¿Alguien me puede explicar por qué esta pinche historia de mierda dónde sólo escribo mamadas tiene tantas lecturas y votos? 🤨
Llegó a las 10k lecturas en tres meses y ahorita llega a los 1k votos. 😭😭😭😭 Gracias, de verdad gracias 🫂💗
Ya saben que ganaron los votos de la idea B. (Pinches locas)
ADVERTENCIA: Un poco de +18. (Sólo manoseo, no más, no jodan. Necesito trama. 😾)
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𝓛𝓪 𝓒𝓸𝓷𝓬𝓾𝓫𝓲𝓷𝓪 𝓕𝓪𝓿𝓸𝓻𝓲𝓽𝓪
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"¿Salvada o peleada?"
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El miedo y nervios estaba consumiendo todo el cuerpo de (T/n) al verse otra vez tan frágil y vulnerable frente a la persona que la estaba acorralando contra la pared. Gracias a eso no había podido articular palabra ni moverse un centímetro con todos sus músculos tensos. El oji-verde parecía disfrutar hacerla sentir así de asustada, como si fuera un depredador y ella una indefensa presa fácil de cazar.
-¿Acaso no hablas? La primera vez que te vi tampoco dijiste palabra alguna después de tu nombre... ¿(T/n), no? Ese día no me presenté, soy Karaku, hijo del emperador. -sonrió orgulloso. -Vamos, di algo. Me fascinaría escuchar tu bella voz, hermosa. -habló con una sonrisa maliciosa que le hacía estar incómoda a la chica.
-Ah... Alteza, ¿desea algo? -dijo bajando la mirada para ni verlo a los ojos.
-Siendo directo no esperaba encontrarte por estos lugares, es una hermosa coincidencia que no pienso desperdiciar. -dijo tranquilamente. -Ya que estás aquí, me haré cargo que no te toque nadie. Ni el estúpido de Aizetsu. -frunció el labio disgustado.
-¿Quién es Aizetsu? -preguntó confundida, no recordando tal nombre.
-¿No te dijo su nombre? Pero qué grosero es mi hermano. -negó la cabeza con ironía. -Eso ya no importa. Necesito ponerme de buen humor y tengo la solución frente a mis ojos. -las miró de arriba a abajo con sus filosos ojos verdes.
Karaku acercó su rostro al de ella peligrosamente. En un acto tan seductor como intimidante. Luego la tomó de los hombros. Eso causó un temblor en el cuerpo de la chica. Al sentir el aliento del oji-verde olió alcohol. Él no estaba ni en su cien por ciento de razonamiento, eso lo empeoraba todo.
-Disculpe, debo irme al harén. No quiero que se enoje Yoriko-sama. -lo evadió buscando una excusa para salir de ahí cuánto antes.
-¿Qué no recuerdas quién soy? Hablaré con ella y listo. Todo arreglado. Tú no te preocupes por nada... Justo ahora necesito ahogar mis penas en tu lindo cuerpecito~.
Lentamente bajó sus manos de los hombros hasta las caderas de ella, apretando estás últimas a la vez que la empujaba a la pared. (T/n) prefería cualquier cosa menos que la volvieran a tocar. Alzó su pierna en un impulso de autodefensa y le dió un fuerte rodillazo en la entrepierna del oji-verde. Las pupilas de éste se encogieron cuando sintió el dolor horrible recorrer de su entrepierna al resto del cuerpo.
-¡¡AAAGH!! -gritó y se agachó tocando su dolorosa parte íntima.
Sin perder tiempo (T/n) aprovechó que Karaku estaba retorciéndose de dolor y corrió otra vez por los pasillos con la esperanza de encontrar el camino, o mínimo a alguien cerca. El miedo se transformó en adrenalina y eso le hizo correr más rápido sin la necesidad de aguantar un poco por el cansancio, sólo con la finalidad de llegar a algún lugar público. Y quizás ese sería el mayor problema, a esas horas de noche había menos gente por los pasillos.
No sabía si era su mente o intuición pero sentía que la venían siguiendo aún sin escuchar pasos claros. Eso le hizo aumentar la adrenalina de su miedo, y aceleró sus piernas. Luego de doblar a un pequeño pasillo por la izquierda estaba por salir a una sala principal por fin cuando fue estampada sin tanta fuerza contra la pared.
-¿Me... Golpeaste... A mí? Vas a pagar haberme hecho eso. -gruñó enojado Karaku.
-¡En verdad lo siento! ¡Pero no quiero! -se defendió desesperada.
