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❀ 𝟶𝟷: 𝙸𝚗𝚏𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘

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⚠ Tw: sh ⚠

Años después

A veces el dolor tiende a ser tan grande que nos hace perder la esperanza de sentirnos vivos. Quien lleva el sufrimiento impregnado en el alma siente que no puede hacer nada para cambiarlo, y si es imposible luchar contra la marea, es mejor hundirse en ella.

Se llega a un punto en el que tu interior se rompe y no queda nada de lo que alguna vez creíste ser, no hay nada que se pueda volver a reconstruir porque no hay más piezas por inventar.

TaeHyung, ahora a sus 19 años, ha aprendido a controlar sus emociones, asegurándose de mantener su vulnerabilidad dentro y solo para sí mismo. Había comprendido que implorar piedad a través de sus ojos expresivos no serviría de nada.

—El dulce sabor de tus labios siempre será una de mis cosas favoritas  —dijo el alfa al separarse del cuerpo del omega rubio.

En algún lugar de la habitación, la visión de TaeHyung estaba perdida. Debido al dolor de su alma lastimada, en ocasiones lograba adquirir la capacidad de mantener la mente en blanco cuando su cuerpo resultaba tristemente perjudicado.

No veía, no escuchaba, no sentía, sus emociones se apagaban pero realmente iban a un lugar mucho más doloroso que la realidad, a su corazón. Un lugar donde simplemente alberga el miedo, la confusión, la ira, el dolor y por encima de todo, la culpa.

Lee Dong se posicionó a un costado de TaeHyung, prendiendo un cigarrillo y dándole la primera calada matutina.

—Estar contigo sigue siendo igual de fascinante como la primera vez  —exhaló todo el humo mediante una pequeña abertura de sus labios.— ¿Por qué eres tan callado siempre?

TaeHyung trató de moverse después de un tiempo considerable, pero al sentir su piel tan insoportablemente pesada sobre sus huesos, lo hizo desistir y decidió permanecer inmóvil como desde un inicio.

El alfa dejó su cigarrillo en la mesita de noche y se giró tomando a TaeHyung por la cintura, acercándose más y lentamente deslizando su mano derecha sobre los muslos del contrario.

—¿De nuevo estás haciéndote daño?  —preguntó cuando sintió la textura de las cicatrices en la palma de su mano.

Ser resistente en circunstancias difíciles no siempre significaba ser fuerte; TaeHyung necesitaba algo en lo que pudiese desahogarse y confiar en los demás no era una de sus opciones. Por lo que arremetió contra lo que más odiaba, a él mismo.

Hasta el día de hoy, lograba recordar la primera vez que lo experimentó.

El omega se encontraba en un episodio de desesperación luego de que un alfa abominable y obeso dejara su pequeño cuerpecito sangrando, estaba tan lastimado al punto que requirió dolor adicional para distraer el de su pequeño corazón.

Subió al baño y agarró una de las navaja de afeitar de su padre. La examinó brevemente pero tan pronto como los recuerdos de la experiencia por la que acababa de pasar se cruzaron por su cabeza, no lo pensó más y deslizo la cuchilla sobre su brazo, la presión del elemento provocó que brotara una pequeña cantidad de sangre.

Alivio, TaeHyung sintió una sensación momentánea de alivio. Repentinamente se encontró capaz de respirar adecuadamente y la opresión en su pecho disminuyó gradualmente.

Estuvo tan mal una vez que tomó una cuchilla y no pudo volver a soltarla.

—Oh, es tarde  —afirmó al ponerse de pie, quitándose el condón y tirándolo al cesto de basura.

Procedió a vestirse mientras observaba el cuerpo desnudo de TaeHyung sobre la cama, unas pocas mantas blancas cubrían solamente la parte baja de su cuerpo, dejando al descubierto los moretones en su pecho y cuello.

—Cierra la puerta cuando te vayas.

Una vez que el omega dejó de verlo, Dong-Wook sencillamente pronunció un okay y guardó silencio hasta desaparecer del campo de visión del menor.

TaeHyung no tenía el propósito de levantarse de la cama, sin embargo, consideraba ir a la casa de Yoongi como prometió unos días atrás.

El rubio se enderezó dejando de tocar las sábanas que ornamentaban su cama. Partió directo al baño y lo primero que divisó fue su reflejo desgastado en el espejo.

