La primera prueba estaba siendo coordinada por Tang Zhezhu. Una mujer alta de cabello alborotado y mirada extraña. La seguían callados hasta que vieron las escaleras que tenían que subir.
—Dejen de quejarse, en un par de días dejarán de sentir las escaleras—los regaña Tang Zhezhu sonriendo. —Diganme... ¿Alguien sabe que es un demonio trompo?
—Son demonios aturdidores, te quitan el equilibrio, y te provocan vértigo hasta que te hacen desmayar—responde Tingfeng Zhun. —Los poderes de los demonios trompo no son mortales para un segador, pero si este afecta a una persona común, podría ser mortal y perder la vida...
Algunos aludieron la inteligencia de Tingfeng Zhun hasta llegar al salón redondo en donde se haría la prueba. Algunos estaban nerviosos después de que separaran a los de segunda oportunidad... Al parecer querían que todo quedara en un misterio para los novatos.
—¿Saben cómo repeler los poderes del demonio trompo?—pregunta la instructora Tang Zhezhu sonriendo mientras pone un jarrón rojo en frente de ellos encima de una mesa alta.
Los presentes la vieron, ninguno se atrevió a contestar esa pregunta por miedo a equivocarse, solo uno se atrevió a alzar la voz.
—Tenemos que concentrar qi en nuestras cabeza, mover los puntos alrededor de nuestras sienes para que el poder del demonio no rebote en los puntos y así afecte nuestros sentidos—respondió Ming KoXing sonriendo algo nervioso.
—¿Ya lo han hecho antes?—preguntó la instructora Tang con paciencia mientras los alumnos se veían unos a otros.
—En teoría...—Zhi Lehey fue sincero, tenía la mirada en el suelo mientras murmuró sus palabras que solo los que estaban a su alrededor escucharon.
La instructora Tang les sonrió a todos. —Bueno, hagan lo que dijo su compañero y buena suerte...
Antes de que todos se quejaran, la instructora destapa el jarrón rojo haciendo que todos comenzaran a sentirse mal de repente. La mayoría se tomó la cabeza y otros comenzaron a marearse y perder el equilibrio hasta caer al suelo.
—¡¿Qué le pasa?!—gritó Tingfeng Zhun sosteniéndose de una cortina.
—Vamos, defiéndanse ante el poder del demonio trompo, a menos que quieran seguir sintiéndose mal...—le responde la instructora Tang tranquila sin importarle que la mitad de los candidatos ya estaban en el suelo y la otra mitad trataba con todas sus fuerzas de no caerse. —Defiéndanse antes de que su boca sangre, eso sí que sería un problema para ustedes... Sí se ponen de pie, ¡Sí la mayoría se pone de pie cerraré el jarrón!
Sentían que su cabeza estaba girando, el mismo mareo les daba dolor de cabeza y sus piernas dejaron de funcionar a algunos. Realmente estaban intentando concentrar su qi en sus cabezas para que los síntomas se fueran. Sus rostros pedían a gritos sentir alivio... Zhi Lehey estaba en el suelo sin siquiera poder abrir los ojos, estaba desmayado, Shio Qianqi estaba de rodillas junto con Wong XueZu, entre más trataban de apoyarse para ponerse de pie se entorpecen y volvían a caer. Los hermanos Tingfeng eran otra cosa, casi de pie... Pero aún así se balanceaban de forma terrible. Los demás trataban de concentrarse para repeler los efectos del demonio.
Los jóvenes estaban luchando por levantarse del suelo cuando vieron a alguien frente al jarrón. El joven Xia WanSang está de pie, viéndolos sufrir con esos ojos rojos de demonio. No sonreía y tampoco parecía importarle cómo estaban sintiéndose... Estaba ahí de pie sin sufrir por los poderes del demonio trompo, calmado y estático en frente de Ming KoXing que ya estaba llegando a su límite.
El joven Ming comenzó a sentir un sabor terrible en la boca, acumuló tanto en ella que terminó escupiéndola. La sangre de Ming KoXing mancho los pies del joven Xia, el blanco de su túnica estaba volviéndose roja... En ese momento, Xia WanSang tomó la tapa del jarrón y lo cerró dándole alivio a todos los candidatos.
Por un segundo nadie dijo nada, estaban recuperándose y entre ellos comenzaron a revisar los que ya estaban desmayados buscando algún signo de sangre en sus bocas.
—Joven Xia—lo llama la instructora sonriéndole. —...Lo que hizo fue un error...
Antes de seguir con su discurso hacia el joven Xia, un grito de terror se escuchó al final de la habitación.
—¡Está muerto!—grita un candidato de gran altura, en frente de él, tirado con los brazos extendidos y una línea de sangre en su boca, estaba un chico algo pequeño. —¡Está muerto!