-Las concubinas son para cumplirnos, no sé si lo sabías. Y justo ahora necesito algo en quién descargar mi estrés, linda. -dijo tranquilamente.
Esta vez inmovilizó sus piernas para evitar otra patada de la chica. Y sin dificultad levantó su pequeño y liviano cuerpo para que quedara cargada por él apoyada contra la pared y sus piernas entre su cintura casi enrolladas en él. Golpeó su pecho repetidas veces, pero esos "golpes" Karaku lo sentía como simples toques. Apretó su cintura y pierna contra la pared para tenerla más inmóvil.
-Dime, belleza, ¿cuál debería ser tu castigo? -sonrió malicioso. -Yo empiezo. Propongo que tu castigo por golpear a un príncipe sea sentir exceso de placer hasta que se convierta en tortura... ¿No te parece fantástico?
-Lo siento, lo siento, por favor perdóneme. No lo volveré a hacer. Déjeme ir... -sollozó buscando piedad, algo que no conseguiría del chico.
-¿Pero por qué lloras, muñeca? Dañas tu precioso rostro. -limpió unas pequeñas lágrimas de su rostro. -Apenas está empezando la diversión~.
Ninguno de sus sollozos o plegarias para que se detuviera fueron escuchadas por Karaku. Éste con su malhumor por la causa del hermanito menor había abusado del sake hasta donde ya le dolía la cabeza. Pero la bebida alcohólica en vez de darle sueño despertó otro interés en su cuerpo que necesitaba urgentemente saciar. Y como una bendición servida en bandeja, ¿quién más que la chica que le encantó al verla en el harén?
Para que dejara de hacer movimientos bruscos él la agarró fuerte de las mejillas enterrando un poco sus uñas para posteriormente besarla como un hambriento. Apretó un poco más sus mejillas para obligarla a abrir la boca y meter su húmeda lengua dentro, deseosa de saborear esa linda boquita. (T/n) no solamente sentía asco, sino que estaba asfixiándose. Ni aunque tratara de rasguñarlo servía, él tomó sus manos y las apretó contra la pared para más control.
Claro está que la batalla de lenguas que cada uno quería ganar, ella para alejarse de él y Karaku para explorar aún más adentro ya tenía un ganador. Y ambos lo sabían.
Después de unos minutos Karaku por fin rompió el fuerte beso que estaba por matar a la chica al dejarla sin aire. Un delgado hilo de saliva unía sus bocas, a lo que Karaku sonrió complacido. Ella pensó por un momento que ya se había cansado y se removió, gran equivocacion.
-¿A dónde con tanta prisa? Ni siquiera he tocado tu cuerpo. -soltó una risita burlona.
La alzó un poco teniendo sus piernas cargadas para estar en una mejor posición. La chica (c/o) no veía salvación alguna, por estos pasillos casi ni rondaban guardias, y si lo hicieran es obvio que no se meterían.
El temor de volver a ser tocada a la fuerza le provocó un temblor involuntario. Realmente al final, no puede hacer nada dada su posición del harén...
Las manos expertas del oji-verde se escabulló debajo de su kimono para tocar sus senos. Su sonrisa se hizo aún más amplia cuando sintió su suavidad. No son exageradamente grandes ni muy pequeños, tienen el tamaño perfecto, aún mejor.
-Mmm~, me impresionas cada vez más.
(T/n) soltaba leves jadeos, le dolía la manera en la que la apretaba. Deslizó un poco la vestimenta hasta que sus hombros quedaron desnudos y sus pechos casi a la vista. Eso le permitió seguirlos tocando y apretando con mucha mejor comodidad. Luego con sus uñas pellizcó un pezón provocando un grito ahogado de la chica al sentir dolor en esa parte sensible.
Jugó lo suficiente con los senos de la chica hasta cansarse. Luego soltó sus pechos y dirigió sus manos hacia abajo. El corazón de (T/n) se aceleraba a cada segundo, si el "castigo" era lo que se imaginaba prefería mil veces ser azotada como un esclavo normal.
Pasando debajo de su ropa encontró lo que más deseaba ahora. Tocó su parte íntima lo que le mandó una corriente eléctrica a (T/n) tensando más su cuerpo, ella escuchó una pequeña risa de él. No sé aguantó más así que rápidamente hizo a un lado la ropa interior y acarició toda su feminidad de arriba a abajo una y otra vez. Después se centró sola y únicamente en su clítoris. Haciendo movimientos circulares y presionándolo como un pequeño botón. Así siguió por un pequeño tiempo, jugando ahora con ese botón mientras lo acariciaba y presionaba. Pero entre más minutos pasaban, aceleraba sus movimientos y rapidez.
