lo que causaba más preocupación en sus padres, el hecho de que siempre pareciera estar bien, aunque en diversas ocasiones lo hubiesen escuchado sollozar en su habitación durante horas.
- Pueden ir si eso es lo que quieren -comenta tranquilamente-. No hay ninguna objeción por mi parte.
- Oh, muy bien -murmura su madre mientras una sonrisa se extiende por sus labios, aunque Yoongi no entiende porque está sonriendo-. Podríamos ir por ti a la universidad y...
- Preferiría que mis planes se mantuvieran intactos, mamá -murmura tranquilamente con la mirada clavada en sus manos-. Iré con los señores Kim y con Jimin.
- Oh, claro -su madre suena un poco más desanimada que antes, pero no se disculpa, porque no lo siente-. Nos veremos allí entonces.
Yoongi asiente un par de veces de manera lenta antes de levantar la mirada y conectarla con la de su padre, que se ve un poco molesto.
- He terminado -murmura de nuevo, señalando al pequeño plato de porcelana azul que aún tiene más de la mitad de la rebanada de pie-. Estoy un poco cansado, así que subiré a mi habitación.
Ninguno de sus padres dice nada, por lo que asume que puede subir tranquilamente a su habitación. Se levanta de su silla y posteriormente camina a la habitación en donde habían estado pasando el rato hasta antes de la cena, en dónde esta su mochila. La recoge del suelo, y una vez que sabe que tiene todas sus cosas en sus manos, comienza su camino hasta el pequeño pasillo que lo llevaría hasta las escaleras del segundo piso.
A medio camino se pregunta si es el momento indicado de decirle a sus padres que ha terminado de amueblar y mover la mayor parte de sus cosas al apartamento de tamaño mediano que había comprado hacia ya ocho meses junto a Taehyung, aquel al que se negaba a mudarse por la falta de compañía que tendría en aquel enorme lugar, aunque comenzaba a pensar que sería bueno tener su propio espacio, y no estaría completamente solo, porque Jimin vivía solo un par de pisos arriba.
Se mudaría la siguiente semana.
Y con esa idea en mente, abrió la puerta de su habitación, dejándose caer en su viejo colchón enfundado de sabanas una vez que terminó de acomodar sus cosas en algún lugar de su habitación y haber puesto aquel pequeño pedazo de hoja pegado en el pequeño pizarrón de corcho que estaba colgado arriba del cabezal de su cama.
Y se durmió mirando el pequeño dibujo, preguntándose quién podría ser el chico del árbol.
Saludooooos desde aquí.
Comenzando de nuevo con la publicación de esta historia, a pasitos cortos, pero seguros.
Espero que pueda recibir mucho apoyo, y llegar a muchas personas.
Todo aquí es trabajo con amor.
Hasta la próxima.
Daiki
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