Escandalosos, unos cuantos se asustaron. Una de las chicas llegó, Ming HuaXin, la prima del joven Ming le toma el pulso para confirmar el deceso del candidato.
—No tiene pulso...—confirma Ming HuaXin.
—¡Lo mataste!—le grita el mismo chico alto que había descubierto que su amigo estaba muerto.
—Se les advirtió que esto no iba a ser sencillo y que muchos iban a morir, firmaron el consentimiento, además... Yo no lo mate...—dice la instructora Tang con la misma sonrisa tranquila de siempre. —, su incompetencia lo mató... Murió por ser inútil.
Sus palabras petrificaron a todos. Está camino hacia el centro de la habitación redonda para tener una mejor vista de ellos. Los ve sin miedo a las miradas de odio y horror que le dedicaban los candidatos.
—Esta prueba tiene que ser superada, no puede haber mediocres aquí, ¿eso les queda claro?—les dice girando lento para darles un vistazo a todos. —Tienen una semana para superar al demonio trompo, el demonio más débil de la jerarquía demoníaca, tan débil... Que fue capaz de matar a uno de ustedes—les dice mientras señala al cadáver del candidato. —Pregúntense ahora quien está enojado con quien...
Nadie se atrevió a levantar la cabeza por sus palabras, estaban teniendo sentimientos encontrados. ¿Eran tan débiles que no podían contra el demonio más débil de la jerarquía? Ese candidato de un clan desconocido murió por un demonio de bajo rango.
—Los que solo están desmayados llévenlos a la enfermería, en la tarde podrán meditar y controlar sus niveles mediocres de qi. Nos vemos mañana después del desayuno... Solo puedo felicitarlos por no vomitar—les dice la instructora que no espero a que nadie le contestara. Camino ignorando a los que estaban tirados frente a ella, a pesar de que no los veía no piso a ninguno. —¡Joven Xia!—le grita cuando se estaba acercando a la salida. —Venga conmigo...
Ming KoXing sin poder ponerse de pie ve cómo Xia WanSang se cae con la instructora sin conocer su destino. La sangre en sus pies era llamativa en su túnica blanca, tanto que solo se necesitaron unas gotas para que se notara.
Los candidatos todavía sufriendo las secuelas de estar tanto tiempo bajo los efectos del demonio fueron a revisar a los que estaban inconscientes esperando que ninguno de ellos estuviera muerto. Después de que se revelara el primer muerto dejaron de revisarlos, así que tenían que terminar esa tarea. Cansados dejaron que el candidato que descubrió el cuerpo de su amigo llorara unos segundos para poder mover el cuerpo, sin embargo, llegaron unas damas de negro con una camilla de madera roja, estas lo tomaron con respeto y lo pusieron en la camilla para llevárselo. Aunque el candidato alto siguió preguntando por el propósito de sus actos, estas lo ignoraron por completo.
—Este examen si que es difícil...—comentó Fei Jouji, pasaba su vista por los que estaban desmayados. —Tendremos que llevarnos a los otros...
—Jouji, es demasiado pronto...—le dice Ming HuaXin dando un paso en frente.
—¿Qué se supone que hagamos? ¿Llorar como él?—pregunta Fei Jouji apuntando al candidato alto que seguía sensible por su amigo muerto.
—Hasta para mi eso fue cruel, Jouji. Ya basta—le dice Tingfeng Zhun mientras tenía a su hermano menor apoyado en él tras la experiencia con el demonio.
Nadie se esperaba que Tingfeng Zhun interviniera en esa discusión, pero logró aplacar el conflicto, era el único con el nombre tan alto como para callar al clan Fei.
—Como sea...—se queja Fei Jouji.
Tingfeng Zhun al parecer recibió un golpe que lo hizo caer, de hecho todos los escandalosos que hablaban de lo grandes segadores que serían ahora estaban callados con la mirada sombría y puños cerrado. Solo bastaron 3 minutos para que sus sueños fueran arrebatados, mañana o incluso el día que seguía uno de ellos podría morir si no dominaban el control total de su qi. Eso era una cosa que los maestros tardaban en enseñarles, era una práctica complicada de lo que muy pocos a esa edad podían dominar.
Ya cuando las cosas estaban calmadas, levantaron a los desmayados para llevarlos a la enfermería que está subiendo las escaleras al sur, no eran tantas como se veía, pero sabían que sería cansado con candidatos inconscientes.