(T/n) apretó sus labios fuertemente para evitar soltar gemidos. Se estaba aguantando con todas sus fuerzas hacer sonidos para que él no pensara que lo estaba disfrutando. Esos simples movimientos causaron lubricación instantánea en la chica, logrando el cometido de Karaku. Y para comprobarlo, dejó lo que hacía para meter dos de sus largos y gruesos dedos dentro de ella. Acto que la chica no pudo evitar un algo gemido. Escuchar ese gemido proveniendo de su boquita fue arte para Karaku, y enseguida se acercó a su oído.
-Te hacías la santa pero mira qué rápido te mojaste... Mmm~, tu interior es aún más cálido de lo que imaginé~. -susurró con voz grave en su oído haciéndola estremecer. -Me pregunto qué tanto lo disfrutaste con el idiota de mi hermano. En todo caso yo soy mucho mejor...
Sus dedos ingresaron sin permiso alguno por ese estrecho paraje que desde ya le estaba enloqueciendo. Unos simples jadeos soltaba (T/n) junto a gotas de sudor mientras sentía como esos intrusos expandían sus paredes. Aunque quería cerrar las piernas la postura en la que se encontraba, prácticamente empotrada, se lo hacía imposible.
-Aah, ah... pare, por favor...
-¿Por qué debería parar mi diversión ahora? -dijo con voz susurrante y le dio una lamida a la oreja de la chica. -Pareces disfrutarlo, no lo niegues, muñeca~.
-¡N-No! ¡Ah! Se... equivoca. -dijo entre gemidos.
De tanta sobreestimulación ya ni siquiera le dolía, más bien su cuerpo comenzaba a disfrutar cada movimiento en las caricias candentes del oji-verde. Pero eso era justo lo que no le gustaba y por lo que hacía un esfuerzo por no gemir de placer y humillarse. El chico plantó besos de su clavícula al cuello y seguido su mejilla sin cansarse de mover más rápido sus dedos.
-Aaah... Ah, ¡Mmm! -gimió al sentir su interior apretarse cuando se corrió sobre los dedos de Karaku.
Karaku sacó sus dedos húmedos de (T/n) admirando felizmente ver a la chica con la respiración agitada y jadeos provenientes de ella. A (T/n) le temblaban demaciado las piernas, si no fuese porque la tenían cargada se habría desplomado al suelo sin duda. Luego Karaku se posicionó mejor entre sus piernas y comenzó a bajar de poco en poco su ropa. Entendió perfectamente lo que quería hacer a continuación y eso alteró a (T/n) comenzando a moverse bruscamente.
-Quédate quieta. -le habló sonriente. -Ahora serás mía también.
-¿Es enserio, Karaku? Qué puto asco. -habló una voz a las espaldas de ambos. -¿Por qué tienes la mala costumbre de follar en pleno pasillo? Ahora entiendo por qué eligieron a Zohakuten.
Nuevamente (T/n) sintió su cuerpo congelar pero en peor estado. Reconoció esa voz suave pero seria a la perfección. Ahora sí que estaba segura que su suerte era una mierda. Ella se encontraba al frente de Karaku, por lo que este tapaba su pequeño cuerpo y la otra persona no la podía ver bien.
-Ay, no... Él no... Eso me pasa por mencionar su nombre, maldición. -murmuró Karaku rodando los ojos y luego se dió la vuelta. -¿Qué te importa? Lárgate, nadie te llamó. Déjame pasarla bien con esta muñeca.
-¿Qué te cuesta irte a una habitación con tu puta? -dijo con desagrado.
-Si sólo viniste a molestar largo, no me jodas. -chasqueó la lengua enojado con su hermano. Luego bajó a (T/n). -No eres mamá para que me regañes, y además, soy mayor que tú.
-Por segundos. Y para tu información, eso sólo nos deja mal moralmente. Por eso y más cosas papá no nos eligió a ninguno como sucesor. Y luego te quejas como idiota. ¿Acaso no piensas en eso? Se supone que debemos tener ética y moral. Todo lo-.
Se calló a sí mismo cuando vio quién era la "puta" con la que creía que la pasaba muy bien Karaku.
-¿(T/n)? -murmuró Aizetsu boquiabierto.
Karaku en su estado de embriaguez rió burlón.
-Te lo advertí, al final no tuve que decirle nada a mamá sobre elegir otra favorita y bla bla. No eres el único que podrá tener esta hermosa muñeca. Ella merece a alguien encantador, no a un aguafiestas como tú.
