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Cabello negro y de complexión delgada, era la primera vez que Rena podía ver al rey más de cerca, su traje color negro con decoraciones en bordado dorado lo hacían parecer bastante formal e incluso elegante, pero a pesar de que sus cualidades hacían suspirar a muchas de las damas que se encontraban en el puerto, Rena mantuvo su cara serena.
El rey se acercó hacia el muelle mientras que esperaba a que Rena descendiera, fue hasta que la tripulación aseguró la pasarela que ella obtuvo la indicación para bajar hacia tierra firme, al llegar con delicadeza ondeó su falda y se inclinó con un cordial saludo.
- Que gusto poder verlo su alteza – Rena sonrió gentilmente siguiendo los protocolos de la nobleza que una vez le fueron enseñados mientras regresaba a su posición original mostrando una postura firme.
- El placer es mío mi lady – El rey mostro sus respetos a la princesa y la contempló mientras recordaba las veces que visitó el palacio Haitani y merodeaba por los salones con grandes retratos de la familia, "tan linda como lo retratan los cuadros, pero no le hacen justicia a lo brillante que se ve en persona la princesa" - Es usted aquí bienvenida al reino de Blackdrag, por favor permítame llevarla al palacio.
El rey Shinichiro levantó su mano como señal mientras que se dirigió a los sirvientes que le acompañaban desde atrás.
- Acerquen los carruajes – Con su orden dada dos carruajes blancos se acercaron a ellos haciéndose paso entre la multitud - Mi lady – El rey extendió su mano hacia los carruajes y le indicó a Rena que ese sería el transporte que los llevaría hacia su destino.
- Que carruaje tan lindo... – Rena expresó con genuinidad su admiración hacia el encantador vehículo que estaba frente a ella, acción que hizo sonreír al rey.
- Me alegro que le guste, fueron mandados a hacer para recibirlas mi lady – Explico mientras se acercaba a este y le abrían la puerta.
- ¿En serio?
El rey tomó la mano de Rena para ayudarla a subir y seguido de ella subió él, Rena se sentó, cuando sintió que el carruaje empezaba a ser empujado por los caballos se acercó de la ventana, al ver esto el rey intuyó que ella quería ver la ciudad durante el viaje al palacio así que comentó.
- Viene desde lejos, debe de estar cansada, cuando lleguemos al palacio la llevaré a su dormitorio para que descanse, hasta entonces espere un poco para poder mostrarle la ciudad más a detalle.
- Claro – Al escuchar esto Rena se mordió el labio, no pensó que fuera tan evidente su curiosidad al estar en una nueva ciudad, avergonzada asistió ante la propuesta del rey y este procedió a seguir explicando.
- Hay varias atracciones en la ciudad que espero que sean de tu agrado en tu estancia.
Ella pensó que como era una ciudad bastante grande por ende prospera, era seguro que al menos una de las atracciones le gustaría, pero la idea de tener que salir del palacio ya empezaba a darle ansiedad.
Valoraba el tiempo en el que podía pasar tiempo consigo misma por lo que casi nunca salía del palacio y los eventos en los que se requería de su presencia era escasos, ahora como un cambio radical se presentaría en eventos como banquetes y fiestas de bienvenida o para tomar el té hasta que el rey se decida por una de las chicas que eran candidatas.
- Yo no suelo salir mucho... pero si es usted quien me hace compañía, su alteza... - Hasta que no conociera a alguien de confianza dentro del palacio su única seguridad que podría calmar todos los pensamientos negativos que podía tener era la duquesa Akane.
Debido a su pronta coronación el rey tiene una agenda bastante apretada, con la llegada de las demás invitadas habría dificultad para distribuir los tiempos de convivencia de cada chica llegando a que haya incluso conflictos entre cada una.
- Por supuesto, basta con agendar un día y estaré a sus servicios mi lady – Tratando de ocultar su creciente incomodidad quiso cortar el tema.
Para suerte de él, Rena estuvo satisfecha con esa respuesta pensando que, si los momentos que debían pasar juntos para conocerse eran agendados, ella dejaría que las demás chicas ocupen más tiempo con él, evitando así ser una opción.
Durante el camino Rena vio todo tipo de comerciantes y de personas, se preguntó qué tipo de mercancías vendían, fue entonces que divisó un grupo de personas que miraban fijamente el carruaje con cara de pocos amigos.
Normalmente luego de coronaciones apresuradas solía haber gente que no estaba de acuerdo con el actual monarca y no hacía nada para ocultarlo, los comportamientos hostiles y falsos rumores se encargaban de dar mala impresión a los pobladores para poner en contra a los ciudadanos.
Rena se sintió incomoda cuando todos los ojos se posaron sobre ella a través de la ventana.
