Capítulo 2
Seúl es una ciudad muy grande, los mejores artistas y modelos se encuentran en aquella ciudad, para Jung Hoseok es un sueño maravilloso poder ver cada edificio y anunció.
Hoseok es un chico promedio recién salido de la preparatoria que aspira poder estar en la Universidad pero por problemas económicos se vio obligado a renunciar a su sueño, aun quedaban dos semanas para las inscripciones y por supuesto Hobi anhelaba poder estar ahí.
Los Jung en este momento se encuentran a las afueras de un gran edificio, al parecer es una empresa de modelaje y diseño -Creo que no puedo-
Su padre estaba aterrado, había sido una locura entrar a aquella página web y ver la gran oferta de dinero que ofrece el empresario por el contrato.
-Tranquilo padre, solo debemos ir- ánimo Hoseok -recuerda que es por mamá que hacemos esto-
Tomando aire y gracias a su hijo logró seguir su camino, ambos se dirigieron a la portería donde los guiaron al ascensor para que fueran al último piso, esperaron veinte minutos y una amable muchacha los hizo pasar a la Oficina Kim.
-Tomen asiento el señor Kim llegará en unos momentos-
Ambos asistieron, obedeciendo se hicieron frente a un gran escritorio color negro justo atrás de este hay una silla de cuero color café.
Pasaron solo dos minutos y el señor Kim se encontraba atendiendo a sus invitados -Disculpen la tardanza- la voz gruesa de Kim hizo que la piel de Hoseok se erizara por completo -Usted debe ser el señor Jung-
El padre de Hoseok asintio, cuando la mirada de Kim y El pequeño Jung se conectaron, el empresario pudo sentir como su cuerpo se calentaba y su pene reaccionaba.
La cara de Hoseok tenía esa dulzura y ternura que tanto buscaba, al mismo tiempo sus ojos eran llenos de inocencia y agresividad -Hablemos del contrato- Kim apartó la mirada con rapidez y tomó asiento tras el escritorio, busco con cautela y sonrió en grande -El contrato es vigente por Diez años, se le asegura la paga contante y el estudio del servidor- Kim pasa su lengua por sus labios -Ningún abogado o juez puede romper el contrato si el padre aquí presente lo firma, si ambos leen con detalle el servidor no puede negar nada referente al receptor-
-MI hijo... Será cuidado adecuadamente?-
-Así es señor Jung- sonríe entrelazando sus manos -No puede tener novio ni citas casuales, solo puede ser propiedad Kim-
Hoseok sentía que sus piernas le temblaban como gelatina, la mirada que le dedicaba el desconocido lo hace humedecer -Firmare- aseguró su padre.
Hobi tomó una pluma al igual que su padre, tras firmar las tres últimas hojas del documento el hombre tras el escritorio sonrió tomándola con total delicadeza -Es un placer hacer negocios-
Kim extendió su mano, el padre de Jung sonrió y aceptó la mano del contrario sellando así el contrato -¿eso es todo?-
Kim asintio -Si, Hoseok se quedará en mi Oficina, usted será escoltado y se le dará el dinero que desea, tomara el tren a casa y solo podrá visitar a Hoseok los Viernes- aclaro -Eso es todo señor Jung-
Kim se levantó llevando el contrato consigo, poco después un hombre llego para llevarse a el padre de Jung -Este será nuestro adios- sonrió su padre
-Solo has que operen a mamá, no dejes de darle sus medicinas y no te preocupes por mi... Estaré bien- Hoseok abrazo a su padre -No le digas nada de esto a ella-
-pero--
-Nada- cuando se separaron Jung asintio, el escolta mayor se llevó al padre de Hobi, al verlo partir sonrió una vez más despidiéndose con la calidez que siempre mostraba a su familia.
Cuando Hoseok estuvo solo suspiro con tristeza y se aferró a su mochila, pasaron horas hasta que por fin la Secretaría de Kim hizo presencia en la Oficina -Jung Hoseok- llamó la mujer.
-¿si?-
-El señor Kim lo espera- Hoseok se levantó del asiento y camino en dirección a la joven -Me pidió que le entregará esto- enseño una pequeña caja color negro -Lo llevaré hasta la salida, suba al coche y no cuestione nada, el jefe suele molestarse con facilidad-
Hoseok asintio, abriendo la pequeña caja se encontró con un collar, la inscripción esta en latín y no logró descifrar el significado.
Obediente a la orden se colocó la prenda y siguió a la Secretaría, sin hacer preguntas camino hasta el vehículo negro y cerro la puerta tras de el.
Kim lo esperaba con una sonrisa amplia -Lamento hacerte esperar lindura- su mirada coqueta y llena de lujuria logró asustar a Hoseok -es hora de irnos-
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