-No digas estupideces. ¿Tienes a tantas y la eliges a ella? -replicó enojado, luego miró a la chica. -(T/n), ven acá ahora. -le ordenó con la mano.
-Tsk, vete al diablo, Aizetsu. Ni siquiera Sekido es tan aburrido como tú, por eso me caes mal... Aunque si gustas puedes unirte a un trío, no tengo problema. -se encogió de hombros riendo.
-No te hablé a ti. ¡(T/n) ven! -volvió a ordenar con voz severa.
Ella se sobresaltó por el llamado. Ahora sabía quién es Aizetsu, y no se esperaba que fuese él ya que aún no se aprende los nombres de la propia familia real. Obviamente no quería ir con ese tipo que la engañó y lastimó primero pero ahora estaba demaciado asustada por el chico de ojos verdes. De todas formas la tenía agarrada fuerte, no podía ni salir corriendo.
De una manera veloz Aizetsu prácticamente arrancó de los brazos de su hermano a (T/n) abrazándola posesivamente. La respiración se le paró por unos segundos a la chica (c/c).
-¡Oye! ¡Dámela! -Karaku dio unos pasos tambaleando, el alcohol le estaba haciendo más efecto. -¡Te odio!
-Como si no tuvieras suficiente atención femenina con tus prostitutas preferidas. No puedes ni caminar bien, vete a tu habitación antes que vomites en pleno pasillo, maldito asqueroso. Yo me la llevaré. -dijo comenzando a caminar con (T/n).
Hizo caso omiso a las quejas y berrinches de Karaku. En esos momentos estaba lo suficientemente enojado cuando vio a su (T/n) a punto de ser profanada por su hermano más problemático, al menos para él. No permitiría que la siguiera tocando. Inconscientemente comenzó a apretar el brazo de (T/n) por la rabia.
-(T/n), ¿qué hacías con él? -le cuestionó entre dientes mientras la obligaba a caminar. -Te prohíbo estar con Karaku.
-Pero yo no... -iba a excusarse pero se enojó. -¿Y a usted qué le importa? ¡Suélteme! ¡Estoy harta que se aprovechen de mí! -movió su brazo buscando safarse del agarre.
-Karaku es un peligro. Sé por qué te lo digo.
-¿Peligro? Lo dice la persona que me vio-.
Aizetsu no la dejó terminar cuando la viró de una forma abrupta frente a él. Se le quedó mirando, específicamente mirando fijo el cómo la dejó con el kimono medio abierto arriba y tantas marcas en su cuello y hombros. Maldijo a Karaku internamente. Se relamió los labios y sin explicarle nada tomó de la cintura a (T/n) que seguía en la defensiva.
-¡Dije que me suelte! -se quejó enojada aunque a la vez bastante asustada. Todavía no se veía a nadie cerca.
Valiéndole toda queja de la chica la besó a la fuerza sorprendiéndola. Profundizó más el beso a medida que la acercaba a su cuerpo, como marcando una propiedad nuevamente. Luego de separarse acarició levemente sus hombros.
-Escúchame, yo tenía todo el derecho de estar contigo porque pedí estar contigo formalmente, y primero. Punto.
-¡¿Y eso a mí qué?! ¡Yo lo sigo odiando! -gritó molesta. -Y no necesito que me lleve, puedo ir sola.
Sin importarle nada, el oji-azul ignoró sus palabras y la volvió a tomar del brazo.
-Ven conmigo, te llevaré de vuelta al harén.
Ola 🌊
Nada qué decir sobre este capítulo. No hay datos curiosos :D
IMPORTANTE:
Oigan gente, estuve pensando en ponerle nombre a rayita, pero sólo si ustedes quieren. Por favor díganme :>
A. Estaría genial
B. Gracias, no hace falta
Y si deciden que sí, cuál quieren que represente a rayita o les gusta más:
A. Kazumi: Bella armonía
B: Jin: Ternura
C. Saori: Florecer
Es si quieren, si no, no hay problema y sigue siendo rayita.
Pero sinceramente me gustaría ponerle un nombre 😿❤️
Es todo, seguiré escribiendo one shots de mi otra obra. Llevo 6/12 que publicaré quien sabe cuándo. El día de la 🍐
Quiero que rayita se encuentre más con Sekido, pero no sé cómo. Si tienen ideas me dicen.
Muchas gracias por el apoyo a esta historia de mierda. La escritora las ama.
Bai 💗
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