Prefirió entonces cerrar la cortina de la ventana y acercarse hacia el centro del asiento. El rey encontró inusual ese comportamiento, Rena ya está bastante nerviosa como para mirar a su alrededor y mortificarse más.
- ¿Viste algo que no te agradó? – el Rey se inclinó para tratar de ver su rostro que ahora tenía una expresión tímida.
- ¡Ah!, no... bueno mucha gente volteó a mirar el carruaje al mismo tiempo, tal vez no les agrade que este aquí... - Cada vez que su cerebro imaginaba escenarios sin sentido la inseguridad se apoderaba de ella, debió pedirle al rey que la duquesa Akane igual los acompañara en el mismo carruaje.
- De ninguna manera es así, es probable que se sientan interesados por tu presencia, muchos de los que están aquí afuera son extranjeros que vienen de visita como usted, es posible que la noticia de que la hermosa princesa de Tenjiku está de visita en el reino se haya extendido demasiado rápido - Trató de sonar calmado.
Rena comprendió las palabras de consuelo que le dedicó a ella, tuvo que guardarse sus inseguridades y seguir mostrando su máscara de niña noble y respetable, el carruaje se detuvo en lo que los guardias permitían el acceso de este mismo y a los pocos minutos se escuchó el sonido de las trompetas.
El carruaje se detuvo frente al palacio y rápidamente los sirvientes se acercaron hasta ellos, la puerta fue abierta y con gentileza el rey Shinichiro extendió su mano de vuelta para ayudar a Rena a bajar, a quien acepto con gusto su gesto de caballerosidad y permitió que la guiara hacia la entrada del palacio.
En la entrada no solo se encontraban los sirvientes y mayordomos, el príncipe Manjiro y la princesa Emma también hicieron acto de presencia para darle la bienvenida a la princesa.
- ¡Qué bueno que ya llegaste! – La princesa Emma se acercó a Rena y agarró sus manos volviendo a hablar – Espero que te guste la habitación que hemos preparado para ti, por favor pasa - La princesa parecía estar emocionada ante su llegada mientras que el príncipe se mantuvo quieto sin moverse ni saludar.
- Un gusto conocerla en persona princesa – Rena saludó mientras era arrastrada hacia la puerta, queriendo saludar también al príncipe ella buscó con la mirada hacia donde se encontraba, pero antes de poder decir cualquier otra palabra la princesa Emma volvió a captar su atención.
- El placer es mío, vamos debes de estar cansada por el viaje – las puertas fueron abiertas de par en par dejando ver el lujoso salón que se encontraba en la entrada, brillantes decoraciones doradas y adornos de mármol hacían lucir el palacio como un templo.
El rey quien las seguía de cerca dio instrucciones a los empleados de llevar todo el equipaje a su habitación
- ¡Ah! yo traje regalos para ustedes – Rena le informó a la princesa – Quiero dárselos.
- No se preocupe princesa, nos lo puedes dar más adelante – No le permitieron tocar su equipaje hasta que llegó a la habitación.
El lugar que habían preparado tanto para ella, así como para las demás chicas se encontraba al lado del palacio mas no era un anexo, ubicado en la segunda planta, el balcón de su habitación tenia vistas al jardín principal, mayormente adornado por rosales con ligero tono lila.
El aroma de las rosas impregnó su nariz en cuanto entro a la habitación, eso hizo feliz a Rena, en el palacio de su padre se le permitió tener un jardín solo para ella por lo que estaba bastante acostumbrada al aroma de las flores, aunque las flores que ella cultivaba eran de otro tipo.
Como llegó en la mañana descansó y se bañó, a medio día pidió que le trajeran comida mientras que el resto de la tarde junto con la duquesa Akane y otras sirvientas del palacio acomodaron su equipaje.
Aún faltaban alrededor de una hora para que empezara a oscurecer, sintiéndose a gusto tomó la iniciativa de salir al jardín.
- Akane, dame un chal por favor – se levantó del asiento que tomó frente a la chimenea apagada.
- ¿Les gustaría algún color en específico? – La duquesa sacó dos chales y se los ofreció.
- El verde está bien – Rena descartó el color rojo y tomó el otro, bajó por las escaleras junto con Akane y se dirigieron al jardín.
Al llegar junto a la fuente que se encontraba en medio del jardín vieron también una pequeña mesa junto con sillas, Akane pensó que sería buena idea tomar el té y le preguntó a Rena si gustaba de unos bocadillos o directamente cena en ese lugar.
Ante su afirmación de cenar, la duquesa partió en búsqueda de los platillos mientras que Rena se tomó el tiempo de pasear por el jardín admirándolas flores.
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Ahora si, en el siguiente capitulo puedo afirmar que saldrá Muto
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