002
Después de que Jihyo le ayudara a colocar la línea de guía, preparar el líquido limpiador y verificar que su arneses fucionaran correctamente la dejó sola.
Mina desde pequeña le gustaban las alturas, algo normal en una niña pero en una adulta era poco común. Cuando apenas iniciaba en su trabajo le gustaba estar colgando en el aire sintiendo el frío aire correr alrededor de ella y se entretenía limpiando los ventanales, algo relajante sin duda.
Pero al pasar los meses, hacer lo mismo todo el tiempo empezaba a cansarla, y más aún cuando empezó la temporada de lluvias, después el verano y sus grandes olas de calor y el invierno con sus nevadas. Ella sabía que estaba aceptando trabajar en condiciones exhaustivas pero no al punto de trabajar en condiciones extremas como lo eran esas, y cuando intentó negociar con recursos humanos le quitaron el 20% de su salario mensual ya que “tendría descansos de dos horas al día y no trabajaría durante los climas extremos”, Mina sabía que estaban haciendo un mal y que sus descansos debían pagarse y trabajar bajo condiciones no dañinas a su persona pero era hacer mucho papeleo y pelear con personas que nunca han hecho jornadas largas y pesadas de esfuerzo físico, algo inútil, así que simplemente acepto, de todas forma ella necesitaba más el trabajo de lo que ellos la necesitaban a ella.
Bajó con cuidado dando pequeños saltos por todo el pilar de cemento del edificio, era un edificio extraño de gran altura pero de pocos departamentos, siempre pensaba que tal vez eran muy exclusivos y caros a juzgar por el bonito interior que algunos tenían.
Mina se movía despacio por la corniza con el rociador y sus utensilios, muchas veces pensó en abrir una cuenta subiendo sus videos de limpieza al estilo point of view porque sin duda era una actividad relajante, no totalmente por la gran altura en la que estaba pero ver escurrir el jabón a medida que su limpiacristales pasaba era algo bueno.
Estaba en el piso número dieciocho y mientras limpiaba el ventanal del departamento pudo ver al pequeño perro escandaloso de la chica que le gustaba a través del cristal, vio como el perro estaba en la ventana tomando el sol pero cuando entró en su campo de visión le ladro como si de un perro endemoniado se tratace.
— Ni siquiera sé que hice para que me odies, amigo.— murmuró Mina viendo al pequeño perro blanco.— Sólo hago mi trabajo ¿sabes?
Sonrió ante su intento de conversar con un perro, y miró a través del cristal, vio el departamento de la chica aunque ella no estaba a la vista. Tardó un poco más limpiando sus ventanales porque de alguna forma cuidaba que la chica tuviera una bonita vista de la ciudad sin manchas ni bruma de por medio, aunque a pesar de haber tardado la chica jamás se asomó en todo ese tiempo.
Un tanto decepcionada siguió con lo suyo sin percatarse que por accidente empujó de más la ventana sin seguro del departamento.
Siguió bajando y tal como dijo su madre casi adoptiva encontró el nido de pajaros aunque dudaba mucho que fuesen solo gorriones por la largas garras de sus patas.
— Ow, ustedes son muy lindos chicos, ¿esperan a que mami regrese con algo de comida?— les preguntó a los polluelos que piaban por atención, sacó un trozo de pan del botecito y se los dio al menos para que comiencen algo por un rato. — Se ven tan lindos, ojalá pudiera llevarlos conmigo pero su madre me comería la mano antes de eso ¿no lo creen?
Cuando terminó de descansar un poco volvió a su tarea yendo de lado a lado limpiando totalmente concentrada, lo único que se escuchaba era el viento, los arneses tintineado entre ellos y los sonidos de las aves, en particular un sonido que jamás había escuchado.
Mina llevó su vista al cielo intentando divisar el ave que provocaba ese sonido, viendo a un bonito halcón vagar por el cielo encima de ella, se maravilló con el gran tamaño del animal y los colores hermosos de sus plumas y más con su chillido. Le hacía recordar a todos esos documentales de veía Momo sobre grandes aves de presa, justamente ese chillido era el que emitían cuando encontraban una presa que cazar.
