019
JiSung se quitó la ropa despacio, las telas de seda caían a la piedra seca a los lados de sus pies en una pequeña montaña, no se dejó nada en el cuerpo antes de tomar una pequeña toalla blanca para mojarla con agua tibia que tenía en una taza honda de cerámica.
Se quitó el poco maquillaje que Nancy le ayudó poner ese día, el omega se detalló en el espejo asegurándose de no dejar ningún rastro antes de poner la toalla de nuevo en la taza. Luego fue hasta la enorme bañera humeante y se hundió en sus aguas cálidas.
Paz y tranquilidad, era todo lo que su mente y cuerpo tenía en ese instante, o al menos eso quería tener. Podía estar seguro de que MinJi estaba siendo bien cuidada por su doncella, además de que dormía profundamente su siesta. Sabía que Nancy no le quitaría la mirada de encima.
Sin embargo, estaba inquieto, JiSung oía a su omega interno sollozar, arañando su conciencia tratando de que hiciera algo y al mismo tiempo reclamándole, no entendía que le pasaba si él no había hecho nada para molestario.
JeonGin estaba de viaje en su luna de miel, iba a volver en un par de días y la verdad JiSung ya lo estaba extrañando mucho, no pudo evitar acostumbrarse a su compañía con el tiempo que pasó allí con él. Trataban de verse al menos una vez al día de forma diaria, el omega ojiverde sentía que podía desahogarse hablándole sobre sus preocupaciones por casarse o por como educar al principe en su crecimiento.
El omega pelinegro lo escucharía sin juzgar, lo entendería y trataría de ayudar de forma emocional dando algunos consejos. JiSung se sentía bastante agradecido, tal vez no podía decirle exactamente todo lo que le pasaba, pero un gran peso de sus hombros se desvaneció y su mente se volvió más tranquila.
Por esa parte estaba feliz; no obstante, que su lado instintivo no dejara de Ilorar y sentirse rechazado, no le permitía liberarse completamente de su angustia. Sabía que era lo que quería, pero JiSung no lo iba a complacer, ahora al menos se había librado del emperador, no puede arruinar eso.
Es libre, en verdad quiere sentirse libre, así que el ojiverde mantendrá a su omega bajo control mientras se olvida de él. JiSung sacudió sus pensamientos y alejó los chillidos que no dejaban de molestar a un rincón de su mente. Se concentró en algo más superficial, literalmente.
Miró sus brazos, la cicatrices que lo cruzaban de un lado a otro, su piel era bastante pálida con algunos toques de rubor, pero las líneas aún más blancas que los cubrían se podían notar si se veían con atención. Ni que decir de la grande que estaba casi en su hombro, era como un parche de color marrón claro.
JiSung pasó los dedos de su mano izquierda por ella, no se avergüenza de tenerla, después de todo fue para proteger a algo más valioso, aunque su cuerpo se haya dañado un poco en el proceso, ojalá a su futura pareja no le fuera molestar que tuviera marcas.
"No me tengo que preocupar de que sea un sekke quién las vea, al menos"
El castaño pensó para sí mismo tratando de ser optimista, acarició su cicatriz sintiendo un pequeño escalofrío, era un poco más sensible en esa parte, pero era porque la parte de la piel superior no se pudo reconstruir de forma correcta, eso pasaba cuando la herida es profunda.
Gracias a la magia de la curandera los daños no pasaron a mayores.
Con cuidado los dedos del ojiverde viajaron de su hombro a su clavicula y de allí bajó hasta sus duros pechos. JiSung hizo una pequeña mueca con la boca, escuchó a su omega interno llorar más fuerte al saber en lo que pensaba, su cuerpo había correspondido de forma instantánea a su propia caricia.
Así de acostumbrado lo tenía el emperador a su toques ¿Eh? Era como si su piel estuviera esperando la más mínima provocación para prepararse, apenas había rozado uno de sus pezones y ya sentía un calor creciendo desde su vientre. No se dejo llevar, JiSung se bañó ignorando los deseos de su instinto y salió secándose el cabello con una toalla.
No era algo que se fuera rápidamente, menos con el aroma a sidra que había en cada rincón de su estancia. Cuando llegó a su habitación se encontró con Nancy meciendo suavemente a la pequeña princesa en su cuna baja. JiSung dejó la toalla en algún lado y se acercó a los menores.
—Deberías irte a dormir, —dijo JiSung notando coma la pelirroja estaba bostezando—, anda que yo también dormiré ahora.
Nancy asintió mientras se frotaba un ojo de manera soñolienta, le gustaba ir a su habitación, pues JiSung había hecho que la arreglaran para ella con algunos muebles, un nido de lo más cómodo con muchas mantas y un armario lleno de bellos kimonos de su talla.
