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Recostó el delicado cuerpo del esposo de su jefe sobre la cama. Su ceño estaba fruncido, como si se encontrara molesto. Hoseok dedujo que el efecto del sedante estaba pasando.
Después de arroparlo con aquellas sábanas blancas que diariamente eran cambiadas por las mucamas, se sentó en un sillón que se encontraba ahí mismo en la habitación, al lado de la cama. Lugar donde NamJoon se sentaba por horas a leer un libro. Fue entonces que Hoseok deseó tanto que su jefe pudiera estar ahí. La mansión lucía como una horrible cárcel solitaria, donde sus pensamientos se encontraban encerrados, y de ninguna manera no podían escapar.
El recuerdo de NamJoon se mantenía tan fresco en su mente, justo como el primer día en el qué había llegado a su oficina...
///////INICIO DE FLASHBACK////////
El sonido que realizaba al golpear su zapato contra el piso resonaba por el pasillo de aquella empresa. Pero no lo podía evitar, no podía controlar su pierna, ya que esta actuaba por si sola al ser impulsada por los nervios.
Y no sólo su pierna era la indicadora de sus nervios, sino que también sus dedos lo delataban al enrrollar su corbata en ellos en un intento de calmarse.
La señorita que se encontraba detrás del escritorio frente a él parecía amigable. Momentos atrás había pensado en la posibilidad de entablar una conversación con ella, sin embargo, no quería meterla en problemas ni quería estarlo él.
Aquel día había asistido a una de las empresas más poderosas de Corea Del Sur a pedir empleo. Era lo único que sabía, ya que el anuncio era muy limitado y no se dignaba a revelar más información. Sin embargo, era sumamente emocionante que una empresa tan grande estuviera pidiendo un mayordomo.
Por un momento había pensando en no asistir ni enviar su currículum, ya que serían demasiados candidatos, unos mejores que otros, y el solamente tenía en su currículum haber sido maestro de artes marciales por cuatro años y trabajar actualmente en un restaurante.
Pero nada perdía con intentarlo, así que envío su currículum y arreglándose apropiadamente, decidió asistir a la cita que la señorita le había enviado por correo. Fue así que justo ahora se encontraba con muchos nervios esperando fuera de la oficina donde se llevaría a cabo su entrevista.
Un ruido llamó su atención, levantó su vista y se encontró con un hombre de traje molesto que iba saliendo de la oficina a la que el en unos contados segundos iba a entrar.
-Ya puede pasar, señor Jung...-la señorita detrás del escritorio sonrió en su dirección, para después indicarle con la mano que era invitado a pasar.
El mencionado de inmediato se puso de pie, hizo una educada reverencia a la señorita y después ingresó a la oficina. Una vez adentro pudo deleitar su mirada con la hermosa y gran oficina que había detrás de la puerta.
Hermosos sillones cafés de cuero decoraban la oficina desde los extremos. Pinturas de arte contemporáneo se mantenían colgadas sobre las paredes blancas. Mientras que el escritorio del director se encontraba justo delante de un gran ventanal que ofrecía una grandiosa vista hacia la cuidad.
-Jung Ho Seok para servirle...-se presentó, para después realizar una reverencia al hombre frente a él, quien correspondió la reverencia con educación.
-Tome asiento, por favor...-ofreció el hombre de traje impecable, cosa que Hoseok acató de inmediato-Al parecer es mi última cita, sin embargo no por eso vamos a terminar rápido, le prometo que las mismas preguntas que le realicé a cada una de las personas que se sentaron en esa misma silla-señaló, a lo que Hoseok asintió de inmediato-. Muy bien, señor...-quedó en suspenso, esperando el nombre del joven que se encontraba frente a él.
-Jung Ho Seok.-lo repitió con nobleza.
-Muy bien, señor Jung, ¿Qué edad tienes?
-Veintisiete años, señor-respondió.
-¿De dónde vienes?
-Soy de Gwangju, señor.
-¿En qué trabajas actualmente?
