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Sin problema Hyunjin empezó a besar los labios del Hwang menor, dejando a Félix debajo de el, apretando las sábanas mientras sentía su piel erizarse con cada toque de Hyunjin. Su cuerpo se sentía diminuto comparado con el Hyunjin, que era más musculoso y grande que el suyo.
No podía seguir pero no hizo nada para detenerlo. Apenas estaban empezado y Félix ya estaba perdiendo la paciencia. Las frías manos de Hyunjin rocorieron su delgado torso deteniéndose en su cadera, estaba mas delgado de lo que aparentaba, los huesos de sus costollas y caderas se marchan demasiado.
Ahora ya no tenía sus respectivas mejillas que tango le gustaban apretar. Sabia después de esta noche mucha cosas cambiarían.
—Hyunjin... no— los ojos de Félix se llenaron de lágrimas. —-no esta bien... te vas a casar...—
—Shh— acaricio el labio inferior de Félix con su pulgar y volvió a besarlo.
No iba a perder el tiempo con pensar en las consecuencias, solo iba a tomar lo que desde que nació era suyo: Félix, acepto gustoso cada beso de Hyunjin.
Sus pieles se sentían tan bien mientras hacían fricción, que inevitablemente un gemido salio de los labios del menor. Hyunjin simulaba estocadas mientras sus labios se unían por largos lapsos de tiempo, quitándole el aliento.
Algo dentro de ambos revivió, era como si hubiesen enjaulado un tigre que ahora estaba desatando todas sus ataduras y recuperaba su libertad.
Félix y Hyunjin se miraron fijamente a los ojos, sus pupilas se dilataron mientras mantenían el contacto visual.
—Hyunjin...— gimió Félix arqueando la espalda cuando las manos de Hyunjin se deslizaron por sus muslos, su corazón empezó a golpear sus costillas con fuerza al ver que estaba a nada de unir su alma con la de Hyunjin.
Era muy tarde para retroceder ahora mismo, que estaban a punto de hacer el amor.
—Seras completamente mio, omega— los ojos del menor se llenaron de lágrimas mientras se deslizaba adentro de el, hasta donde su pequeña entrada se lo permitio —-mgh...—- gruño cuando las paredes del menor envolvieron su pene
Su interior era demasiado cálido como para querer retirarse, balanceo hacia adelante te sus caderas, entrando por completo mientras Félix dejaba salir un gritito y se sostenía de sus hombros.
—Uhm, oh— el pecoso se sostuvo con mas fuerza de Hyunjin.
Como si fuera a romperlo mientras se preparaba para la siguiente embestida. Sin duda sus cuerpos eran el uno para el otro. Encajaban muy bien.
Las piernas del menor atraparon las caderas del mayor, mientras Hyunjin empuja en lo mas profundo dentro de el con fuerza
-—¡Oh m-i dios, mas!— grito Félix, Hyunjin sostenía su cadera y lo embestía cada vez mas fuerte. Félix cerro los ojos con fuerza, sus lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Sus manos fueron sujetadas por arriba de su cabeza la mismo tiempo que su próstata era golpeada con las embestidas de Hyunjin.
Los gemidos de Félix fueron en aumento cuando su cuerpo entero empezaba a temblar. Sus piernas se sacudieron con fuerza al mismo tiempo que se estremecía de pies a cabeza estando al borde del orgasmo.
—-Dios u-hg ¡no puedo, es demas-iado!— gimió, cerrando sus manos en puños, tembló al mismo tiempo que su orgasmo lo atravesaba haciéndolo temblar. —ahh
—Te d-are un nudo— gruño Hyunjin sosteniendo sus piernas para que no se cerran, liberando una carga abundante dentro de el menor.
Las paredes internas del menor fueron bañadas con el semen caliente de Hyunjin. Mientras el glande del mayor se inflamaba dentro de Félix expandiéndose: buscando en útero del menor para llenarlo con su semen y dejarlo peñado.
—-¡Dios!—- Félix cerro los ojos con fuerza mientras en su cabeza imaginaba estrellas, había sido demasiado para su pequeño cuerpo. —Te amo...—
—Y yo a ti—-. Dijo Hyunjin antes de besar los labios ajenos, dirigiendo después su boca a la tierna piel de su cuello.
Sus brazos rodearon la cintura del menor atrayéndolo a el, volviendo a embestirlo, sin importar que el nudo no baja.
Félix suelta un chillido de placer cuando Hyunjin puso mas fuerza en sus agarre y el solo pudo arañarle la espalda sosteniéndose de el.
Cambiaron de posición como cuatro veces hasta que Félix sólo pudo ponerse de lado, mientras Hyunjin seguía embistiéndolo lentamente, besando la fresca marca de su cuello.
Félix luchaba por mantener los ojos abiertos pero debía admitir que se sentía muy bien. Era como si de nuevo estuviera completo.
Los lobos de ambos revoloteaban felices en su interior. Felices por ser uno solo.
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