—Estoy del asco.

Tomó una enorme bocanada de aire y se adentró en la ducha para tratar de relajarse con el agua cayendo por su cuerpo.

A los pocos minutos de salir de la ducha, el albornoz del rubio se deslizó despaciosamente por su cuerpo hasta caer en el suelo siendo ineludible que sus ojos no escanearan su cuerpo por medio del espejo de su habitación. Algunos golpes, varias cicatrices y bastantes toques estaban escritos en él.

Su mano fue dirigida a la zona de su abdomen y no pudo evitar hallarse horrible.

Estás gordo.

Hay omegas con mejor cintura que la tuya.

Necesitas hacer ejercicio, estás algo flácido.

Tantas palabras de mierda habían taladrado tanto en su cabeza que llegó a creérselas. La autoestima de TaeHyung era escasa y una de las primordiales razones de su autodesprecio. Tener una apariencia atractiva era lo único que necesitaba para atender y complacer a los alfas que llegaban a su habitación.

Al contrario de lo que muchas personas llegaran a pensar. TaeHyung creció teniendo una visión equivocada de su papel como omega.

Se preguntaba. ¿Es esta la vida para todos los omegas o simplemente es algo a lo que tuvo que enfrentarse por el simple hecho de ser un omega defectuoso?

【...】

—Oh, Dios mío, pensé que no bajarías  —Bin insinuó al presenciar la figura de su hijo aparecer en la sala.— ¿Saldrás?

—Yoongi me está esperando para ver los resultados de las inscripciones  —respondió, pasando junto al alfa y evitando el contacto visual a toda costa.

—¿Sigues con la idea de asistir a una universidad?

El omega asintió en silencio. Sus calificaciones eran tan buenas que le daban la iniciativa de ser aceptado en una universidad. Lo había intentado tres veces antes, pero resultaba complicado ingresar siendo un omega. El beta no dejó que su mejor amigo se desanimara por completo y lo ayudó a aplicar a la misma universidad en la que estaba.

—Solo espero que esa estupidez no te quite el tiempo, recuerda para lo que realmente sirves  —escupió sin una gota de remordimiento ni empatía.— Una cosa más, TaeHyung  —el mencionado se giró emitiendo únicamente un hmm.— Recuerda que no debes decírselo a alguien, si cualquiera se entera te juro que me mataré y me llevaré a tu hermano conmigo y todo será por tu culpa.

El Omega solamente pudo asentir con la cabeza, tragándose el irritante nudo que estaba formándose en su garganta y procurando contener las inmensas ganas de soltarse a llorar.

En tanto Bin observaba a TaeHyung irse, una sonrisa apareció en su rostro. Le divertía ver con qué facilidad podía manipular a su hijo. Solo necesitaba decir un par de palabras y TaeHyung estaría de rodillas a su merced.

—Eres un idiota.

⊰·☆·⊱

—¡Hola, Tae!  —Eunji saludó al abrir la puerta.— Voy de prisa al trabajo pero Yoonie está en su habitación. Hice las galletas que te encantan, llévate las que quieras.

—Gracias, mamá.

La beta se acercó para dejar un tierno beso en la frente del omega antes de irse con una sonrisa plasmada en el rostro.

TaeHyung ingreso en la casa y subió de forma discreta al cuarto del beta.

Inmediatamente al llegar, pudo visualizar a Yoongi aún dormido en la cama, por motivo el cual el rubio no dudó en quitarse los tenis y acostarse a su lado. Yoongi se removió en cuanto percibió el aroma de la ropa de TaeHyung.

—Mi omega bonito  —siseó, envolviendo a TaeHyung en sus brazos para acercarlo contra su pecho.

—Yoonie, es tarde.

TaeHyung se permitió observar el rostro somnoliento del beta por un momento. La confianza que se tenían era irreemplazable hasta el día de hoy.

TaeHyung podía decir que Yoongi llenaba el vacío de su corazón. Agradecía la Diosa luna por permitirle tener al pelinegro como su mejor amigo.

—Vamos, levántate.

Los ojos del beta se abrieron levemente, ofreciéndole a la vez una sonrisa somnolienta al omega.— Está bien, pero primero bajemos para que puedas desayunar porque estoy más que seguro de que no lo has hecho, ¿verdad?

TaeHyung negó apenado. En el transcurso de su vida ha desarrollado el mal hábito de mantener un gran desorden con relación a sus comidas, debido a que cuando era niño su padre lo dejaba sin comer por durante días como castigo porque algunos alfas se quejaban de que el niño se encontraba un poco rellenito y, a veces, era TaeHyung quien se castigaba a sí mismo.

—No es necesario, estoy bien así.

—No me interesa, vas a bajar y desayunar conmigo.

—Eres un grosero  —se cruzó de brazos, fingiendo estar ofendido.

—Ven aquí, omega bonito. 

Se acercó dejando miles de besos cortos por todo el rostro del omega. Amaba consentir a TaeHyung y el omega amaba ser consentido por su mayor.

【...】

—Antes de que veas los resultados, quiero decirte que cualquiera que sea la respuesta, hiciste un gran trabajo  —Yoongi se sentó al lado de TaeHyung, sosteniendo la computadora portátil en su regazo.— ¿Estás listo?

TaeHyung asintió frenéticamente, estaba más que intranquilo porque este era su último intento. Deseaba ingresar a la universidad porque, en su opinión, lo único que se le daba bien era estudiar, por tanto, esto significaba mucho para él.

—Como resultado de sus exámenes y las notas presentadas hasta la actualidad. Nos gustaría informarle por medio de este correo que usted, Kim TaeHyung ha sido...  —el beta guardó silencio viendo fijamente la pantalla. Se volteó sin ninguna expresión para ver al omega.

El omega asumió lo peor de ese comportamiento, y probablemente haya sido una tontería de su parte creer que alguien de su calibre podría asistir a una de las mejores universidades de su país.

—Kim TaeHyung ha sido aceptado.

TaeHyung se levantó tan rápido que casi pierde el equilibrio. No podía creerlo.

—¡Felicidades, mi omega bonito!

El rubio saltó a los brazos del beta sintiéndose feliz. Yoongi, por su parte, no estaba menos emocionado; presenciar la sonrisa de TaeHyung provocaba que una sensación agradable creciera desde dentro de su vientre.

Desde el primer día que conoció al omega, supo que él sería una de las personas más importantes de su vida. Tener a TaeHyung a su lado garantizaba la plena seguridad de que la paz siempre reinará en su corazón y que en tan solo por unos minuciosos segundos todo podría transformarse en un misterio profundo que no necesitaba descifrar con urgencia. Estar cerca de TaeHyung era encontrar algo más valioso que el orgullo.

—Tengo poco tiempo para prepararme  —farfulló, comenzando a sentirse abrumado.— ¿Cómo debo de actuar? ¿Necesito usar algo en particular?

Yoongi rechazó rotundamente todas las cuestiones con la cabeza.— Deja de ir demasiado lejos; solo sé quién eres.

Yo mismo...

—Escucha, sabes que toda esta mierda sobre los alfas y los omegas y bla, bla, no ha cambiado  —Yoongi se arrepintió al instante de haber hablado al presenciar lo ansioso que se puso TaeHyung.— No es difícil, estaré siempre a tu lado para apoyarte, definitivamente serás uno de los mejores de la universidad. Ten algo de fe en ti mismo.

—Tienes razón, puedo hacerlo.

El beta sonrió orgulloso.— ¿No te apetece ir por un helado para celebrar?

—¿Es una cita?  —preguntó de forma burlona.

Yoongi no se dio cuenta de que sus emociones estaban siendo reflejadas en su rostro, de repente parecía nervioso y ligeramente sonrojado.

—¡No! Digo, n-no, no es que no quiera, ósea, n-no  —balbuceó, experimentando como su temperatura corporal aumentaba y sus manos comenzaban a sentirse sudorosas.

—Estoy bromeando, dame solo un momento para ir al baño y nos vamos.

Una vez que TaeHyung estuvo fuera de la vista del beta, este último pudo dejar en libertad todo el aire que había estado reteniendo a lo largo de unos segundos.

—Yo si quiero la cita...  —murmuró un tanto decepcionado.

【...】

La salida estaba siendo más que tranquila y amena. Mientras comían sus helados, daban un recorrido por el parque y hablaban de varias cosas las cuales eran simples pero se aseguraban de prestar atención.

TaeHyung se detuvo cuando sintió que vibraba su celular, era un mensaje de texto de su padre. Rápidamente, guió la vista hasta su reloj, viendo qué era algo tarde.