Lo cual era raro, las aves no cazan a sus propios polluelos y a juzgar por las garras de lo que estaban en el nido puede que pertenezcan a la misma familia. Confundida elevó su mirada lejos del ave buscando algún ratón, ave o animal digno de ser comido. Recorrió su mirada por el cielo y las cornizas.
Y justo cuando vio aquella pelusa blanca su corazón se cayó hasta su estómago sintiendo las náuseas del nerviosismo.
— ¡¿Qué carajos?!
Gritó cuando vio al perro blanco caminar por la corniza del piso dieciocho.
Escuchó como el ave chillaba aun más fuerte que antes.
— Ese perro será su maldita cena, hay que subir, debo subir, voy a subir.— decía mientras su pánico se apoderaba de ella.— ¡Ésto jamás lo enseñaron en el curso de rapel!
A toda prisa soltó el arnés de guía pues sólo le servía para bajar y sujetó el arnés de su cadera al de volante. Para empezar una escalada en vertical.
— ¡No te lo comas!— le gritaba al ave mientras que los gemidos del perro se hacían fuertes al ver que se había quedado atascado a muchos metros por encima del suelo.— ¡Escucha, no sé tu maldito nombre pero sé que si no te salvó veré a tu sexy dueña llorar y yo no quiero verla llorar!— le gritaba al perro mientras subía de vez en cuando resbalando con sus botas pesadas por las ventanas mojadas.
Mina nunca creyó que podría subir tres pisos en menos de diez segundos pero ahí estaba ella usando toda su fuerza de todo su cuerpo para salvar al perro que tanto la odiaba mientras que un halcón del tamaño de una moto de carreras la acechaba.
— Dios mío sé que digo que me quiero morir pero era todo juego, no quiero morir era todo un experimento social.— se apoyó en la corniza mientras se acercaba al perro que le gruñía temeroso.— Escucha pedazo de algodón mal hecho, me odias y yo te odio creo, pero ambos estaremos jodidos si resbalamos, así que debemos hacer esto juntos.— Mina movía sus manos intentando negociar con el perro.
Mina intentó tomar al cachorro siendo inútil pues el animal tiraba a morder justo cuando se acercaba.
— Ay por favor, estás a casi a cincuenta metros arriba del suelo, tienes una maldita ave queriendo comer tu trasero y yo sólo te intento llevarte de nuevo a tu departamento de mierda ¿puedes ser un poco más amable?— razonó con el perro siendo inútil, entonces recordó el delicioso sandwich que la señora le había dado, buscó en su bote su comida y lo desenvolvió rápido. — Es de pollo, apuesto a que tu dueña te da alimentos bajo en calorías y gluten free ¿no? debes extrañar el sabor a grasa y carne.
El animal olfateo el pan, y Mina sintió aún más escalofríos al ver la gran sombra del ave acercarse más.
— Eso es chico, cómete el sándwich de pollo, no le diré a tu dueña nada solo... ven aquí.— dijo Mina tomando al perro poniedolo dentro de su camisa mientras esté comía el aperitivo.— Bien, ya está ahora quedate quieto y no muerdas.
Mina se descolgó del último arnés de volante pues debía meter al perro al departamento, balanceado su cuerpo en la corniza, apretaba los dientes mientras sentía latir su corazón a mil por minuto. Momo tenía razón, sus neuronas estaban muertas, tanto que estaba arriesgando su vida por un perro que no conocía.
— Espero que tu dueña al menos me deje tocar ese bonito trasero suyo por salvar tu vida, amigo.
El perro rápidamente aparto la vista del sandwich y como si fuese mala jugada del destino o tal vez un perro demasiado listo y celoso con su madre mordió a Mina justo en el cuello.
Haciendola perder el equilibrio, y si no fuese por su experiencia trepando habría sido un fatídico accidente, porque prácticamente estaba colgando sin equipo a cincuenta metros de altura con un cachorro metido en su pecho.
•
•
pd. no hagan las mamadas que hace mina en sus casas xfa, no quiero tragedias
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro