-Mamá se encuentra muy mal- la voz del joven hombrecito resonó en los oídos del hombre mayor -¿Como conseguiremos el dinero padre?-

El hombre mayor hizo una señal para que su hijo lo acompañara a observar las calles de la ciudad -El mundo es muy grande- sonríe melancólico -¿Que estas dispuesto a hacer por ella?-

-Haré todo lo que este a mi alcance para salvarle la vida papá-

-Incluso vender tu cuerpo-

El adolescente hizo una mueca -¿Cuanto darían por alguien como yo?-

Su padre borro la sonrisa -Mucho hijo mío... Porque eres perfecto-

-Yo estoy dispuesto a todo por ella-

El hombre abrazo a su hijo conteniendo las lágrimas -Te amo Hobi- beso la cabeza de su hijo -Quiero que empaques algunas prendas, arreglar el bien, iremos con alguien mañana-

Hoseok asintio -¿A donde iremos?-

-A Seúl- contestó evitando mirar a su hijo.

-padre, no importa lo que hagas, siempre te voy a amar-

-Voy a vender tu cuerpo Hobi, vendere tu inocencia y tu hermosa sonrisa... Solo espero algún día puedas perdonar esto-

Hoseok asimiló las palabras dichas por su padre, dedicándole una sonrisa lo abrazo una vez más -Estaremos bien-

Tras decir aquello Hoseok fue a por sus cosas, preparó una maleta, tomando un suspiro fue a la habitación donde reposa su madre, le dio un gasto beso en la frente y sonrió -Te prometo que volveré pronto-

Padre e hijo tomaron el tren con destino a Seúl, un refinado comprador los espera con ansias.