Padre

✔ ¿Dónde estás? Te dije que te quería aquí temprano.

✔ Hay alguien que quiere verte, no tardes.

Por un momento se había olvidado de su infierno, daría todo por quedarse siempre justo donde estaba ahora.

Observó a Yoongi en tanto este continuaba devorando su helado de fresa. ¿Sería buena idea decírselo?

¿Se decepcionaría? ¿Sentiría asco? Peor todavía, su padre podría lastimarlo y Yoongi no se merecía nada de eso.

Y todo seria por mi culpa.

El omega sacudió la cabeza, el solo hecho de pensar en confesarle todo se basaba en un gran error.

—Yoonie, ya es hora de irme  —mencionó, e inmediatamente forzó una sonrisa para ocultar su absoluto disgusto.

—Oh, deja te llevo a casa y-

—¡No!  —confundido, el pelinegro enarcó brevemente las cejas.— Es decir, no hace falta, vivo un poco más lejos y me sentiría mal si tuvieras que volver solo.

Yoongi miró al omega por un corto período de tiempo. No es la primera vez que TaeHyung sacaba excusa cuando se trataba de que el beta fuera a su casa. El pelinegro jamás había puesto un pie en el hogar ajeno, no conocía a Kim Woo Bin y mucho menos había vuelto a ver a Gyu.

En cuanto a Gyu, hubo innumerables ocasiones en las que Yoongi le insistió a TaeHyung para obtener información sobre el paradero del alfa, más, el omega se negó en cada una de ellas.

Está de viaje con mamá.

Está en un campamento.

Está de viaje con mis abuelos.

Disculpa tras disculpa. Yoongi intuyó que TaeHyung debía de tener una razón para mentirle y aparentar que todo estaba bien en lo que respecta a su hermano. De manera que dejó de hostigar y decidió aguardar y confiar en que en algún momento TaeHyung le abrirá su corazón; el beta estaría más que gustoso de recibirlo con los brazos abiertos y dispuesto a escucharlo hasta el final de sus días.

—Está bien  —dijo de manera poco convincente.— Solo prométeme que al llegar me mandaras un mensaje, solo de ese modo puedo estar tranquilo.

TaeHyung musito un pequeño para luego despedirse, pero no sin antes agradecer a Yoongi por su amor y apoyo.

El pelinegro vio al rubio distanciarse. Por consiguiente, algo en su pecho lo hizo preguntarse: ¿TaeHyung estaba escondiendo algo tan malo?

Se había prometido a sí mismo no presionarlo, pero la duda carcomía su mente. Yoongi solo deseaba que TaeHyung estuviera bien.

—Hasta que apareces

Lo primero que notó TaeHyung cuando entró a casa fue a su padre sosteniendo un semblante serio y a su lado un alfa de gran porte. El menor se acercó, quedando justo frente a los dos mayores.

—Bien, este es el omega del que le hable, Sr. Kim Seon.

TaeHyung se tensó al sentir la mirada rígida del alfa sobre su presencia. No era la única vez que pasaba por este tipo de circunstancias, pero seguía poniéndole la piel de gallina como si fuera la primera vez.

El silencio era asfixiante e incómodo. Seon solo daba vueltas alrededor de TaeHyung, analizando su cuerpo como si se tratara de un certamen de belleza. Un mal concurso de belleza.

—No está para nada mal, tiene un cuerpo delicado. Lo quiero.

Agarró una gran cantidad de dinero de su billetera y la entregó a Woo Bin.

—De acuerdo, es un trato, es todo tuyo.

El cuerpo de TaeHyung tembló al darse cuenta de la sonrisa cínica en el rostro del alfa.

Woo realizó un gesto sugiriéndole a TaeHyung que fuera a su habitación para prepararse, mientras tanto él hacía que Seon-ho firmará un contrato para mayor seguridad.

Las reglas eran simples:

Usar preservativo para evitar todo tipo de enfermedades.

No anudar dentro del omega.

No mezclar los sentimientos en medio del trabajo.

Cualquier relación no sexual con el omega está prohibida.

En momentos de celo, el omega estará fuera de servicio.

Usar el omega al antojo personal.

No maltratar demasiado al omega o de lo contrario su nombre quedará en lista negra.

Si estos requisitos son incumplidos, deberá de pagar una importante suma de dinero debido al incumplimiento anteriormente advertido.