—Buenas noche Sunggie. —La menor le hizo una pequeña reverencia antes de irse.
Al estar solo JiSung tomó a MinJi, se metió en su nido cerrando las cortinas y apagando la lámpara para que todo estuviera a oscuras. El omega alimentó a la bella durmiente que de forma automática chupó su pezón hasta llenarse.
(...)
Todos los miembros de las familias sekkes y seigakes fueron tomando parejas, JiSung podía decir que en ese año hubo una gran cantidad de bodas que difícilmente podría repetirse de nuevo. Y como Bang Chan lo prometió, se rió de KaYoung en el día de su boda, pero fue discreto.
Aún así nadie le quitaba la diversión al oírlo jurar que le sería fiel a su pareja hasta el día de su muerte, y tenía que cumplir esa promesa literalmente. Kim UmJi, ella era la "desafortunada", según Bang Chan, al parecer Gyun no perdió el tiempo y habló con los padres de KaYoung para hacerlos casar. Sus rostros serios le hizo saber que quizás ni siquiera habían cruzado palabras alguna vez.
Una boda que le pareció muy tensa fue la de JinGyu, no sólo por su resentimiento por el alfa, sino por el propio comportamiento de éste en "su día especial", parecía resignado y cansado, la joven YuJu era hermosa, una omega bastante refinada y elegancia, parecía tomar su papel con determinación.
JiSung estaba agotado, la próxima boda sería la de su hermano y no estaba seguro de asistir. La prometida de su hermano era Kim JiSoo, una omega hija mayor de nobles de la corte, Bang Chan ya la conocía porque ella estudió en Flor de loto, al fin el alfa de cabellos negros, y por la presión de su padre más que nada, le pidió la mano al padre de la joven.
Pero en fin, dejando de lado el tema de las bodas y matrimonios arreglados.
Seis meses, desde la última vez que ocurrió una de "las visitas" y su mente estaba desestabilizada, JiSung estaba en una especie de abstinencia, lo cual considerarlo de una forma sexual era estúpido por su estado con MinJi, se supone que hasta no cumplir el año y la cachorra obtuviera su aroma propio.
Solo así JiSung podría tener sus celos con normalidad y aunque el aroma lechoso no se iría del todo, porque obviamente seguía lidiando con una bebé, el omega podría tener más de su propia esencia y sentirse más necesitado de alguna liberación, ahí sí una abstinencia le pasaría factura.
JiSung se estaba empezando a preocupar, MinJi cumpliría el año pronto, y si se sentía bastante mal ahora no quería imaginar cómo lo estaría después. No se había vuelto a ver con el emperador, ni hablaba con él, solo estaban en una misma habitación cuando habían reuniones importantes en las que el omega tenía que asistir con la princesa.
MinJi ya era un pequeño terremoto por donde iba, pudo sentarse y gatear desde que cumplió los siete meses, cuando llegó a los nueve ya queria pararse. JiSung tuvo algo de miedo al principio, no quería que se fuera a forzar o golpear.
Sin embargo, la pequeña era demasiado terca, una vez estaban en una celebración de una de las bodas cuando MinJi hizo puchero y frunció el ceño de su rostro. JiSung estaba sentado en el suelo con la bebé en su regazo. La menor casi gruñía mientras tiraba de la ropa del ojiverde para tratar de pararse.
Al final JiSung colocó sus pies en el suelo firme y dejó que se pusiera de pie ella solita, lo quería hacer así. Cuando logró estabilizarse MinJi gritó; "¡Páaa!" Con fuerza y caminó de forma temblorosa hacia su padre que estaba a unos metros de distancia hablando con el lord SeungYul y Kim.
El omega tuvo que levantarse y seguir con cuidado a la princesa para que no se fuera a caer, MinHo había volteado hacia ellos y se quedó mirando a su hija, él se agachó para agarrarla cuando MinJi llegó cerca suyo. Solo así la menor sonrió y rió brotando brillitos totalmente orgullosa de su acción.
JiSung mantuvo su distancia un poco avergonzado, no sabía si había interrumpido una charla importante o algo. Notó como el emperador dejó a los sekkes atrás y se acercó despacio mientras le susurró algo a su hija, MinJi se rió como si hubiera entendido lo que le dijeron.
—Buena suerte tratando de mantenerlo en un solo sitio ahora. —murmuró el rubio cuando estuvo pasándole a la bebé a sus brazos, sintió un pequeño escalofrío al roces de sus manos y al oler su aroma tan cerca.
