012
"Pronto las cosas serán mucho mejor que antes"
Las palabras de su madre volvieron a su mente cuando JiSung se detuvo al frente de la puerta que conducía a la habitación del enigma rubio. No, definitivamente su madre estaba equivocada, estar allí en ese momento no le daba un buen augurio para su futuro.
Ni siquiera pudo replicar o detener a la omega que lo había traído hasta ahi cuando ella tocó la puerta suavemente anunciando su llegada, solo un "adelante" se oyó y la sirvienta le abrió dejando el espacio para que el peliverde pudiera entrar. JiSung tragó saliva, miró a Nancy pidiéndole que lo esperara y entró.
—Majestad, perdone la interrupción a su dormitorio, —JiSung dijo con voz calmada, pero teniendo un ataque interno—, tengo entendido que me ha Ilamado para hablar conmigo.
Sabiendo que el cojín al frente de MinHo era para él, JiSung caminó despacio con MinJi en brazos, se sentó sobre sus rodillas en el colchón y espero a que el enigma dijera algo. Había una mesa baja que se interponía entre ellos y MinHo estaba sentado de la misma forma sobre un enorme cojín rojo en el suelo, estaba de forma despreocupada con una pierna flexionada y su codo sirviendo de apoyo a su mentón.
—Asi es, lady Han, me siento decepcionado conmigo mismo por el incidente que ocurrió, no creí que mis guardias fueran tan incompetentes como para dejar que los asesinos entrarán de forma tan fácil, el mayor tenía el ceño fruncido y parecía molesto por el tono de su voz, lo bueno era que tenía su aroma bajo control—, Pido disculpas, usted salió herido y casi cuesta la vida de mi hija. De ahora en adelante en el ejército habrá un entrenamiento más estricto para capacitar más a los hombres.
Más que un juramento, sonaba a un castigo para los pobres soldados, pero JiSung no sabía mucho de los guardias así que no podía opinar al respecto. Qué aquellos alfas se pudieran infiltrar en el palacio demostraba la ineptitud de quienes lo cuidaban, posiblemente el enigma tenga razón y por los años de paz que ha habido en el imperio puede que la guardia real no esté al cien por ciento alerta y capacitada.
–Si su majestad cree que eso es lo mejor, entonces que así sea. —el ojiverde asintió estando de acuerdo, miró a la pequeña en sus brazos que parecía anestesiado con el aroma de JiSung y su padre mezclándose poco a poco en el aire.
En su rostro regordete y sonrojado solo se reflejaba la paz absoluta. Toda la habitación de MinHo olía a él, y su propio aroma de omega criando hacía que la joven princesa se sintiera dichosa. Bueno, de todas formas ya era hora de la siesta para ese pequeño ser, le acarició la pancita con suavidad antes de volver a mirar al emperador, quién no dejó de ver lo que estaba haciendo ni un segundo.
—También te queria avisar, tu habitación será la que está al lado de la mía, la izquierda, mi área es la más cuidada de todo el palacio y no permitiré que otro error ocurra. —MinHo dijo de una forma tan desinteresada mientras seguía mirando a su cachorra que JiSung creyó que solo era una broma de mal gusto.
Pero no, sabía bastante bien, por rumores e historia de testigos como su propio hermano, que la única vez en la que el enigma bromeaba era cuando iba un sarcasmo de por medio antes de una humillación pública, como las veces en las que se burlaba de quienes cuestionaban sus acciones. Esto solo era un aviso, como había dicho él, no había una opción de elegir, literalmente solo tenía que salir de la habitación del emperador y dar un par de pasos para entrar a la suya.
—P-pero majestad... —la boca del ojiverde se secó—, no podría aceptar eso, las habitaciones de ésta área es solo para la familia directa de usted y yo...
—Exactamente, estás cuidado de MinJi, mi primogénita y heredera al imperio, ¿Qué más es importante que ella y su seguridad? Y la tuya, eres el único omega que ha podido hacer que tenga un desarrollo saludable. —fue entonces cuando el enigma volvió a mirarlo a los ojos, había nada de ruego en ellos, solo una mirada de "tienes qué, porque yo lo digo".
