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Capítulo 2: La Noche

El recinto donde dormirían los candidatos era angosto... El recinto podía ser ocupado por veinticuatro candidatos, cuatro por las seis habitaciones que había, pero ese año llegaron cincuenta candidatos, entre los clanes registrados y los aprendices de segadores nómadas; veintisiete de primera vez y los demás eran sus segundos o tercer año. Nunca en la historia del examen Ying habían llegado tantos alumnos, y no estaban preparados para recibir a tantos jóvenes. Estaban las habitaciones llenas, pero por el cansancio de sus cuerpos, no tuvieron fuerza de quejarse, ni siquiera el joven exigente del clan Tingfeng, todos fueron a sus respectivas habitaciones, extendieron los futones y se acostaron a dormir. Incluso había tres o cuatro acostados en el mismo futón compartiendo cobija. Entre ronquidos y el sonido de las sábanas moviéndose, Ming KoXing en la habitación dos veía por la ventana sentado en el marco de la habitación uno. En ella estaba el joven candidato del clan Xia.

Fue grosero el cómo lo trataron cuando los recibió en la entrada, nadie le dirigió la palabra, solo le dirigían miradas sombrías y algunos lo veían con miedo a pesar de que fue amable y ayudó a Ming HuaXin y a Bo Janjan a llevar al joven Ming a su habitación.

—¿Ming Xing? ¿Qué haces despierto?—le pregunta Wong XueZu quitando el brazo de Zhi Lehey de su cintura para después ponerse de pie, esquivar a los jóvenes candidatos y llegar a la ventana donde estaba Ming KoXing.

—¿Crees que tenga miedo?—Le pregunta preocupado Ming KoXing. Su vista no se apartaba de esas ventanas cerradas de la habitación uno. —Hay mucha gente y pocas habitaciones, aún así... Nadie está en la habitación uno con él...

—Creo que los nómadas están con él...—responde el joven Wong recargándose en el marco de la ventana donde Ming KoXing estaba sentado.

—Wong Zu mira, somos once personas en una habitación para cuatro...—le dice apuntando el interior de la habitación. —¿Por qué le tienen miedo a Xia WanSang?—pregunta frunciendo el ceño a su amigo.

El joven Wong agita la cabeza y se endereza meditando su próxima respuesta. —Traeré mi sombrero...—Ming KoXing lo ve de forma confusa por lo que Wong XueZu suspira y ve a su amigo. —¿Vamos a mudarnos a la habitación uno o seguirás viéndola por la ventana como idiota?

La respuesta del joven Wong le sacó una sonrisa a Ming KoXing. De forma rápida van por sus cosas haciendo un ruido considerable para que Zhi Lehey diera un manotazo a la izquierda y despertara de un golpe al pobre Shio Qianqi, el primero en seguir a Xia WanSang. —¿A dónde van?—preguntó el candidato del clan Shio con la mano en la cara, justo en la parte donde fue golpeado. Estaba viendo a Wong XueZu y a la decepción del clan Ming caminar a la puerta.

—¿Vas a seguir soportando golpes de Zhi Hey?—le pregunta el joven Wong apuntando al joven Zhi que estaba despertándose de sus dulces sueños.

Zhi Lehey sonriendo toma de la manga a Shio Qianqi impidiendo que se levantara. —Soñé que estaba en una batalla impresionante, salvé a una bella dama de un horrible monstruo...

—¿El monstruo tenía mi cara?—le pregunta el joven Shio poniéndose de pie alejándose del joven adormilado y quitándose las manos de Zhi Lehey de su ropa para seguir a los otros prófugos de la noche.

—¿A dónde van?—preguntó el joven Zhi.

—Toma tus cosas y ven...—escucha desde afuera la voz de Wong XueZu.

—No lo inviten, por favor...—ruega Shio Qianqi.

Zhi Lehey aunque no sabía a donde iban decidió seguirlo.

En medio de la noche, cuando los árboles se agitaban agresivamente por el aire y la luna luchaba por aparecer entre las nubes, las lámparas rojas del recinto de los aprendices captaron movimiento, cuatro sombras se trasladaron de una habitación a otra soportando el frío.

En la habitación uno se encontraban los tres menos populares de entre los candidatos. Choi DuSong, Qiao SaHei, a los que apodaban "los nómadas", y el demonio Xia WanSang dormían plácidamente en sus futones cuando la puerta se abre. Los tres se despiertan de forma rápida, el joven Choi tomó su espada que había puesto a un lado de su cama antes de dormir mientras que los jóvenes Qiao y Xia levantaban dagas, una torcida y otra de doble filo, y con posición de ataque asustan a los cuatro jóvenes aprendices que acababan de entrar. Zhi Lehey estaba a punto de desmayarse.