Al terminar de leer, Seon firmó y terminó por estrechar su mano con la del otro alfa.

【...】

TaeHyung estaba esperando en la cama de su habitación e inmediatamente su cuerpo se contrajo cuando observó al alfa cruzar por la puerta.

—Eres realmente hermoso, te disfrutaré bastante  —habló y seguidamente procedió a quitarse el abrigo de paño y demás prendas de su cuerpo.

El omega vestía una especie de túnica blanca que le llegaba hasta la zona de las rodillas; era ligeramente translúcido, revelando su silueta. A varios de los alfas les gustaba verlo vestido de blanco, dado que ese color era la definición de pureza e inocencia, lo que causaba que el omega luciera muchísimo más tentador.

—Levántate.

Seon intercambio de posición y ahora era él quien se encontraba sentado frente a la figura del omega. Con voz ronca y exigente, le pidió a TaeHyung que se acercara para poder tener una mejor imagen de su cuerpo.

Cuando TaeHyung hizo lo que se le ordenó, el alfa movió sus escurridizos dedos por debajo de la túnica hasta tocar y masajear los muslos del menor.

Ante tal acción, TaeHyung cerró los ojos y mantuvo la respiración tratando de evitar sentir náuseas.

Los ojos del hombre recorrieron lentamente cada parte del cuerpo ajeno hasta que finalmente tomó a TaeHyung de la cintura para luego arrojarlo bruscamente sobre la cama.

Todo estará bien, todo estará bien

Se repitió constantemente, soportando los besos húmedos sobre su pecho y cuello.

—Vamos, al menos finge que te gusta  —bajó sus besos hasta llegar a la parte del vientre. Dejó salir una carcajada cuando se percató de cómo el cuerpo de TaeHyung se retorcía con disgusto.— Deberías estar agradecido de que alguien de mi posición pueda tocar tu cuerpo, lo mínimo que puedes hacer es ser amable.

Sin previo anuncio, Seon dentro en el omega, causando que lágrimas y quejidos de dolor se hagan presentes en el último mencionado.

Cuando el alfa comenzó a moverse desagradablemente sobre el cuerpo del rubio, este giró la cabeza encontrándose con una foto de Gyu y él. Entonces, la mente de TaeHyung viajó a los únicos recuerdos felices que poseía, los cuales existían junto a su hermano.

—Cuanto te sientas triste, lleva tu mano a este lugar  —dijo Gyu tomando la mano de TaeHyung y llevándola a su pecho.— Siempre estaré en tu corazón, estaré contigo a cualquier lugar a donde vayas.

Los ojitos de TaeHyung simplemente brillaron con adoración. Gyu sabía cómo llegar a dar seguridad en el corazón del omega.

—Gyu...

El alfa ejercía rudeza en cada golpe pélvico que proporcionaba, provocando que TaeHyung se enterrara las uñas en los muslos para sobrellevar el mal momento por el que estaba pasando.

Al culminar con el lamentable acontecimiento. El alfa se vistió al mismo tiempo que alardeaba una sonrisa. Antes de irse, echo un último vistazo al omega, el cual estaba inmóvil y con la mirada extraviada.

Rodó los ojos, le parecía bastante estúpido lo débil que se apreciaba el omega.— No es para tanto, TaeHyung. Según lo que me contó tu padre, llevas diez años en esto, creo que deberías de intentar disfrutarlo un poco.

Los ojos aburridos y agotados de TaeHyung viajaron por la habitación hasta conectar su mirada con la del alfa.— Después del sexo no podemos entablar una conversación, solo vete y cierra la puerta al salir  —aseveró, usando en sus palabras un tono agrio y apagado. Estaba molesto ante lo mencionado por parte del alfa.

—Como quieras, es imposible hablar contigo. Te recomendaré con mis amigos  —al terminar la frase, se marchó cerrando la puerta y dejando a un omega postrado en la cama con miles de emociones encontradas.

—Intentar disfrutarlo...  —repitió y prontamente rio a grandes carcajadas por lo dicho.— ¡Debe estar bromeando, es un idiota!

Sucumbió a que su corazón fuera consumido por la indignación e inmediatamente se levantó de la cama, arrojando todo lo que estuviera sobre su escritorio.

El sonido de los elementos cayendo y cristales rompiéndose fue lo último que TaeHyung escuchó al caer de rodillas en el suelo.