Por más que JiSung queria negar e incluso decir que muchos otros omegas de casas también estaban altamente calificados para ese trabajo, no pudo hacerlo. No sería escuchado y negarse solo lo haría enojar, eso era lo último que quería hacer. El omega cerró la boca agachando ligeramente la cabeza.
Se supone que MinJi al cumplir con su determinada edad pasaría a esa área, a menos claro que tuviera a su madre y fuera criada allí desde su nacimiento, en donde el sesshõ se encargaría de su educación, JiSung ya no sería requerido y podría irse, pero eso había cambiado, ¿Qué más lo haría?
Temía bastante estar tan cerca del emperador, ¡A un solo cuarto de distancial Se lo encontraría todo el tiempo y todo los días, sobre todo... se lo encontraría a solas. En ese momento estaba a salvo por MinJi, el omega no creía que fuera a hacer algo raro con su pequeña bebé presente.
—Si majestad, me sentiré honrado. —JiSung casi se muerde la lengua, realmente se sentirá con miedo cada hora del día, pero se tragó las palabras y mantuvo su expresión lo más neutral que pudo.
—Bien... —la voz baja del mayor sonó justo a su lado e JiSung se volvió de piedra, —Me alegra que al menos aparentes estar satisfecho con ello, aunque pronto lo estarás, por lo que no estoy preocupado por el ahora.
La firme y grande mano de MinHo rodeó la cintura del ojiverde, quién seguía tenso en su posición ya que ni siquiera había visto al enigma moverse tan rápido, literalmente fue como si simplemente se moviera con el viento. El aliento del rubio pegó contra su cuello mientras éste se apegó un poco más a su lado y se encorvaba un poco.
Estaban en una posición parecida a la que su padre hacía a veces con su madre cuando estaban sentados y él quería ver los hermosos bordados que SunMi hacía, en ese escenario, MinHo veía a su bebé mientras lo sostenía de una forma tan intima. El rubio acarició con delicadeza el rostro de MinJi, sus mejillas y su mentón.
El aroma del enigma se volvía más intenso cada vez, llenando tanto la nariz de JiSung como su espacio personal, MinJi se inclinó instintivamente hacia la mano de su padre y dejó escapar un pequeño ronroneo, como un gatito. JiSung habria muerto de ternura sino fuera por la mano que le acariciaba la cintura por encima de la ropa.
—Cuando estabas en la enfermería fui a verlo, se miraba bastante lamentable con el poco tiempo que estuvo separada de ti, pero ahora parece que ese momento ni siquiera existió, —sonaba tan cálido, MinHo nunca dejaba de sorprenderlo—, nuestro cachorro solo necesita de ambos para ser feliz y crecer bien.
—Majestad... —estaba pasando lo mismo que aquella vez, podía sentir su mente ligera y nebulosa, su cuerpo parecía adormecido, por suerte la princesa dormía en su regazo, pues no creía tener la estabilidad en sus brazos para sostenerlo.
—No te preocupes, jamás les faltará nada a ustedes dos, ningún desgraciado le tocará un cabello de nuevo, —MinHo dejó de acariciar el rostro de la bebé y tomó la mano vendada del ojiverde—, Primero los desollaré vivos antes de que eso pase, Hannie.
Como si fuera un noble que lo saludara, MinHo besó los nudillos de la mano de JiSung, también el dorso y la muñeca, por último besó el cuello del castaño cuando lo dejó de nuevo sobre la pancita de MinJi. La garganta del ojiverde estaba reseca, tragar saliva le era imposible por el nudo que tenía en la boca del estómago.
¿Era que le gustaba torturarlo de forma psicológica? ¿Qué eran todas esas palabras que le juraba de repente? Sobre todo, ¿De dónde sacó ese apodo tan denigrante para él? El emperador era una persona cruel, lo sabía de antemano, pero vivirlo era diferente, no creyó que sufriría ese destino desquiciado.
—Majestad... —el ojiverde llamó reuniendo todo el coraje que pudo—, necesito llevar a MinJi a la habitación para que duerma con más comodidad, además de hace tarde, y-yo..