—¿Qué hacen aquí?—pregunta Choi DuSong guardando su espada en su funda relajando su postura, y como si no hubiera pasado nada, los otros dos también bajan la guardia para tirarse de nuevo en los futones.

—La habitación dos está sofocada, ¿podemos dormir aquí?—pregunta Ming KoXing, que era el más interesado de pasar tiempo con esos tres, en especial con el de los ojos que habían asustado a todos, Xia WanSang.

—Solo hay un futón libre—habla Qian SaHei viendo el futón vacío.

El joven Choi ve a su compañero a un lado y sonríe. —Sai, podemos compartir... Los futones no son delgados, fácilmente caben dos personas.

—Lamentamos las...—Shio Qianqi no terminó de hablar por bostezar. —...Las molestias.

—No hay de qué disculparse, somos compañeros segadores, debemos apoyarnos—responde el joven Choi, este voltea a ver a su amigo Qian SaHei y asiente. —Sai y yo dormiremos juntos, les concedemos uno de los futones para que duerman.

Antes de que Qian SaHei se levantara, el joven Ming lo detiene con sus palabras. —No, por favor. Los cuatro dormiremos en uno solo, no hay problema.

—No sería distinto a la otra habitación—comenta Shio Qianqi viendo a Zhi Lehey claramente recordando lo loco que este duerme. Por ese comentario recibe un golpe de Ming KoXing.

—Insisto—habla Choi DuSong.

En poco tiempo Qian SaHei ya estaba en el mismo futón que su amigo Choi DuSong... Hubo una pequeña discusión entre Wong XueZu y Shio Qianqi ya que ninguno de los dos quería dormirse con Zhi Lehey por su brusca forma de dormir, pero como Ming KoXing es un buen samaritano se tuvo que sacrificar por la salud mental del joven Shio.

Los jovenes Zhi y Ming se pusieron en el futón al lado del joven Xia. Cuando estaban dormidos, Ming KoXing no se resistió para llamar a Xia WanSang que estaba dándole la espalda... Susurraba su nombre sin recibir respuesta del otro, después de un par de llamados sin respuestas, el joven Ming se animó a tocarle el hombro para que volteara.

—No estás dormido, ¿verdad? Solo me estas ignorando—pregunta viendo con una sonrisa cuando Xia WanSang se voltea con los ojos abiertos.

No pudo evitar estremecerse cuando vio otra vez esos ojos rojos viéndolo. Por instinto, el joven Ming hace el saludo de cortesía. —Es un gusto conocer al joven aprendiz del clan Xia.

El joven Xia imita su gesto de forma seria. —El gusto es mío...

Xia WanSang estaba por girarse de nuevo cuando Ming KoXing lo detiene llamándolo, haciendo que el joven candidato se detenga fastidiado.

—Mi nombre es Ming KoXing, de la Villa de la Primavera.

—Interesante...—dice Xia WanSang cerrando los ojos tratando de ignorarlo una vez más, pero el joven Ming siguió hablando.

—Te llamas, Xia WanSang, de la Villa del Invierno, ¿verdad?—el otro respondió con un "Mmh" sin siquiera abrir los ojos. —Mis amigos me llaman Ming Xing...

—¿Por qué?—Eso llamó la atención del joven Xia.

—Por que es mi diminutivo, a los amigos se les llama por su diminutivo, como yo llamo a Wong Xue, Zhi Hey, Shio Qian... ¿Tú no lo haces?

Xia WanSang niega con la cabeza frunciendo el ceño confundido por esa extraña costumbre. —Nadie hace eso...

—En el sur se hace a diario... ¿En el norte no lo hacen? No tienes diminutivo, entonces. ¿Puedo darte uno?

—No—le responde Xia WanSang para volver a cerrar los ojos.

—Por favor. Eso nos haría amigos de por vida—le pide Ming KoXing sacudiéndole el hombro, el joven Xia abre los ojos y ve al molesto chico que sonreía como tonto esperando la respuesta del popular Xia WanSang.

Los ojos rojos del chico se posaron en la mirada inocente de Ming KoXing, que a pesar de estar sonriendo, estaba matándolo la ansiedad por la falta de respuesta del joven Xia. Eran dos aprendices agotados en una noche de viento salvaje pensando en un nombre... Uno no sabía porque el otro no solo usaba el nombre que le fue dado al nacer, y el otro solo pasaba por su cabeza una eterna compasión por el joven de ojos rojos.

Xia WanSang suspiro y cerró los ojos para acomodarse en su futón, solo así pudo responder. —No.

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