-Soy camarero en un restaurante aquí en la cuidad, señor.
-¿Qué restaurante?
-Su nombre es Tuna Blue, señor.
-Bien.-asintió, al mismo tiempo que anotaba cada respuesta del joven en una libreta revestida de cuero-¿Es verdad que fuiste maestro de artes marciales por cuatro años?
-Así es, señor.
-¿Tienes familia?
-Actualmente sólo cuento con mi hermana, ya que mi madre murió y nuestro padre nos abandonó...
-¿En qué inviertes tu tiempo?-prosiguió.
-Acostumbro a salir a pasear de vez en cuando para evitar que la ansiedad me abrume. Práctico boxeo tres veces a la semana, leó y tocó el piano como pasatiempo, señor.
-Excelente...-dijo, anotando la respuesta en su libreta-. Amh, HoSeok, ¿Consumes alguna sustancias ilícita o lo llegaste a hacer?
-Eh... lo llegué a hacer, señor, pero no por voluntad propia...
-¿Algún miedo que te atormente?
-No señor, me encargué de superarlos a todos y no cuento con uno actualmente.
-¿Algún trastorno o enfermedad mental que te hayan diagnosticado?
-No, señor. Presento ansiedad de vez en cuando, solamente cuando siento que hay cosas que no puedo controlar, como a toda persona, pero no estoy diagnosticado.
-Bien, de todas maneras, si apruebas la entrevista, esos estudios van por la cuenta de la empresa.-le dio a conocer, para después continuar-. ¿Tienes pareja actualmente?
-No, señor.
-¿Has tenido relaciones sexuales en toda tu vida?
Aquella pregunta tomó por sorpresa a Hoseok, quien se quedó meditando por un momento la razón de aquella pregunta en su entrevista de trabajo, sin embargo, si eran las mismas preguntas que se le habían hecho a las personas anteriores, tenía que responderlas con sinceridad.
-Eh, sí, señor.
-¿Cuando fue la última vez?
-A-ah, según recuerdo fue hace tres años, señor.
-¿Con cuantas personas has estado de manera sexual?
-Eh... una, señor.-confesó apenado.
-¿Cuál es tu orientación sexual?-preguntó, esta vez sin mirar a Hoseok a los ojos y dedicándose a escribir.
-S-soy heterosexual, señor.
-¿Hasta que punto eres capaz de soportar el abuso psicológico?
-Ah... no lo sé...
-Señor Jung, tiene que ser lo más sincero posible con sus respuestas...
-Yo... creo que sí sería capaz de soportar el abuso psicológico de alguien.
-¿Hasta que punto?
-No lo sé... tal vez la agresión. No me gusta la violencia.
-¿A pesar de prácticar deportes tan violentos?
-Sí, señor. Pero yo no práctico para lastimar, sino para aprender defensa propia y enseñar a personas vulnerables a qué se puedan defender...
-De acuerdo, entiendo su punto...-continuó-¿Cómo fue tu infancia?
-Tuve una gran infancia a pesar de que mi padre se marchó. Crecí con mi madre y mi hermana en Gwangju, hasta que por motivos de trabajo tuvimos que mudarnos a Seul. Siempre fuí muy amigable, siempre tuve muchos amigos y era feliz.
-Me imagino...-dio una última mirada a HoSeok antes de lanzar su última pregunta-. ¿Fuiste abusado sexualmente en el pasado?
-E-eh, ¿Perdón, señor?-inquirió HoSeok con sorpresa, creyendo que no había escuchado bien.
Aquella pregunta había sido demasiado incomoda y demasiado personal que por un momento pensó en ponerse de pie y retirarse, sin embargo, ya había llegado hasta ahí y sería muy cobarde de su parte no enfrentar su pasado una vez más...
-Escuchaste bien...-insistió, para después poner sus manos entrelazadas sobre su escritorio-. Lo estás haciendo muy bien, pero para continuar necesito que seas lo más sincero posible...
