Cap con puro Smut +18

Sólo bastaron un par de copas para que ambos se desaparecieran de la fiesta donde se celebraba el matrimonio. ¿Aquien le importa? Pues ellos no.

Entraron a su habitación comiéndose a besos, hasta que se detuvieron un momento para cerrar la puerta con seguro y asegurándose de que nadie los interrumpiera en su noche.

—Hazme el amor Hyunjin...—, gimió arqueando la espalda, mientras las manos del mayor sostuvieron su cintura. —po-r favor—

No recibió respuesta, solo los besos húmedos que estaban siendo dejados en su cuello, bajando hasta su clavículas y hombros. Los primeros botones de su camisa fueron abiertos con lentitud hasta que llegó a su vientre, finalmente pudo quitarla por completo. Dejando expuesto el torso del mas joven.

—Tus manos están heladas...— gimió Félix con media sonrisa en el rostro. sus muslos se tensaban y comenzaba a lubricar de forma natural.

Hyunjin beso sus pecosas mejillas dejándolo en la cama y quitándole la poca ropa que tenía puesta. Se miraron el uno a otro fijamente, sus ojos cambiaron de color, sus pilas se dilataron. Sus lobos despertaron, y tomaron en control de sus cuerpos. Y todo el mundo pareció desvanecerse a su alrededor.

—Alfa...— ronroneo el menor, con los ojos brillando de felicidad. El corazón de los dos latió con fuerza en su pecho, golpeando sus costillas, eufóricos.

Hyunjin beso los labios del menor con rudeza, atrapando los delgados cabellos del menor entre sus dedos. Sus lenguas empezaron a buscarse t tocarse mutuamente, mordiendo los labios del contrario hasta que necesitaron respirar.

Hyunjin se posicionó en medio de las piernas de Félix, los fuertes brazos del mayor sostuvieron la cintura del menor hasta que por fin lo penetro de una sola embestida, hasta la empuñadura.

Solo se escuchó un gemido y un gruñido.
Un último beso unió sus labios antes de empezar.

Las embestidas empezaron a ser fuertes y bruscas, haciendo que el respaldo de la cama empezó a chocar contra la pared, acompañado por el rechinido de esta a punto de romperla mientras los gemidos del menor sonaban más fuertes. El chapoteo de sus cuerpos sonó mas fuerte dejando el sonido de la cama atrás.

Las pequeñas manitos de Félix se aferraron a las sábanas de la cama, mientras su cuerpo recibía fuertes embestidas. Sus labios de unían por escasos segundos y después solo los gruñidos de gemidos se oían. Ambos estaban muy pérdidos en su placer, haciéndolo como animales.

Sus cuerpos empezaron a sudar, llenando la habitación entera se llenaba de feromonas sexuales. Las piernas del menor temblaron y Hyunjin masturbaba la erección de Félix al ritmo de su embestidas sacándole otro grito, llevándolo al delirio mismo por el placer que lo recorría desde los a la cabeza. Los empujes tocaban luz puntos mas sensibles dentro de el, haciéndolo temblar y perder la noción del tiempo. Hyunjin sostuvo sus piernas en su cadera empujando nuevamente, mientras los ojos del omega se humedecieron de lágrimas mientras todo su cuerpo tenia espasmos por estar cerca de tener un segundo orgasmo cuando Hyunjin eyaculó en su interior, buscando su útero para embarzarlo mas rápido.

AmSus olores se mezclaron, sus labios y cuerpos estaban unidos conectándose (alfa y omega)

Hyunjin se volvió a correr dentro de Félix, nuevamente se besaron y unieron sus frentes.

—Te amo...,— beso la marca fresca en el cuello del menor. Lamiendola para limpiar los restos de sangre alrededor. —Te amo…

—-Tambien te amo—. dijo mientras Hyunjin lo sostenía de la cintura hasta posicionarlo arriba de el. —Ahhm...— Grito poniendo los ojos en blanco.

—Tu turnó, lix— dijo sosteniéndolo de las caderas.

Félix gimió en protesta, sosteniendo el resonando de la cama, balanceando sus caderas contra las de Hyunjin mientras las manos de este sujetan sus nalgas y se mordía el labio inferior por la hermosa vista de Félix montándolo.

Hyunjin se endereza para atrapar uno de sus pezones y morderlo mientras el otro solo lo pellizca, satisfecho por lograr que Félix se grite su nombre como si su vida dependiera de ello.

Hyunjin gruñe cuando termina de nuevo dentro de el. Y Félix termina a la par de el. Derrumbándose en su pecho.