—Es un idiota  —masculló débil. Su cuerpo y su mente se estaban desmoronando.

En este punto, TaeHyung se concedió llorar con total libertad. Se abrazó a sí mismo buscando un poco de calma, sin embargo, nunca llegó.

Cualquier persona que haya visto la situación en la que se encontraba TaeHyung diría que él así lo quiso, puesto que se comportaba sumiso y accedía a las peticiones de los alfas con los que tenía sexo ¿Pero, entonces que tuvo que haber hecho en su lugar? ¿Era adecuado que se dejara golpear para que le doliera con el solo fin de que sus lágrimas fueran justificadas? ¿Necesitaba dejarse romper por dentro solo para que los demás creyeran que no quería nada de esto? TaeHyung solo estaba tratando de sobrevivir y de la única manera en la que podía hacerlo.

¿Se puede tener esperanza de escapar del infierno si estás condenado a vivir en el?

⊰·☆·⊱

—Y luego mi hermana me mordió la pierna porque dije que estaba bien feo su bola de pelos. Ese mismo día me fui de casa y así fue como terminé aquí viviendo contigo.

Los ojos de Jungkook se abrieron con espanto, mirando a su amigo como si un tercer ojo hubiera crecido en su frente.

—Wtf, Hoseok, solo pregunté si preferías el cereal de avena o de maní.

—Siempre eres un buen amigo para escucharme.

—Lo siento, estoy un poco agobiado  —suspiró, caminando hacia el refrigerador.— ¿Recuérdame por qué debo de ir a la universidad?

—¿Tal vez porque tú eres el profesor?  —comentó sarcástico.

Jeon Jungkook se clasificaba como un alfa de raza pura. Su aspecto era demasiado atractivo; fornido, prominente, alto, con tatuajes y piercings en el rostro y en las orejas. En cuanto a su carácter, sentaba en juego con su apariencia, siempre sostenía una expresión intimidante y era bastante selectivo en cuanto a la compañía se trataba, no lo demostraba a cualquiera pero era un alfa bondadoso y agradable.

El alfa pelinegro era docente en la universidad Lennon. Vivía junto a otro alfa, su roomie Jung Hoseok, a diferencia de Jeon, era extrovertido y transparente en cuanto a su personalidad y amaba al cien por ciento su trabajo como docente de sociología.

Sus personalidades se asociaban como el fuego y el agua, pero más allá de sus indiferencias siguen siendo buenos amigos.

—¿Cómo fue tu encuentro con Karina?  —Hoseok cuestionó, sirviendo la leche sobre el tazón de cereal.

Jungkook torció la boca y se rascó el cuello con incomodidad.— Bueno... al menos ahora tengo otra nueva amiga  —rio de forma vacilante.

—No es posible que no te agrade nadie, tuviste muchas citas, ¿nadie te ha llamado siquiera un poco la atención?  —vio negar al alfa.— Me rindo, amigo. Sana es la única cita que te queda, si no es con ella entonces considérate soltero por el resto de tu vida.

—No seas pesimista, sinceramente no tengo intención de tener una pareja de vida por el momento. Sé que esa persona llegará a mi vida cuando sea necesario.

—Oh, esas son las palabras más sabias que jamás hayas dicho en tu vida.

Jungkook se quitó la pantufla y la arrojó a la cara del joven de cabello claro.—Cállate y muévete, tenemos que ir al supermercado.

—Va, de camino puedo contarte la historia de porque mi hermana llamó al perro Ramiro.

— ...



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⋆★⋆

Hola, solecitos, primero que nada, me gustaría agradecer a las personitas que han apoyado la historia y las nuevas que van llegando. 💗

Como dije anteriormente en otro apartado, los temas de esta historia son de mucha discreción. Por lo que de favor pido mucho respeto y sobre todo no juzgar  :3

Les mando un gran abrazo virtual, recuerden que aunque se sientan perdidos y sin esperanza, ustedes son más importantes de lo que creen. Ánimo y mucha suerte en sus días diarios.

Para cualquier duda pueden escribirme por privado o en mi perfil hay un enlace con algunas de mis redes sociales.

Cuídense, tqm ✨💗

pdt: Perdón por la falta de ortografía, yo no tengo a la dislexia, la dislexia me tiene a mi. 😔

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