Fue algo malo para JiSung, porque después de haber estado tanto tiempo lejos del emperador que éste se hiciera eso solo hizo que su lado instintivo rogara por MinHo, haciendo su aroma más dulce en un instante, pero el omega se controló rápidamente y le hizo una reverencia al mayor antes de que se diera la vuelta.
El ojiverde pudo jurar que vió una pequeña sonrisa en el rostro de MinHo, lo atribuyó a que era porque estaba feliz de ver a su hija dar sus primeros pasos. Han pasado unos meses desde entonces y tiene que admitirlo, él tenía razón respecto a MinJi.
—¡No, princesa, no puede correr así cerca de las escaleras! —A la pobre Nancy le daría un ataque al corazón en cualquier momento y peor a JiSung, que a parte de cansado ahora se volvería paranoico.
—MinJi, ven acá, hazme caso. —JiSung casi corrió para atrapar a la menor, quién se quedó quieta un momento antes de querer escaparse corriendo.
Pero fue capturada hábilmente por el omega mayor, quién suspiró profundamente tratando de calmar su agitado corazón. La cachorra se rió con maldad, JiSung puede jurar eso por su vida, y agitó sus piernas en el aire mientras el ojiverde la apegaba a su pecho.
—¡Mamá, no! —exclamó la niña entre risas tratando de apartarse, pero fue inútil, pronto se rindíó ante el suave olor que desprendia JiSung, volviéndose un desastre, ronroneando en el cuello de su madre y dejándose acariciar por.
—Es hora del baño y tienes que dormir, no puedes escapar jovencita. —regañó JiSung con ternura, MinJi era bastante inteligente para su edad.
Así que cuando veía a la pelirroja yendo al baño para preparar la bañera con agua tibia, la pequeña hacía de todo para escaparse de ellos dos y evitar bañarse, lo cual era algo tonto pues siempre terminaba siendo atrapada, pero eso no evitaba que MinJi lo siguiera haciendo una y otra vez.
—No balno... —MinJi se lamentó, al final le quitaron la ropa y fue sentada sobre las piernas de JiSung en el agua, lo cual empieza la otra parte de la ironía.
Porque una vez la princesa estaba en el agua después ya no quería salir de allí, se la pasaba chapoteando tratando de hacer hundir las pequeñas florecillas de loto que JiSung hacía crecer en el agua para que se pudiera entretener mientras lo lavaba.
JiSung tarareaba por lo bajo, sus manos le hacían suaves masajes al cabello rubio de la menor haciendo espumas con el shampoo hecho especialmente para ella. Tenía cuidado de que no le fuera a caer en los ojos cuando le echaba agua y la volteaba hacía su pecho para lavar su pequeña espalda.
—¡Mida, mamá, mida! —La menor golpeó ligeramente los pechos de JiSung al tenerlos al frente, el mayor solo la acomodó dejando que sus botones estuvieran a una altura que MinJi pudiera alcanzar.
—Sin morder y debes dejarte vestir por Nancy cuando te venga a buscar. —murmuró dejando que MinJi comiera, JiSung llenó de jabón sus manos, pasando sus dedos por toda la grasita de bebé que cubría al pequeño ser—. Estas gordita, ¿Sabias eso? Si sigues así de glotona te costará ponerte en forma cuando estés más grande.
MinJi ignoró lo que digo el ojiverde y se concentró más en la dulce comida que llenaba su paladar. Cuando JiSung acabó de lavar a la princesa llamó suavemente a su doncella y Nancy entró teniendo lista una toalla seca en sus manos.
—Bien, es momento de que cumplas tu parte del trato. —JiSung dejó un beso en el cabello mojado de su pequeña, endulzó su aroma haciendo bostezar a la rubia.
Lo que hizo que fuera fácil que Nancy pudiera envolverla con la toalla y llevarla a la habitación para ponerle ropa. JiSung suspiró estirando sus brazos por encima de la cabeza, se hundió más en el agua dejando de su nariz hacia arriba fuera de la superficie.
Su hermano se casaría una semana antes de su cumpleaños, su madre quería solamente celebrarlo entre ellos junto a su amigo JeonGin, iban a almorzar y comer algún postre delicioso. Ya habían sido demasiadas fiestas y banquetes muy seguidos. Además JiSung sentía que su energía solo lo haría aguantar una reunión pequeña.
Odiaba sentirse frustrado y desde hace un pequeño tiempo se daba placer así mismo para aplacar un poco esa sensación. No lo dejaba satisfecho del todo, pero peor era nada y parecia que esa noche sería otra igual a las demás, mientras deslizaba sus manos por su cuerpo, tocándose, anhelando placer y su omega anhelando el toque de otra persona en específico.
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