Felicidad, eso era lo que llenaba a Seokjin a diario en su vida prácticamente perfecta. Mientras miraba al océano desde su preciosa propiedad en la Isla de Cheongsando*, dándole un sorbo a su Domaine Leroy Chambertin* traído desde Borgoña se sentía como el hombre mas afortunado del mundo. Tenía un trabajo como curador en una galería de arte que adoraba, amigos incondicionales, un esposo maravilloso que vivía por su familia y un hijo de cuatro años que era la luz de sus ojos. Suspiró mirando al horizonte y sonriendo ante los brazos que rodeaban su cintura con calidez.

-¿Qué haces precioso? La fiesta es abajo- Mimosamente beso su cuello y Seokjin se giro para enlazar sus brazos alrededor de su cuello y dar un beso a su marido que le sonreía.

-Solo pensaba en lo afortunados que somos... que soy por tenerte a ti cariño- Y lo besó de nuevo, tomados de la mano bajaron a la terraza de madera para ser recibidos por algunos amigos y socios de su esposo, allí brindaron por el nuevo éxito para la firma de publicidad en la que trabajaba su amado y disfrutaron de charlas enriquecedoras, anécdotas hilarantes y un baile al toque de los suaves y sensuales sonidos del jazz proveniente del tocadiscos del salón.

Los invitados se habían ido, su pequeño estaba tomando una siesta y Seokjin miraba el inicio del atardecer de nuevo agradecido por la vida que tenía y sonrió grandemente al ver a su esposo caminando hacia él. Se sentaron en la terraza y compartieron un beso bastante caliente anunciando para ambos un rato más que satisfactorio, unos pasos sobre el tablado anunciaron el final del beso y Seokjin se recostó sobre el pecho duro y cálido de su marido y así permanecieron un rato  mirando aquel  paisaje.

—¿Precioso cuál es tu cosa favorita en el mundo?—
—No puedo elegir una sola, sería injusto—
—Por suerte para ti yo si puedo elegir y se cuanto amas navegar, el viejo Yugyeom ha accedido a dejarnos pasar el fin de semana en su velero y si te gusta lo compraré para ti, todo está arreglado y Jimin va a tener quien cuide de él para que pasemos un rato juntos.
—Pero... ¿podemos permitirnos esa clase de gasto?—
—Podemos—

Navegar era para Seokjin como saborear la libertad que debían sentir los pájaros al volar, sentir en su paladar la salina del mar y el aire en su rostro mientras viraba el timón y recorría el océano era una de sus sensaciones preferidas en el mundo y si podía pescar algo en el proceso pues aún mejor. Sabía que Hoseok no amaba la actividad cómo él pero le calentaba el corazón ver que su esposo salía de su zona de confort para darle gusto, no sería la primera vez y Seokjin se aseguraba de agradecerle de muchas formas.

—Capitán Jung ¿piensas llevarnos hasta Japón?— Hoseok sonreía a su marido y caminaba hasta ponerse frente a él coquetamente con un par de copas y una botella de vino— No, solamente a aguas tranquilas para disfrutar el paisaje pero por un precio adecuado podría llevarnos a donde quieras— le guiñó el ojo con  una media sonrisa y Hoseok se inclinó para darle un beso.

Charlaron poco en la cubierta mientras bebían y reían como un par de adolescentes enamorados, ambos se tumbaron para recibir el sol y Hoseok vio como Seokjin dormitaba en aquel atardecer boca abajo y dando un vistazo a ese cuerpo que esperaba por él como el banquete mas exquisito empezó a repartir suaves besos desde sus piernas níveas dando toques suaves en forma circular pasando por su estrecha cintura dejando un camino húmedo con su lengua por la espina dorsal hasta llegar a sus hombros anchos y su cuello, Jin se estremecía y repentinamente volteó para atrapar los labios de su hombre, Hoseok besó a Jin con ansia como si quisiera devorarlo solo con aquel beso y Jin correspondió con el mismo fervor poniéndose a horcajadas sobre el hombre que amaba, las respiraciones se hacían inestables mientras se devoraban con parsimonia en una lucha de lenguas húmedas y mordiscos atrapando los labios del otro, Hoseok apretaba los glúteos de Jin que se mecia frotando sus erecciones juntas  mientras jadeaba sobre la boca de su marido, Hoseok guió las caderas de Jin sobre las suyas hasta sentir el orgasmo construirse y hacerse inevitable tragándose los gemidos del otro y sintiendo los espasmos de su liberación. Jin recostó su cabeza sobre el pecho de Hoseok y se deleitaba con los latidos acelerados que sólo el podía causar, cuando su respiración estuvo lo suficientemente calmada se puso de pie —Necesito fondear el velero esperame abajo — Hoseok se estiró y caminó perezosamente al camarote mientras se deshacía de sus bermudas, ver a Seokjin hacer labores de marinero lo ponía muchísimo así que se sentó completamente desnudo en la cama mientras acariciaba su erección cuando Jin entró se aseguró de abrir sus piernas y dejarle ver justo lo que deseaba.

Jin caminó hacia su marido ya desnudo y se arrodilló en medio de sus piernas, inhaló profundamente y dio una lamida a sus muslos jugueteando y tentándolo solo para lamer la punta con lascivia y envolver lentamente su longitud con su boca hasta sentirlo tocando su campanilla, Hoseok tomo el cabello de Jin y empezó a guiarlo arriba, abajo y hasta el fondo pero aquí no estaba Hoseok en control era Jin que se detuvo justo antes de que su esposo se viniera en su boca él lo quería adentro así que se subió a horcajadas sobre su miembro y se auto penetró sin aviso haciendo que Hoseok soltara un siseo de satisfacción

-Maldita sea Jin, estas tan apretado- Jin callo a su marido besándolo ávidamente mientras saltaba sobre el, Hoseok agarro su cintura para arrastrarlo a la cama en donde se puso encima de el y continuo el vaiven enloquecedor dejando marcas alrededor de la manzana de adán que tanto amaba, ambos hombres sudaban y se deleitaban en los gemidos callados con besos humedos de lenguas calientes, hasta sentir el climax que se formaba con cada estocada y cada toque en aquel punto escondido solo para Hoseok. Se besaron una vez mas con dulzura y Jin se durmio. 

Cuando Jin despertó no encontró a Hoseok a su lado pero sintió una sustancia húmeda que lo puso alerta.

- ¿Hobi?

Como pudo encendió la luz mostrando una escena devastadora había sangre por todo el camarote, las sábanas que hacia unas horas evidenciaban la humedad de su caliente encuentro ahora mostraba manchones de sangre que se desperdigaban por el suelo y las paredes como si alguien hubiera huido

-¿HOSEOK? ¡HOBI!

Seokjin empezó a sentir su respiración agitada pero vio que el cuchillo con el que habían partido los quesos hacia unas horas no estaba y un charco con una huella estaba justo allí hacia las escalerillas que llevaban a cubierta la sangre estaba por todo lado y nerviosamente subió para descubrir que era una madrugada tremendamente nublada pero aun así podía ver como la sangre lo llevaba a la proa en donde terminaban las huellas y donde el cuchillo estaba y sin pensarlo dos veces lo tomó en su desesperación mientras llamaba el nombre de Hoseok sin una respuesta.

-Somos la guardia costera del este- fue lo último que registró Seokjin mientras llamaba con desesperación a su marido

-¡HOSEOK! ¿DONDE ESTAS? ¡NO ENCUENTRO A MI ESPOSO! POR FAVOR...

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Kimchicitos primer capitulo de esta nueva historia, espero le den una oportunidad.