JiSung se detuvo cuando la nariz del enigma se deslizó peligrosamente sobre su glándula aromática, podía oir como MinHo tomaba grandes bocanadas de aire y suspirar satisfecho. No hacía más que eso, pero le ponía la piel de gallina, esperaba por todos los dioses que su cuerpo no fuera a corresponder a esas "caricias" que no había solicitado y no podía apartarse, desgraciadamente.
—Tienes razón, debes ir a cenar, MinJi debe cenar y tengo trabajo, pero no quiero dejarte ir, —JiSung solo pudo quedarse quieto mientras MinHo le abrazaba y lo olía—, espero que no hayas olvidado lo que te dije la otra vez, nada de alfas. Nos vemos más tarde, mi lady.
Con un último beso en su cuello cerca de su mentón, MinHo se separó de él, dejando a JiSung con el corazón latiendo mil veces por segundo, o así lo sentía él, un sin fin de escalofríos por todo el cuerpo y algo mareado por causa de su aroma.
Como pudo el omega se levantó del cojín en el que estaba sentado, aseguró a MinJi en sus brazos e hizo una pequeña reverencia al enigma.
—Si hay algo que quieras cambiar de tu nueva habitación solo dilo, haré que lo remodelen enseguida. —MinHo agitó su mano de forma tranquila e JiSung asintió.
El ojiverde caminó de forma temblorosa a la puerta, pudo sentir sobre su cuerpo la mirada del rubio todo el tiempo hasta que salió y deslizó la puerta detrás de si para cerrarla. Cuando estuvo afuera al fin pudo respirar con normalidad, la omega de cabellos castaños y Nancy le esperaban de forma paciente.
—Su majestad ya le dijo sobre su nueva habitación, ¿Verdad? —ella dijo como una afirmación y sonrió, el ojiverde notó como ese gesto amable no llegaba a sus ojos, pues sus cejas estaban ligeramente fruncidas.
Los omegas que llegaban a servir en el área del emperador eran tratados de forma especial, ya que de alguna forma llegaban a tener cierto grado de confianza. Puede que a ella no le guste compartir ese privilegio, pero JiSung era un omega hijo de un canciller cercano a la familia imperial. Así que si de alguna manera era se sentía amenazada por su presencia, era su problema y no tenía porqué importarle.
—Así es. —JiSung alzó ligeramente la cabeza y colocó su espalda recta—, es esa ¿No?
JiSung señaló una puerta que estaba a no muy lejos de la que acababa de salir. Olvidando levemente lo que pasó hace un momento con el emperador, si algo le enseñó su madre, fue darse su lugar, era amable con los plebeyos hasta cierto punto, no podía dejar que ellos quisieran tomarle mucha confianza para hacerle daño después.
—Si, mi lady, puede entrar y familiarizarse con el lugar, yo iré por la comida y volveré en un momento. —la omega sonrió de nuevo de forma forzosa, lo miró fijamente y sus ojos se posaron un momento sobre la cachorra en los brazos de JiSung antes de darse la vuelta.
La pequeña pelirroja que observó todo en silencio esperó a que la sirvienta se fuera lejos antes de acercarse al ojiverde, murmuró un "ella no me agrada" bajo en un susurro. JiSung suspiró, había lidiado con un par de omegas territoriales antes y no era bonito cuando estos se dejaban llevar por sus instintos de posesividad.
Esos casos eran bastante normal en omegas sin escrúpulos y educación.
—Vamos a dentro, pequeña Nancy, veamos nuestros nuevos nidos. —JiSung aligeró el ambiente con una sonrisa tranquila, la menor asintió de inmediato feliz de poder dormir en un lugar sola otra vez.
Las habitaciones de ambos eran enormes, la de JiSung estaba llena de muebles, un enorme cama-nido que casi lo hace saltar de alegría cuando lo vio, también tenía una hermosa vista y entrada al jardin principal lleno de rosales. El de Nancy era un poco más pequeño que el de JiSung, no tenía tantos muebles, pero si una cama-nido perfecto para ella y no podía estar más feliz de tenerlo.
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Cada día más cerca del non-con y yo cada día más cerca de entrar a clases /cries
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