Wong XueZu con Shio Qianqi levantaron a Zhi Lehey, estaba pesado y apenas podía abrir los ojos, cuando trataba de hacerlo sus ojos estaban en blanco. —Zhi Hey, por favor... Coopera—le dice Shio Qianqi al moribundo Zhi Lehey
—Ming Xing—le habla Wong XueZu al chico que estaba apenas poniéndose de pie. —¿No vas a ayudar?
—Cerró el jarrón...—murmura Ming KoXing, estaba atonito.
El joven Ming KoXing seguía viendo la entrada del salón, la luz de la mañana era interrumpida por los candidatos que iban y los que ayudaban a sus amigos desmayados a irse de ahí. La decepción del clan Ming no podía creer lo que pasó. Tenía un par de sentimientos de los cuales no sabía cómo manejar... Por un lado estaba feliz de que Xia WanSang al fin mostró algo de interés por él, pero también estaba asustado por el castigo que podrían darle al joven Xia por cerrar el jarrón. Iban a ser crueles, si se atrevían a exponer a novatos a demonios peligrosos, era claro que no serían amables si hacen enojar a los instructores.
Aunque seguían llamándolo por su nombre, el joven Ming ignoraba esos llamados para dirigirse a la puerta. No podía permitir que Xia WanSang sufriera por su culpa, ni siquiera se limpió bien la sangre de su boca, solo bajó las escaleras veloz a pesar que le dolían después de su exposición por el demonio trompo. No sabía a donde ir, pero tenía que seguir, y encontrarlo.
—¡Xia Sang!—grita mientras corre después de llegar a la explanada en medio del recinto Tang. —¿Dónde se lo habrán llevado?
—No entiendo porque gritas tanto... ¿Joven..? ¿Cómo te llamas?—le pregunta un hombre detrás de él.
Ming KoXing voltea para encontrarse con un hombre relativamente joven con una botella negra, la conocía... El señor de la primera cabeza de su clan bebía de una botella igual. Da un paso acercándose a él y nota el aroma de sus sospechas. Ese hombre que llevaba la horquilla de los Tang, accesorio que utilizaban para identificarse, en la cabeza bebía despreocupado en medio de la explanada del recinto Tang.
—El alcohol está prohibido aquí, ¿No?—pregunta Ming KoXing.
—Esta es mi casa, las reglas son para los foráneos—le responde recargándose en sus rodillas y después, como si la presencia del joven candidato no le importara, bebió hasta la última gota de la botella. —Ya terminó la prueba del demonio trompo, ¿No? ¿Cuántos murieron?
—Uno...—responde el joven Ming haciendo reír al mayor. —¿Por qué es gracioso?
—Porque por lo general mueren tres en promedio. ¿Será que esta generación es más dura?
—Pensé que ser segador era más que fuerza..
El maestro Tang se pone de pie al escuchar eso, calma un poco su risa para no alterarlo. —Ahora ya sé quién eres, muchacho. Ming KoXing, la decepción de los Ming.
—Al parecer muchos me conocen, señor—dice sin el entusiasmo de la mañana.
—Sea buena o mala, niño... Es reputación—le dice el señor segador ebrio.
—¿Usted la tiene, señor...?
—Tang Natian—el segador ebrio hace una reverencia y cuando se levanta sonríe al chico. —Un gusto...
—¿Todos aquí tienen el apellido Tang?—le pregunta Ming KoXing inclinando la cabeza a un lado.
En una secta podían haber muchas personas, pero eso no significaba que tuvieran el mismo apellido. En esa Secta solo estaba conociendo miembros con el mismo nombre, y eso le confundía, ¿todos eran familiares del inmortal Tang?
—Cada Secta tiene sus costumbres— Sonríe e inclina la cabeza imitando a Ming KoXing. —Dime, ¿qué haces aquí a estas horas? Deberías de estar con el sector Tang MoYul para la meditación.
—Busco a mi amigo.
—¿El niño que rompió las reglas, el chico Xia?
—¿Qué le harán? ¿Qué le hicieron?
Tang Natian en un movimiento rápido tira a Ming KoXing y lo acorrala en el suelo, lo estaba sosteniendo con una de sus manos apretando su garganta. —Preocupate por tu cuello, niño... Un demonio no va a dejarte solo porque tu compañero está herido. Vas a regresar... y te pondrás a estudiar, niño Ming.
Ahí, el señor Tang Natian abre la boca de una manera macabra. Sus dientes puntiagudos, su saliva roja, era un demonio. Ming KoXing sentía que iba a morir, nunca había visto a un demonio cerca de su rostro. El rugido era tan aterrador que lo mareo, estaba perdiendo la conciencia cuando una ráfaga de viento lo golpeó en el rostro estampándolo con el suelo para dejar de sentir el peso del señor Tang.
Ahora sabía porque habían tantos amuletos anti demonios ahí dentro, un Tang lo era.
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