Félix veía las diferentes familias y casas de la zona, y por las estructuras de cada hogar se dedujo que era la zona mas pobre del pueblo. Y el pecoso se sintió mal, veía personas que trabajaban mucho para alimentar a su cachorros.

Aunque el no era muy conocido porque la mayor parte del tiempo estaba alejado del mundo porque sus padres no le permitían ir al pueblo con ellos. Solo conocían a Hyunjin pero a el muy pocas personas lo conocían.

Iba tan pérdida en sus pensamientos hasta que alguien jalo una parte de su camisa. Y cuando miro de quien se trataba se derritió de ternura: había un niño con mejillas regordetas y ojos azules.

—-Hola— se puso a la altura del pequeño. Y acaricio en cabello del menor que sonreía con inocencia. —¿como te llamas?—

—Babu~— balbuceo y empezó a jugar con el costoso collar que adornaba el cuello del príncipe. —¡Mami!— corrió hacia un omega que venia con una canasta de frutas.

—Lo siento, es muy travieso mi bebe— hizo un reverencia disculpándose con el pecoso

—Esta bien... no me molesta, es muy lindo— sonrió mirando al menor —Me gustan mucho los niños—

—Umh, si... es muy fácil encariñarse con el.— beso la frente del niño y volvió a hacer una reverencia disculpándose de nuevo.

—Soy nuevo por aquí, y lo siento me llamo Félix— hizo una reverencia.

—¿Como el príncipe?— sonrió divertido... —Yo soy Soobin, la Mami de este chikitin—

—-Un placer...—

Llego un alfa con apariencia un poco intimidante.

—Debemos irnos...— dijo llegando un poco nervioso, y agitado.

—Changbin, debemos irnos— dijo cargando al niño. —un gusto y adiós— el bebe también se despidió de el agitando su manito.

Félix se quedo un poco confundido hasta que vio los soldados del castillo, entrando y saliendo de las casas de todos los habitantes.

Sin mas empezó a caminar hacia los soldados, aunque el no quisiera volver. Pero también quería evitar alguna desgracia. O que alguien saliera herido.

—¡Lo encontramos majestad!— dijo uno de los soldados llegando con el príncipe.

Hyunjin de inmediato se acerco a Félix, no había pasado ni un día lejos de el y ya estaba perdiendo la cabeza.

—-¡Largo!— ordenó. Fijando su mirada en Félix que estaba aun un poco triste —¿porque te fuiste?, estoy volviendome loco— lo tomo de la nuca.

—¿Q-ue quierias? Te vas a casar... y yo necesitaba pensar.— su marca empezó a arder —Quiero... que rompas el lazo. Ahora y no cuando la marques a ella.—

—No voy a hacer eso...— empezó a oler el cuello del menor, hasta que encontró su marca. Encontrándola aun roja y fresca como la noche anterior. —No voy a casarme... porque tu eres mi omega— le hizo levantar la mirada. —Eres tu...

—¿no vas a casarte?—-. Dijo mientras los ojos se le llenaban de lágrimas, porque no sabia si reír o llorar —yo...

—-Tu vas a hacer mi esposo...— dijo atrayendo sus labios a los suyos.

Donde su lengua empezó a explorar su cavidad vocal, atrapando su labio inferior para morderlo sin llegar a ser brusco. Entonces Félix comenzó a golpearlo en el pecho porque necesitaba respirar.

Mientras Wooyoung los miraba.