-Y-yo... sí señor...-admitió, apretando con sus dedos con discreción, en un intento de calmarse y evitar que aquellos recuerdos tan horribles volvieran.
-¿Qué pasó exactamente, HoSeok?
-Y-yo... yo... tenía diecisiete años... Había sido invitado a una fiesta por mis amigos. A mí no me gustaban esos ambientes, sin embargo, estaba tan presionado por los exámenes que accedí. Todo iba bien en esa fiesta, estaba con mis amigos disfrutando, hasta que uno a uno comenzaron a irse. Yo no sabía que se habían ido porque me sentía raro desde el momento en que comencé a tomar. Fuí drogado... y lo último que recuerdo es que desperté y... ya no era el mismo.-cerró sus ojos con fuerza y después suspiró-. Tomé terapia por cuatro años, así que ya lo he superado, sin embargo, sigue siendo un tema que juré enterrar en lo más profundo de mi mente y continuar mi vida como si nada hubiese pasado...
Un silencio se instaló por unos segundos entre ambos. HoSeok se mantenía cabizbajo, jugando con sus dedos con nerviosismo, mientras que NamJoon se encontraba observándolo con detenimiento.
-Te felicito por haber sido tan valiente al contarme algo tan traumante en tu vida-agradeció-. Eres el primero en no salir por esa puerta ante la primera pregunta incómoda y en ser totalmente sincero. Realicé este formulario, con suma precisión. No sólo busco a un mayordomo, busco a alguien en quien pueda confiar para que proteja mi hogar, mi familia y mi legado. Por cualquier cosa que pase, tener la seguridad de que tengo a alguien de confianza que no me traicionará. Desde el momento en el que compré mi casa llevo buscando al indicado y por fin lo encontré-se puso de pie, invitando a HoSeok a hacer lo mismo-. Felicidades, HoSeok. Estás contratado.
-¿D-de verdad, señor?-preguntó con sorpresa.
-Así es. Sin embargo, estarás a prueba por un mes para que mi esposo se adapte, al igual que tú.
-Por supuesto, señor. No se arrepentirá...-estrechó la mano que le ofrecía su nuevo jefe, con entusiasmo y emoción.
-Bien, te veo aquí, mañana a primera hora.
-Sí, por supuesto, señor...
-Ahora, si me disculpas debo retirarme. Voy retrasado a una cita con mi esposo y tengo que apresurarme. Cuando llevas casado mucho tiempo aprendes que nunca hay que llegar tarde...-comentó con una sonrisa en su rostro, al mismo tiempo que se colocaba su saco.
La actitud de NamJoon había cambiado drásticamente si la comparaba con la actitud fría y llena de profesionalismo que habia tenido al momento de entrar a la oficina. Por alguna razón NamJoon ahora se sentía más en confianza con aquel que sería su mayordomo y eso le agradaba, ya que planeaba mantener una buena relación con su nuevo empleado a partir de ahora...
-Hasta mañana, HoSeok... -le dió un apretón de mano una vez que ambos estuvieron fuera de la oficina.
HoSeok con alegría hizo una revencia a su jefe, para después alejarse con emoción, sin tener conocimiento de su futuro que le aguardaba siendo el mayordomo privado del director ejecutivo de una de las empresas más prestigiosas de toda Corea del Sur.
Sin embargo, estaba emocionado por lo que fuera a venir...
///////FIN DE FLASHBACK////////
Actualmente, ya no se encontraba tan emocionado como en ese momento…
Desde el primer momento que fue contratado, supo que los problemas de su jefe lo afectarían de manera psicológica y personal. Sin embargo, no podía quejarse, ni quería hacerlo, porque disfrutaba su trabajo y estaba orgulloso de hacerlo correctamente.
NamJoon no se había equivocado en haberlo contratado, pues pasara lo que pasara, él no traicionaría a su jefe. Seguiría al pie de la letra cada una de las indicaciones que había dejado antes de morir y protegería con su vida a su esposo y a su legado…
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